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2016-10-13 15:08:01 -03:00
El Santo Evangelio Seg<65>n
SAN MATEO
Genealog<EFBFBD>a de Jesucristo
MATEO 1
1 Libro de la genealog<6F>a de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham.
2 Abraham engendr<64> a Isaac, Isaac a Jacob, y Jacob a Jud<75> y a sus hermanos.
3 Jud<75> engendr<64> de Tamar a Fares y a Zara, Fares a Esrom, y Esrom a Aram.
4 Aram engendr<64> a Aminadab, Aminadab a Naas<61>n, y Naas<61>n a Salm<6C>n.
5 Salm<6C>n engendr<64> de Rahab a Booz, Booz engendr<64> de Rut a Obed, y Obed a Isa<73>.
6 Isa<73> engendr<64> al rey David, y el rey David engendr<64> a Salom<6F>n de la que fue mujer de Ur<55>as.
7 Salom<6F>n engendr<64> a Roboam, Roboam a Ab<41>as, y Ab<41>as a Asa.
8 Asa engendr<64> a Josafat, Josafat a Joram, y Joram a Uz<55>as.
9 Uz<55>as engendr<64> a Jotam, Jotam a Acaz, y Acaz a Ezequ<71>as.
10 Ezequ<71>as engendr<64> a Manas<61>s, Manas<61>s a Am<41>n, y Am<41>n a Jos<6F>as.
11 Jos<6F>as engendr<64> a Jecon<6F>as y a sus hermanos, en el tiempo de la deportaci<63>n a Babilonia.
12 Despu<70>s de la deportaci<63>n a Babilonia, Jecon<6F>as engendr<64> a Salatiel, y Salatiel a Zorobabel.
13 Zorobabel engendr<64> a Abiud, Abiud a Eliaquim, y Eliaquim a Azor.
14 Azor engendr<64> a Sadoc, Sadoc a Aquim, y Aquim a Eliud.
15 Eliud engendr<64> a Eleazar, Eleazar a Mat<61>n, Mat<61>n a Jacob;
16 y Jacob engendr<64> a Jos<6F>, marido de Mar<61>a, de la cual naci<63> Jes<65>s, llamado el Cristo.
17 De manera que todas las generaciones desde Abraham hasta David son catorce; desde David hasta la deportaci<63>n a Babilonia, catorce; y desde la deportaci<63>n a Babilonia hasta Cristo, catorce.
Nacimiento de Jesucristo
18 El nacimiento de Jesucristo fue as<61>: Estando desposada Mar<61>a su madre con Jos<6F>, antes que se juntasen, se hall<6C> que hab<61>a concebido del Esp<73>ritu Santo.
19 Jos<6F> su marido, como era justo, y no quer<65>a infamarla, quiso dejarla secretamente.
20 Y pensando <20>l en esto, he aqu<71> un <20>ngel del Se<53>or le apareci<63> en sue<75>os y le dijo: Jos<6F>, hijo de David, no temas recibir a Mar<61>a tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Esp<73>ritu Santo es.
21 Y dar<61> a luz un hijo, y llamar<61>s su nombre JES<45>S, porque <20>l salvar<61> a su pueblo de sus pecados.
22 Todo esto aconteci<63> para que se cumpliese lo dicho por el Se<53>or por medio del profeta, cuando dijo:
23 He aqu<71>, una virgen concebir<69> y dar<61> a luz un hijo, Y llamar<61>s su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros.
24 Y despertando Jos<6F> del sue<75>o, hizo como el <20>ngel del Se<53>or le hab<61>a mandado, y recibi<62> a su mujer.
25 Pero no la conoci<63> hasta que dio a luz a su hijo primog<6F>nito; y le puso por nombre JES<45>S.
La visita de los magos
MATEO 2
1 Cuando Jes<65>s naci<63> en Bel<65>n de Judea en d<>as del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusal<61>n unos magos,
2 diciendo: <20>D<EFBFBD>nde est<73> el rey de los jud<75>os, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle.
3 Oyendo esto, el rey Herodes se turb<72>, y toda Jerusal<61>n con <20>l.
4 Y convocados todos los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les pregunt<6E> d<>nde hab<61>a de nacer el Cristo.
5 Ellos le dijeron: En Bel<65>n de Judea; porque as<61> est<73> escrito por el profeta:
6 Y t<>, Bel<65>n, de la tierra de Jud<75>, No eres la m<>s peque<75>a entre los pr<70>ncipes de Jud<75>; Porque de ti saldr<64> un guiador, Que apacentar<61> a mi pueblo Israel.
7 Entonces Herodes, llamando en secreto a los magos, indag<61> de ellos diligentemente el tiempo de la aparici<63>n de la estrella;
8 y envi<76>ndolos a Bel<65>n, dijo: Id all<6C> y averiguad con diligencia acerca del ni<6E>o; y cuando le hall<6C>is, hac<61>dmelo saber, para que yo tambi<62>n vaya y le adore.
9 Ellos, habiendo o<>do al rey, se fueron; y he aqu<71> la estrella que hab<61>an visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegando, se detuvo sobre donde estaba el ni<6E>o.
10 Y al ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo.
11 Y al entrar en la casa, vieron al ni<6E>o con su madre Mar<61>a, y postr<74>ndose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.
12 Pero siendo avisados por revelaci<63>n en sue<75>os que no volviesen a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.
Matanza de los ni<6E>os
13 Despu<70>s que partieron ellos, he aqu<71> un <20>ngel del Se<53>or apareci<63> en sue<75>os a Jos<6F> y dijo: Lev<65>ntate y toma al ni<6E>o y a su madre, y huye a Egipto, y permanece all<6C> hasta que yo te diga; porque acontecer<65> que Herodes buscar<61> al ni<6E>o para matarlo.
14 Y <20>l, despertando, tom<6F> de noche al ni<6E>o y a su madre, y se fue a Egipto,
15 y estuvo all<6C> hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliese lo que dijo el Se<53>or por medio del profeta, cuando dijo: De Egipto llam<61> a mi Hijo.
16 Herodes entonces, cuando se vio burlado por los magos, se enoj<6F> mucho, y mand<6E> matar a todos los ni<6E>os menores de dos a<>os que hab<61>a en Bel<65>n y en todos sus alrededores, conforme al tiempo que hab<61>a inquirido de los magos.
17 Entonces se cumpli<6C> lo que fue dicho por el profeta Jerem<65>as, cuando dijo:
18 Voz fue o<>da en Ram<61>, Grande lamentaci<63>n, lloro y gemido; Raquel que llora a sus hijos, Y no quiso ser consolada, porque perecieron.
19 Pero despu<70>s de muerto Herodes, he aqu<71> un <20>ngel del Se<53>or apareci<63> en sue<75>os a Jos<6F> en Egipto,
20 diciendo: Lev<65>ntate, toma al ni<6E>o y a su madre, y vete a tierra de Israel, porque han muerto los que procuraban la muerte del ni<6E>o.
21 Entonces <20>l se levant<6E>, y tom<6F> al ni<6E>o y a su madre, y vino a tierra de Israel.
22 Pero oyendo que Arquelao reinaba en Judea en lugar de Herodes su padre, tuvo temor de ir all<6C>; pero avisado por revelaci<63>n en sue<75>os, se fue a la regi<67>n de Galilea,
23 y vino y habit<69> en la ciudad que se llama Nazaret, para que se cumpliese lo que fue dicho por los profetas, que habr<62>a de ser llamado nazareno.
Predicaci<EFBFBD>n de Juan el Bautista
MATEO 3
1 En aquellos d<>as vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea,
2 y diciendo: Arrepent<6E>os, porque el reino de los cielos se ha acercado.
3 Pues <20>ste es aquel de quien habl<62> el profeta Isa<73>as, cuando dijo:Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Se<53>or, Enderezad sus sendas.
4 Y Juan estaba vestido de pelo de camello, y ten<65>a un cinto de cuero alrededor de sus lomos; y su comida era langostas y miel silvestre.
5 Y sal<61>a a <20>l Jerusal<61>n, y toda Judea, y toda la provincia de alrededor del Jord<72>n,
6 y eran bautizados por <20>l en el Jord<72>n, confesando sus pecados.
7 Al ver <20>l que muchos de los fariseos y de los saduceos ven<65>an a su bautismo, les dec<65>a: <20>Generaci<63>n de v<>boras! <20>Qui<75>n os ense<73><65> a huir de la ira venidera?
8 Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento,
9 y no pens<6E>is decir dentro de vosotros mismos: A Abraham tenemos por padre; porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras.
10 Y ya tambi<62>n el hacha est<73> puesta a la ra<72>z de los <20>rboles; por tanto, todo <20>rbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego.
11 Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras m<>, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es m<>s poderoso que yo; <20>l os bautizar<61> en Esp<73>ritu Santo y fuego.
12 Su aventador est<73> en su mano, y limpiar<61> su era; y recoger<65> su trigo en el granero, y quemar<61> la paja en fuego que nunca se apagar<61>.
El bautismo de Jes<65>s
13 Entonces Jes<65>s vino de Galilea a Juan al Jord<72>n, para ser bautizado por <20>l.
14 Mas Juan se le opon<6F>a, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, <20>y t<> vienes a m<>?
15 Pero Jes<65>s le respondi<64>: Deja ahora, porque as<61> conviene que cumplamos toda justicia. Entonces le dej<65>.
16 Y Jes<65>s, despu<70>s que fue bautizado, subi<62> luego del agua; y he aqu<71> los cielos le fueron abiertos, y vio al Esp<73>ritu de Dios que descend<6E>a como paloma, y ven<65>a sobre <20>l.
17 Y hubo una voz de los cielos, que dec<65>a: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.
Tentaci<EFBFBD>n de Jes<65>s
MATEO 4
1 Entonces Jes<65>s fue llevado por el Esp<73>ritu al desierto, para ser tentado por el diablo.
2 Y despu<70>s de haber ayunado cuarenta d<>as y cuarenta noches, tuvo hambre.
3 Y vino a <20>l el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan.
4 <20>l respondi<64> y dijo: Escrito est<73>: No s<>lo de pan vivir<69> el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
5 Entonces el diablo le llev<65> a la santa ciudad, y le puso sobre el pin<69>culo del templo,
6 y le dijo: Si eres Hijo de Dios, <20>chate abajo; porque escrito est<73>:A sus <20>ngeles mandar<61> acerca de ti, y,En sus manos te sostendr<64>n, Para que no tropieces con tu pie en piedra.
7 Jes<65>s le dijo: Escrito est<73> tambi<62>n: No tentar<61>s al Se<53>or tu Dios.
8 Otra vez le llev<65> el diablo a un monte muy alto, y le mostr<74> todos los reinos del mundo y la gloria de ellos,
9 y le dijo: Todo esto te dar<61>, si postrado me adorares.
10 Entonces Jes<65>s le dijo: Vete, Satan<61>s, porque escrito est<73>: Al Se<53>or tu Dios adorar<61>s, y a <20>l s<>lo servir<69>s.
11 El diablo entonces le dej<65>; y he aqu<71> vinieron <20>ngeles y le serv<72>an.
Jes<EFBFBD>s principia su ministerio
12 Cuando Jes<65>s oy<6F> que Juan estaba preso, volvi<76> a Galilea;
13 y dejando a Nazaret, vino y habit<69> en Capernaum, ciudad mar<61>tima, en la regi<67>n de Zabul<75>n y de Neftal<61>,
14 para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isa<73>as, cuando dijo:
15 Tierra de Zabul<75>n y tierra de Neftal<61>, Camino del mar, al otro lado del Jord<72>n, Galilea de los gentiles;
16 El pueblo asentado en tinieblas vio gran luz; Y a los asentados en regi<67>n de sombra de muerte, Luz les resplandeci<63>.
17 Desde entonces comenz<6E> Jes<65>s a predicar, y a decir: Arrepent<6E>os, porque el reino de los cielos se ha acercado.
18 Andando Jes<65>s junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Sim<69>n, llamado Pedro, y Andr<64>s su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores.
19 Y les dijo: Venid en pos de m<>, y os har<61> pescadores de hombres.
20 Ellos entonces, dejando al instante las redes, le siguieron.
21 Pasando de all<6C>, vio a otros dos hermanos, Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, en la barca con Zebedeo su padre, que remendaban sus redes; y los llam<61>.
22 Y ellos, dejando al instante la barca y a su padre, le siguieron.
23 Y recorri<72> Jes<65>s toda Galilea, ense<73>ando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.
24 Y se difundi<64> su fama por toda Siria; y le trajeron todos los que ten<65>an dolencias, los afligidos por diversas enfermedades y tormentos, los endemoniados, lun<75>ticos y paral<61>ticos; y los san<61>.
25 Y le sigui<75> mucha gente de Galilea, de Dec<65>polis, de Jerusal<61>n, de Judea y del otro lado del Jord<72>n.
El Serm<72>n del monte: Las bienaventuranzas
MATEO 5
1 Viendo la multitud, subi<62> al monte; y sent<6E>ndose, vinieron a <20>l sus disc<73>pulos.
2 Y abriendo su boca les ense<73>aba, diciendo:
3 Bienaventurados los pobres en esp<73>ritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
4 Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibir<69>n consolaci<63>n.
5 Bienaventurados los mansos, porque ellos recibir<69>n la tierra por heredad.
6 Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos ser<65>n saciados.
7 Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzar<61>n misericordia.
8 Bienaventurados los de limpio coraz<61>n, porque ellos ver<65>n a Dios.
9 Bienaventurados los pacificadores, porque ellos ser<65>n llamados hijos de Dios.
10 Bienaventurados los que padecen persecuci<63>n por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
11 Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo.
12 Gozaos y alegraos, porque vuestro galard<72>n es grande en los cielos; porque as<61> persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.La sal de la tierra
13 Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, <20>con qu<71> ser<65> salada? No sirve m<>s para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres.La luz del mundo
14 Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.
15 Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que est<73>n en casa.
16 As<41> alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que est<73> en los cielos.
Jes<EFBFBD>s y la ley
17 No pens<6E>is que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.
18 Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasar<61> de la ley, hasta que todo se haya cumplido.
19 De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy peque<75>os, y as<61> ense<73>e a los hombres, muy peque<75>o ser<65> llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los ense<73>e, <20>ste ser<65> llamado grande en el reino de los cielos.
20 Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entrar<61>is en el reino de los cielos.
Jes<EFBFBD>s y la ira
21 O<>steis que fue dicho a los antiguos: No matar<61>s; y cualquiera que matare ser<65> culpable de juicio.
22 Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, ser<65> culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, ser<65> culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedar<61> expuesto al infierno de fuego.
23 Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y all<6C> te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti,
24 deja all<6C> tu ofrenda delante del altar, y anda, reconc<6E>liate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.
25 Ponte de acuerdo con tu adversario pronto, entre tanto que est<73>s con <20>l en el camino, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y seas echado en la c<>rcel.
26 De cierto te digo que no saldr<64>s de all<6C>, hasta que pagues el <20>ltimo cuadrante.
Jes<EFBFBD>s y el adulterio
27 O<>steis que fue dicho: No cometer<65>s adulterio.
28 Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulter<65> con ella en su coraz<61>n.
29 Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasi<73>n de caer, s<>calo, y <20>chalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno.
30 Y si tu mano derecha te es ocasi<73>n de caer, c<>rtala, y <20>chala de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno.
Jes<EFBFBD>s y el divorcio
31 Tambi<62>n fue dicho: Cualquiera que repudie a su mujer, dele carta de divorcio.
32 Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicaci<63>n, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio.
Jes<EFBFBD>s y los juramentos
33 Adem<65>s hab<61>is o<>do que fue dicho a los antiguos: No perjurar<61>s, sino cumplir<69>s al Se<53>or tus juramentos.
34 Pero yo os digo: No jur<75>is en ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios;
35 ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusal<61>n, porque es la ciudad del gran Rey.
36 Ni por tu cabeza jurar<61>s, porque no puedes hacer blanco o negro un solo cabello.
37 Pero sea vuestro hablar: S<>, s<>; no, no; porque lo que es m<>s de esto, de mal procede.
El amor hacia los enemigos
38 O<>steis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente.
39 Pero yo os digo: No resist<73>is al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vu<76>lvele tambi<62>n la otra;
40 y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la t<>nica, d<>jale tambi<62>n la capa;
41 y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con <20>l dos.
42 Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo reh<65>ses.
43 O<>steis que fue dicho: Amar<61>s a tu pr<70>jimo, y aborrecer<65>s a tu enemigo.
44 Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;
45 para que se<73>is hijos de vuestro Padre que est<73> en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.
46 Porque si am<61>is a los que os aman, <20>qu<71> recompensa tendr<64>is? <20>No hacen tambi<62>n lo mismo los publicanos?
47 Y si salud<75>is a vuestros hermanos solamente, <20>qu<71> hac<61>is de m<>s? <20>No hacen tambi<62>n as<61> los gentiles?
48 Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que est<73> en los cielos es perfecto.
Jes<EFBFBD>s y la limosna
MATEO 6
1 Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tendr<64>is recompensa de vuestro Padre que est<73> en los cielos.
2 Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hip<69>critas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.
3 Mas cuando t<> des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha,
4 para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensar<61> en p<>blico.
Jes<EFBFBD>s y la oraci<63>n
5 Y cuando ores, no seas como los hip<69>critas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.
6 Mas t<>, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que est<73> en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensar<61> en p<>blico.
7 Y orando, no us<75>is vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrer<65>a ser<65>n o<>dos.
8 No os hag<61>is, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qu<71> cosas ten<65>is necesidad, antes que vosotros le pid<69>is.
9 Vosotros, pues, orar<61>is as<61>: Padre nuestro que est<73>s en los cielos, santificado sea tu nombre.
10 Venga tu reino. H<>gase tu voluntad, como en el cielo, as<61> tambi<62>n en la tierra.
11 El pan nuestro de cada d<>a, d<>noslo hoy.
12 Y perd<72>nanos nuestras deudas, como tambi<62>n nosotros perdonamos a nuestros deudores.
13 Y no nos metas en tentaci<63>n, mas l<>branos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Am<41>n.
14 Porque si perdon<6F>is a los hombres sus ofensas, os perdonar<61> tambi<62>n a vosotros vuestro Padre celestial;
15 mas si no perdon<6F>is a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonar<61> vuestras ofensas.
Jes<EFBFBD>s y el ayuno
16 Cuando ayun<75>is, no se<73>is austeros, como los hip<69>critas; porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.
17 Pero t<>, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro,
18 para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que est<73> en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensar<61> en p<>blico.
Tesoros en el cielo
19 No os hag<61>is tesoros en la tierra, donde la polilla y el or<6F>n corrompen, y donde ladrones minan y hurtan;
20 sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el or<6F>n corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan.
21 Porque donde est<73> vuestro tesoro, all<6C> estar<61> tambi<62>n vuestro coraz<61>n.
La l<>mpara del cuerpo
22 La l<>mpara del cuerpo es el ojo; as<61> que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estar<61> lleno de luz;
23 pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estar<61> en tinieblas. As<41> que, si la luz que en ti hay es tinieblas, <20>cu<63>ntas no ser<65>n las mismas tinieblas?
Dios y las riquezas
24 Ninguno puede servir a dos se<73>ores; porque o aborrecer<65> al uno y amar<61> al otro, o estimar<61> al uno y menospreciar<61> al otro. No pod<6F>is servir a Dios y a las riquezas.
El af<61>n y la ansiedad
25 Por tanto os digo: No os afan<61>is por vuestra vida, qu<71> hab<61>is de comer o qu<71> hab<61>is de beber; ni por vuestro cuerpo, qu<71> hab<61>is de vestir. <20>No es la vida m<>s que el alimento, y el cuerpo m<>s que el vestido?
26 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. <20>No val<61>is vosotros mucho m<>s que ellas?
27 <20>Y qui<75>n de vosotros podr<64>, por mucho que se afane, a<>adir a su estatura un codo?
28 Y por el vestido, <20>por qu<71> os afan<61>is? Considerad los lirios del campo, c<>mo crecen: no trabajan ni hilan;
29 pero os digo, que ni aun Salom<6F>n con toda su gloria se visti<74> as<61> como uno de ellos.
30 Y si la hierba del campo que hoy es, y ma<6D>ana se echa en el horno, Dios la viste as<61>, <20>no har<61> mucho m<>s a vosotros, hombres de poca fe?
31 No os afan<61>is, pues, diciendo: <20>Qu<51> comeremos, o qu<71> beberemos, o qu<71> vestiremos?
32 Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que ten<65>is necesidad de todas estas cosas.
33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os ser<65>n a<>adidas.
34 As<41> que, no os afan<61>is por el d<>a de ma<6D>ana, porque el d<>a de ma<6D>ana traer<65> su af<61>n. Basta a cada d<>a su propio mal.
El juzgar a los dem<65>s
MATEO 7
1 No juzgu<67>is, para que no se<73>is juzgados.
2 Porque con el juicio con que juzg<7A>is, ser<65>is juzgados, y con la medida con que med<65>s, os ser<65> medido.
3 <20>Y por qu<71> miras la paja que est<73> en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que est<73> en tu propio ojo?
4 <20>O c<>mo dir<69>s a tu hermano: D<>jame sacar la paja de tu ojo, y he aqu<71> la viga en el ojo tuyo?
5 <20>Hip<69>crita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces ver<65>s bien para sacar la paja del ojo de tu hermano.
6 No deis lo santo a los perros, ni ech<63>is vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen.
La oraci<63>n, y la regla de oro
7 Pedid, y se os dar<61>; buscad, y hallar<61>is; llamad, y se os abrir<69>.
8 Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrir<69>.
9 <20>Qu<51> hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dar<61> una piedra?
10 <20>O si le pide un pescado, le dar<61> una serpiente?
11 Pues si vosotros, siendo malos, sab<61>is dar buenas d<>divas a vuestros hijos, <20>cu<63>nto m<>s vuestro Padre que est<73> en los cielos dar<61> buenas cosas a los que le pidan?
12 As<41> que, todas las cosas que quer<65>is que los hombres hagan con vosotros, as<61> tambi<62>n haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas.
La puerta estrecha
13 Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdici<63>n, y muchos son los que entran por ella;
14 porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.
Por sus frutos los conocer<65>is
15 Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.
16 Por sus frutos los conocer<65>is. <20>Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?
17 As<41>, todo buen <20>rbol da buenos frutos, pero el <20>rbol malo da frutos malos.
18 No puede el buen <20>rbol dar malos frutos, ni el <20>rbol malo dar frutos buenos.
19 Todo <20>rbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego.
20 As<41> que, por sus frutos los conocer<65>is.
Nunca os conoc<6F>
21 No todo el que me dice: Se<53>or, Se<53>or, entrar<61> en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que est<73> en los cielos.
22 Muchos me dir<69>n en aquel d<>a: Se<53>or, Se<53>or, <20>no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?
23 Y entonces les declarar<61>: Nunca os conoc<6F>; apartaos de m<>, hacedores de maldad.
Los dos cimientos
24 Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le comparar<61> a un hombre prudente, que edific<69> su casa sobre la roca.
25 Descendi<64> lluvia, y vinieron r<>os, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cay<61>, porque estaba fundada sobre la roca.
26 Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le comparar<61> a un hombre insensato, que edific<69> su casa sobre la arena;
27 y descendi<64> lluvia, y vinieron r<>os, y soplaron vientos, y dieron con <20>mpetu contra aquella casa; y cay<61>, y fue grande su ruina.
28 Y cuando termin<69> Jes<65>s estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina;
29 porque les ense<73>aba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.
Jes<EFBFBD>s sana a un leproso
MATEO 8
1 Cuando descendi<64> Jes<65>s del monte, le segu<67>a mucha gente.
2 Y he aqu<71> vino un leproso y se postr<74> ante <20>l, diciendo: Se<53>or, si quieres, puedes limpiarme.
3 Jes<65>s extendi<64> la mano y le toc<6F>, diciendo: Quiero; s<> limpio. Y al instante su lepra desapareci<63>.
4 Entonces Jes<65>s le dijo: Mira, no lo digas a nadie; sino ve, mu<6D>strate al sacerdote, y presenta la ofrenda que orden<65> Mois<69>s, para testimonio a ellos.
Jes<EFBFBD>s sana al siervo de un centuri<72>n
5 Entrando Jes<65>s en Capernaum, vino a <20>l un centuri<72>n, rog<6F>ndole,
6 y diciendo: Se<53>or, mi criado est<73> postrado en casa, paral<61>tico, gravemente atormentado.
7 Y Jes<65>s le dijo: Yo ir<69> y le sanar<61>.
8 Respondi<64> el centuri<72>n y dijo: Se<53>or, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente d<> la palabra, y mi criado sanar<61>.
9 Porque tambi<62>n yo soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo mis <20>rdenes soldados; y digo a <20>ste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace.
10 Al o<>rlo Jes<65>s, se maravill<6C>, y dijo a los que le segu<67>an: De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe.
11 Y os digo que vendr<64>n muchos del oriente y del occidente, y se sentar<61>n con Abraham e Isaac y Jacob en el reino de los cielos;
12 mas los hijos del reino ser<65>n echados a las tinieblas de afuera; all<6C> ser<65> el lloro y el crujir de dientes.
13 Entonces Jes<65>s dijo al centuri<72>n: Ve, y como cre<72>ste, te sea hecho. Y su criado fue sanado en aquella misma hora.
Jes<EFBFBD>s sana a la suegra de Pedro
14 Vino Jes<65>s a casa de Pedro, y vio a la suegra de <20>ste postrada en cama, con fiebre.
15 Y toc<6F> su mano, y la fiebre la dej<65>; y ella se levant<6E>, y les serv<72>a.
16 Y cuando lleg<65> la noche, trajeron a <20>l muchos endemoniados; y con la palabra ech<63> fuera a los demonios, y san<61> a todos los enfermos;
17 para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isa<73>as, cuando dijo: El mismo tom<6F> nuestras enfermedades, y llev<65> nuestras dolencias.
Los que quer<65>an seguir a Jes<65>s
18 Vi<56>ndose Jes<65>s rodeado de mucha gente, mand<6E> pasar al otro lado.
19 Y vino un escriba y le dijo: Maestro, te seguir<69> adondequiera que vayas.
20 Jes<65>s le dijo: Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene d<>nde recostar su cabeza.
21 Otro de sus disc<73>pulos le dijo: Se<53>or, perm<72>teme que vaya primero y entierre a mi padre.
22 Jes<65>s le dijo: S<>gueme; deja que los muertos entierren a sus muertos.
Jes<EFBFBD>s calma la tempestad
23 Y entrando <20>l en la barca, sus disc<73>pulos le siguieron.
24 Y he aqu<71> que se levant<6E> en el mar una tempestad tan grande que las olas cubr<62>an la barca; pero <20>l dorm<72>a.
25 Y vinieron sus disc<73>pulos y le despertaron, diciendo: <20>Se<53>or, s<>lvanos, que perecemos!
26 El les dijo: <20>Por qu<71> tem<65>is, hombres de poca fe? Entonces, levant<6E>ndose, reprendi<64> a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza.
27 Y los hombres se maravillaron, diciendo: <20>Qu<51> hombre es <20>ste, que aun los vientos y el mar le obedecen?
Los endemoniados gadarenos
28 Cuando lleg<65> a la otra orilla, a la tierra de los gadarenos, vinieron a su encuentro dos endemoniados que sal<61>an de los sepulcros, feroces en gran manera, tanto que nadie pod<6F>a pasar por aquel camino.
29 Y clamaron diciendo: <20>Qu<51> tienes con nosotros, Jes<65>s, Hijo de Dios? <20>Has venido ac<61> para atormentarnos antes de tiempo?
30 Estaba paciendo lejos de ellos un hato de muchos cerdos.
31 Y los demonios le rogaron diciendo: Si nos echas fuera, perm<72>tenos ir a aquel hato de cerdos.
32 El les dijo: Id. Y ellos salieron, y se fueron a aquel hato de cerdos; y he aqu<71>, todo el hato de cerdos se precipit<69> en el mar por un despe<70>adero, y perecieron en las aguas.
33 Y los que los apacentaban huyeron, y viniendo a la ciudad, contaron todas las cosas, y lo que hab<61>a pasado con los endemoniados.
34 Y toda la ciudad sali<6C> al encuentro de Jes<65>s; y cuando le vieron, le rogaron que se fuera de sus contornos.
Jes<EFBFBD>s sana a un paral<61>tico
MATEO 9
1 Entonces, entrando Jes<65>s en la barca, pas<61> al otro lado y vino a su ciudad.
2 Y sucedi<64> que le trajeron un paral<61>tico, tendido sobre una cama; y al ver Jes<65>s la fe de ellos, dijo al paral<61>tico: Ten <20>nimo, hijo; tus pecados te son perdonados.
3 Entonces algunos de los escribas dec<65>an dentro de s<>: Este blasfema.
4 Y conociendo Jes<65>s los pensamientos de ellos, dijo: <20>Por qu<71> pens<6E>is mal en vuestros corazones?
5 Porque, <20>qu<71> es m<>s f<>cil, decir: Los pecados te son perdonados, o decir: Lev<65>ntate y anda?
6 Pues para que sep<65>is que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dice entonces al paral<61>tico): Lev<65>ntate, toma tu cama, y vete a tu casa.
7 Entonces <20>l se levant<6E> y se fue a su casa.
8 Y la gente, al verlo, se maravill<6C> y glorific<69> a Dios, que hab<61>a dado tal potestad a los hombres.
Llamamiento de Mateo
9 Pasando Jes<65>s de all<6C>, vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado al banco de los tributos p<>blicos, y le dijo: S<>gueme. Y se levant<6E> y le sigui<75>.
10 Y aconteci<63> que estando <20>l sentado a la mesa en la casa, he aqu<71> que muchos publicanos y pecadores, que hab<61>an venido, se sentaron juntamente a la mesa con Jes<65>s y sus disc<73>pulos.
11 Cuando vieron esto los fariseos, dijeron a los disc<73>pulos: <20>Porqu<71> come vuestro Maestro con los publicanos y pecadores?
12 Al o<>r esto Jes<65>s, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de m<>dico, sino los enfermos.
13 Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento.
La pregunta sobre el ayuno
14 Entonces vinieron a <20>l los disc<73>pulos de Juan, diciendo: <20>Por qu<71> nosotros y los fariseos ayunamos muchas veces, y tus disc<73>pulos no ayunan?
15 Jes<65>s les dijo: <20>Acaso pueden los que est<73>n de bodas tener luto entre tanto que el esposo est<73> con ellos? Pero vendr<64>n d<>as cuando el esposo les ser<65> quitado, y entonces ayunar<61>n.
16 Nadie pone remiendo de pa<70>o nuevo en vestido viejo; porque tal remiendo tira del vestido, y se hace peor la rotura.
17 Ni echan vino nuevo en odres viejos; de otra manera los odres se rompen, y el vino se derrama, y los odres se pierden; pero echan el vino nuevo en odres nuevos, y lo uno y lo otro se conservan juntamente.
La hija de Jairo, y la mujer que toc<6F> el manto de Jes<65>s
18 Mientras <20>l les dec<65>a estas cosas, vino un hombre principal y se postr<74> ante <20>l, diciendo: Mi hija acaba de morir; mas ven y pon tu mano sobre ella, y vivir<69>.
19 Y se levant<6E> Jes<65>s, y le sigui<75> con sus disc<73>pulos.
20 Y he aqu<71> una mujer enferma de flujo de sangre desde hac<61>a doce a<>os, se le acerc<72> por detr<74>s y toc<6F> el borde de su manto;
21 porque dec<65>a dentro de s<>: Si tocare solamente su manto, ser<65> salva.
22 Pero Jes<65>s, volvi<76>ndose y mir<69>ndola, dijo: Ten <20>nimo, hija; tu fe te ha salvado. Y la mujer fue salva desde aquella hora.
23 Al entrar Jes<65>s en la casa del principal, viendo a los que tocaban flautas, y la gente que hac<61>a alboroto,
24 les dijo: Apartaos, porque la ni<6E>a no est<73> muerta, sino duerme. Y se burlaban de <20>l.
25 Pero cuando la gente hab<61>a sido echada fuera, entr<74>, y tom<6F> de la mano a la ni<6E>a, y ella se levant<6E>.
26 Y se difundi<64> la fama de esto por toda aquella tierra.
Dos ciegos reciben la vista
27 Pasando Jes<65>s de all<6C>, le siguieron dos ciegos, dando voces y diciendo: <20>Ten misericordia de nosotros, Hijo de David!
28 Y llegado a la casa, vinieron a <20>l los ciegos; y Jes<65>s les dijo: <20>Cre<72>is que puedo hacer esto? Ellos dijeron: S<>, Se<53>or.
29 Entonces les toc<6F> los ojos, diciendo: Conforme a vuestra fe os sea hecho.
30 Y los ojos de ellos fueron abiertos. Y Jes<65>s les encarg<72> rigurosamente, diciendo: Mirad que nadie lo sepa.
31 Pero salidos ellos, divulgaron la fama de <20>l por toda aquella tierra.
Un mudo habla
32 Mientras sal<61>an ellos, he aqu<71>, le trajeron un mudo, endemoniado.
33 Y echado fuera el demonio, el mudo habl<62>; y la gente se maravillaba, y dec<65>a: Nunca se ha visto cosa semejante en Israel.
34 Pero los fariseos dec<65>an: Por el pr<70>ncipe de los demonios echa fuera los demonios.
La mies es mucha
35 Recorr<72>a Jes<65>s todas las ciudades y aldeas, ense<73>ando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.
36 Y al ver las multitudes, tuvo compasi<73>n de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor.
37 Entonces dijo a sus disc<73>pulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos.
38 Rogad, pues, al Se<53>or de la mies, que env<6E>e obreros a su mies.
Elecci<EFBFBD>n de los doce ap<61>stoles
MATEO 10
1 Entonces llamando a sus doce disc<73>pulos, les dio autoridad sobre los esp<73>ritus inmundos, para que los echasen fuera, y para sanar toda enfermedad y toda dolencia.
2 Los nombres de los doce ap<61>stoles son estos: primero Sim<69>n, llamado Pedro, y Andr<64>s su hermano; Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano;
3 Felipe, Bartolom<6F>, Tom<6F>s, Mateo el publicano, Jacobo hijo de Alfeo, Lebeo, por sobrenombre Tadeo,
4 Sim<69>n el cananista, y Judas Iscariote, el que tambi<62>n le entreg<65>.
Misi<EFBFBD>n de los doce
5 A estos doce envi<76> Jes<65>s, y les dio instrucciones, diciendo: Por camino de gentiles no vay<61>is, y en ciudad de samaritanos no entr<74>is,
6 sino id antes a las ovejas perdidas de la casa de Israel.
7 Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado.
8 Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia.
9 No os prove<76>is de oro, ni plata, ni cobre en vuestros cintos;
10 ni de alforja para el camino, ni de dos t<>nicas, ni de calzado, ni de bord<72>n; porque el obrero es digno de su alimento.
11 Mas en cualquier ciudad o aldea donde entr<74>is, informaos qui<75>n en ella sea digno, y posad all<6C> hasta que salg<6C>is.
12 Y al entrar en la casa, saludadla.
13 Y si la casa fuere digna, vuestra paz vendr<64> sobre ella; mas si no fuere digna, vuestra paz se volver<65> a vosotros.
14 Y si alguno no os recibiere, ni oyere vuestras palabras, salid de aquella casa o ciudad, y sacudid el polvo de vuestros pies.
15 De cierto os digo que en el d<>a del juicio, ser<65> m<>s tolerable el castigo para la tierra de Sodoma y de Gomorra, que para aquella ciudad.
Persecuciones venideras
16 He aqu<71>, yo os env<6E>o como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas.
17 Y guardaos de los hombres, porque os entregar<61>n a los concilios, y en sus sinagogas os azotar<61>n;
18 y aun ante gobernadores y reyes ser<65>is llevados por causa de m<>, para testimonio a ellos y a los gentiles.
19 Mas cuando os entreguen, no os preocup<75>is por c<>mo o qu<71> hablar<61>is; porque en aquella hora os ser<65> dado lo que hab<61>is de hablar.
20 Porque no sois vosotros los que habl<62>is, sino el Esp<73>ritu de vuestro Padre que habla en vosotros.
21 El hermano entregar<61> a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y los hijos se levantar<61>n contra los padres, y los har<61>n morir.
22 Y ser<65>is aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, <20>ste ser<65> salvo.
23 Cuando os persigan en esta ciudad, huid a la otra; porque de cierto os digo, que no acabar<61>is de recorrer todas las ciudades de Israel, antes que venga el Hijo de Hombre.
24 El disc<73>pulo no es m<>s que su maestro, ni el siervo m<>s que su se<73>or.
25 B<>stale al disc<73>pulo ser como su maestro, y al siervo como su se<73>or. Si al padre de familia llamaron Beelzeb<65>, <20>cu<63>nto m<>s a los de su casa?
A qui<75>n se debe temer
26 As<41> que, no los tem<65>is; porque nada hay encubierto, que no haya de ser manifestado; ni oculto, que no haya de saberse.
27 Lo que os digo en tinieblas, decidlo en la luz; y lo que o<>s al o<>do, proclamadlo desde las azoteas.
28 Y no tem<65>is a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed m<>s bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.
29 <20>No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre. 30 Pues aun vuestros cabellos est<73>n todos contados.
31 As<41> que, no tem<65>is; m<>s val<61>is vosotros que muchos pajarillos.
32 A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo tambi<62>n le confesar<61> delante de mi Padre que est<73> en los cielos.
33 Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo tambi<62>n le negar<61> delante de mi Padre que est<73> en los cielos.
Jes<EFBFBD>s, causa de divisi<73>n
34 No pens<6E>is que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada.
35 Porque he venido para poner en disensi<73>n al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra;
36 y los enemigos del hombre ser<65>n los de su casa.
37 El que ama a padre o madre m<>s que a m<>, no es digno de m<>; el que ama a hijo o hija m<>s que a m<>, no es digno de m<>;
38 y el que no toma su cruz y sigue en pos de m<>, no es digno de m<>.
39 El que halla su vida, la perder<65>; y el que pierde su vida por causa de m<>, la hallar<61>.
Recompensas
40 El que a vosotros recibe, a m<> me recibe; y el que me recibe a m<>, recibe al que me envi<76>.
41 El que recibe a un profeta por cuanto es profeta, recompensa de profeta recibir<69>; y el que recibe a un justo por cuanto es justo, recompensa de justo recibir<69>.
42 Y cualquiera que d<> a uno de estos peque<75>itos un vaso de agua fr<66>a solamente, por cuanto es disc<73>pulo, de cierto os digo que no perder<65> su recompensa.
Los mensajeros de Juan el Bautista
MATEO 11
1 Cuando Jes<65>s termin<69> de dar instrucciones a sus doce disc<73>pulos, se fue de all<6C> a ense<73>ar y a predicar en las ciudades de ellos.
2 Y al o<>r Juan, en la c<>rcel, los hechos de Cristo, le envi<76> dos de sus disc<73>pulos,
3 para preguntarle: <20>Eres t<> aquel que hab<61>a de venir, o esperaremos a otro?
4 Respondiendo Jes<65>s, les dijo: Id, y haced saber a Juan las cosas que o<>s y veis.
5 Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio;
6 y bienaventurado es el que no halle tropiezo en m<>.
7 Mientras ellos se iban, comenz<6E> Jes<65>s a decir de Juan a la gente: <20>Qu<51> salisteis a ver al desierto? <20>Una ca<63>a sacudida por el viento?
8 <20>O qu<71> salisteis a ver? <20>A un hombre cubierto de vestiduras delicadas? He aqu<71>, los que llevan vestiduras delicadas, en las casas de los reyes est<73>n.
9 Pero <20>qu<71> salisteis a ver? <20>A un profeta? S<>, os digo, y m<>s que profeta.
10 Porque <20>ste es de quien est<73> escrito: He aqu<71>, yo env<6E>o mi mensajero delante de tu faz,
El cual preparar<61> tu camino delante de ti.
11 De cierto os digo: Entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista; pero el m<>s peque<75>o en el reino de los cielos, mayor es que <20>l.
12 Desde los d<>as de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan.
13 Porque todos los profetas y la ley profetizaron hasta Juan.
14 Y si quer<65>is recibirlo, <20>l es aquel El<45>as que hab<61>a de venir.
15 El que tiene o<>dos para o<>r, oiga.
16 Mas <20>a qu<71> comparar<61> esta generaci<63>n? Es semejante a los muchachos que se sientan en las plazas, y dan voces a sus compa<70>eros,
17 diciendo: Os tocamos flauta, y no bailasteis; os endechamos, y no lamentasteis.
18 Porque vino Juan, que ni com<6F>a ni beb<65>a, y dicen: Demonio tiene.
19 Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y dicen: He aqu<71> un hombre comil<69>n, y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores. Pero la sabidur<75>a es justificada por sus hijos.
Ayes sobre las ciudades impenitentes
20 Entonces comenz<6E> a reconvenir a las ciudades en las cuales hab<61>a hecho muchos de sus milagros, porque no se hab<61>an arrepentido, diciendo:
21 Ay de ti, Coraz<61>n! Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sid<69>n se hubieran hecho los milagros que han sido hechos en vosotras, tiempo ha que se hubieran arrepentido en cilicio y en ceniza.
22 Por tanto os digo que en el d<>a del juicio, ser<65> m<>s tolerable el castigo para Tiro y para Sid<69>n, que para vosotras.
23 Y t<>, Capernaum, que eres levantada hasta el cielo, hasta el Hades ser<65>s abatida; porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que han sido hechos en ti, habr<62>a permanecido hasta el d<>a de hoy.
24 Por tanto os digo que en el d<>a del juicio, ser<65> m<>s tolerable el castigo para la tierra de Sodoma, que para ti.
Venid a m<> y descansad
25 En aquel tiempo, respondiendo Jes<65>s, dijo: Te alabo, Padre, Se<53>or del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los ni<6E>os.
26 S<>, Padre, porque as<61> te agrad<61>.
27 Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.
28 Venid a m<> todos los que est<73>is trabajados y cargados, y yo os har<61> descansar.
29 Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de m<>, que soy manso y humilde de coraz<61>n; y hallar<61>is descanso para vuestras almas;
30 porque mi yugo es f<>cil, y ligera mi carga.
Los disc<73>pulos recogen espigas en el d<>a de reposo
MATEO 12
1 En aquel tiempo iba Jes<65>s por los sembrados en un d<>a de reposo; y sus disc<73>pulos tuvieron hambre, y comenzaron a arrancar espigas y a comer.
2 Vi<56>ndolo los fariseos, le dijeron: He aqu<71> tus disc<73>pulos hacen lo que no es l<>cito hacer en el d<>a de reposo.
3 Pero <20>l les dijo: <20>No hab<61>is le<6C>do lo que hizo David, cuando <20>l y los que con <20>l estaban tuvieron hambre;
4 c<>mo entr<74> en la casa de Dios, y comi<6D> los panes de la proposici<63>n, que no les era l<>cito comer ni a <20>l ni a los que con <20>l estaban, sino solamente a los sacerdotes?
5 <20>O no hab<61>is le<6C>do en la ley, c<>mo en el d<>a de reposo los sacerdotes en el templo profanan el d<>a de reposo, y son sin culpa?
6 Pues os digo que uno mayor que el templo est<73> aqu<71>.
7 Y si supieseis qu<71> significa: Misericordia quiero, y no sacrificio, no condenar<61>ais a los inocentes;
8 porque el Hijo del Hombre es Se<53>or del d<>a de reposo.
El hombre de la mano seca
9 Pasando de all<6C>, vino a la sinagoga de ellos. 10 Y he aqu<71> hab<61>a all<6C> uno que ten<65>a seca una mano; y preguntaron a Jes<65>s, para poder acusarle: <20>Es l<>cito sanar en el d<>a de reposo?
11 El les dijo: <20>Qu<51> hombre habr<62> de vosotros, que tenga una oveja, y si <20>sta cayere en un hoyo en d<>a de reposo, no le eche mano, y la levante?
12 Pues <20>cu<63>nto m<>s vale un hombre que una oveja? Por consiguiente, es l<>cito hacer el bien en los d<>as de reposo.
13 Entonces dijo a aquel hombre: Extiende tu mano. Y <20>l la extendi<64>, y le fue restaurada sana como la otra.
14 Y salidos los fariseos, tuvieron consejo contra Jes<65>s para destruirle.
El siervo escogido
15 Sabiendo esto Jes<65>s, se apart<72> de all<6C>; y le sigui<75> mucha gente, y sanaba a todos,
16 y les encargaba rigurosamente que no le descubriesen;
17 para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isa<73>as, cuando dijo:
18 He aqu<71> mi siervo, a quien he escogido; Mi Amado, en quien se agrada mi alma; Podr<64> mi Esp<73>ritu sobre <20>l, Y a los gentiles anunciar<61> juicio.
19 No contender<65>, ni vocear<61>, Ni nadie oir<69> en las calles su voz.
20 La ca<63>a cascada no quebrar<61>, Y el p<>bilo que humea no apagar<61>, Hasta que saque a victoria el juicio.
21 Y en su nombre esperar<61>n los gentiles.
La blasfemia contra el Esp<73>ritu Santo
22 Entonces fue tra<72>do a <20>l un endemoniado, ciego y mudo; y le san<61>, de tal manera que el ciego y mudo ve<76>a y hablaba.
23 Y toda la gente estaba at<61>nita, y dec<65>a: <20>Ser<65> <20>ste aquel Hijo de David?
24 Mas los fariseos, al o<>rlo, dec<65>an: Este no echa fuera los demonios sino por Beelzeb<65>, pr<70>ncipe de los demonios.
25 Sabiendo Jes<65>s los pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra s<> mismo, es asolado, y toda ciudad o casa dividida contra s<> misma, no permanecer<65>.
26 Y si Satan<61>s echa fuera a Satan<61>s, contra s<> mismo est<73> dividido; <20>c<EFBFBD>mo, pues, permanecer<65> su reino?
27 Y si yo echo fuera los demonios por Beelzeb<65>, <20>por qui<75>n los echan vuestros hijos? Por tanto, ellos ser<65>n vuestros jueces.
28 Pero si yo por el Esp<73>ritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios.
29 Porque <20>c<EFBFBD>mo puede alguno entrar en la casa del hombre fuerte, y saquear sus bienes, si primero no le ata? Y entonces podr<64> saquear su casa.
30 El que no es conmigo, contra m<> es; y el que conmigo no recoge, desparrama.
31 Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia ser<65> perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Esp<73>ritu no les ser<65> perdonada.
32 A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le ser<65> perdonado; pero al que hable contra el Esp<73>ritu Santo, no le ser<65> perdonado, ni en este siglo ni en el venidero.
33 O haced el <20>rbol bueno, y su fruto bueno, o haced el <20>rbol malo, y su fruto malo; porque por el fruto se conoce el <20>rbol.
34 <20>Generaci<63>n de v<>boras! <20>C<EFBFBD>mo pod<6F>is hablar lo bueno, siendo malos? Porque de la abundancia del coraz<61>n habla la boca.
35 El hombre bueno, del buen tesoro del coraz<61>n saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas.
36 Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella dar<61>n cuenta en el d<>a del juicio.
37 Porque por tus palabras ser<65>s justificado, y por tus palabras ser<65>s condenado.
La generaci<63>n perversa demanda se<73>al
38 Entonces respondieron algunos de los escribas y de los fariseos, diciendo: Maestro, deseamos ver de ti se<73>al.
39 El respondi<64> y les dijo: La generaci<63>n mala y ad<61>ltera demanda se<73>al; pero se<73>al no le ser<65> dada, sino la se<73>al del profeta Jon<6F>s.
40 Porque como estuvo Jon<6F>s en el vientre del gran pez tres d<>as y tres noches, as<61> estar<61> el Hijo del Hombre en el coraz<61>n de la tierra tres d<>as y tres noches.
41 Los hombres de N<>nive se levantar<61>n en el juicio con esta generaci<63>n, y la condenar<61>n; porque ellos se arrepintieron a la predicaci<63>n de Jon<6F>s, y he aqu<71> m<>s que Jon<6F>s en este lugar.
42 La reina del Sur se levantar<61> en el juicio con esta generaci<63>n, y la condenar<61>; porque ella vino de los fines de la tierra para o<>r la sabidur<75>a de Salom<6F>n, y he aqu<71> m<>s que Salom<6F>n en este lugar.
El esp<73>ritu inmundo que vuelve
43 Cuando el esp<73>ritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo, y no lo halla.
44 Entonces dice: Volver<65> a mi casa de donde sal<61>; y cuando llega, la halla desocupada, barrida y adornada.
45 Entonces va, y toma consigo otros siete esp<73>ritus peores que <20>l, y entrados, moran all<6C>; y el postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero. As<41> tambi<62>n acontecer<65> a esta mala generaci<63>n.
La madre y los hermanos de Jes<65>s
46 Mientras <20>l a<>n hablaba a la gente, he aqu<71> su madre y sus hermanos estaban afuera, y le quer<65>an hablar.
47 Y le dijo uno: He aqu<71> tu madre y tus hermanos est<73>n afuera, y te quieren hablar.
48 Respondiendo <20>l al que le dec<65>a esto, dijo: <20>Qui<75>n es mi madre, y qui<75>nes son mis hermanos?
49 Y extendiendo su mano hacia sus disc<73>pulos, dijo: He aqu<71> mi madre y mis hermanos.
50 Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que est<73> en los cielos, <20>se es mi hermano, y hermana, y madre.
Par<EFBFBD>bola del sembrador
MATEO 13
1 Aquel d<>a sali<6C> Jes<65>s de la casa y se sent<6E> junto al mar.
2 Y se le junt<6E> mucha gente; y entrando <20>l en la barca, se sent<6E>, y toda la gente estaba en la playa.
3 Y les habl<62> muchas cosas por par<61>bolas, diciendo: He aqu<71>, el sembrador sali<6C> a sembrar.
4 Y mientras sembraba, parte de la semilla cay<61> junto al camino; y vinieron las aves y la comieron.
5 Parte cay<61> en pedregales, donde no hab<61>a mucha tierra; y brot<6F> pronto, porque no ten<65>a profundidad de tierra;
6 pero salido el sol, se quem<65>; y porque no ten<65>a ra<72>z, se sec<65>.
7 Y parte cay<61> entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron.
8 Pero parte cay<61> en buena tierra, y dio fruto, cu<63>l a ciento, cu<63>l a sesenta, y cu<63>l a treinta por uno.
9 El que tiene o<>dos para o<>r, oiga.
Prop<EFBFBD>sito de las par<61>bolas
10 Entonces, acerc<72>ndose los disc<73>pulos, le dijeron: <20>Por qu<71> les hablas por par<61>bolas?
11 El respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado.
12 Porque a cualquiera que tiene, se le dar<61>, y tendr<64> m<>s; pero al que no tiene, aun lo que tiene le ser<65> quitado.
13 Por eso les hablo por par<61>bolas: porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden.
14 De manera que se cumple en ellos la profec<65>a de Isa<73>as, que dijo:De o<>do oir<69>is, y no entender<65>is; Y viendo ver<65>is, y no percibir<69>is.
15 Porque el coraz<61>n de este pueblo se ha engrosado, Y con los o<>dos oyen pesadamente, Y han cerrado sus ojos; Para que no vean con los ojos, Y oigan con los o<>dos, Y con el coraz<61>n entiendan, Y se conviertan, Y yo los sane.
16 Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros o<>dos, porque oyen.
17 Porque de cierto os digo, que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis, y no lo vieron; y o<>r lo que o<>s, y no lo oyeron.
Jes<EFBFBD>s explica la par<61>bola del sembrador
18 O<>d, pues, vosotros la par<61>bola del sembrador:
19 Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su coraz<61>n. Este es el que fue sembrado junto al camino.
20 Y el que fue sembrado en pedregales, <20>ste es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo;
21 pero no tiene ra<72>z en s<>, sino que es de corta duraci<63>n, pues al venir la aflicci<63>n o la persecuci<63>n por causa de la palabra, luego tropieza.
22 El que fue sembrado entre espinos, <20>ste es el que oye la palabra, pero el af<61>n de este siglo y el enga<67>o de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa.
23 Mas el que fue sembrado en buena tierra, <20>ste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno.
Par<EFBFBD>bola del trigo y la ciza<7A>a
24 Les refiri<72> otra par<61>bola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembr<62> buena semilla en su campo;
25 pero mientras dorm<72>an los hombres, vino su enemigo y sembr<62> ciza<7A>a entre el trigo, y se fue.
26 Y cuando sali<6C> la hierba y dio fruto, entonces apareci<63> tambi<62>n la ciza<7A>a.
27 Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron: Se<53>or, <20>no sembraste buena semilla en tu campo? <20>De d<>nde, pues, tiene ciza<7A>a?
28 El les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: <20>Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos?
29 El les dijo: No, no sea que al arrancar la ciza<7A>a, arranqu<71>is tambi<62>n con ella el trigo.
30 Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo dir<69> a los segadores: Recoged primero la ciza<7A>a, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero.
Par<EFBFBD>bola de la semilla de mostaza
31 Otra par<61>bola les refiri<72>, diciendo: El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, que un hombre tom<6F> y sembr<62> en su campo;
32 el cual a la verdad es la m<>s peque<75>a de todas las semillas; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace <20>rbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas.
Par<EFBFBD>bola de la levadura
33 Otra par<61>bola les dijo: El reino de los cielos es semejante a la levadura que tom<6F> una mujer, y escondi<64> en tres medidas de harina, hasta que todo fue leudado.
El uso que Jes<65>s hace de las par<61>bolas
34 Todo esto habl<62> Jes<65>s por par<61>bolas a la gente, y sin par<61>bolas no les hablaba;
35 para que se cumpliese lo dicho por el profeta, cuando dijo:Abrir<69> en par<61>bolas mi boca; Declarar<61> cosas escondidas desde la fundaci<63>n del mundo.
Jes<EFBFBD>s explica la par<61>bola de la ciza<7A>a
36 Entonces, despedida la gente, entr<74> Jes<65>s en la casa; y acerc<72>ndose a <20>l sus disc<73>pulos, le dijeron: Expl<70>canos la par<61>bola de la ciza<7A>a del campo.
37 Respondiendo <20>l, les dijo: El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre.
38 El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino, y la ciza<7A>a son los hijos del malo.
39 El enemigo que la sembr<62> es el diablo; la siega es el fin del siglo; y los segadores son los <20>ngeles.
40 De manera que como se arranca la ciza<7A>a, y se quema en el fuego, as<61> ser<65> en el fin de este siglo.
41 Enviar<61> el Hijo del Hombre a sus <20>ngeles, y recoger<65>n de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad,
42 y los echar<61>n en el horno de fuego; all<6C> ser<65> el lloro y el crujir de dientes.
43 Entonces los justos resplandecer<65>n como el sol en el reino de su Padre. El que tiene o<>dos para o<>r, oiga.
El tesoro escondido
44 Adem<65>s, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo.
La perla de gran precio
45 Tambi<62>n el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas,
46 que habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendi<64> todo lo que ten<65>a, y la compr<70>.
La red
47 Asimismo el reino de los cielos es semejante a una red, que echada en el mar, recoge de toda clase de peces;
48 y una vez llena, la sacan a la orilla; y sentados, recogen lo bueno en cestas, y lo malo echan fuera.
49 As<41> ser<65> al fin del siglo: saldr<64>n los <20>ngeles, y apartar<61>n a los malos de entre los justos,
50 y los echar<61>n en el horno de fuego; all<6C> ser<65> el lloro y el crujir de dientes.
Tesoros nuevos y viejos
51 Jes<65>s les dijo: <20>Hab<61>is entendido todas estas cosas? Ellos respondieron: S<>, Se<53>or.
52 El les dijo: Por eso todo escriba docto en el reino de los cielos es semejante a un padre de familia, que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas.
Jes<EFBFBD>s en Nazaret
53 Aconteci<63> que cuando Termin<69> Jes<65>s estas par<61>bolas, se fue de all<6C>.
54 Y venido a su tierra, les ense<73>aba en la sinagoga de ellos, de tal manera que se maravillaban, y dec<65>an: <20>De d<>nde tiene <20>ste esta sabidur<75>a y estos milagros?
55 <20>No es <20>ste el hijo del carpintero? <20>No se llama su madre Mar<61>a, y sus hermanos, Jacobo, Jos<6F>, Sim<69>n y Judas?
56 <20>No est<73>n todas sus hermanas con nosotros? <20>De d<>nde, pues, tiene <20>ste todas estas cosas?
57 Y se escandalizaban de <20>l. Pero Jes<65>s les dijo: No hay profeta sin honra, sino en su propia tierra y en su casa.
58 Y no hizo all<6C> muchos milagros, a causa de la incredulidad de ellos.
Muerte de Juan el Bautista
MATEO 14
1 En aquel tiempo Herodes el tetrarca oy<6F> la fama de Jes<65>s,
2 y dijo a sus criados: Este es Juan el Bautista; ha resucitado de los muertos, y por eso act<63>an en <20>l estos poderes.
3 Porque Herodes hab<61>a prendido a Juan, y le hab<61>a encadenado y metido en la c<>rcel, por causa de Herod<6F>as, mujer de Felipe su hermano;
4 porque Juan le dec<65>a: No te es l<>cito tenerla.
5 Y Herodes quer<65>a matarle, pero tem<65>a al pueblo; porque ten<65>an a Juan por profeta.
6 Pero cuando se celebraba el cumplea<65>os de Herodes, la hija de Herod<6F>as danz<6E> en medio, y agrad<61> a Herodes,
7 por lo cual <20>ste le prometi<74> con juramento darle todo lo que pidiese.
8 Ella, instruida primero por su madre, dijo: Dame aqu<71> en un plato la cabeza de Juan el Bautista.
9 Entonces el rey se entristeci<63>; pero a causa del juramento, y de los que estaban con <20>l a la mesa, mand<6E> que se la diesen,
10 y orden<65> decapitar a Juan en la c<>rcel.
11 Y fue tra<72>da su cabeza en un plato, y dada a la muchacha; y ella la present<6E> a su madre.
12 Entonces llegaron sus disc<73>pulos, y tomaron el cuerpo y lo enterraron; y fueron y dieron las nuevas a Jes<65>s.
Alimentaci<EFBFBD>n de los cinco mil
13 Oy<4F>ndolo Jes<65>s, se apart<72> de all<6C> en una barca a un lugar desierto y apartado; y cuando la gente lo oy<6F>, le sigui<75> a pie desde las ciudades.
14 Y saliendo Jes<65>s, vio una gran multitud, y tuvo compasi<73>n de ellos, y san<61> a los que de ellos estaban enfermos.
15 Cuando anochec<65>a, se acercaron a <20>l sus disc<73>pulos, diciendo: El lugar es desierto, y la hora ya pasada; despide a la multitud, para que vayan por las aldeas y compren de comer.
16 Jes<65>s les dijo: No tienen necesidad de irse; dadles vosotros de comer.
17 Y ellos dijeron: No tenemos aqu<71> sino cinco panes y dos peces.
18 El les dijo: Tra<72>dmelos ac<61>.
19 Entonces mand<6E> a la gente recostarse sobre la hierba; y tomando los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, bendijo, y parti<74> y dio los panes a los disc<73>pulos, y los disc<73>pulos a la multitud.
20 Y comieron todos, y se saciaron; y recogieron lo que sobr<62> de los pedazos, doce cestas llenas.
21 Y los que comieron fueron como cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los ni<6E>os.
Jes<EFBFBD>s anda sobre el mar
22 En seguida Jes<65>s hizo a sus disc<73>pulos entrar en la barca e ir delante de <20>l a la otra ribera, entre tanto que <20>l desped<65>a a la multitud.
23 Despedida la multitud, subi<62> al monte a orar aparte; y cuando lleg<65> la noche, estaba all<6C> solo.
24 Y ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas; porque el viento era contrario.
25 Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jes<65>s vino a ellos andando sobre el mar.
26 Y los disc<73>pulos, vi<76>ndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: <20>Un fantasma! Y dieron voces de miedo.
27 Pero en seguida Jes<65>s les habl<62>, diciendo: <20>Tened <20>nimo; yo soy, no tem<65>is!
28 Entonces le respondi<64> Pedro, y dijo: Se<53>or, si eres t<>, manda que yo vaya a ti sobre las aguas.
29 Y <20>l dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jes<65>s.
30 Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: <20>Se<53>or, s<>lvame!
31 Al momento Jes<65>s, extendiendo la mano, asi<73> de <20>l, y le dijo: <20>Hombre de poca fe! <20>Por qu<71> dudaste?
32 Y cuando ellos subieron en la barca, se calm<6C> el viento.
33 Entonces los que estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo: Verdaderamente eres Hijo de Dios.
Jes<EFBFBD>s sana a los enfermos en Genesaret
34 Y terminada la traves<65>a, vinieron a tierra de Genesaret.
35 Cuando le conocieron los hombres de aquel lugar, enviaron noticia por toda aquella tierra alrededor, y trajeron a <20>l todos los enfermos;
36 y le rogaban que les dejase tocar solamente el borde de su manto; y todos los que lo tocaron, quedaron sanos.
Lo que contamina al hombre
MATEO 15
1 Entonces se acercaron a Jes<65>s ciertos escribas y fariseos de Jerusal<61>n, diciendo:
2 <20>Por qu<71> tus disc<73>pulos quebrantan la tradici<63>n de los ancianos? Porque no se lavan las manos cuando comen pan.
3 Respondiendo <20>l, les dijo: <20>Por qu<71> tambi<62>n vosotros quebrant<6E>is el mandamiento de Dios por vuestra tradici<63>n?
4 Porque Dios mand<6E> diciendo: Honra a tu padre y a tu madre; y: El que maldiga al padre o a la madre, muera irremisiblemente.
5 Pero vosotros dec<65>s: Cualquiera que diga a su padre o a su madre: Es mi ofrenda a Dios todo aquello con que pudiera ayudarte,
6 ya no ha de honrar a su padre o a su madre. As<41> hab<61>is invalidado el mandamiento de Dios por vuestra tradici<63>n.
7 Hip<69>critas, bien profetiz<69> de vosotros Isa<73>as, cuando dijo:
8 Este pueblo de labios me honra; Mas su coraz<61>n est<73> lejos de m<>.
9 Pues en vano me honran, Ense<73>ando como doctrinas, mandamientos de hombres.
10 Y llamando a s<> a la multitud, les dijo: O<>d, y entended:
11 No lo que entra en la boca contamina al hombre; mas lo que sale de la boca, esto contamina al hombre.
12 Entonces acerc<72>ndose sus disc<73>pulos, le dijeron: <20>Sabes que los fariseos se ofendieron cuando oyeron esta palabra?
13 Pero respondiendo <20>l, dijo: Toda planta que no plant<6E> mi Padre celestial, ser<65> desarraigada.
14 Dejadlos; son ciegos gu<67>as de ciegos; y si el ciego guiare al ciego, ambos caer<65>n en el hoyo.
15 Respondiendo Pedro, le dijo: Expl<70>canos esta par<61>bola.
16 Jes<65>s dijo: <20>Tambi<62>n vosotros sois a<>n sin entendimiento?
17 <20>No entend<6E>is que todo lo que entra en la boca va al vientre, y es echado en la letrina?
18 Pero lo que sale de la boca, del coraz<61>n sale; y esto contamina al hombre.
19 Porque del coraz<61>n salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias.
20 Estas cosas son las que contaminan al hombre; pero el comer con las manos sin lavar no contamina al hombre.
La fe de la mujer cananea
21 Saliendo Jes<65>s de all<6C>, se fue a la regi<67>n de Tiro y de Sid<69>n.
22 Y he aqu<71> una mujer cananea que hab<61>a salido de aquella regi<67>n clamaba, dici<63>ndole: <20>Se<53>or, Hijo de David, ten misericordia de m<>! Mi hija es gravemente atormentada por un demonio.
23 Pero Jes<65>s no le respondi<64> palabra. Entonces acerc<72>ndose sus disc<73>pulos, le rogaron, diciendo: Desp<73>dela, pues da voces tras nosotros.
24 El respondiendo, dijo: No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel.
25 Entonces ella vino y se postr<74> ante <20>l, diciendo: <20>Se<53>or, soc<6F>rreme!
26 Respondiendo <20>l, dijo: No est<73> bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos.
27 Y ella dijo: S<>, Se<53>or; pero aun los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos.
28 Entonces respondiendo Jes<65>s, dijo: Oh mujer, grande es tu fe; h<>gase contigo como quieres. Y su hija fue sanada desde aquella hora.
Jes<EFBFBD>s sana a muchos
29 Pas<61> Jes<65>s de all<6C> y vino junto al mar de Galilea; y subiendo al monte, se sent<6E> all<6C>.
30 Y se le acerc<72> mucha gente que tra<72>a consigo a cojos, ciegos, mudos, mancos, y otros muchos enfermos; y los pusieron a los pies de Jes<65>s, y los san<61>;
31 de manera que la multitud se maravillaba, viendo a los mudos hablar, a los mancos sanados, a los cojos andar, y a los ciegos ver; y glorificaban al Dios de Israel.
Alimentaci<EFBFBD>n de los cuatro mil
32 Y Jes<65>s, llamando a sus disc<73>pulos, dijo: Tengo compasi<73>n de la gente, porque ya hace tres d<>as que est<73>n conmigo, y no tienen qu<71> comer; y enviarlos en ayunas no quiero, no sea que desmayen en el camino.
33 Entonces sus disc<73>pulos le dijeron: <20>De d<>nde tenemos nosotros tantos panes en el desierto, para saciar a una multitud tan grande?
34 Jes<65>s les dijo: <20>Cu<43>ntos panes ten<65>is? Y ellos dijeron: Siete, y unos pocos pececillos. 35 Y mand<6E> a la multitud que se recostase en tierra.
36 Y tomando los siete panes y los peces, dio gracias, los parti<74> y dio a sus disc<73>pulos, y los disc<73>pulos a la multitud.
37 Y comieron todos, y se saciaron; y recogieron lo que sobr<62> de los pedazos, siete canastas llenas.
38 Y eran los que hab<61>an comido, cuatro mil hombres, sin contar las mujeres y los ni<6E>os.
39 Entonces, despedida la gente, entr<74> en la barca, y vino a la regi<67>n de Magdala.
La demanda de una se<73>al
MATEO 16
1 Vinieron los fariseos y los saduceos para tentarle, y le pidieron que les mostrase se<73>al del cielo.
2 Mas <20>l respondiendo, les dijo: Cuando anochece, dec<65>s: Buen tiempo; porque el cielo tiene arreboles.
3 Y por la ma<6D>ana: Hoy habr<62> tempestad; porque tiene arreboles el cielo nublado. <20>Hip<69>critas! que sab<61>is distinguir el aspecto del cielo, <20>mas las se<73>ales de los tiempos no pod<6F>is!
4 La generaci<63>n mala y ad<61>ltera demanda se<73>al; pero se<73>al no le ser<65> dada, sino la se<73>al del profeta Jon<6F>s. Y dej<65>ndolos, se fue.
La levadura de los fariseos
5 Llegando sus disc<73>pulos al otro lado, se hab<61>an olvidado de traer pan.
6 Y Jes<65>s les dijo: Mirad, guardaos de la levadura de los fariseos y de los saduceos.
7 Ellos pensaban dentro de s<>, diciendo: Esto dice porque no trajimos pan.
8 Y entendi<64>ndolo Jes<65>s, les dijo: <20>Por qu<71> pens<6E>is dentro de vosotros, hombres de poca fe, que no ten<65>is pan?
9 <20>No entend<6E>is a<>n, ni os acord<72>is de los cinco panes entre cinco mil hombres, y cu<63>ntas cestas recogisteis?
10 <20>Ni de los siete panes entre cuatro mil, y cu<63>ntas canastas recogisteis?
11 <20>C<EFBFBD>mo es que no entend<6E>is que no fue por el pan que os dije que os guardaseis de la levadura de los fariseos y de los saduceos?
12 Entonces entendieron que no les hab<61>a dicho que se guardasen de la levadura del pan, sino de la doctrina de los fariseos y de los saduceos.
La confesi<73>n de Pedro
13 Viniendo Jes<65>s a la regi<67>n de Cesarea de Filipo, pregunt<6E> a sus disc<73>pulos, diciendo: <20>Qui<75>n dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?
14 Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, El<45>as; y otros, Jerem<65>as, o alguno de los profetas.
15 El les dijo: Y vosotros, <20>qui<75>n dec<65>s que soy yo?
16 Respondiendo Sim<69>n Pedro, dijo: T<> eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.
17 Entonces le respondi<64> Jes<65>s: Bienaventurado eres, Sim<69>n, hijo de Jon<6F>s, porque no te lo revel<65> carne ni sangre, sino mi Padre que est<73> en los cielos.
18 Y yo tambi<62>n te digo, que t<> eres Pedro, y sobre esta roca edificar<61> mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecer<65>n contra ella.
19 Y a ti te dar<61> las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra ser<65> atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra ser<65> desatado en los cielos.
20 Entonces mand<6E> a sus disc<73>pulos que a nadie dijesen que <20>l era Jes<65>s el Cristo.
Jes<EFBFBD>s anuncia su muerte
21 Desde entonces comenz<6E> Jes<65>s a declarar a sus disc<73>pulos que le era necesario ir a Jerusal<61>n y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer d<>a.
22 Entonces Pedro, tom<6F>ndolo aparte, comenz<6E> a reconvenirle, diciendo: Se<53>or, ten compasi<73>n de ti; en ninguna manera esto te acontezca.
23 Pero <20>l, volvi<76>ndose, dijo a Pedro: <20>Qu<51>tate de delante de m<>, Satan<61>s!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.
24 Entonces Jes<65>s dijo a sus disc<73>pulos: Si alguno quiere venir en pos de m<>, ni<6E>guese a s<> mismo, y tome su cruz, y s<>game.
25 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perder<65>; y todo el que pierda su vida por causa de m<>, la hallar<61>.
26 Porque <20>qu<71> aprovechar<61> al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? <20>O qu<71> recompensa dar<61> el hombre por su alma?
27 Porque el Hijo del Hombre vendr<64> en la gloria de su Padre con sus <20>ngeles, y entonces pagar<61> a cada uno conforme a sus obras.
28 De cierto os digo que hay algunos de los que est<73>n aqu<71>, que no gustar<61>n la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en su reino.
La transfiguraci<63>n
MATEO 17
1 Seis d<>as despu<70>s, Jes<65>s tom<6F> a Pedro, a Jacobo y a Juan su hermano, y los llev<65> aparte a un monte alto;
2 y se transfigur<75> delante de ellos, y resplandeci<63> su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz.
3 Y he aqu<71> les aparecieron Mois<69>s y El<45>as, hablando con <20>l.
4 Entonces Pedro dijo a Jes<65>s: Se<53>or, bueno es para nosotros que estemos aqu<71>; si quieres, hagamos aqu<71> tres enramadas: una para ti, otra para Mois<69>s, y otra para El<45>as.
5 Mientras <20>l a<>n hablaba, una nube de luz los cubri<72>; y he aqu<71> una voz desde la nube, que dec<65>a: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a <20>l o<>d.
6 Al o<>r esto los disc<73>pulos, se postraron sobre sus rostros, y tuvieron gran temor.
7 Entonces Jes<65>s se acerc<72> y los toc<6F>, y dijo: Levantaos, y no tem<65>is.
8 Y alzando ellos los ojos, a nadie vieron sino a Jes<65>s solo.
9 Cuando descendieron del monte, Jes<65>s les mand<6E>, diciendo: No dig<69>is a nadie la visi<73>n, hasta que el Hijo del Hombre resucite de los muertos.
10 Entonces sus disc<73>pulos le preguntaron, diciendo: <20>Por qu<71>, pues, dicen los escribas que es necesario que El<45>as venga primero?
11 Respondiendo Jes<65>s, les dijo: A la verdad, El<45>as viene primero, y restaurar<61> todas las cosas.
12 Mas os digo que El<45>as ya vino, y no le conocieron, sino que hicieron con <20>l todo lo que quisieron; as<61> tambi<62>n el Hijo del Hombre padecer<65> de ellos.
13 Entonces los disc<73>pulos comprendieron que les hab<61>a hablado de Juan el Bautista.
Jes<EFBFBD>s sana a un muchacho lun<75>tico
14 Cuando llegaron al gent<6E>o, vino a <20>l un hombre que se arrodill<6C> delante de <20>l, diciendo:
15 Se<53>or, ten misericordia de mi hijo, que es lun<75>tico, y padece much<63>simo; porque muchas veces cae en el fuego, y muchas en el agua.
16 Y lo he tra<72>do a tus disc<73>pulos, pero no le han podido sanar.
17 Respondiendo Jes<65>s, dijo: <20>Oh generaci<63>n incr<63>dula y perversa! <20>Hasta cu<63>ndo he de estar con vosotros? <20>Hasta cu<63>ndo os he de soportar? Tra<72>dmelo ac<61>.
18 Y reprendi<64> Jes<65>s al demonio, el cual sali<6C> del muchacho, y <20>ste qued<65> sano desde aquella hora.
19 Viniendo entonces los disc<73>pulos a Jes<65>s, aparte, dijeron: <20>Por qu<71> nosotros no pudimos echarlo fuera?
20 Jes<65>s les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, dir<69>is a este monte: P<>sate de aqu<71> all<6C>, y se pasar<61>; y nada os ser<65> imposible.
21 Pero este g<>nero no sale sino con oraci<63>n y ayuno.
Jes<EFBFBD>s anuncia otra vez su muerte
22 Estando ellos en Galilea, Jes<65>s les dijo: El Hijo del Hombre ser<65> entregado en manos de hombres,
23 y le matar<61>n; mas al tercer d<>a resucitar<61>. Y ellos se entristecieron en gran manera.
Pago del impuesto del templo
24 Cuando llegaron a Capernaum, vinieron a Pedro los que cobraban las dos dracmas, y le dijeron: <20>Vuestro Maestro no paga las dos dracmas?
25 El dijo: S<>. Y al entrar <20>l en casa, Jes<65>s le habl<62> primero, diciendo: <20>Qu<51> te parece, Sim<69>n? Los reyes de la tierra, <20>de qui<75>nes cobran los tributos o los impuestos? <20>De sus hijos, o de los extra<72>os?
26 Pedro le respondi<64>: De los extra<72>os. Jes<65>s le dijo: Luego los hijos est<73>n exentos.
27 Sin embargo, para no ofenderles, ve al mar, y echa el anzuelo, y el primer pez que saques, t<>malo, y al abrirle la boca, hallar<61>s un estatero; t<>malo, y d<>selo por m<> y por ti.
<EFBFBD>Qui<EFBFBD>n es el mayor?
MATEO 18
1 En aquel tiempo los disc<73>pulos vinieron a Jes<65>s, diciendo: <20>Qui<75>n es el mayor en el reino de los cielos?
2 Y llamando Jes<65>s a un ni<6E>o, lo puso en medio de ellos,
3 y dijo: De cierto os digo, que si no os volv<6C>is y os hac<61>is como ni<6E>os, no entrar<61>is en el reino de los cielos.
4 As<41> que, cualquiera que se humille como este ni<6E>o, <20>se es el mayor en el reino de los cielos.
5 Y cualquiera que reciba en mi nombre a un ni<6E>o como este, a m<> me recibe.
Ocasiones de caer
6 Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos peque<75>os que creen en m<>, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar.
7 <20>Ay del mundo por los tropiezos! porque es necesario que vengan tropiezos, pero <20>ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo!
8 Por tanto, si tu mano o tu pie te es ocasi<73>n de caer, c<>rtalo y <20>chalo de ti; mejor te es entrar en la vida cojo o manco, que teniendo dos manos o dos pies ser echado en el fuego eterno.
9 Y si tu ojo te es ocasi<73>n de caer, s<>calo y <20>chalo de ti; mejor te es entrar con un solo ojo en la vida, que teniendo dos ojos ser echado en el infierno de fuego.
Par<EFBFBD>bola de la oveja perdida
10 Mirad que no menospreci<63>is a uno de estos peque<75>os; porque os digo que sus <20>ngeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que est<73> en los cielos.
11 Porque el Hijo del Hombre ha venido para salvar lo que se hab<61>a perdido.
12 <20>Qu<51> os parece? Si un hombre tiene cien ovejas, y se descarr<72>a una de ellas, <20>no deja las noventa y nueve y va por los montes a buscar la que se hab<61>a descarriado?
13 Y si acontece que la encuentra, de cierto os digo que se regocija m<>s por aqu<71>lla, que por las noventa y nueve que no se descarriaron.
14 As<41>, no es la voluntad de vuestro Padre que est<73> en los cielos, que se pierda uno de estos peque<75>os.
C<EFBFBD>mo se debe perdonar al hermano
15 Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repr<70>ndele estando t<> y <20>l solos; si te oyere, has ganado a tu hermano.
16 Mas si no te oyere, toma a<>n contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra.
17 Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano.
18 De cierto os digo que todo lo que at<61>is en la tierra, ser<65> atado en el cielo; y todo lo que desat<61>is en la tierra, ser<65> desatado en el cielo.
19 Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les ser<65> hecho por mi Padre que est<73> en los cielos. 20 Porque donde est<73>n dos o tres congregados en mi nombre, all<6C> estoy yo en medio de ellos.
21 Entonces se le acerc<72> Pedro y le dijo: Se<53>or, <20>cu<63>ntas veces perdonar<61> a mi hermano que peque contra m<>? <20>Hasta siete?
22 Jes<65>s le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.
Los dos deudores
23 Por lo cual el reino de los cielos es semejante a un rey que quiso hacer cuentas con sus siervos.
24 Y comenzando a hacer cuentas, le fue presentado uno que le deb<65>a diez mil talentos.
25 A <20>ste, como no pudo pagar, orden<65> su se<73>or venderle, y a su mujer e hijos, y todo lo que ten<65>a, para que se le pagase la deuda.
26 Entonces aquel siervo, postrado, le suplicaba, diciendo: Se<53>or, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagar<61> todo.
27 El se<73>or de aquel siervo, movido a misericordia, le solt<6C> y le perdon<6F> la deuda.
28 Pero saliendo aquel siervo, hall<6C> a uno de sus consiervos, que le deb<65>a cien denarios; y asiendo de <20>l, le ahogaba, diciendo: P<>game lo que me debes.
29 Entonces su consiervo, postr<74>ndose a sus pies, le rogaba diciendo: Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagar<61> todo.
30 Mas <20>l no quiso, sino fue y le ech<63> en la c<>rcel, hasta que pagase la deuda.
31 Viendo sus consiervos lo que pasaba, se entristecieron mucho, y fueron y refirieron a su se<73>or todo lo que hab<61>a pasado.
32 Entonces, llam<61>ndole su se<73>or, le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdon<6F>, porque me rogaste.
33 <20>No deb<65>as t<> tambi<62>n tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti?
34 Entonces su se<73>or, enojado, le entreg<65> a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le deb<65>a.
35 As<41> tambi<62>n mi Padre celestial har<61> con vosotros si no perdon<6F>is de todo coraz<61>n cada uno a su hermano sus ofensas.
Jes<EFBFBD>s ense<73>a sobre el divorcio
MATEO 19
1 Aconteci<63> que cuando Jes<65>s termin<69> estas palabras, se alej<65> de Galilea, y fue a las regiones de Judea al otro lado del Jord<72>n.
2 Y le siguieron grandes multitudes, y los san<61> all<6C>.
3 Entonces vinieron a <20>l los fariseos, tent<6E>ndole y dici<63>ndole: <20>Es l<>cito al hombre repudiar a su mujer por cualquier causa?
4 El, respondiendo, les dijo: <20>No hab<61>is le<6C>do que el que los hizo al principio, var<61>n y hembra los hizo,
5 y dijo: Por esto el hombre dejar<61> padre y madre, y se unir<69> a su mujer, y los dos ser<65>n una sola carne?
6 As<41> que no son ya m<>s dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios junt<6E>, no lo separe el hombre.
7 Le dijeron: <20>Por qu<71>, pues, mand<6E> Mois<69>s dar carta de divorcio, y repudiarla?
8 El les dijo: Por la dureza de vuestro coraz<61>n Mois<69>s os permiti<74> repudiar a vuestras mujeres; mas al principio no fue as<61>.
9 Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicaci<63>n, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera.
10 Le dijeron sus disc<73>pulos: Si as<61> es la condici<63>n del hombre con su mujer, no conviene casarse.
11 Entonces <20>l les dijo: No todos son capaces de recibir esto, sino aquellos a quienes es dado.
12 Pues hay eunucos que nacieron as<61> del vientre de su madre, y hay eunucos que son hechos eunucos por los hombres, y hay eunucos que a s<> mismos se hicieron eunucos por causa del reino de los cielos. El que sea capaz de recibir esto, que lo reciba.
Jes<EFBFBD>s bendice a los ni<6E>os
13 Entonces le fueron presentados unos ni<6E>os, para que pusiese las manos sobre ellos, y orase; y los disc<73>pulos les reprendieron.
14 Pero Jes<65>s dijo: Dejad a los ni<6E>os venir a m<>, y no se lo impid<69>is; porque de los tales es el reino de los cielos.
15 Y habiendo puesto sobre ellos las manos, se fue de all<6C>.
El joven rico
16 Entonces vino uno y le dijo: Maestro bueno, <20>qu<71> bien har<61> para tener la vida eterna?
17 El le dijo: <20>Por que me llamas bueno? Ninguno hay bueno sino uno: Dios. Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos.
18 Le dijo: <20>Cu<43>les? Y Jes<65>s dijo: No matar<61>s. No adulterar<61>s. No hurtar<61>s. No dir<69>s falso testimonio.
19 Honra a tu padre y a tu madre; y, Amar<61>s a tu pr<70>jimo como a ti mismo.
20 El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. <20>Qu<51> m<>s me falta?
21 Jes<65>s le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendr<64>s tesoro en el cielo; y ven y s<>gueme.
22 Oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque ten<65>a muchas posesiones.
23 Entonces Jes<65>s dijo a sus disc<73>pulos: De cierto os digo, que dif<69>cilmente entrar<61> un rico en el reino de los cielos.
24 Otra vez os digo, que es m<>s f<>cil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios.
25 Sus disc<73>pulos, oyendo esto, se asombraron en gran manera, diciendo: <20>Qui<75>n, pues, podr<64> ser salvo?
26 Y mir<69>ndolos Jes<65>s, les dijo: Para los hombres esto es imposible; mas para Dios todo es posible.
27 Entonces respondiendo Pedro, le dijo: He aqu<71>, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido; <20>qu<71>, pues, tendremos?
28 Y Jes<65>s les dijo: De cierto os digo que en la regeneraci<63>n, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me hab<61>is seguido tambi<62>n os sentar<61>is sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.
29 Y cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre, recibir<69> cien veces m<>s, y heredar<61> la vida eterna. 30 Pero muchos primeros ser<65>n postreros, y postreros, primeros.
Los obreros de la vi<76>a
MATEO 20
1 Porque el reino de los cielos es semejante a un hombre, padre de familia, que sali<6C> por la ma<6D>ana a contratar obreros para su vi<76>a.
2 Y habiendo convenido con los obreros en un denario al d<>a, los envi<76> a su vi<76>a.
3 Saliendo cerca de la hora tercera del d<>a, vio a otros que estaban en la plaza desocupados;
4 y les dijo: Id tambi<62>n vosotros a mi vi<76>a, y os dar<61> lo que sea justo. Y ellos fueron.
5 Sali<6C> otra vez cerca de las horas sexta y novena, e hizo lo mismo. 6 Y saliendo cerca de la hora und<6E>cima, hall<6C> a otros que estaban desocupados; y les dijo: <20>Por qu<71> est<73>is aqu<71> todo el d<>a desocupados?
7 Le dijeron: Porque nadie nos ha contratado. El les dijo: Id tambi<62>n vosotros a la vi<76>a, y recibir<69>is lo que sea justo.
8 Cuando lleg<65> la noche, el se<73>or de la vi<76>a dijo a su mayordomo: Llama a los obreros y p<>gales el jornal, comenzando desde los postreros hasta los primeros.
9 Y al venir los que hab<61>an ido cerca de la hora und<6E>cima, recibieron cada uno un denario.
10 Al venir tambi<62>n los primeros, pensaron que hab<61>an de recibir m<>s; pero tambi<62>n ellos recibieron cada uno un denario.
11 Y al recibirlo, murmuraban contra el padre de familia,
12 diciendo: Estos postreros han trabajado una sola hora, y los has hecho iguales a nosotros, que hemos soportado la carga y el calor del d<>a.
13 El, respondiendo, dijo a uno de ellos: Amigo, no te hago agravio; <20>no conviniste conmigo en un denario?
14 Toma lo que es tuyo, y vete; pero quiero dar a este postrero, como a ti.
15 <20>No me es l<>cito hacer lo que quiero con lo m<>o? <20>O tienes t<> envidia, porque yo soy bueno? 16 As<41>, los primeros ser<65>n postreros, y los postreros, primeros; porque muchos son llamados, mas pocos escogidos.
Nuevamente Jes<65>s anuncia su muerte
17 Subiendo Jes<65>s a Jerusal<61>n, tom<6F> a sus doce disc<73>pulos aparte en el camino, y les dijo:
18 He aqu<71> subimos a Jerusal<61>n, y el Hijo del Hombre ser<65> entregado a los principales sacerdotes y a los escribas, y le condenar<61>n a muerte;
19 y le entregar<61>n a los gentiles para que le escarnezcan, le azoten, y le crucifiquen; mas al tercer d<>a resucitar<61>.
Petici<EFBFBD>n de Santiago y de Juan
20 Entonces se le acerc<72> la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, postr<74>ndose ante <20>l y pidi<64>ndole algo.
21 El le dijo: <20>Qu<51> quieres? Ella le dijo: Ordena que en tu reino se sienten estos dos hijos m<>os, el uno a tu derecha, y el otro a tu izquierda.
22 Entonces Jes<65>s respondiendo, dijo: No sab<61>is lo que ped<65>s. <20>Pod<6F>is beber del vaso que yo he de beber, y ser bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado? Y ellos le dijeron: Podemos.
23 El les dijo: A la verdad, de mi vaso beber<65>is, y con el bautismo con que yo soy bautizado, ser<65>is bautizados; pero el sentaros a mi derecha y a mi izquierda, no es m<>o darlo, sino a aquellos para quienes est<73> preparado por mi Padre.
24 Cuando los diez oyeron esto, se enojaron contra los dos hermanos.
25 Entonces Jes<65>s, llam<61>ndolos, dijo: Sab<61>is que los gobernantes de las naciones se ense<73>orean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad.
26 Mas entre vosotros no ser<65> as<61>, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros ser<65> vuestro servidor,
27 y el que quiera ser el primero entre vosotros ser<65> vuestro siervo;
28 como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.
Dos ciegos reciben la vista
29 Al salir ellos de Jeric<69>, le segu<67>a una gran multitud.
30 Y dos ciegos que estaban sentados junto al camino, cuando oyeron que Jes<65>s pasaba, clamaron, diciendo: <20>Se<53>or, Hijo de David, ten misericordia de nosotros!
31 Y la gente les reprendi<64> para que callasen; pero ellos clamaban m<>s, diciendo: <20>Se<53>or, Hijo de David, ten misericordia de nosotros!
32 Y deteni<6E>ndose Jes<65>s, los llam<61>, y les dijo: <20>Qu<51> quer<65>is que os haga?
33 Ellos le dijeron: Se<53>or, que sean abiertos nuestros ojos.
34 Entonces Jes<65>s, compadecido, les toc<6F> los ojos, y en seguida recibieron la vista; y le siguieron.
La entrada triunfal en Jerusal<61>n
MATEO 21
1 Cuando se acercaron a Jerusal<61>n, y vinieron a Betfag<61>, al monte de los Olivos, Jes<65>s envi<76> dos disc<73>pulos,
2 dici<63>ndoles: Id a la aldea que est<73> enfrente de vosotros, y luego hallar<61>is una asna atada, y un pollino con ella; desatadla, y tra<72>dmelos.
3 Y si alguien os dijere algo, decid: El Se<53>or los necesita; y luego los enviar<61>.
4 Todo esto aconteci<63> para que se cumpliese lo dicho por el profeta, cuando dijo:
5 Decid a la hija de Sion: He aqu<71>, tu Rey viene a ti, Manso, y sentado sobre una asna, Sobre un pollino, hijo de animal de carga.
6 Y los disc<73>pulos fueron, e hicieron como Jes<65>s les mand<6E>;
7 y trajeron el asna y el pollino, y pusieron sobre ellos sus mantos; y <20>l se sent<6E> encima.
8 Y la multitud, que era muy numerosa, tend<6E>a sus mantos en el camino; y otros cortaban ramas de los <20>rboles, y las tend<6E>an en el camino.
9 Y la gente que iba delante y la que iba detr<74>s aclamaba, diciendo: <20>Hosanna al Hijo de David! <20>Bendito el que viene en el nombre del Se<53>or! <20>Hosanna en las alturas!
10 Cuando entr<74> <20>l en Jerusal<61>n, toda la ciudad se conmovi<76>, diciendo: <20>Qui<75>n es <20>ste?
11 Y la gente dec<65>a: Este es Jes<65>s el profeta, de Nazaret de Galilea.
Purificaci<EFBFBD>n del templo
12 Y entr<74> Jes<65>s en el templo de Dios, y ech<63> fuera a todos los que vend<6E>an y compraban en el templo, y volc<6C> las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vend<6E>an palomas;
13 y les dijo: Escrito est<73>: Mi casa, casa de oraci<63>n ser<65> llamada; mas vosotros la hab<61>is hecho cueva de ladrones.
14 Y vinieron a <20>l en el templo ciegos y cojos, y los san<61>.
15 Pero los principales sacerdotes y los escribas, viendo las maravillas que hac<61>a, y a los muchachos aclamando en el templo y diciendo: <20>Hosanna al Hijo de David! se indignaron,
16 y le dijeron: <20>Oyes lo que <20>stos dicen? Y Jes<65>s les dijo: S<>; <20>nunca le<6C>steis: De la boca de los ni<6E>os y de los que maman Perfeccionaste la alabanza?
17 Y dej<65>ndolos, sali<6C> fuera de la ciudad a Betania, y pos<6F> all<6C>.
Maldici<EFBFBD>n de la higuera est<73>ril
18 Por la ma<6D>ana, volviendo a la ciudad, tuvo hambre.
19 Y viendo una higuera cerca del camino, vino a ella, y no hall<6C> nada en ella, sino hojas solamente; y le dijo: Nunca jam<61>s nazca de ti fruto. Y luego se sec<65> la higuera.
20 Viendo esto los disc<73>pulos, dec<65>an maravillados: <20>C<EFBFBD>mo es que se sec<65> en seguida la higuera?
21 Respondiendo Jes<65>s, les dijo: De cierto os digo, que si tuviereis fe, y no dudareis, no s<>lo har<61>is esto de la higuera, sino que si a este monte dijereis: Qu<51>tate y <20>chate en el mar, ser<65> hecho.
22 Y todo lo que pidiereis en oraci<63>n, creyendo, lo recibir<69>is.
La autoridad de Jes<65>s
23 Cuando vino al templo, los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo se acercaron a <20>l mientras ense<73>aba, y le dijeron: <20>Con qu<71> autoridad haces estas cosas? <20>y qui<75>n te dio esta autoridad?
24 Respondiendo Jes<65>s, les dijo: Yo tambi<62>n os har<61> una pregunta, y si me la contest<73>is, tambi<62>n yo os dir<69> con qu<71> autoridad hago estas cosas.
25 El bautismo de Juan, <20>de d<>nde era? <20>Del cielo, o de los hombres? Ellos entonces discut<75>an entre s<>, diciendo: Si decimos, del cielo, nos dir<69>: <20>Por qu<71>, pues, no le cre<72>steis?
26 Y si decimos, de los hombres, tememos al pueblo; porque todos tienen a Juan por profeta.
27 Y respondiendo a Jes<65>s, dijeron: No sabemos. Y <20>l tambi<62>n les dijo: Tampoco yo os digo con qu<71> autoridad hago estas cosas.
Par<EFBFBD>bola de los dos hijos
28 Pero <20>qu<71> os parece? Un hombre ten<65>a dos hijos, y acerc<72>ndose al primero, le dijo: Hijo, v<> hoy a trabajar en mi vi<76>a.
29 Respondiendo <20>l, dijo: No quiero; pero despu<70>s, arrepentido, fue.
30 Y acerc<72>ndose al otro, le dijo de la misma manera; y respondiendo <20>l, dijo: S<>, se<73>or, voy. Y no fue.
31 <20>Cu<43>l de los dos hizo la voluntad de su padre? Dijeron ellos: El primero. Jes<65>s les dijo: De cierto os digo, que los publicanos y las rameras van delante de vosotros al reino de Dios.
32 Porque vino a vosotros Juan en camino de justicia, y no le cre<72>steis; pero los publicanos y las rameras le creyeron; y vosotros, viendo esto, no os arrepentisteis despu<70>s para creerle.
Los labradores malvados
33 O<>d otra par<61>bola: Hubo un hombre, padre de familia, el cual plant<6E> una vi<76>a, la cerc<72> de vallado, cav<61> en ella un lagar, edific<69> una torre, y la arrend<6E> a unos labradores, y se fue lejos.
34 Y cuando se acerc<72> el tiempo de los frutos, envi<76> sus siervos a los labradores, para que recibiesen sus frutos.
35 Mas los labradores, tomando a los siervos, a uno golpearon, a otro mataron, y a otro apedrearon.
36 Envi<76> de nuevo otros siervos, m<>s que los primeros; e hicieron con ellos de la misma manera.
37 Finalmente les envi<76> su hijo, diciendo: Tendr<64>n respeto a mi hijo.
38 Mas los labradores, cuando vieron al hijo, dijeron entre s<>: Este es el heredero; venid, mat<61>mosle, y apoder<65>monos de su heredad.
39 Y tom<6F>ndole, le echaron fuera de la vi<76>a, y le mataron.
40 Cuando venga, pues, el se<73>or de la vi<76>a, <20>qu<71> har<61> a aquellos labradores?
41 Le dijeron: A los malos destruir<69> sin misericordia, y arrendar<61> su vi<76>a a otros labradores, que le paguen el fruto a su tiempo.
42 Jes<65>s les dijo: <20>Nunca le<6C>steis en las Escrituras: La piedra que desecharon los edificadores, Ha venido a ser cabeza del <20>ngulo. El Se<53>or ha hecho esto, Y es cosa maravillosa a nuestros ojos?
43 Por tanto os digo, que el reino de Dios ser<65> quitado de vosotros, y ser<65> dado a gente que produzca los frutos de <20>l.
44 Y el que cayere sobre esta piedra ser<65> quebrantado; y sobre quien ella cayere, le desmenuzar<61>.
45 Y oyendo sus par<61>bolas los principales sacerdotes y los fariseos, entendieron que hablaba de ellos.
46 Pero al buscar c<>mo echarle mano, tem<65>an al pueblo, porque <20>ste le ten<65>a por profeta.
Par<EFBFBD>bola de la fiesta de bodas
MATEO 22
1 Respondiendo Jes<65>s, les volvi<76> a hablar en par<61>bolas, diciendo:
2 El reino de los cielos es semejante a un rey que hizo fiesta de bodas a su hijo;
3 y envi<76> a sus siervos a llamar a los convidados a las bodas; mas <20>stos no quisieron venir.
4 Volvi<76> a enviar otros siervos, diciendo: Decid a los convidados: He aqu<71>, he preparado mi comida; mis toros y animales engordados han sido muertos, y todo est<73> dispuesto; venid a las bodas.
5 Mas ellos, sin hacer caso, se fueron, uno a su labranza, y otro a sus negocios;
6 y otros, tomando a los siervos, los afrentaron y los mataron.
7 Al o<>rlo el rey, se enoj<6F>; y enviando sus ej<65>rcitos, destruy<75> a aquellos homicidas, y quem<65> su ciudad.
8 Entonces dijo a sus siervos: Las bodas a la verdad est<73>n preparadas; mas los que fueron convidados no eran dignos.
9 Id, pues, a las salidas de los caminos, y llamad a las bodas a cuantos hall<6C>is.
10 Y saliendo los siervos por los caminos, juntaron a todos los que hallaron, juntamente malos y buenos; y las bodas fueron llenas de convidados.
11 Y entr<74> el rey para ver a los convidados, y vio all<6C> a un hombre que no estaba vestido de boda.
12 Y le dijo: Amigo, <20>c<EFBFBD>mo entraste aqu<71>, sin estar vestido de boda? Mas <20>l enmudeci<63>.
13 Entonces el rey dijo a los que serv<72>an: Atadle de pies y manos, y echadle en las tinieblas de afuera; all<6C> ser<65> el lloro y el crujir de dientes.
14 Porque muchos son llamados, y pocos escogidos.
La cuesti<74>n del tributo
15 Entonces se fueron los fariseos y consultaron c<>mo sorprenderle en alguna palabra.
16 Y le enviaron los disc<73>pulos de ellos con los herodianos, diciendo: Maestro, sabemos que eres amante de la verdad, y que ense<73>as con verdad el camino de Dios, y que no te cuidas de nadie, porque no miras la apariencia de los hombres.
17 Dinos, pues, qu<71> te parece: <20>Es l<>cito dar tributo a C<>sar, o no?
18 Pero Jes<65>s, conociendo la malicia de ellos, les dijo: <20>Por qu<71> me tent<6E>is, hip<69>critas?
19 Mostradme la moneda del tributo. Y ellos le presentaron un denario.
20 Entonces les dijo: <20>De qui<75>n es esta imagen, y la inscripci<63>n?
21 Le dijeron: De C<>sar. Y les dijo: Dad, pues, a C<>sar lo que es de C<>sar, y a Dios lo que es de Dios.
22 Oyendo esto, se maravillaron, y dej<65>ndole, se fueron.
La pregunta sobre la resurrecci<63>n
(Mr. 12.18-27; Lc. 20.27-40)
23 Aquel d<>a vinieron a <20>l los saduceos, que dicen que no hay resurrecci<63>n, y le preguntaron,
24 diciendo: Maestro, Mois<69>s dijo: Si alguno muriere sin hijos, su hermano se casar<61> con su mujer, y levantar<61> descendencia a su hermano.
25 Hubo, pues, entre nosotros siete hermanos; el primero se cas<61>, y muri<72>; y no teniendo descendencia, dej<65> su mujer a su hermano.
26 De la misma manera tambi<62>n el segundo, y el tercero, hasta el s<>ptimo.
27 Y despu<70>s de todos muri<72> tambi<62>n la mujer.
28 En la resurrecci<63>n, pues, <20>de cu<63>l de los siete ser<65> ella mujer, ya que todos la tuvieron?
29 Entonces respondiendo Jes<65>s, les dijo: Err<72>is, ignorando las Escrituras y el poder de Dios.
30 Porque en la resurrecci<63>n ni se casar<61>n ni se dar<61>n en casamiento, sino ser<65>n como los <20>ngeles de Dios en el cielo.
31 Pero respecto a la resurrecci<63>n de los muertos, <20>no hab<61>is le<6C>do lo que os fue dicho por Dios, cuando dijo:
32 Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? Dios no es Dios de muertos, sino de vivos.
33 Oyendo esto la gente, se admiraba de su doctrina.
El gran mandamiento
34 Entonces los fariseos, oyendo que hab<61>a hecho callar a los saduceos, se juntaron a una.
35 Y uno de ellos, int<6E>rprete de la ley, pregunt<6E> por tentarle, diciendo:
36 Maestro, <20>cu<63>l es el gran mandamiento en la ley?
37 Jes<65>s le dijo: Amar<61>s al Se<53>or tu Dios con todo tu coraz<61>n, y con toda tu alma, y con toda tu mente.
38 Este es el primero y grande mandamiento.
39 Y el segundo es semejante: Amar<61>s a tu pr<70>jimo como a ti mismo.
40 De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.
<EFBFBD>De qui<75>n es hijo el Cristo?
41 Y estando juntos los fariseos, Jes<65>s les pregunt<6E>,
42 diciendo: <20>Qu<51> pens<6E>is del Cristo? <20>De qui<75>n es hijo? Le dijeron: De David.
43 El les dijo: <20>Pues c<>mo David en el Esp<73>ritu le llama Se<53>or, diciendo:
44 Dijo el Se<53>or a mi Se<53>or: Si<53>ntate a mi derecha, Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies?
45 Pues si David le llama Se<53>or, <20>c<EFBFBD>mo es su hijo?
46 Y nadie le pod<6F>a responder palabra; ni os<6F> alguno desde aquel d<>a preguntarle m<>s.
Jes<EFBFBD>s acusa a escribas y fariseos
MATEO 23
1 Entonces habl<62> Jes<65>s a la gente y a sus disc<73>pulos, diciendo:
2 En la c<>tedra de Mois<69>s se sientan los escribas y los fariseos.
3 As<41> que, todo lo que os digan que guard<72>is, guardadlo y hacedlo; mas no hag<61>is conforme a sus obras, porque dicen, y no hacen.
4 Porque atan cargas pesadas y dif<69>ciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los hombres; pero ellos ni con un dedo quieren moverlas.
5 Antes, hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres. Pues ensanchan sus filacterias, y extienden los flecos de sus mantos;
6 y aman los primeros asientos en las cenas, y las primeras sillas en las sinagogas,
7 y las salutaciones en las plazas, y que los hombres los llamen: Rab<61>, Rab<61>.
8 Pero vosotros no quer<65>is que os llamen Rab<61>; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos.
9 Y no llam<61>is padre vuestro a nadie en la tierra; porque uno es vuestro Padre, el que est<73> en los cielos.
10 Ni se<73>is llamados maestros; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo.
11 El que es el mayor de vosotros, sea vuestro siervo.
12 Porque el que se enaltece ser<65> humillado, y el que se humilla ser<65> enaltecido.
13 Mas <20>ay de vosotros, escribas y fariseos, hip<69>critas! porque cerr<72>is el reino de los cielos delante de los hombres; pues ni entr<74>is vosotros, ni dej<65>is entrar a los que est<73>n entrando.
14 <20>Ay de vosotros, escribas y fariseos, hip<69>critas! porque devor<6F>is las casas de las viudas, y como pretexto hac<61>is largas oraciones; por esto recibir<69>is mayor condenaci<63>n.
15 <20>Ay de vosotros, escribas y fariseos, hip<69>critas! porque recorr<72>is mar y tierra para hacer un pros<6F>lito, y una vez hecho, le hac<61>is dos veces m<>s hijo del infierno que vosotros.
16 <20>Ay de vosotros, gu<67>as ciegos! que dec<65>s: Si alguno jura por el templo, no es nada; pero si alguno jura por el oro del templo, es deudor.
17 <20>Insensatos y ciegos! porque <20>cu<63>l es mayor, el oro, o el templo que santifica al oro?
18 Tambi<62>n dec<65>s: Si alguno jura por el altar, no es nada; pero si alguno jura por la ofrenda que est<73> sobre <20>l, es deudor.
19 <20>Necios y ciegos! porque <20>cu<63>l es mayor, la ofrenda, o el altar que santifica la ofrenda?
20 Pues el que jura por el altar, jura por <20>l, y por todo lo que est<73> sobre <20>l;
21 y el que jura por el templo, jura por <20>l, y por el que lo habita;
22 y el que jura por el cielo, jura por el trono de Dios, y por aquel que est<73> sentado en <20>l.
23 <20>Ay de vosotros, escribas y fariseos, hip<69>critas! porque diezm<7A>is la menta y el eneldo y el comino, y dej<65>is lo m<>s importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello.
24 <20>Gu<47>as ciegos, que col<6F>is el mosquito, y trag<61>is el camello!
25 <20>Ay de vosotros, escribas y fariseos, hip<69>critas! porque limpi<70>is lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro est<73>is llenos de robo y de injusticia.
26 <20>Fariseo ciego! Limpia primero lo de dentro del vaso y del plato, para que tambi<62>n lo de fuera sea limpio.
27 <20>Ay de vosotros, escribas y fariseos, hip<69>critas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro est<73>n llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia.
28 As<41> tambi<62>n vosotros por fuera, a la verdad, os mostr<74>is justos a los hombres, pero por dentro est<73>is llenos de hipocres<65>a e iniquidad.
29 <20>Ay de vosotros, escribas y fariseos, hip<69>critas! porque edific<69>is los sepulcros de los profetas, y adorn<72>is los monumentos de los justos,
30 y dec<65>s: Si hubi<62>semos vivido en los d<>as de nuestros padres, no hubi<62>ramos sido sus c<>mplices en la sangre de los profetas.
31 As<41> que dais testimonio contra vosotros mismos, de que sois hijos de aquellos que mataron a los profetas.
32 <20>Vosotros tambi<62>n llenad la medida de vuestros padres!
33 <20>Serpientes, generaci<63>n de v<>boras! <20>C<EFBFBD>mo escapar<61>is de la condenaci<63>n del infierno?
34 Por tanto, he aqu<71> yo os env<6E>o profetas y sabios y escribas; y de ellos, a unos matar<61>is y crucificar<61>is, y a otros azotar<61>is en vuestras sinagogas, y perseguir<69>is de ciudad en ciudad;
35 para que venga sobre vosotros toda la sangre justa que se ha derramado sobre la tierra, desde la sangre de Abel el justo hasta la sangre de Zacar<61>as hijo de Berequ<71>as, a quien matasteis entre el templo y el altar.
36 De cierto os digo que todo esto vendr<64> sobre esta generaci<63>n.
Lamento de Jes<65>s sobre Jerusal<61>n
37 <20>Jerusal<61>n, Jerusal<61>n, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! <20>Cu<43>ntas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste!
38 He aqu<71> vuestra casa os es dejada desierta.
39 Porque os digo que desde ahora no me ver<65>is, hasta que dig<69>is: Bendito el que viene en el nombre del Se<53>or.
Jes<EFBFBD>s predice la destrucci<63>n del templo
MATEO 24
1 Cuando Jes<65>s sali<6C> del templo y se iba, se acercaron sus disc<73>pulos para mostrarle los edificios del templo.
2 Respondiendo <20>l, les dijo: <20>Veis todo esto? De cierto os digo, que no quedar<61> aqu<71> piedra sobre piedra, que no sea derribada.
Se<EFBFBD>ales antes del fin
3 Y estando <20>l sentado en el monte de los Olivos, los disc<73>pulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, <20>cu<63>ndo ser<65>n estas cosas, y qu<71> se<73>al habr<62> de tu venida, y del fin del siglo?
4 Respondiendo Jes<65>s, les dijo: Mirad que nadie os enga<67>e.
5 Porque vendr<64>n muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos enga<67>ar<61>n.
6 Y oir<69>is de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turb<72>is, porque es necesario que todo esto acontezca; pero a<>n no es el fin.
7 Porque se levantar<61> naci<63>n contra naci<63>n, y reino contra reino; y habr<62> pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares.
8 Y todo esto ser<65> principio de dolores.
9 Entonces os entregar<61>n a tribulaci<63>n, y os matar<61>n, y ser<65>is aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre.
10 Muchos tropezar<61>n entonces, y se entregar<61>n unos a otros, y unos a otros se aborrecer<65>n.
11 Y muchos falsos profetas se levantar<61>n, y enga<67>ar<61>n a muchos;
12 y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriar<61>. 13 Mas el que persevere hasta el fin, <20>ste ser<65> salvo.
14 Y ser<65> predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendr<64> el fin.
15 Por tanto, cuando ve<76>is en el lugar santo la abominaci<63>n desoladora de que habl<62> el profeta Daniel (el que lee, entienda),
16 entonces los que est<73>n en Judea, huyan a los montes.
17 El que est<73> en la azotea, no descienda para tomar algo de su casa;
18 y el que est<73> en el campo, no vuelva atr<74>s para tomar su capa.
19 Mas <20>ay de las que est<73>n encintas, y de las que cr<63>en en aquellos d<>as!
20 Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en d<>a de reposo;
21 porque habr<62> entonces gran tribulaci<63>n, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habr<62>.
22 Y si aquellos d<>as no fuesen acortados, nadie ser<65>a salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos d<>as ser<65>n acortados.
23 Entonces, si alguno os dijere: Mirad, aqu<71> est<73> el Cristo, o mirad, all<6C> est<73>, no lo cre<72>is.
24 Porque se levantar<61>n falsos Cristos, y falsos profetas, y har<61>n grandes se<73>ales y prodigios, de tal manera que enga<67>ar<61>n, si fuere posible, aun a los escogidos.
25 Ya os lo he dicho antes.
26 As<41> que, si os dijeren: Mirad, est<73> en el desierto, no salg<6C>is; o mirad, est<73> en los aposentos, no lo cre<72>is.
27 Porque como el rel<65>mpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, as<61> ser<65> tambi<62>n la venida del Hijo del Hombre.
28 Porque dondequiera que estuviere el cuerpo muerto, all<6C> se juntar<61>n las <20>guilas.
La venida del Hijo del Hombre
29 E inmediatamente despu<70>s de la tribulaci<63>n de aquellos d<>as, el sol se oscurecer<65>, y la luna no dar<61> su resplandor, y las estrellas caer<65>n del cielo, y las potencias de los cielos ser<65>n conmovidas.
30 Entonces aparecer<65> la se<73>al del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentar<61>n todas las tribus de la tierra, y ver<65>n al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria.
31 Y enviar<61> sus <20>ngeles con gran voz de trompeta, y juntar<61>n a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro.
32 De la higuera aprended la par<61>bola: Cuando ya su rama est<73> tierna, y brotan las hojas, sab<61>is que el verano est<73> cerca.
33 As<41> tambi<62>n vosotros, cuando ve<76>is todas estas cosas, conoced que est<73> cerca, a las puertas.
34 De cierto os digo, que no pasar<61> esta generaci<63>n hasta que todo esto acontezca.
35 El cielo y la tierra pasar<61>n, pero mis palabras no pasar<61>n.
36 Pero del d<>a y la hora nadie sabe, ni aun los <20>ngeles de los cielos, sino s<>lo mi Padre.
37 Mas como en los d<>as de No<4E>, as<61> ser<65> la venida del Hijo del Hombre.
38 Porque como en los d<>as antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, cas<61>ndose y dando en casamiento, hasta el d<>a en que No<4E> entr<74> en el arca,
39 y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llev<65> a todos, as<61> ser<65> tambi<62>n la venida del Hijo del Hombre.
40 Entonces estar<61>n dos en el campo; el uno ser<65> tomado, y el otro ser<65> dejado.
41 Dos mujeres estar<61>n moliendo en un molino; la una ser<65> tomada, y la otra ser<65> dejada.
42 Velad, pues, porque no sab<61>is a qu<71> hora ha de venir vuestro Se<53>or.
43 Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qu<71> hora el ladr<64>n habr<62>a de venir, velar<61>a, y no dejar<61>a minar su casa.
44 Por tanto, tambi<62>n vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendr<64> a la hora que no pens<6E>is.
45 <20>Qui<75>n es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su se<73>or sobre su casa para que les d<> el alimento a tiempo?
46 Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su se<73>or ven
ga, le halle haciendo as<61>.
47 De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondr<64>. 48 Pero si aquel siervo malo dijere en su coraz<61>n: Mi se<73>or tarda en venir;
49 y comenzare a golpear a sus consiervos, y aun a comer y a beber con los borrachos,
50 vendr<64> el se<73>or de aquel siervo en d<>a que <20>ste no espera, y a la hora que no sabe,
51 y lo castigar<61> duramente, y pondr<64> su parte con los hip<69>critas; all<6C> ser<65> el lloro y el crujir de dientes.
Par<EFBFBD>bola de las diez v<>rgenes
MATEO 25
1 Entonces el reino de los cielos ser<65> semejante a diez v<>rgenes que tomando sus l<>mparas, salieron a recibir al esposo.
2 Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas.
3 Las insensatas, tomando sus l<>mparas, no tomaron consigo aceite;
4 mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus l<>mparas.
5 Y tard<72>ndose el esposo, cabecearon todas y se durmieron.
6 Y a la medianoche se oy<6F> un clamor: <20>Aqu<71> viene el esposo; salid a recibirle!
7 Entonces todas aquellas v<>rgenes se levantaron, y arreglaron sus l<>mparas.
8 Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras l<>mparas se apagan.
9 Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id m<>s bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas.
10 Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con <20>l a las bodas; y se cerr<72> la puerta.
11 Despu<70>s vinieron tambi<62>n las otras v<>rgenes, diciendo: <20>Se<53>or, se<73>or, <20>brenos!
12 Mas <20>l, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco.
13 Velad, pues, porque no sab<61>is el d<>a ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir.
Par<EFBFBD>bola de los talentos
14 Porque el reino de los cielos es como un hombre que y<>ndose lejos, llam<61> a sus siervos y les entreg<65> sus bienes.
15 A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos.
16 Y el que hab<61>a recibido cinco talentos fue y negoci<63> con ellos, y gan<61> otros cinco talentos.
17 Asimismo el que hab<61>a recibido dos, gan<61> tambi<62>n otros dos.
18 Pero el que hab<61>a recibido uno fue y cav<61> en la tierra, y escondi<64> el dinero de su se<73>or.
19 Despu<70>s de mucho tiempo vino el se<73>or de aquellos siervos, y arregl<67> cuentas con ellos.
20 Y llegando el que hab<61>a recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Se<53>or, cinco talentos me entregaste; aqu<71> tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos.
21 Y su se<73>or le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondr<64>; entra en el gozo de tu se<73>or.
22 Llegando tambi<62>n el que hab<61>a recibido dos talentos, dijo: Se<53>or, dos talentos me entregaste; aqu<71> tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos.
23 Su se<73>or le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondr<64>; entra en el gozo de tu se<73>or.
24 Pero llegando tambi<62>n el que hab<61>a recibido un talento, dijo: Se<53>or, te conoc<6F>a que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste;
25 por lo cual tuve miedo, y fui y escond<6E> tu talento en la tierra; aqu<71> tienes lo que es tuyo.
26 Respondiendo su se<73>or, le dijo: Siervo malo y negligente, sab<61>as que siego donde no sembr<62>, y que recojo donde no esparc<72>.
27 Por tanto, deb<65>as haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es m<>o con los intereses.
28 Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos.
29 Porque al que tiene, le ser<65> dado, y tendr<64> m<>s; y al que no tiene, aun lo que tiene le ser<65> quitado.
30 Y al siervo in<69>til echadle en las tinieblas de afuera; all<6C> ser<65> el lloro y el crujir de dientes.
El juicio de las naciones
31 Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos <20>ngeles con <20>l, entonces se sentar<61> en su trono de gloria,
32 y ser<65>n reunidas delante de <20>l todas las naciones; y apartar<61> los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos.
33 Y pondr<64> las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda.
34 Entonces el Rey dir<69> a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundaci<63>n del mundo.
35 Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis;
36 estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la c<>rcel, y vinisteis a m<>.
37 Entonces los justos le responder<65>n diciendo: Se<53>or, <20>cu<63>ndo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber?
38 <20>Y cu<63>ndo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos?
39 <20>O cu<63>ndo te vimos enfermo, o en la c<>rcel, y vinimos a ti?
40 Y respondiendo el Rey, les dir<69>: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos m<>s peque<75>os, a m<> lo hicisteis.
41 Entonces dir<69> tambi<62>n a los de la izquierda: Apartaos de m<>, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus <20>ngeles.
42 Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber;
43 fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la c<>rcel, y no me visitasteis.
44 Entonces tambi<62>n ellos le responder<65>n diciendo: Se<53>or, <20>cu<63>ndo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la c<>rcel, y no te servimos?
45 Entonces les responder<65> diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos m<>s peque<75>os, tampoco a m<> lo hicisteis.
46 E ir<69>n <20>stos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.
El complot para prender a Jes<65>s
MATEO 26
1 Cuando hubo acabado Jes<65>s todas estas palabras, dijo a sus disc<73>pulos:
2 Sab<61>is que dentro de dos d<>as se celebra la pascua, y el Hijo del Hombre ser<65> entregado para ser crucificado.
3 Entonces los principales sacerdotes, los escribas, y los ancianos del pueblo se reunieron en el patio del sumo sacerdote llamado Caif<69>s,
4 y tuvieron consejo para prender con enga<67>o a Jes<65>s, y matarle.
5 Pero dec<65>an: No durante la fiesta, para que no se haga alboroto en el pueblo.
Jes<EFBFBD>s es ungido en Betania
6 Y estando Jes<65>s en Betania, en casa de Sim<69>n el leproso,
7 vino a <20>l una mujer, con un vaso de alabastro de perfume de gran precio, y lo derram<61> sobre la cabeza de <20>l, estando sentado a la mesa.
8 Al ver esto, los disc<73>pulos se enojaron, diciendo: <20>Para qu<71> este desperdicio?
9 Porque esto pod<6F>a haberse vendido a gran precio, y haberse dado a los pobres.
10 Y entendi<64>ndolo Jes<65>s, les dijo: <20>Por qu<71> molest<73>is a esta mujer? pues ha hecho conmigo una buena obra.
11 Porque siempre tendr<64>is pobres con vosotros, pero a m<> no siempre me tendr<64>is.
12 Porque al derramar este perfume sobre mi cuerpo, lo ha hecho a fin de prepararme para la sepultura.
13 De cierto os digo que dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, tambi<62>n se contar<61> lo que <20>sta ha hecho, para memoria de ella.
Judas ofrece entregar a Jes<65>s
14 Entonces uno de los doce, que se llamaba Judas Iscariote, fue a los principales sacerdotes,
15 y les dijo: <20>Qu<51> me quer<65>is dar, y yo os lo entregar<61>? Y ellos le asignaron treinta piezas de plata.
16 Y desde entonces buscaba oportunidad para entregarle.
Instituci<EFBFBD>n de la Cena del Se<53>or
17 El primer d<>a de la fiesta de los panes sin levadura, vinieron los disc<73>pulos a Jes<65>s, dici<63>ndole: <20>D<EFBFBD>nde quieres que preparemos para que comas la pascua?
18 Y <20>l dijo: Id a la ciudad a cierto hombre, y decidle: El Maestro dice: Mi tiempo est<73> cerca; en tu casa celebrar<61> la pascua con mis disc<73>pulos.
19 Y los disc<73>pulos hicieron como Jes<65>s les mand<6E>, y prepararon la pascua.
20 Cuando lleg<65> la noche, se sent<6E> a la mesa con los doce.
21 Y mientras com<6F>an, dijo: De cierto os digo, que uno de vosotros me va a entregar.
22 Y entristecidos en gran manera, comenz<6E> cada uno de ellos a decirle: <20>Soy yo, Se<53>or?
23 Entonces <20>l respondiendo, dijo: El que mete la mano conmigo en el plato, <20>se me va a entregar.
24 A la verdad el Hijo del Hombre va, seg<65>n est<73> escrito de <20>l, mas <20>ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Bueno le fuera a ese hombre no haber nacido.
25 Entonces respondiendo Judas, el que le entregaba, dijo: <20>Soy yo, Maestro? Le dijo: T<> lo has dicho.
26 Y mientras com<6F>an, tom<6F> Jes<65>s el pan, y bendijo, y lo parti<74>, y dio a sus disc<73>pulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo.
27 Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos;
28 porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisi<73>n de los pecados.
29 Y os digo que desde ahora no beber<65> m<>s de este fruto de la vid, hasta aquel d<>a en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre.
Jes<EFBFBD>s anuncia la negaci<63>n de Pedro
30 Y cuando hubieron cantado el himno, salieron al monte de los Olivos.
31 Entonces Jes<65>s les dijo: Todos vosotros os escandalizar<61>is de m<> esta noche; porque escrito est<73>: Herir<69> al pastor, y las ovejas del reba<62>o ser<65>n dispersadas.
32 Pero despu<70>s que haya resucitado, ir<69> delante de vosotros a Galilea.
33 Respondiendo Pedro, le dijo: Aunque todos se escandalicen de ti, yo nunca me escandalizar<61>.
34 Jes<65>s le dijo: De cierto te digo que esta noche, antes que el gallo cante, me negar<61>s tres veces.
35 Pedro le dijo: Aunque me sea necesario morir contigo, no te negar<61>. Y todos los disc<73>pulos dijeron lo mismo.
Jes<EFBFBD>s ora en Getseman<61>
36 Entonces lleg<65> Jes<65>s con ellos a un lugar que se llama Getseman<61>, y dijo a sus disc<73>pulos: Sentaos aqu<71>, entre tanto que voy all<6C> y oro.
37 Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenz<6E> a entristecerse y a angustiarse en gran manera.
38 Entonces Jes<65>s les dijo: Mi alma est<73> muy triste, hasta la muerte; quedaos aqu<71>, y velad conmigo.
39 Yendo un poco adelante, se postr<74> sobre su rostro, orando y diciendo: Padre m<>o, si es posible, pase de m<> esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como t<>.
40 Vino luego a sus disc<73>pulos, y los hall<6C> durmiendo, y dijo a Pedro: <20>As<41> que no hab<61>is podido velar conmigo una hora?
41 Velad y orad, para que no entr<74>is en tentaci<63>n; el esp<73>ritu a la verdad est<73> dispuesto, pero la carne es d<>bil.
42 Otra vez fue, y or<6F> por segunda vez, diciendo: Padre m<>o, si no puede pasar de m<> esta copa sin que yo la beba, h<>gase tu voluntad.
43 Vino otra vez y los hall<6C> durmiendo, porque los ojos de ellos estaban cargados de sue<75>o.
44 Y dej<65>ndolos, se fue de nuevo, y or<6F> por tercera vez, diciendo las mismas palabras.
45 Entonces vino a sus disc<73>pulos y les dijo: Dormid ya, y descansad. He aqu<71> ha llegado la hora, y el Hijo del Hombre es entregado en manos de pecadores.
46 Levantaos, vamos; ved, se acerca el que me entrega.
Arresto de Jes<65>s
47 Mientras todav<61>a hablaba, vino Judas, uno de los doce, y con <20>l mucha gente con espadas y palos, de parte de los principales sacerdotes y de los ancianos del pueblo.
48 Y el que le entregaba les hab<61>a dado se<73>al, diciendo: Al que yo besare, <20>se es; prendedle.
49 Y en seguida se acerc<72> a Jes<65>s y dijo: <20>Salve, Maestro! Y le bes<65>.
50 Y Jes<65>s le dijo: Amigo, <20>a qu<71> vienes? Entonces se acercaron y echaron mano a Jes<65>s, y le prendieron.
51 Pero uno de los que estaban con Jes<65>s, extendiendo la mano, sac<61> su espada, e hiriendo a un siervo del sumo sacerdote, le quit<69> la oreja.
52 Entonces Jes<65>s le dijo: Vuelve tu espada a su lugar; porque todos los que tomen espada, a espada perecer<65>n.
53 <20>Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y que <20>l no me dar<61>a m<>s de doce legiones de <20>ngeles?
54 <20>Pero c<>mo entonces se cumplir<69>an las Escrituras, de que es necesario que as<61> se haga?
55 En aquella hora dijo Jes<65>s a la gente: <20>Como contra un ladr<64>n hab<61>is salido con espadas y con palos para prenderme? Cada d<>a me sentaba con vosotros ense<73>ando en el templo, y no me prendisteis.
56 Mas todo esto sucede, para que se cumplan las Escrituras de los profetas. Entonces todos los disc<73>pulos, dej<65>ndole, huyeron.
Jes<EFBFBD>s ante el concilio
57 Los que prendieron a Jes<65>s le llevaron al sumo sacerdote Caif<69>s, adonde estaban reunidos los escribas y los ancianos.
58 Mas Pedro le segu<67>a de lejos hasta el patio del sumo sacerdote; y entrando, se sent<6E> con los alguaciles, para ver el fin.
59 Y los principales sacerdotes y los ancianos y todo el concilio, buscaban falso testimonio contra Jes<65>s, para entregarle a la muerte,
60 y no lo hallaron, aunque muchos testigos falsos se presentaban. Pero al fin vinieron dos testigos falsos,
61 que dijeron: Este dijo: Puedo derribar el templo de Dios, y en tres d<>as reedificarlo.
62 Y levant<6E>ndose el sumo sacerdote, le dijo: <20>No respondes nada? <20>Qu<51> testifican <20>stos contra ti?
63 Mas Jes<65>s callaba. Entonces el sumo sacerdote le dijo: Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres t<> el Cristo, el Hijo de Dios.
64 Jes<65>s le dijo: T<> lo has dicho; y adem<65>s os digo, que desde ahora ver<65>is al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo.
65 Entonces el sumo sacerdote rasg<73> sus vestiduras, diciendo: <20>Ha blasfemado! <20>Qu<51> m<>s necesidad tenemos de testigos? He aqu<71>, ahora mismo hab<61>is o<>do su blasfemia.
66 <20>Qu<51> os parece? Y respondiendo ellos, dijeron: <20>Es reo de muerte!
67 Entonces le escupieron en el rostro, y le dieron de pu<70>etazos, y otros le abofeteaban,
68 diciendo: Profet<65>zanos, Cristo, qui<75>n es el que te golpe<70>.
Pedro niega a Jes<65>s
69 Pedro estaba sentado fuera en el patio; y se le acerc<72> una criada, diciendo: T<> tambi<62>n estabas con Jes<65>s el galileo.
70 Mas <20>l neg<65> delante de todos, diciendo: No s<>lo que dices.
71 Saliendo <20>l a la puerta, le vio otra, y dijo a los que estaban all<6C>: Tambi<62>n <20>ste estaba con Jes<65>s el nazareno.
72 Pero <20>l neg<65> otra vez con juramento: No conozco al hombre.
73 Un poco despu<70>s, acerc<72>ndose los que por all<6C> estaban, dijeron a Pedro: Verdaderamente tambi<62>n t<> eres de ellos, porque aun tu manera de hablar te descubre.
74 Entonces <20>l comenz<6E> a maldecir, y a jurar: No conozco al hombre. Y en seguida cant<6E> el gallo.
75 Entonces Pedro se acord<72> de las palabras de Jes<65>s, que le hab<61>a dicho: Antes que cante el gallo, me negar<61>s tres veces. Y saliendo fuera, llor<6F> amargamente.
Jes<EFBFBD>s ante Pilato
MATEO 27
1 Venida la ma<6D>ana, todos los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo entraron en consejo contra Jes<65>s, para entregarle a muerte.
2 Y le llevaron atado, y le entregaron a Poncio Pilato, el gobernador.
Muerte de Judas
3 Entonces Judas, el que le hab<61>a entregado, viendo que era condenado, devolvi<76> arrepentido las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos,
4 diciendo: Yo he pecado entregando sangre inocente. Mas ellos dijeron: <20>Qu<51> nos importa a nosotros? <20>All<6C> t<>!
5 Y arrojando las piezas de plata en el templo, sali<6C>, y fue y se ahorc<72>.
6 Los principales sacerdotes, tomando las piezas de plata, dijeron: No es l<>cito echarlas en el tesoro de las ofrendas, porque es precio de sangre.
7 Y despu<70>s de consultar, compraron con ellas el campo del alfarero, para sepultura de los extranjeros.
8 Por lo cual aquel campo se llama hasta el d<>a de hoy: Campo de sangre.
9 As<41> se cumpli<6C> lo dicho por el profeta Jerem<65>as, cuando dijo: Y tomaron las treinta piezas de plata, precio del apreciado, seg<65>n precio puesto por los hijos de Israel;
10 y las dieron para el campo del alfarero, como me orden<65> el Se<53>or.
11 Jes<65>s, pues, estaba en pie delante del gobernador; y <20>ste le pregunt<6E>, diciendo: <20>Eres t<> el Rey de los jud<75>os? Y Jes<65>s le dijo: T<> lo dices.
12 Y siendo acusado por los principales sacerdotes y por los ancianos, nada respondi<64>.
13 Pilato entonces le dijo: <20>No oyes cu<63>ntas cosas testifican contra ti?
14 Pero Jes<65>s no le respondi<64> ni una palabra; de tal manera que el gobernador se maravillaba mucho.
Jes<EFBFBD>s sentenciado a muerte
15 Ahora bien, en el d<>a de la fiesta acostumbraba el gobernador soltar al pueblo un preso, el que quisiesen.
16 Y ten<65>an entonces un preso famoso llamado Barrab<61>s.
17 Reunidos, pues, ellos, les dijo Pilato: <20>A qui<75>n quer<65>is que os suelte: a Barrab<61>s, o a Jes<65>s, llamado el Cristo?
18 Porque sab<61>a que por envidia le hab<61>an entregado.
19 Y estando <20>l sentado en el tribunal, su mujer le mand<6E> decir: No tengas nada que ver con ese justo; porque hoy he padecido mucho en sue<75>os por causa de <20>l.
20 Pero los principales sacerdotes y los ancianos persuadieron a la multitud que pidiese a Barrab<61>s, y que Jes<65>s fuese muerto.
21 Y respondiendo el gobernador, les dijo: <20>A cu<63>l de los dos quer<65>is que os suelte? Y ellos dijeron: A Barrab<61>s.
22 Pilato les dijo: <20>Qu<51>, pues, har<61> de Jes<65>s, llamado el Cristo? Todos le dijeron: <20>Sea crucificado!
23 Y el gobernador les dijo: Pues <20>qu<71> mal ha hecho? Pero ellos gritaban a<>n m<>s, diciendo: <20>Sea crucificado!
24 Viendo Pilato que nada adelantaba, sino que se hac<61>a m<>s alboroto, tom<6F> agua y se lav<61> las manos delante del pueblo, diciendo: Inocente soy yo de la sangre de este justo; all<6C> vosotros.
25 Y respondiendo todo el pueblo, dijo: Su sangre sea sobre nosotros, y sobre nuestros hijos.
26 Entonces les solt<6C> a Barrab<61>s; y habiendo azotado a Jes<65>s, le entreg<65> para ser crucificado.
27 Entonces los soldados del gobernador llevaron a Jes<65>s al pretorio, y reunieron alrededor de <20>l a toda la compa<70><61>a;
28 y desnud<75>ndole, le echaron encima un manto de escarlata,
29 y pusieron sobre su cabeza una corona tejida de espinas, y una ca<63>a en su mano derecha; e hincando la rodilla delante de <20>l, le escarnec<65>an, diciendo: <20>Salve, Rey de los jud<75>os!
30 Y escupi<70>ndole, tomaban la ca<63>a y le golpeaban en la cabeza.
31 Despu<70>s de haberle escarnecido, le quitaron el manto, le pusieron sus vestidos, y le llevaron para crucificarle.
Crucifixi<EFBFBD>n y muerte de Jes<65>s
32 Cuando sal<61>an, hallaron a un hombre de Cirene que se llamaba Sim<69>n; a <20>ste obligaron a que llevase la cruz.
33 Y cuando llegaron a un lugar llamado G<>lgota, que significa: Lugar de la Calavera,
34 le dieron a beber vinagre mezclado con hiel; pero despu<70>s de haberlo probado, no quiso beberlo.
35 Cuando le hubieron crucificado, repartieron entre s<> sus vestidos, echando suertes, para que se cumpliese lo dicho por el profeta: Partieron entre s<> mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes.
36 Y sentados le guardaban all<6C>.
37 Y pusieron sobre su cabeza su causa escrita: ESTE ES JES<45>S, EL REY DE LOS JUD<55>OS.
38 Entonces crucificaron con <20>l a dos ladrones, uno a la derecha, y otro a la izquierda.
39 Y los que pasaban le injuriaban, meneando la cabeza,
40 y diciendo: T<> que derribas el templo, y en tres d<>as lo reedificas, s<>lvate a ti mismo; si eres Hijo de Dios, desciende de la cruz.
41 De esta manera tambi<62>n los principales sacerdotes, escarneci<63>ndole con los escribas y los fariseos y los ancianos, dec<65>an:
42 A otros salv<6C>, a s<> mismo no se puede salvar; si es el Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, y creeremos en <20>l.
43 Confi<66> en Dios; l<>brele ahora si le quiere; porque ha dicho: Soy Hijo de Dios.
44 Lo mismo le injuriaban tambi<62>n los ladrones que estaban crucificados con <20>l.
45 Y desde la hora sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena.
46 Cerca de la hora novena, Jes<65>s clam<61> a gran voz, diciendo: El<45>, El<45>, <20>lama sabactani? Esto es: Dios m<>o, Dios m<>o, <20>por qu<71> me has desamparado?
47 Algunos de los que estaban all<6C> dec<65>an, al o<>rlo: A El<45>as llama <20>ste.
48 Y al instante, corriendo uno de ellos, tom<6F> una esponja, y la empap<61> de vinagre, y poni<6E>ndola en una ca<63>a, le dio a beber.
49 Pero los otros dec<65>an: Deja, veamos si viene El<45>as a librarle.
50 Mas Jes<65>s, habiendo otra vez clamado a gran voz, entreg<65> el esp<73>ritu.
51 Y he aqu<71>, el velo del templo se rasg<73> en dos, de arriba abajo; y la tierra tembl<62>, y las rocas se partieron;
52 y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que hab<61>an dormido, se levantaron;
53 y saliendo de los sepulcros, despu<70>s de la resurrecci<63>n de <20>l, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos.
54 El centuri<72>n, y los que estaban con <20>l guardando a Jes<65>s, visto el terremoto, y las cosas que hab<61>an sido hechas, temieron en gran manera, y dijeron: Verdaderamente <20>ste era Hijo de Dios.
55 Estaban all<6C> muchas mujeres mirando de lejos, las cuales hab<61>an seguido a Jes<65>s desde Galilea, sirvi<76>ndole,
56 entre las cuales estaban Mar<61>a Magdalena, Mar<61>a la madre de Jacobo y de Jos<6F>, y la madre de los hijos de Zebedeo.
Jes<EFBFBD>s es sepultado
57 Cuando lleg<65> la noche, vino un hombre rico de Arimatea, llamado Jos<6F>, que tambi<62>n hab<61>a sido disc<73>pulo de Jes<65>s.
58 Este fue a Pilato y pidi<64> el cuerpo de Jes<65>s. Entonces Pilato mand<6E> que se le diese el cuerpo.
59 Y tomando Jos<6F> el cuerpo, lo envolvi<76> en una s<>bana limpia,
60 y lo puso en su sepulcro nuevo, que hab<61>a labrado en la pe<70>a; y despu<70>s de hacer rodar una gran piedra a la entrada del sepulcro, se fue.
61 Y estaban all<6C> Mar<61>a Magdalena, y la otra Mar<61>a, sentadas delante del sepulcro.
La guardia ante la tumba
62 Al d<>a siguiente, que es despu<70>s de la preparaci<63>n, se reunieron los principales sacerdotes y los fariseos ante Pilato,
63 diciendo: Se<53>or, nos acordamos que aquel enga<67>ador dijo, viviendo a<>n: Despu<70>s de tres d<>as resucitar<61>.
64 Manda, pues, que se asegure el sepulcro hasta el tercer d<>a, no sea que vengan sus disc<73>pulos de noche, y lo hurten, y digan al pueblo: Resucit<69> de entre los muertos. Y ser<65> el postrer error peor que el primero.
65 Y Pilato les dijo: Ah<41> ten<65>is una guardia; id, aseguradlo como sab<61>is.
66 Entonces ellos fueron y aseguraron el sepulcro, sellando la piedra y poniendo la guardia.
La resurrecci<63>n
MATEO 28
1 Pasado el d<>a de reposo, al amanecer del primer d<>a de la semana, vinieron Mar<61>a Magdalena y la otra Mar<61>a, a ver el sepulcro.
2 Y hubo un gran terremoto; porque un <20>ngel del Se<53>or, descendiendo del cielo y llegando, removi<76> la piedra, y se sent<6E> sobre ella.
3 Su aspecto era como un rel<65>mpago, y su vestido blanco como la nieve.
4 Y de miedo de <20>l los guardas temblaron y se quedaron como muertos.
5 Mas el <20>ngel, respondiendo, dijo a las mujeres: No tem<65>is vosotras; porque yo s<> que busc<73>is a Jes<65>s, el que fue crucificado.
6 No est<73> aqu<71>, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Se<53>or.
7 E id pronto y decid a sus disc<73>pulos que ha resucitado de los muertos, y he aqu<71> va delante de vosotros a Galilea; all<6C> le ver<65>is. He aqu<71>, os lo he dicho.
8 Entonces ellas, saliendo del sepulcro con temor y gran gozo, fueron corriendo a dar las nuevas a sus disc<73>pulos. Y mientras iban a dar las nuevas a los disc<73>pulos,
9 he aqu<71>, Jes<65>s les sali<6C> al encuentro, diciendo: <20>Salve! Y ellas, acerc<72>ndose, abrazaron sus pies, y le adoraron.
10 Entonces Jes<65>s les dijo: No tem<65>is; id, dad las nuevas a mis hermanos, para que vayan a Galilea, y all<6C> me ver<65>n.
El informe de la guardia
11 Mientras ellas iban, he aqu<71> unos de la guardia fueron a la ciudad, y dieron aviso a los principales sacerdotes de todas las cosas que hab<61>an acontecido.
12 Y reunidos con los ancianos, y habido consejo, dieron mucho dinero a los soldados,
13 diciendo: Decid vosotros: Sus disc<73>pulos vinieron de noche, y lo hurtaron, estando nosotros dormidos.
14 Y si esto lo oyere el gobernador, nosotros le persuadiremos, y os pondremos a salvo.
15 Y ellos, tomando el dinero, hicieron como se les hab<61>a instruido. Este dicho se ha divulgado entre los jud<75>os hasta el d<>a de hoy.
La gran comisi<73>n
16 Pero los once disc<73>pulos se fueron a Galilea, al monte donde Jes<65>s les hab<61>a ordenado.
17 Y cuando le vieron, le adoraron; pero algunos dudaban.
18 Y Jes<65>s se acerc<72> y les habl<62> diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.
19 Por tanto, id, y haced disc<73>pulos a todas las naciones, bautiz<69>ndolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Esp<73>ritu Santo;
20 ense<73><65>ndoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aqu<71> yo estoy con vosotros todos los d<>as, hasta el fin del mundo. Am<41>n.
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El Santo Evangelio Seg<65>n
SAN MARCOS
Predicaci<EFBFBD>n de Juan el Bautista
(Mt. 3.1-12; Lc. 3.1-9, 15-17; Jn. 1.19-28)
MARCOS 1
1 Principio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios.
2 Como est<73> escrito en Isa<73>as el profeta: He aqu<71> yo env<6E>o mi mensajero delante de tu faz, El cual preparar<61> tu camino delante de ti.
3 Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Se<53>or; Enderezad sus sendas.
4 Bautizaba Juan en el desierto, y predicaba el bautismo de arrepentimiento para perd<72>n de pecados.
5 Y sal<61>an a <20>l toda la provincia de Judea, y todos los de Jerusal<61>n; y eran bautizados por <20>l en el r<>o Jord<72>n, confesando sus pecados.
6 Y Juan estaba vestido de pelo de camello, y ten<65>a un cinto de cuero alrededor de sus lomos; y com<6F>a langostas y miel silvestre.
7 Y predicaba, diciendo: Viene tras m<> el que es m<>s poderoso que yo, a quien no soy digno de desatar encorvado la correa de su calzado.
8 Yo a la verdad os he bautizado con agua; pero <20>l os bautizar<61> con Esp<73>ritu Santo.
El bautismo de Jes<65>s
(Mt. 3.13-17; Lc. 3.21-22)
9 Aconteci<63> en aquellos d<>as, que Jes<65>s vino de Nazaret de Galilea, y fue bautizado por Juan en el Jord<72>n.
10 Y luego, cuando sub<75>a del agua, vio abrirse los cielos, y al Esp<73>ritu como paloma que descend<6E>a sobre <20>l.
11 Y vino una voz de los cielos que dec<65>a: T<> eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia.
Tentaci<EFBFBD>n de Jes<65>s
(Mt. 4.1-11; Lc. 4.1-13)
12 Y luego el Esp<73>ritu le impuls<6C> al desierto.
13 Y estuvo all<6C> en el desierto cuarenta d<>as, y era tentado por Satan<61>s, y estaba con las fieras; y los <20>ngeles le serv<72>an.
Jes<EFBFBD>s principia su ministerio
(Mt. 4.12-17; Lc. 4.14-15)
14 Despu<70>s que Juan fue encarcelado, Jes<65>s vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios,
15 diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepent<6E>os, y creed en el evangelio.
Jes<EFBFBD>s llama a cuatro pescadores
(Mt. 4.18-22; Lc. 5.1-11)
16 Andando junto al mar de Galilea, vio a Sim<69>n y a Andr<64>s su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores.
17 Y les dijo Jes<65>s: Venid en pos de m<>, y har<61> que se<73>is pescadores de hombres.
18 Y dejando luego sus redes, le siguieron.
19 Pasando de all<6C> un poco m<>s adelante, vio a Jacobo hijo de Zebedeo, y a Juan su hermano, tambi<62>n ellos en la barca, que remendaban las redes.
20 Y luego los llam<61>; y dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, le siguieron.
Un hombre que ten<65>a un esp<73>ritu inmundo
(Lc. 4.31-37)
21 Y entraron en Capernaum; y los d<>as de reposo, entrando en la sinagoga, ense<73>aba.
22 Y se admiraban de su doctrina; porque les ense<73>aba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.
23 Pero hab<61>a en la sinagoga de ellos un hombre con esp<73>ritu inmundo, que dio voces,
24 diciendo: <20>Ah! <20>qu<71> tienes con nosotros, Jes<65>s nazareno? <20>Has venido para destruirnos? S<> qui<75>n eres, el Santo de Dios.
25 Pero Jes<65>s le reprendi<64>, diciendo: <20>C<EFBFBD>llate, y sal de <20>l!
26 Y el esp<73>ritu inmundo, sacudi<64>ndole con violencia, y clamando a gran voz, sali<6C> de <20>l.
27 Y todos se asombraron, de tal manera que discut<75>an entre s<>, diciendo: <20>Qu<51> es esto? <20>Qu<51> nueva doctrina es esta, que con autoridad manda aun a los esp<73>ritus inmundos, y le obedecen?
28 Y muy pronto se difundi<64> su fama por toda la provincia alrededor de Galilea.
Jes<EFBFBD>s sana a la suegra de Pedro
(Mt. 8.14-15; Lc. 4.38-39)
29 Al salir de la sinagoga, vinieron a casa de Sim<69>n y Andr<64>s, con Jacobo y Juan.
30 Y la suegra de Sim<69>n estaba acostada con fiebre; y en seguida le hablaron de ella.
31 Entonces <20>l se acerc<72>, y la tom<6F> de la mano y la levant<6E>; e inmediatamente le dej<65> la fiebre, y ella les serv<72>a.
Muchos sanados al ponerse el sol
(Mt. 8.16-17; Lc. 4.40-41)
32 Cuando lleg<65> la noche, luego que el sol se puso, le trajeron todos los que ten<65>an enfermedades, y a los endemoniados;
33 y toda la ciudad se agolp<6C> a la puerta.
34 Y san<61> a muchos que estaban enfermos de diversas enfermedades, y ech<63> fuera muchos demonios; y no dejaba hablar a los demonios, porque le conoc<6F>an.
Jes<EFBFBD>s recorre Galilea predicando
(Lc. 4.42-44)
35 Levant<6E>ndose muy de ma<6D>ana, siendo a<>n muy oscuro, sali<6C> y se fue a un lugar desierto, y all<6C> oraba.
36 Y le busc<73> Sim<69>n, y los que con <20>l estaban;
37 y hall<6C>ndole, le dijeron: Todos te buscan.
38 El les dijo: Vamos a los lugares vecinos, para que predique tambi<62>n all<6C>; porque para esto he venido.
39 Y predicaba en las sinagogas de ellos en toda Galilea, y echaba fuera los demonios.
Jes<EFBFBD>s sana a un leproso
(Mt. 8.1-4; Lc. 5.12-16)
40 Vino a <20>l un leproso, rog<6F>ndole; e hincada la rodilla, le dijo: Si quieres, puedes limpiarme.
41 Y Jes<65>s, teniendo misericordia de <20>l, extendi<64> la mano y le toc<6F>, y le dijo: Quiero, s<> limpio.
42 Y as<61> que <20>l hubo hablado, al instante la lepra se fue de aqu<71>l, y qued<65> limpio.
43 Entonces le encarg<72> rigurosamente, y le despidi<64> luego,
44 y le dijo: Mira, no digas a nadie nada, sino ve, mu<6D>strate al sacerdote, y ofrece por tu purificaci<63>n lo que Mois<69>s mand<6E>, para testimonio a ellos.
45 Pero ido <20>l, comenz<6E> a publicarlo mucho y a divulgar el hecho, de manera que ya Jes<65>s no pod<6F>a entrar abiertamente en la ciudad, sino que se quedaba fuera en los lugares desiertos; y ven<65>an a <20>l de todas partes.
Jes<EFBFBD>s sana a un paral<61>tico
(Mt. 9.1-8; Lc. 5.17-26)
MARCOS 2
1 Entr<74> Jes<65>s otra vez en Capernaum despu<70>s de algunos d<>as; y se oy<6F> que estaba en casa.
2 E inmediatamente se juntaron muchos, de manera que ya no cab<61>an ni aun a la puerta; y les predicaba la palabra.
3 Entonces vinieron a <20>l unos trayendo un paral<61>tico, que era cargado por cuatro.
4 Y como no pod<6F>an acercarse a <20>l a causa de la multitud, descubrieron el techo de donde estaba, y haciendo una abertura, bajaron el lecho en que yac<61>a el paral<61>tico.
5 Al ver Jes<65>s la fe de ellos, dijo al paral<61>tico: Hijo, tus pecados te son perdonados.
6 Estaban all<6C> sentados algunos de los escribas, los cuales cavilaban en sus corazones:
7 <20>Por qu<71> habla <20>ste as<61>? Blasfemias dice. <20>Qui<75>n puede perdonar pecados, sino s<>lo Dios?
8 Y conociendo luego Jes<65>s en su esp<73>ritu que cavilaban de esta manera dentro de s<> mismos, les dijo: <20>Por qu<71> cavil<69>is as<61> en vuestros corazones?
9 <20>Qu<51> es m<>s f<>cil, decir al paral<61>tico: Tus pecados te son perdonados, o decirle: Lev<65>ntate, toma tu lecho y anda?
10 Pues para que sep<65>is que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paral<61>tico):
11 A ti te digo: Lev<65>ntate, toma tu lecho, y vete a tu casa.
12 Entonces <20>l se levant<6E> en seguida, y tomando su lecho, sali<6C> delante de todos, de manera que todos se asombraron, y glorificaron a Dios, diciendo: Nunca hemos visto tal cosa.
Llamamiento de Lev<65>
(Mt. 9.9-13; Lc. 5.27-32)
13 Despu<70>s volvi<76> a salir al mar; y toda la gente ven<65>a a <20>l, y les ense<73>aba.
14 Y al pasar, vio a Lev<65> hijo de Alfeo, sentado al banco de los tributos p<>blicos, y le dijo: S<>gueme. Y levant<6E>ndose, le sigui<75>.
15 Aconteci<63> que estando Jes<65>s a la mesa en casa de <20>l, muchos publicanos y pecadores estaban tambi<62>n a la mesa juntamente con Jes<65>s y sus disc<73>pulos; porque hab<61>a muchos que le hab<61>an seguido.
16 Y los escribas y los fariseos, vi<76>ndole comer con los publicanos y con los pecadores, dijeron a los disc<73>pulos: <20>Qu<51> es esto, que <20>l come y bebe con los publicanos y pecadores?
17 Al o<>r esto Jes<65>s, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de m<>dico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores.
La pregunta sobre el ayuno
(Mt. 9.14-17; Lc. 5.33-39)
18 Y los disc<73>pulos de Juan y los de los fariseos ayunaban; y vinieron, y le dijeron: <20>Por qu<71> los disc<73>pulos de Juan y los de los fariseos ayunan, y tus disc<73>pulos no ayunan?
19 Jes<65>s les dijo: <20>Acaso pueden los que est<73>n de bodas ayunar mientras est<73> con ellos el esposo? Entre tanto que tienen consigo al esposo, no pueden ayunar.
20 Pero vendr<64>n d<>as cuando el esposo les ser<65> quitado, y entonces en aquellos d<>as ayunar<61>n.
21 Nadie pone remiendo de pa<70>o nuevo en vestido viejo; de otra manera, el mismo remiendo nuevo tira de lo viejo, y se hace peor la rotura.
22 Y nadie echa vino nuevo en odres viejos; de otra manera, el vino nuevo rompe los odres, y el vino se derrama, y los odres se pierden; pero el vino nuevo en odres nuevos se ha de echar.
Los disc<73>pulos recogen espigas en el d<>a de reposo
(Mt. 12.1-8; Lc. 6.1-5)
23 Aconteci<63> que al pasar <20>l por los sembrados un d<>a de reposo, sus disc<73>pulos, andando, comenzaron a arrancar espigas.
24 Entonces los fariseos le dijeron: Mira, <20>por qu<71> hacen en el d<>a de reposo lo que no es l<>cito?
25 Pero <20>l les dijo: <20>Nunca le<6C>steis lo que hizo David cuando tuvo necesidad, y sinti<74> hambre, <20>l y los que con <20>l estaban;
26 c<>mo entr<74> en la casa de Dios, siendo Abiatar sumo sacerdote, y comi<6D> los panes de la proposici<63>n, de los cuales no es l<>cito comer sino a los sacerdotes, y aun dio a los que con <20>l estaban?
27 Tambi<62>n les dijo: El d<>a de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del d<>a de reposo.
28 Por tanto, el Hijo del Hombre es Se<53>or aun del d<>a de reposo.
El hombre de la mano seca
(Mt. 12.9-14; Lc. 6.6-11)
MARCOS 3
1 Otra vez entr<74> Jes<65>s en la sinagoga; y hab<61>a all<6C> un hombre que ten<65>a seca una mano.
2 Y le acechaban para ver si en el d<>a de reposo le sanar<61>a, a fin de poder acusarle.
3 Entonces dijo al hombre que ten<65>a la mano seca: Lev<65>ntate y ponte en medio.
4 Y les dijo: <20>Es l<>cito en los d<>as de reposo hacer bien, o hacer mal; salvar la vida, o quitarla? Pero ellos callaban.
5 Entonces, mir<69>ndolos alrededor con enojo, entristecido por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y <20>l la extendi<64>, y la mano le fue restaurada sana.
6 Y salidos los fariseos, tomaron consejo con los herodianos contra <20>l para destruirle.
La multitud a la orilla del mar
7 Mas Jes<65>s se retir<69> al mar con sus disc<73>pulos, y le sigui<75> gran multitud de Galilea. Y de Judea,
8 de Jerusal<61>n, de Idumea, del otro lado del Jord<72>n, y de los alrededores de Tiro y de Sid<69>n, oyendo cu<63>n grandes cosas hac<61>a, grandes multitudes vinieron a <20>l.
9 Y dijo a sus disc<73>pulos que le tuviesen siempre lista la barca, a causa del gent<6E>o, para que no le oprimiesen.
10 Porque hab<61>a sanado a muchos; de manera que por tocarle, cuantos ten<65>an plagas ca<63>an sobre <20>l.
11 Y los esp<73>ritus inmundos, al verle, se postraban delante de <20>l, y daban voces, diciendo: T<> eres el Hijo de Dios.
12 Mas <20>l les reprend<6E>a mucho para que no le descubriesen.
Elecci<EFBFBD>n de los doce ap<61>stoles
(Mt. 10.1-4; Lc. 6.12-16)
13 Despu<70>s subi<62> al monte, y llam<61> a s<> a los que <20>l quiso; y vinieron a <20>l.
14 Y estableci<63> a doce, para que estuviesen con <20>l, y para enviarlos a predicar,
15 y que tuviesen autoridad para sanar enfermedades y para echar fuera demonios:
16 a Sim<69>n, a quien puso por sobrenombre Pedro;
17 a Jacobo hijo de Zebedeo, y a Juan hermano de Jacobo, a quienes apellid<69> Boanerges, esto es, Hijos del trueno;
18 a Andr<64>s, Felipe, Bartolom<6F>, Mateo, Tom<6F>s, Jacobo hijo de Alfeo, Tadeo, Sim<69>n el cananista,
19 y Judas Iscariote, el que le entreg<65>. Y vinieron a casa.
La blasfemia contra el Esp<73>ritu Santo
(Mt. 12.22-32; Lc. 11.14-23)
20 Y se agolp<6C> de nuevo la gente, de modo que ellos ni aun pod<6F>an comer pan.
21 Cuando lo oyeron los suyos, vinieron para prenderle; porque dec<65>an: Est<73> fuera de s<>.
22 Pero los escribas que hab<61>an venido de Jerusal<61>n dec<65>an que ten<65>a a Beelzeb<65>, y que por el pr<70>ncipe de los demonios echaba fuera los demonios.
23 Y habi<62>ndolos llamado, les dec<65>a en par<61>bolas: <20>C<EFBFBD>mo puede Satan<61>s echar fuera a Satan<61>s?
24 Si un reino est<73> dividido contra s<> mismo, tal reino no puede permanecer.
25 Y si una casa est<73> dividida contra s<> misma, tal casa no puede permanecer.
26 Y si Satan<61>s se levanta contra s<> mismo, y se divide, no puede permanecer, sino que ha llegado su fin.
27 Ninguno puede entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes, si antes no le ata, y entonces podr<64> saquear su casa.
28 De cierto os digo que todos los pecados ser<65>n perdonados a los hijos de los hombres, y las blasfemias cualesquiera que sean;
29 pero cualquiera que blasfeme contra el Esp<73>ritu Santo, no tiene jam<61>s perd<72>n, sino que es reo de juicio eterno.
30 Porque ellos hab<61>an dicho: Tiene esp<73>ritu inmundo.
La madre y los hermanos de Jes<65>s
(Mt. 12.46-50; Lc. 8.19-21)
31 Vienen despu<70>s sus hermanos y su madre, y qued<65>ndose afuera, enviaron a llamarle.
32 Y la gente que estaba sentada alrededor de <20>l le dijo: Tu madre y tus hermanos est<73>n afuera, y te buscan.
33 El les respondi<64> diciendo: <20>Qui<75>n es mi madre y mis hermanos?
34 Y mirando a los que estaban sentados alrededor de <20>l, dijo: He aqu<71> mi madre y mis hermanos.
35 Porque todo aquel que hace la voluntad de Dios, <20>se es mi hermano, y mi hermana, y mi madre.
Par<EFBFBD>bola del sembrador
(Mt. 13.1-23; Lc. 8.4-15)
MARCOS 4
1 Otra vez comenz<6E> Jes<65>s a ense<73>ar junto al mar, y se reuni<6E> alrededor de <20>l mucha gente, tanto que entrando en una barca, se sent<6E> en ella en el mar; y toda la gente estaba en tierra junto al mar.
2 Y les ense<73>aba por par<61>bolas muchas cosas, y les dec<65>a en su doctrina:
3 O<>d: He aqu<71>, el sembrador sali<6C> a sembrar;
4 y al sembrar, aconteci<63> que una parte cay<61> junto al camino, y vinieron las aves del cielo y la comieron.
5 Otra parte cay<61> en pedregales, donde no ten<65>a mucha tierra; y brot<6F> pronto, porque no ten<65>a profundidad de tierra.
6 Pero salido el sol, se quem<65>; y porque no ten<65>a ra<72>z, se sec<65>.
7 Otra parte cay<61> entre espinos; y los espinos crecieron y la ahogaron, y no dio fruto.
8 Pero otra parte cay<61> en buena tierra, y dio fruto, pues brot<6F> y creci<63>, y produjo a treinta, a sesenta, y a ciento por uno.
9 Entonces les dijo: El que tiene o<>dos para o<>r, oiga.
10 Cuando estuvo solo, los que estaban cerca de <20>l con los doce le preguntaron sobre la par<61>bola.
11 Y les dijo: A vosotros os es dado saber el misterio del reino de Dios; mas a los que est<73>n fuera, por par<61>bolas todas las cosas;
12 para que viendo, vean y no perciban; y oyendo, oigan y no entiendan; para que no se conviertan, y les sean perdonados los pecados.
13 Y les dijo: <20>No sab<61>is esta par<61>bola? <20>C<EFBFBD>mo, pues, entender<65>is todas las par<61>bolas?
14 El sembrador es el que siembra la palabra.
15 Y <20>stos son los de junto al camino: en quienes se siembra la palabra, pero despu<70>s que la oyen, en seguida viene Satan<61>s, y quita la palabra que se sembr<62> en sus corazones.
16 Estos son asimismo los que fueron sembrados en pedregales: los que cuando han o<>do la palabra, al momento la reciben con gozo;
17 pero no tienen ra<72>z en s<>, sino que son de corta duraci<63>n, porque cuando viene la tribulaci<63>n o la persecuci<63>n por causa de la palabra, luego tropiezan.
18 Estos son los que fueron sembrados entre espinos: los que oyen la palabra,
19 pero los afanes de este siglo, y el enga<67>o de las riquezas, y las codicias de otras cosas, entran y ahogan la palabra, y se hace infructuosa.
20 Y <20>stos son los que fueron sembrados en buena tierra: los que oyen la palabra y la reciben, y dan fruto a treinta, a sesenta, y a ciento por uno.
Nada oculto que no haya de ser manifestado
(Lc. 8.16-18)
21 Tambi<62>n les dijo: <20>Acaso se trae la luz para ponerla debajo del almud, o debajo de la cama? <20>No es para ponerla en el candelero?
22 Porque no hay nada oculto que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de salir a luz.
23 Si alguno tiene o<>dos para o<>r, oiga.
24 Les dijo tambi<62>n: Mirad lo que o<>s; porque con la medida con que med<65>s, os ser<65> medido, y aun se os a<>adir<69> a vosotros los que o<>s.
25 Porque al que tiene, se le dar<61>; y al que no tiene, aun lo que tiene se le quitar<61>.
Par<EFBFBD>bola del crecimiento de la semilla
26 Dec<65>a adem<65>s: As<41> es el reino de Dios, como cuando un hombre echa semilla en la tierra;
27 y duerme y se levanta, de noche y de d<>a, y la semilla brota y crece sin que <20>l sepa c<>mo.
28 Porque de suyo lleva fruto la tierra, primero hierba, luego espiga, despu<70>s grano lleno en la espiga;
29 y cuando el fruto est<73> maduro, en seguida se mete la hoz, porque la siega ha llegado.
Par<EFBFBD>bola de la semilla de mostaza
(Mt. 13.31-32; Lc. 13.18-19)
30 Dec<65>a tambi<62>n: <20>A qu<71> haremos semejante el reino de Dios, o con qu<71> par<61>bola lo compararemos?
31 Es como el grano de mostaza, que cuando se siembra en tierra, es la m<>s peque<75>a de todas las semillas que hay en la tierra;
32 pero despu<70>s de sembrado, crece, y se hace la mayor de todas las hortalizas, y echa grandes ramas, de tal manera que las aves del cielo pueden morar bajo su sombra.
El uso que Jes<65>s hace de las par<61>bolas
(Mt. 13.34-35)
33 Con muchas par<61>bolas como estas les hablaba la palabra, conforme a lo que pod<6F>an o<>r.
34 Y sin par<61>bolas no les hablaba; aunque a sus disc<73>pulos en particular les declaraba todo.
Jes<EFBFBD>s calma la tempestad
(Mt. 8.23-27; Lc. 8.22-25)
35 Aquel d<>a, cuando lleg<65> la noche, les dijo: Pasemos al otro lado.
36 Y despidiendo a la multitud, le tomaron como estaba, en la barca; y hab<61>a tambi<62>n con <20>l otras barcas.
37 Pero se levant<6E> una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba.
38 Y <20>l estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron: Maestro, <20>no tienes cuidado que perecemos?
39 Y levant<6E>ndose, reprendi<64> al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y ces<65> el viento, y se hizo grande bonanza.
40 Y les dijo: <20>Por qu<71> est<73>is as<61> amedrentados? <20>C<EFBFBD>mo no ten<65>is fe?
41 Entonces temieron con gran temor, y se dec<65>an el uno al otro: <20>Qui<75>n es <20>ste, que aun el viento y el mar le obedecen?
El endemoniado gadareno
(Mt. 8.28-34; Lc. 8.26-39)
MARCOS 5
1 Vinieron al otro lado del mar, a la regi<67>n de los gadarenos.
2 Y cuando sali<6C> <20>l de la barca, en seguida vino a su encuentro, de los sepulcros, un hombre con un esp<73>ritu inmundo,
3 que ten<65>a su morada en los sepulcros, y nadie pod<6F>a atarle, ni aun con cadenas.
4 Porque muchas veces hab<61>a sido atado con grillos y cadenas, mas las cadenas hab<61>an sido hechas pedazos por <20>l, y desmenuzados los grillos; y nadie le pod<6F>a dominar.
5 Y siempre, de d<>a y de noche, andaba dando voces en los montes y en los sepulcros, e hiri<72>ndose con piedras.
6 Cuando vio, pues, a Jes<65>s de lejos, corri<72>, y se arrodill<6C> ante <20>l.
7 Y clamando a gran voz, dijo: <20>Qu<51> tienes conmigo, Jes<65>s, Hijo del Dios Alt<6C>simo? Te conjuro por Dios que no me atormentes.
8 Porque le dec<65>a: Sal de este hombre, esp<73>ritu inmundo.
9 Y le pregunt<6E>: <20>C<EFBFBD>mo te llamas? Y respondi<64> diciendo: Legi<67>n me llamo; porque somos muchos.
10 Y le rogaba mucho que no los enviase fuera de aquella regi<67>n.
11 Estaba all<6C> cerca del monte un gran hato de cerdos paciendo.
12 Y le rogaron todos los demonios, diciendo: Env<6E>anos a los cerdos para que entremos en ellos.
13 Y luego Jes<65>s les dio permiso. Y saliendo aquellos esp<73>ritus inmundos, entraron en los cerdos, los cuales eran como dos mil; y el hato se precipit<69> en el mar por un despe<70>adero, y en el mar se ahogaron.
14 Y los que apacentaban los cerdos huyeron, y dieron aviso en la ciudad y en los campos. Y salieron a ver qu<71> era aquello que hab<61>a sucedido.
15 Vienen a Jes<65>s, y ven al que hab<61>a sido atormentado del demonio, y que hab<61>a tenido la legi<67>n, sentado, vestido y en su juicio cabal; y tuvieron miedo.
16 Y les contaron los que lo hab<61>an visto, c<>mo le hab<61>a acontecido al que hab<61>a tenido el demonio, y lo de los cerdos.
17 Y comenzaron a rogarle que se fuera de sus contornos.
18 Al entrar <20>l en la barca, el que hab<61>a estado endemoniado le rogaba que le dejase estar con <20>l.
19 Mas Jes<65>s no se lo permiti<74>, sino que le dijo: Vete a tu casa, a los tuyos, y cu<63>ntales cu<63>n grandes cosas el Se<53>or ha hecho contigo, y c<>mo ha tenido misericordia de ti.
20 Y se fue, y comenz<6E> a publicar en Dec<65>polis cu<63>n grandes cosas hab<61>a hecho Jes<65>s con <20>l; y todos se maravillaban.
La hija de Jairo, y la mujer que toc<6F> el manto de Jes<65>s
(Mt. 9.18-26; Lc. 8.40-56)
21 Pasando otra vez Jes<65>s en una barca a la otra orilla, se reuni<6E> alrededor de <20>l una gran multitud; y <20>l estaba junto al mar.
22 Y vino uno de los principales de la sinagoga, llamado Jairo; y luego que le vio, se postr<74> a sus pies,
23 y le rogaba mucho, diciendo: Mi hija est<73> agonizando; ven y pon las manos sobre ella para que sea salva, y vivir<69>.
24 Fue, pues, con <20>l; y le segu<67>a una gran multitud, y le apretaban.
25 Pero una mujer que desde hac<61>a doce a<>os padec<65>a de flujo de sangre,
26 y hab<61>a sufrido mucho de muchos m<>dicos, y gastado todo lo que ten<65>a, y nada hab<61>a aprovechado, antes le iba peor,
27 cuando oy<6F> hablar de Jes<65>s, vino por detr<74>s entre la multitud, y toc<6F> su manto.
28 Porque dec<65>a: Si tocare tan solamente su manto, ser<65> salva.
29 Y en seguida la fuente de su sangre se sec<65>; y sinti<74> en el cuerpo que estaba sana de aquel azote.
30 Luego Jes<65>s, conociendo en s<> mismo el poder que hab<61>a salido de <20>l, volvi<76>ndose a la multitud, dijo: <20>Qui<75>n ha tocado mis vestidos?
31 Sus disc<73>pulos le dijeron: Ves que la multitud te aprieta, y dices: <20>Qui<75>n me ha tocado?
32 Pero <20>l miraba alrededor para ver qui<75>n hab<61>a hecho esto.
33 Entonces la mujer, temiendo y temblando, sabiendo lo que en ella hab<61>a sido hecho, vino y se postr<74> delante de <20>l, y le dijo toda la verdad.
34 Y <20>l le dijo: Hija, tu fe te ha hecho salva; v<> en paz, y queda sana de tu azote.
35 Mientras <20>l a<>n hablaba, vinieron de casa del principal de la sinagoga, diciendo: Tu hija ha muerto; <20>para qu<71> molestas m<>s al Maestro?
36 Pero Jes<65>s, luego que oy<6F> lo que se dec<65>a, dijo al principal de la sinagoga: No temas, cree solamente.
37 Y no permiti<74> que le siguiese nadie sino Pedro, Jacobo, y Juan hermano de Jacobo.
38 Y vino a casa del principal de la sinagoga, y vio el alboroto y a los que lloraban y lamentaban mucho.
39 Y entrando, les dijo: <20>Por qu<71> alborot<6F>is y llor<6F>is? La ni<6E>a no est<73> muerta, sino duerme.
40 Y se burlaban de <20>l. Mas <20>l, echando fuera a todos, tom<6F> al padre y a la madre de la ni<6E>a, y a los que estaban con <20>l, y entr<74> donde estaba la ni<6E>a.
41 Y tomando la mano de la ni<6E>a, le dijo: Talita cumi; que traducido es: Ni<4E>a, a ti te digo, lev<65>ntate.
42 Y luego la ni<6E>a se levant<6E> y andaba, pues ten<65>a doce a<>os. Y se espantaron grandemente.
43 Pero <20>l les mand<6E> mucho que nadie lo supiese, y dijo que se le diese de comer.
Jes<EFBFBD>s en Nazaret
(Mt. 13.53-58; Lc. 4.16-30)
MARCOS 6
1 Sali<6C> Jes<65>s de all<6C> y vino a su tierra, y le segu<67>an sus disc<73>pulos.
2 Y llegado el d<>a de reposo, comenz<6E> a ense<73>ar en la sinagoga; y muchos, oy<6F>ndole, se admiraban, y dec<65>an: <20>De d<>nde tiene <20>ste estas cosas? <20>Y qu<71> sabidur<75>a es esta que le es dada, y estos milagros que por sus manos son hechos?
3 <20>No es <20>ste el carpintero, hijo de Mar<61>a, hermano de Jacobo, de Jos<6F>, de Judas y de Sim<69>n? <20>No est<73>n tambi<62>n aqu<71> con nosotros sus hermanas? Y se escandalizaban de <20>l.
4 Mas Jes<65>s les dec<65>a: No hay profeta sin honra sino en su propia tierra, y entre sus parientes, y en su casa.
5 Y no pudo hacer all<6C> ning<6E>n milagro, salvo que san<61> a unos pocos enfermos, poniendo sobre ellos las manos.
6 Y estaba asombrado de la incredulidad de ellos. Y recorr<72>a las aldeas de alrededor, ense<73>ando.
Misi<EFBFBD>n de los doce disc<73>pulos
(Mt. 10.5-15; Lc. 9.1-6)
7 Despu<70>s llam<61> a los doce, y comenz<6E> a enviarlos de dos en dos; y les dio autoridad sobre los esp<73>ritus inmundos.
8 Y les mand<6E> que no llevasen nada para el camino, sino solamente bord<72>n; ni alforja, ni pan, ni dinero en el cinto,
9 sino que calzasen sandalias, y no vistiesen dos t<>nicas.
10 Y les dijo: Dondequiera que entr<74>is en una casa, posad en ella hasta que salg<6C>is de aquel lugar.
11 Y si en alg<6C>n lugar no os recibieren ni os oyeren, salid de all<6C>, y sacudid el polvo que est<73> debajo de vuestros pies, para testimonio a ellos. De cierto os digo que en el d<>a del juicio, ser<65> m<>s tolerable el castigo para los de Sodoma y Gomorra, que para aquella ciudad.
12 Y saliendo, predicaban que los hombres se arrepintiesen.
13 Y echaban fuera muchos demonios, y ung<6E>an con aceite a muchos enfermos, y los sanaban.
Muerte de Juan el Bautista
(Mt. 14.1-12; Lc. 9.7-9)
14 Oy<4F> el rey Herodes la fama de Jes<65>s, porque su nombre se hab<61>a hecho notorio; y dijo: Juan el Bautista ha resucitado de los muertos, y por eso act<63>an en <20>l estos poderes.
15 Otros dec<65>an: Es El<45>as. Y otros dec<65>an: Es un profeta, o alguno de los profetas.
16 Al o<>r esto Herodes, dijo: Este es Juan, el que yo decapit<69>, que ha resucitado de los muertos.
17 Porque el mismo Herodes hab<61>a enviado y prendido a Juan, y le hab<61>a encadenado en la c<>rcel por causa de Herod<6F>as, mujer de Felipe su hermano; pues la hab<61>a tomado por mujer.
18 Porque Juan dec<65>a a Herodes: No te es l<>cito tener la mujer de tu hermano.
19 Pero Herod<6F>as le acechaba, y deseaba matarle, y no pod<6F>a;
20 porque Herodes tem<65>a a Juan, sabiendo que era var<61>n justo y santo, y le guardaba a salvo; y oy<6F>ndole, se quedaba muy perplejo, pero le escuchaba de buena gana.
21 Pero venido un d<>a oportuno, en que Herodes, en la fiesta de su cumplea<65>os, daba una cena a sus pr<70>ncipes y tribunos y a los principales de Galilea,
22 entrando la hija de Herod<6F>as, danz<6E>, y agrad<61> a Herodes y a los que estaban con <20>l a la mesa; y el rey dijo a la muchacha: P<>deme lo que quieras, y yo te lo dar<61>.
23 Y le jur<75>: Todo lo que me pidas te dar<61>, hasta la mitad de mi reino.
24 Saliendo ella, dijo a su madre: <20>Qu<51> pedir<69>? Y ella le dijo: La cabeza de Juan el Bautista.
25 Entonces ella entr<74> prontamente al rey, y pidi<64> diciendo: Quiero que ahora mismo me des en un plato la cabeza de Juan el Bautista.
26 Y el rey se entristeci<63> mucho; pero a causa del juramento, y de los que estaban con <20>l a la mesa, no quiso desecharla.
27 Y en seguida el rey, enviando a uno de la guardia, mand<6E> que fuese tra<72>da la cabeza de Juan.
28 El guarda fue, le decapit<69> en la c<>rcel, y trajo su cabeza en un plato y la dio a la muchacha, y la muchacha la dio a su madre.
29 Cuando oyeron esto sus disc<73>pulos, vinieron y tomaron su cuerpo, y lo pusieron en un sepulcro.
Alimentaci<EFBFBD>n de los cinco mil
(Mt. 14.13-21; Lc. 9.10-17; Jn. 6.1-14)
30 Entonces los ap<61>stoles se juntaron con Jes<65>s, y le contaron todo lo que hab<61>an hecho, y lo que hab<61>an ense<73>ado.
31 El les dijo: Venid vosotros aparte a un lugar desierto, y descansad un poco. Porque eran muchos los que iban y ven<65>an, de manera que ni aun ten<65>an tiempo para comer.
32 Y se fueron solos en una barca a un lugar desierto.
33 Pero muchos los vieron ir, y le reconocieron; y muchos fueron all<6C> a pie desde las ciudades, y llegaron antes que ellos, y se juntaron a <20>l.
34 Y sali<6C> Jes<65>s y vio una gran multitud, y tuvo compasi<73>n de ellos, porque eran como ovejas que no ten<65>an pastor; y comenz<6E> a ense<73>arles muchas cosas.
35 Cuando ya era muy avanzada la hora, sus disc<73>pulos se acercaron a <20>l, diciendo: El lugar es desierto, y la hora ya muy avanzada.
36 Desp<73>delos para que vayan a los campos y aldeas de alrededor, y compren pan, pues no tienen qu<71> comer.
37 Respondiendo <20>l, les dijo: Dadles vosotros de comer. Ellos le dijeron: <20>Que vayamos y compremos pan por doscientos denarios, y les demos de comer?
38 El les dijo: <20>Cu<43>ntos panes ten<65>is? Id y vedlo. Y al saberlo, dijeron: Cinco, y dos peces.
39 Y les mand<6E> que hiciesen recostar a todos por grupos sobre la hierba verde.
40 Y se recostaron por grupos, de ciento en ciento, y de cincuenta en cincuenta.
41 Entonces tom<6F> los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, bendijo, y parti<74> los panes, y dio a sus disc<73>pulos para que los pusiesen delante; y reparti<74> los dos peces entre todos.
42 Y comieron todos, y se saciaron.
43 Y recogieron de los pedazos doce cestas llenas, y de lo que sobr<62> de los peces.
44 Y los que comieron eran cinco mil hombres.
Jes<EFBFBD>s anda sobre el mar
(Mt. 14.22-27; Jn. 6.15-21)
45 En seguida hizo a sus disc<73>pulos entrar en la barca e ir delante de <20>l a Betsaida, en la otra ribera, entre tanto que <20>l desped<65>a a la multitud.
46 Y despu<70>s que los hubo despedido, se fue al monte a orar;
47 y al venir la noche, la barca estaba en medio del mar, y <20>l solo en tierra.
48 Y vi<76>ndoles remar con gran fatiga, porque el viento les era contrario, cerca de la cuarta vigilia de la noche vino a ellos andando sobre el mar, y quer<65>a adelant<6E>rseles.
49 Vi<56>ndole ellos andar sobre el mar, pensaron que era un fantasma, y gritaron;
50 porque todos le ve<76>an, y se turbaron. Pero en seguida habl<62> con ellos, y les dijo: <20>Tened <20>nimo; yo soy, no tem<65>is!
51 Y subi<62> a ellos en la barca, y se calm<6C> el viento; y ellos se asombraron en gran manera, y se maravillaban.
52 Porque a<>n no hab<61>an entendido lo de los panes, por cuanto estaban endurecidos sus corazones.
Jes<EFBFBD>s sana a los enfermos en Genesaret
(Mt. 14.34-36)
53 Terminada la traves<65>a, vinieron a tierra de Genesaret, y arribaron a la orilla.
54 Y saliendo ellos de la barca, en seguida la gente le conoci<63>.
55 Y recorriendo toda la tierra de alrededor, comenzaron a traer de todas partes enfermos en lechos, a donde o<>an que estaba.
56 Y dondequiera que entraba, en aldeas, ciudades o campos, pon<6F>an en las calles a los que estaban enfermos, y le rogaban que les dejase tocar siquiera el borde de su manto; y todos los que le tocaban quedaban sanos.
Lo que contamina al hombre
(Mt. 15.1-20)
MARCOS 7
1 Se juntaron a Jes<65>s los fariseos, y algunos de los escribas, que hab<61>an venido de Jerusal<61>n;
2 los cuales, viendo a algunos de los disc<73>pulos de Jes<65>s comer pan con manos inmundas, esto es, no lavadas, los condenaban.
3 Porque los fariseos y todos los jud<75>os, aferr<72>ndose a la tradici<63>n de los ancianos, si muchas veces no se lavan las manos, no comen.
4 Y volviendo de la plaza, si no se lavan, no comen. Y otras muchas cosas hay que tomaron para guardar, como los lavamientos de los vasos de beber, y de los jarros, y de los utensilios de metal, y de los lechos.
5 Le preguntaron, pues, los fariseos y los escribas: <20>Por qu<71> tus disc<73>pulos no andan conforme a la tradici<63>n de los ancianos, sino que comen pan con manos inmundas?
6 Respondiendo <20>l, les dijo: Hip<69>critas, bien profetiz<69> de vosotros Isa<73>as, como est<73> escrito: Este pueblo de labios me honra, Mas su coraz<61>n est<73> lejos de m<>.
7 Pues en vano me honran, Ense<73>ando como doctrinas mandamientos de hombres.
8 Porque dejando el mandamiento de Dios, os aferr<72>is a la tradici<63>n de los hombres: los lavamientos de los jarros y de los vasos de beber; y hac<61>is otras muchas cosas semejantes.
9 Les dec<65>a tambi<62>n: Bien invalid<69>is el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradici<63>n.
10 Porque Mois<69>s dijo: Honra a tu padre y a tu madre; y: El que maldiga al padre o a la madre, muera irremisiblemente.
11 Pero vosotros dec<65>s: Basta que diga un hombre al padre o a la madre: Es Corb<72>n (que quiere decir, mi ofrenda a Dios) todo aquello con que pudiera ayudarte,
12 y no le dej<65>is hacer m<>s por su padre o por su madre,
13 invalidando la palabra de Dios con vuestra tradici<63>n que hab<61>is transmitido. Y muchas cosas hac<61>is semejantes a estas.
14 Y llamando a s<> a toda la multitud, les dijo: O<>dme todos, y entended:
15 Nada hay fuera del hombre que entre en <20>l, que le pueda contaminar; pero lo que sale de <20>l, eso es lo que contamina al hombre.
16 Si alguno tiene o<>dos para o<>r, oiga.
17 Cuando se alej<65> de la multitud y entr<74> en casa, le preguntaron sus disc<73>pulos sobre la par<61>bola.
18 El les dijo: <20>Tambi<62>n vosotros est<73>is as<61> sin entendimiento? <20>No entend<6E>is que todo lo de fuera que entra en el hombre, no le puede contaminar,
19 porque no entra en su coraz<61>n, sino en el vientre, y sale a la letrina? Esto dec<65>a, haciendo limpios todos los alimentos.
20 Pero dec<65>a, que lo que del hombre sale, eso contamina al hombre.
21 Porque de dentro, del coraz<61>n de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios,
22 los hurtos, las avaricias, las maldades, el enga<67>o, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez.
23 Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre.
La fe de la mujer sirofenicia
(Mt. 15.21-28)
24 Levant<6E>ndose de all<6C>, se fue a la regi<67>n de Tiro y de Sid<69>n; y entrando en una casa, no quiso que nadie lo supiese; pero no pudo esconderse.
25 Porque una mujer, cuya hija ten<65>a un esp<73>ritu inmundo, luego que oy<6F> de <20>l, vino y se postr<74> a sus pies.
26 La mujer era griega, y sirofenicia de naci<63>n; y le rogaba que echase fuera de su hija al demonio.
27 Pero Jes<65>s le dijo: Deja primero que se sacien los hijos, porque no est<73> bien tomar el pan de los hijos y echarlo a los perrillos.
28 Respondi<64> ella y le dijo: S<>, Se<53>or; pero aun los perrillos, debajo de la mesa, comen de las migajas de los hijos.
29 Entonces le dijo: Por esta palabra, ve; el demonio ha salido de tu hija.
30 Y cuando lleg<65> ella a su casa, hall<6C> que el demonio hab<61>a salido, y a la hija acostada en la cama.
Jes<EFBFBD>s sana a un sordomudo
31 Volviendo a salir de la regi<67>n de Tiro, vino por Sid<69>n al mar de Galilea, pasando por la regi<67>n de Dec<65>polis.
32 Y le trajeron un sordo y tartamudo, y le rogaron que le pusiera la mano encima.
33 Y tom<6F>ndole aparte de la gente, meti<74> los dedos en las orejas de <20>l, y escupiendo, toc<6F> su lengua;
34 y levantando los ojos al cielo, gimi<6D>, y le dijo: Efata, es decir: S<> abierto.
35 Al momento fueron abiertos sus o<>dos, y se desat<61> la ligadura de su lengua, y hablaba bien.
36 Y les mand<6E> que no lo dijesen a nadie; pero cuanto m<>s les mandaba, tanto m<>s y m<>s lo divulgaban.
37 Y en gran manera se maravillaban, diciendo: bien lo ha hecho todo; hace a los sordos o<>r, y a los mudos hablar.
Alimentaci<EFBFBD>n de los cuatro mil
(Mt. 15.32-39)
MARCOS 8
1 En aquellos d<>as, como hab<61>a una gran multitud, y no ten<65>an qu<71> comer, Jes<65>s llam<61> a sus disc<73>pulos, y les dijo:
2 Tengo compasi<73>n de la gente, porque ya hace tres d<>as que est<73>n conmigo, y no tienen qu<71> comer;
3 y si los enviare en ayunas a sus casas, se desmayar<61>n en el camino, pues algunos de ellos han venido de lejos.
4 Sus disc<73>pulos le respondieron: <20>De d<>nde podr<64> alguien saciar de pan a <20>stos aqu<71> en el desierto?
5 El les pregunt<6E>: <20>Cu<43>ntos panes ten<65>is? Ellos dijeron: Siete.
6 Entonces mand<6E> a la multitud que se recostase en tierra; y tomando los siete panes, habiendo dado gracias, los parti<74>, y dio a sus disc<73>pulos para que los pusiesen delante; y los pusieron delante de la multitud.
7 Ten<65>an tambi<62>n unos pocos pececillos; y los bendijo, y mand<6E> que tambi<62>n los pusiesen delante.
8 Y comieron, y se saciaron; y recogieron de los pedazos que hab<61>an sobrado, siete canastas.
9 Eran los que comieron, como cuatro mil; y los despidi<64>.
10 Y luego entrando en la barca con sus disc<73>pulos, vino a la regi<67>n de Dalmanuta.
La demanda de una se<73>al
(Mt. 16.1-4; Lc. 12.54-56)
11 Vinieron entonces los fariseos y comenzaron a discutir con <20>l, pidi<64>ndole se<73>al del cielo, para tentarle.
12 Y gimiendo en su esp<73>ritu, dijo: <20>Por qu<71> pide se<73>al esta generaci<63>n? De cierto os digo que no se dar<61> se<73>al a esta generaci<63>n.
13 Y dej<65>ndolos, volvi<76> a entrar en la barca, y se fue a la otra ribera.
La levadura de los fariseos
(Mt. 16.5-12)
14 Hab<61>an olvidado de traer pan, y no ten<65>an sino un pan consigo en la barca.
15 Y <20>l les mand<6E>, diciendo: Mirad, guardaos de la levadura de los fariseos, y de la levadura de Herodes.
16 Y discut<75>an entre s<>, diciendo: Es porque no trajimos pan.
17 Y entendi<64>ndolo Jes<65>s, les dijo: <20>Qu<51> discut<75>s, porque no ten<65>is pan? <20>No entend<6E>is ni comprend<6E>is? <20>A<EFBFBD>n ten<65>is endurecido vuestro coraz<61>n?
18 <20>Teniendo ojos no veis, y teniendo o<>dos no o<>s? <20>Y no record<72>is?
19 Cuando part<72> los cinco panes entre cinco mil, <20>cu<63>ntas cestas llenas de los pedazos recogisteis? Y ellos dijeron: Doce.
20 Y cuando los siete panes entre cuatro mil, <20>cu<63>ntas canastas llenas de los pedazos recogisteis? Y ellos dijeron: Siete.
21 Y les dijo: <20>C<EFBFBD>mo a<>n no entend<6E>is?
Un ciego sanado en Betsaida
22 Vino luego a Betsaida; y le trajeron un ciego, y le rogaron que le tocase.
23 Entonces, tomando la mano del ciego, le sac<61> fuera de la aldea; y escupiendo en sus ojos, le puso las manos encima, y le pregunt<6E> si ve<76>a algo.
24 El, mirando, dijo: Veo los hombres como <20>rboles, pero los veo que andan.
25 Luego le puso otra vez las manos sobre los ojos, y le hizo que mirase; y fue restablecido, y vio de lejos y claramente a todos.
26 Y lo envi<76> a su casa, diciendo: No entres en la aldea, ni lo digas a nadie en la aldea.
La confesi<73>n de Pedro
(Mt. 16.13-20; Lc. 9.18-21)
27 Salieron Jes<65>s y sus disc<73>pulos por las aldeas de Cesarea de Filipo. Y en el camino pregunt<6E> a sus disc<73>pulos, dici<63>ndoles: <20>Qui<75>n dicen los hombres que soy yo?
28 Ellos respondieron: Unos, Juan el Bautista; otros, El<45>as; y otros, alguno de los profetas.
29 Entonces <20>l les dijo: Y vosotros, <20>qui<75>n dec<65>s que soy? Respondiendo Pedro, le dijo: T<> eres el Cristo.
30 Pero <20>l les mand<6E> que no dijesen esto de <20>l a ninguno.
Jes<EFBFBD>s anuncia su muerte
(Mt. 16.21-28; Lc. 9.22-27)
31 Y comenz<6E> a ense<73>arles que le era necesario al Hijo del Hombre padecer mucho, y ser desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y ser muerto, y resucitar despu<70>s de tres d<>as.
32 Esto les dec<65>a claramente. Entonces Pedro le tom<6F> aparte y comenz<6E> a reconvenirle.
33 Pero <20>l, volvi<76>ndose y mirando a los disc<73>pulos, reprendi<64> a Pedro, diciendo: <20>Qu<51>tate de delante de m<>, Satan<61>s! porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.
34 Y llamando a la gente y a sus disc<73>pulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de m<>, ni<6E>guese a s<> mismo, y tome su cruz, y s<>game.
35 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perder<65>; y todo el que pierda su vida por causa de m<> y del evangelio, la salvar<61>.
36 Porque <20>qu<71> aprovechar<61> al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?
37 <20>O qu<71> recompensa dar<61> el hombre por su alma?
38 Porque el que se avergonzare de m<> y de mis palabras en esta generaci<63>n ad<61>ltera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzar<61> tambi<62>n de <20>l, cuando venga en la gloria de su Padre con los santos <20>ngeles.
MARCOS 9
1 Tambi<62>n les dijo: De cierto os digo que hay algunos de los que est<73>n aqu<71>, que no gustar<61>n la muerte hasta que hayan visto el reino de Dios venido con poder.
La transfiguraci<63>n
(Mt. 17.1-13; Lc. 9.28-36)
2 Seis d<>as despu<70>s, Jes<65>s tom<6F> a Pedro, a Jacobo y a Juan, y los llev<65> aparte solos a un monte alto; y se transfigur<75> delante de ellos.
3 Y sus vestidos se volvieron resplandecientes, muy blancos, como la nieve, tanto que ning<6E>n lavador en la tierra los puede hacer tan blancos.
4 Y les apareci<63> El<45>as con Mois<69>s, que hablaban con Jes<65>s.
5 Entonces Pedro dijo a Jes<65>s: Maestro, bueno es para nosotros que estemos aqu<71>; y hagamos tres enramadas, una para ti, otra para Mois<69>s, y otra para El<45>as.
6 Porque no sab<61>a lo que hablaba, pues estaban espantados.
7 Entonces vino una nube que les hizo sombra, y desde la nube una voz que dec<65>a: Este es mi Hijo amado; a <20>l o<>d.
8 Y luego, cuando miraron, no vieron m<>s a nadie consigo, sino a Jes<65>s solo.
9 Y descendiendo ellos del monte, les mand<6E> que a nadie dijesen lo que hab<61>an visto, sino cuando el Hijo del Hombre hubiese resucitado de los muertos.
10 Y guardaron la palabra entre s<>, discutiendo qu<71> ser<65>a aquello de resucitar de los muertos.
11 Y le preguntaron, diciendo: <20>Por qu<71> dicen los escribas que es necesario que El<45>as venga primero?
12 Respondiendo <20>l, les dijo: El<45>as a la verdad vendr<64> primero, y restaurar<61> todas las cosas; <20>y c<>mo est<73> escrito del Hijo del Hombre, que padezca mucho y sea tenido en nada?
13 Pero os digo que El<45>as ya vino, y le hicieron todo lo que quisieron, como est<73> escrito de <20>l.
Jes<EFBFBD>s sana a un muchacho endemoniado
(Mt. 17.14-21; Lc. 9.37-43)
14 Cuando lleg<65> a donde estaban los disc<73>pulos, vio una gran multitud alrededor de ellos, y escribas que disputaban con ellos.
15 Y en seguida toda la gente, vi<76>ndole, se asombr<62>, y corriendo a <20>l, le saludaron.
16 El les pregunt<6E>: <20>Qu<51> disput<75>is con ellos?
17 Y respondiendo uno de la multitud, dijo: Maestro, traje a ti mi hijo, que tiene un esp<73>ritu mudo,
18 el cual, dondequiera que le toma, le sacude; y echa espumarajos, y cruje los dientes, y se va secando; y dije a tus disc<73>pulos que lo echasen fuera, y no pudieron.
19 Y respondiendo <20>l, les dijo: <20>Oh generaci<63>n incr<63>dula! <20>Hasta cu<63>ndo he de estar con vosotros? <20>Hasta cu<63>ndo os he de soportar? Tra<72>dmelo.
20 Y se lo trajeron; y cuando el esp<73>ritu vio a Jes<65>s, sacudi<64> con violencia al muchacho, quien cayendo en tierra se revolcaba, echando espumarajos.
21 Jes<65>s pregunt<6E> al padre: <20>Cu<43>nto tiempo hace que le sucede esto? Y <20>l dijo: Desde ni<6E>o.
22 Y muchas veces le echa en el fuego y en el agua, para matarle; pero si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros, y ay<61>danos.
23 Jes<65>s le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible.
24 E inmediatamente el padre del muchacho clam<61> y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad.
25 Y cuando Jes<65>s vio que la multitud se agolpaba, reprendi<64> al esp<73>ritu inmundo, dici<63>ndole: Esp<73>ritu mudo y sordo, yo te mando, sal de <20>l, y no entres m<>s en <20>l.
26 Entonces el esp<73>ritu, clamando y sacudi<64>ndole con violencia, sali<6C>; y <20>l qued<65> como muerto, de modo que muchos dec<65>an: Est<73> muerto.
27 Pero Jes<65>s, tom<6F>ndole de la mano, le enderez<65>; y se levant<6E>.
28 Cuando <20>l entr<74> en casa, sus disc<73>pulos le preguntaron aparte: <20>Por qu<71> nosotros no pudimos echarle fuera?
29 Y les dijo: Este g<>nero con nada puede salir, sino con oraci<63>n y ayuno.
Jes<EFBFBD>s anuncia otra vez su muerte
(Mt. 17.22-23; Lc. 9.43-45)
30 Habiendo salido de all<6C>, caminaron por Galilea; y no quer<65>a que nadie lo supiese.
31 Porque ense<73>aba a sus disc<73>pulos, y les dec<65>a: El Hijo del Hombre ser<65> entregado en manos de hombres, y le matar<61>n; pero despu<70>s de muerto, resucitar<61> al tercer d<>a.
32 Pero ellos no entend<6E>an esta palabra, y ten<65>an miedo de preguntarle.
<EFBFBD>Qui<EFBFBD>n es el mayor?
(Mt. 18.1-5; Lc. 9.46-48)
33 Y lleg<65> a Capernaum; y cuando estuvo en casa, les pregunt<6E>: <20>Qu<51> disputabais entre vosotros en el camino?
34 Mas ellos callaron; porque en el camino hab<61>an disputado entre s<>, qui<75>n hab<61>a de ser el mayor.
35 Entonces <20>l se sent<6E> y llam<61> a los doce, y les dijo: Si alguno quiere ser el primero, ser<65> el postrero de todos, y el servidor de todos.
36 Y tom<6F> a un ni<6E>o, y lo puso en medio de ellos; y tom<6F>ndole en sus brazos, les dijo:
37 El que reciba en mi nombre a un ni<6E>o como este, me recibe a m<>; y el que a m<> me recibe, no me recibe a m<> sino al que me envi<76>.
El que no es contra nosotros, por nosotros es
(Lc. 9.49-50)
38 Juan le respondi<64> diciendo: Maestro, hemos visto a uno que en tu nombre echaba fuera demonios, pero <20>l no nos sigue; y se lo prohibimos, porque no nos segu<67>a.
39 Pero Jes<65>s dijo: No se lo prohib<69>is; porque ninguno hay que haga milagro en mi nombre, que luego pueda decir mal de m<>.
40 Porque el que no es contra nosotros, por nosotros es.
41 Y cualquiera que os diere un vaso de agua en mi nombre, porque sois de Cristo, de cierto os digo que no perder<65> su recompensa.
Ocasiones de caer
(Mt. 18.6-9; Lc. 17.1-2)
42 Cualquiera que haga tropezar a uno de estos peque<75>itos que creen en m<>, mejor le fuera si se le atase una piedra de molino al cuello, y se le arrojase en el mar.
43 Si tu mano te fuere ocasi<73>n de caer, c<>rtala; mejor te es entrar en la vida manco, que teniendo dos manos ir al infierno, al fuego que no puede ser apagado,
44 donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga.
45 Y si tu pie te fuere ocasi<73>n de caer, c<>rtalo; mejor te es entrar a la vida cojo, que teniendo dos pies ser echado en el infierno, al fuego que no puede ser apagado,
46 donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga.
47 Y si tu ojo te fuere ocasi<73>n de caer, s<>calo; mejor te es entrar en el reino de Dios con un ojo, que teniendo dos ojos ser echado al infierno,
48 donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga.
49 Porque todos ser<65>n salados con fuego, y todo sacrificio ser<65> salado con sal.
50 Buena es la sal; mas si la sal se hace ins<6E>pida, <20>con qu<71> la sazonar<61>is? Tened sal en vosotros mismos; y tened paz los unos con los otros.
Jes<EFBFBD>s ense<73>a sobre el divorcio
(Mt. 19.1-12; Lc. 16.18)
MARCOS 10
1 Levant<6E>ndose de all<6C>, vino a la regi<67>n de Judea y al otro lado del Jord<72>n; y volvi<76> el pueblo a juntarse a <20>l, y de nuevo les ense<73>aba como sol<6F>a.
2 Y se acercaron los fariseos y le preguntaron, para tentarle, si era l<>cito al marido repudiar a su mujer.
3 El, respondiendo, les dijo: <20>Qu<51> os mand<6E> Mois<69>s?
4 Ellos dijeron: Mois<69>s permiti<74> dar carta de divorcio, y repudiarla.
5 Y respondiendo Jes<65>s, les dijo: Por la dureza de vuestro coraz<61>n os escribi<62> este mandamiento;
6 pero al principio de la creaci<63>n, var<61>n y hembra los hizo Dios.
7 Por esto dejar<61> el hombre a su padre y a su madre, y se unir<69> a su mujer,
8 y los dos ser<65>n una sola carne; as<61> que no son ya m<>s dos, sino uno.
9 Por tanto, lo que Dios junt<6E>, no lo separe el hombre.
10 En casa volvieron los disc<73>pulos a preguntarle de lo mismo,
11 y les dijo: Cualquiera que repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra ella;
12 y si la mujer repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio.
Jes<EFBFBD>s bendice a los ni<6E>os
(Mt. 19.13-15; Lc. 18.15-17)
13 Y le presentaban ni<6E>os para que los tocase; y los disc<73>pulos reprend<6E>an a los que los presentaban.
14 Vi<56>ndolo Jes<65>s, se indign<67>, y les dijo: Dejad a los ni<6E>os venir a m<>, y no se lo impid<69>is; porque de los tales es el reino de Dios.
15 De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios como un ni<6E>o, no entrar<61> en <20>l.
16 Y tom<6F>ndolos en los brazos, poniendo las manos sobre ellos, los bendec<65>a.
El joven rico
(Mt. 19.16-30; Lc. 18.18-30)
17 Al salir <20>l para seguir su camino, vino uno corriendo, e hincando la rodilla delante de <20>l, le pregunt<6E>: Maestro bueno, <20>qu<71> har<61> para heredar la vida eterna?
18 Jes<65>s le dijo: <20>Por qu<71> me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino s<>lo uno, Dios.
19 Los mandamientos sabes: No adulteres. No mates. No hurtes. No digas falso testimonio. No defraudes. Honra a tu padre y a tu madre.
20 El entonces, respondiendo, le dijo: Maestro, todo esto lo he guardado desde mi juventud.
21 Entonces Jes<65>s, mir<69>ndole, le am<61>, y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendr<64>s tesoro en el cielo; y ven, s<>gueme, tomando tu cruz.
22 Pero <20>l, afligido por esta palabra, se fue triste, porque ten<65>a muchas posesiones.
23 Entonces Jes<65>s, mirando alrededor, dijo a sus disc<73>pulos: <20>Cu<43>n dif<69>cilmente entrar<61>n en el reino de Dios los que tienen riquezas!
24 Los disc<73>pulos se asombraron de sus palabras; pero Jes<65>s, respondiendo, volvi<76> a decirles: Hijos, <20>cu<63>n dif<69>cil les es entrar en el reino de Dios, a los que conf<6E>an en las riquezas!
25 M<>s f<>cil es pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios.
26 Ellos se asombraban aun m<>s, diciendo entre s<>: <20>Qui<75>n, pues, podr<64> ser salvo?
27 Entonces Jes<65>s, mir<69>ndolos, dijo: Para los hombres es imposible, mas para Dios, no; porque todas las cosas son posibles para Dios.
28 Entonces Pedro comenz<6E> a decirle: He aqu<71>, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido.
29 Respondi<64> Jes<65>s y dijo: De cierto os digo que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de m<> y del evangelio,
30 que no reciba cien veces m<>s ahora en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, con persecuciones; y en el siglo venidero la vida eterna.
31 Pero muchos primeros ser<65>n postreros, y los postreros, primeros.
Nuevamente Jes<65>s anuncia su muerte
(Mt. 20.17-19; Lc. 18.31-34)
32 Iban por el camino subiendo a Jerusal<61>n; y Jes<65>s iba delante, y ellos se asombraron, y le segu<67>an con miedo. Entonces volviendo a tomar a los doce aparte, les comenz<6E> a decir las cosas que le hab<61>an de acontecer:
33 He aqu<71> subimos a Jerusal<61>n, y el Hijo del Hombre ser<65> entregado a los principales sacerdotes y a los escribas, y le condenar<61>n a muerte, y le entregar<61>n a los gentiles;
34 y le escarnecer<65>n, le azotar<61>n, y escupir<69>n en <20>l, y le matar<61>n; mas al tercer d<>a resucitar<61>.
Petici<EFBFBD>n de Santiago y de Juan
(Mt. 20.20-28)
35 Entonces Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, se le acercaron, diciendo: Maestro, querr<72>amos que nos hagas lo que pidi<64>remos.
36 El les dijo: <20>Qu<51> quer<65>is que os haga?
37 Ellos le dijeron: Conc<6E>denos que en tu gloria nos sentemos el uno a tu derecha, y el otro a tu izquierda.
38 Entonces Jes<65>s les dijo: No sab<61>is lo que ped<65>s. <20>Pod<6F>is beber del vaso que yo bebo, o ser bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado?
39 Ellos dijeron: Podemos. Jes<65>s les dijo: A la verdad, del vaso que yo bebo, beber<65>is, y con el bautismo con que yo soy bautizado, ser<65>is bautizados;
40 pero el sentaros a mi derecha y a mi izquierda, no es m<>o darlo, sino a aquellos para quienes est<73> preparado.
41 Cuando lo oyeron los diez, comenzaron a enojarse contra Jacobo y contra Juan.
42 Mas Jes<65>s, llam<61>ndolos, les dijo: Sab<61>is que los que son tenidos por gobernantes de las naciones se ense<73>orean de ellas, y sus grandes ejercen sobre ellas potestad.
43 Pero no ser<65> as<61> entre vosotros, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros ser<65> vuestro servidor,
44 y el que de vosotros quiera ser el primero, ser<65> siervo de todos.
45 Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.
El ciego Bartimeo recibe la vista
(Mt. 20.29-34; Lc. 18.35-43)
46 Entonces vinieron a Jeric<69>; y al salir de Jeric<69> <20>l y sus disc<73>pulos y una gran multitud, Bartimeo el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando.
47 Y oyendo que era Jes<65>s nazareno, comenz<6E> a dar voces y a decir: <20>Jes<65>s, Hijo de David, ten misericordia de m<>!
48 Y muchos le reprend<6E>an para que callase, pero <20>l clamaba mucho m<>s: <20>Hijo de David, ten misericordia de m<>!
49 Entonces Jes<65>s, deteni<6E>ndose, mand<6E> llamarle; y llamaron al ciego, dici<63>ndole: Ten confianza; lev<65>ntate, te llama.
50 El entonces, arrojando su capa, se levant<6E> y vino a Jes<65>s.
51 Respondiendo Jes<65>s, le dijo: <20>Qu<51> quieres que te haga? Y el ciego le dijo: Maestro, que recobre la vista.
52 Y Jes<65>s le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y en seguida recobr<62> la vista, y segu<67>a a Jes<65>s en el camino.
La entrada triunfal en Jerusal<61>n
(Mt. 21.1-11; Lc. 19.28-40; Jn. 12.12-19)
MARCOS 11
1 Cuando se acercaban a Jerusal<61>n, junto a Betfag<61> y a Betania, frente al monte de los Olivos, Jes<65>s envi<76> dos de sus disc<73>pulos,
2 y les dijo: Id a la aldea que est<73> enfrente de vosotros, y luego que entr<74>is en ella, hallar<61>is un pollino atado, en el cual ning<6E>n hombre ha montado; desatadlo y traedlo.
3 Y si alguien os dijere: <20>Por qu<71> hac<61>is eso? decid que el Se<53>or lo necesita, y que luego lo devolver<65>.
4 Fueron, y hallaron el pollino atado afuera a la puerta, en el recodo del camino, y lo desataron.
5 Y unos de los que estaban all<6C> les dijeron: <20>Qu<51> hac<61>is desatando el pollino?
6 Ellos entonces les dijeron como Jes<65>s hab<61>a mandado; y los dejaron.
7 Y trajeron el pollino a Jes<65>s, y echaron sobre <20>l sus mantos, y se sent<6E> sobre <20>l.
8 Tambi<62>n muchos tend<6E>an sus mantos por el camino, y otros cortaban ramas de los <20>rboles, y las tend<6E>an por el camino.
9 Y los que iban delante y los que ven<65>an detr<74>s daban voces, diciendo: <20>Hosanna! <20>Bendito el que viene en el nombre del Se<53>or!
10 <20>Bendito el reino de nuestro padre David que viene! <20>Hosanna en las alturas!
11 Y entr<74> Jes<65>s en Jerusal<61>n, y en el templo; y habiendo mirado alrededor todas las cosas, como ya anochec<65>a, se fue a Betania con los doce.
Maldici<EFBFBD>n de la higuera est<73>ril
(Mt. 21.18-19)
12 Al d<>a siguiente, cuando salieron de Betania, tuvo hambre.
13 Y viendo de lejos una higuera que ten<65>a hojas, fue a ver si tal vez hallaba en ella algo; pero cuando lleg<65> a ella, nada hall<6C> sino hojas, pues no era tiempo de higos.
14 Entonces Jes<65>s dijo a la higuera: Nunca jam<61>s coma nadie fruto de ti. Y lo oyeron sus disc<73>pulos.
Purificaci<EFBFBD>n del templo
(Mt. 21.12-17; Lc. 19.45-48; Jn. 2.13-22)
15 Vinieron, pues, a Jerusal<61>n; y entrando Jes<65>s en el templo, comenz<6E> a echar fuera a los que vend<6E>an y compraban en el templo; y volc<6C> las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vend<6E>an palomas;
16 y no consent<6E>a que nadie atravesase el templo llevando utensilio alguno.
17 Y les ense<73>aba, diciendo: <20>No est<73> escrito: Mi casa ser<65> llamada casa de oraci<63>n para todas las naciones? Mas vosotros la hab<61>is hecho cueva de ladrones.
18 Y lo oyeron los escribas y los principales sacerdotes, y buscaban c<>mo matarle; porque le ten<65>an miedo, por cuanto todo el pueblo estaba admirado de su doctrina.
19 Pero al llegar la noche, Jes<65>s sali<6C> de la ciudad.
La higuera maldecida se seca
(Mt. 21.19-22)
20 Y pasando por la ma<6D>ana, vieron que la higuera se hab<61>a secado desde las ra<72>ces.
21 Entonces Pedro, acord<72>ndose, le dijo: Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha secado.
22 Respondiendo Jes<65>s, les dijo: Tened fe en Dios.
23 Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Qu<51>tate y <20>chate en el mar, y no dudare en su coraz<61>n, sino creyere que ser<65> hecho lo que dice, lo que diga le ser<65> hecho.
24 Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibir<69>is, y os vendr<64>.
25 Y cuando est<73>is orando, perdonad, si ten<65>is algo contra alguno, para que tambi<62>n vuestro Padre que est<73> en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas.
26 Porque si vosotros no perdon<6F>is, tampoco vuestro Padre que est<73> en los cielos os perdonar<61> vuestras ofensas.
La autoridad de Jes<65>s
(Mt. 21.23-27; Lc. 20.1-8)
27 Volvieron entonces a Jerusal<61>n; y andando <20>l por el templo, vinieron a <20>l los principales sacerdotes, los escribas y los ancianos,
28 y le dijeron: <20>Con qu<71> autoridad haces estas cosas, y qui<75>n te dio autoridad para hacer estas cosas?
29 Jes<65>s, respondiendo, les dijo: Os har<61> yo tambi<62>n una pregunta; respondedme, y os dir<69> con qu<71> autoridad hago estas cosas.
30 El bautismo de Juan, <20>era del cielo, o de los hombres? Respondedme.
31 Entonces ellos discut<75>an entre s<>, diciendo: Si decimos, del cielo, dir<69>: <20>Por qu<71>, pues, no le cre<72>steis?
32 <20>Y si decimos, de los hombres...? Pero tem<65>an al pueblo, pues todos ten<65>an a Juan como un verdadero profeta.
33 As<41> que, respondiendo, dijeron a Jes<65>s: No sabemos. Entonces respondiendo Jes<65>s, les dijo: Tampoco yo os digo con qu<71> autoridad hago estas cosas.
Los labradores malvados
(Mt. 21.33-46; Lc. 20.9-19)
MARCOS 12
1 Entonces comenz<6E> Jes<65>s a decirles por par<61>bolas: Un hombre plant<6E> una vi<76>a, la cerc<72> de vallado, cav<61> un lagar, edific<69> una torre, y la arrend<6E> a unos labradores, y se fue lejos.
2 Y a su tiempo envi<76> un siervo a los labradores, para que recibiese de <20>stos del fruto de la vi<76>a.
3 Mas ellos, tom<6F>ndole, le golpearon, y le enviaron con las manos vac<61>as.
4 Volvi<76> a enviarles otro siervo; pero apedre<72>ndole, le hirieron en la cabeza, y tambi<62>n le enviaron afrentado.
5 Volvi<76> a enviar otro, y a <20>ste mataron; y a otros muchos, golpeando a unos y matando a otros.
6 Por <20>ltimo, teniendo a<>n un hijo suyo, amado, lo envi<76> tambi<62>n a ellos, diciendo: Tendr<64>n respeto a mi hijo.
7 Mas aquellos labradores dijeron entre s<>: Este es el heredero; venid, mat<61>mosle, y la heredad ser<65> nuestra.
8 Y tom<6F>ndole, le mataron, y le echaron fuera de la vi<76>a.
9 <20>Qu<51>, pues, har<61> el se<73>or de la vi<76>a? Vendr<64>, y destruir<69> a los labradores, y dar<61> su vi<76>a a otros.
10 <20>Ni aun esta escritura hab<61>is le<6C>do: La piedra que desecharon los edificadores Ha venido a ser cabeza del <20>ngulo;
11 El Se<53>or ha hecho esto, Y es cosa maravillosa a nuestros ojos?
12 Y procuraban prenderle, porque entend<6E>an que dec<65>a contra ellos aquella par<61>bola; pero tem<65>an a la multitud, y dej<65>ndole, se fueron.
La cuesti<74>n del tributo
(Mt. 22.15-22; Lc. 20.20-26)
13 Y le enviaron algunos de los fariseos y de los herodianos, para que le sorprendiesen en alguna palabra.
14 Viniendo ellos, le dijeron: Maestro, sabemos que eres hombre veraz, y que no te cuidas de nadie; porque no miras la apariencia de los hombres, sino que con verdad ense<73>as el camino de Dios. <20>Es l<>cito dar tributo a C<>sar, o no? <20>Daremos, o no daremos?
15 Mas <20>l, percibiendo la hipocres<65>a de ellos, les dijo: <20>Por qu<71> me tent<6E>is? Traedme la moneda para que la vea.
16 Ellos se la trajeron; y les dijo: <20>De qui<75>n es esta imagen y la inscripci<63>n? Ellos le dijeron: De C<>sar.
17 Respondiendo Jes<65>s, les dijo: Dad a C<>sar lo que es de C<>sar, y a Dios lo que es de Dios. Y se maravillaron de <20>l.
La pregunta sobre la resurrecci<63>n
(Mt. 22.23-33; Lc. 20.27-40)
18 Entonces vinieron a <20>l los saduceos, que dicen que no hay resurrecci<63>n, y le preguntaron, diciendo:
19 Maestro, Mois<69>s nos escribi<62> que si el hermano de alguno muriere y dejare esposa, pero no dejare hijos, que su hermano se case con ella, y levante descendencia a su hermano.
20 Hubo siete hermanos; el primero tom<6F> esposa, y muri<72> sin dejar descendencia.
21 Y el segundo se cas<61> con ella, y muri<72>, y tampoco dej<65> descendencia; y el tercero, de la misma manera.
22 Y as<61> los siete, y no dejaron descendencia; y despu<70>s de todos muri<72> tambi<62>n la mujer.
23 En la resurrecci<63>n, pues, cuando resuciten, <20>de cu<63>l de ellos ser<65> ella mujer, ya que los siete la tuvieron por mujer?
24 Entonces respondiendo Jes<65>s, les dijo: <20>No err<72>is por esto, porque ignor<6F>is las Escrituras, y el poder de Dios?
25 Porque cuando resuciten de los muertos, ni se casar<61>n ni se dar<61>n en casamiento, sino ser<65>n como los <20>ngeles que est<73>n en los cielos.
26 Pero respecto a que los muertos resucitan, <20>no hab<61>is le<6C>do en el libro de Mois<69>s c<>mo le habl<62> Dios en la zarza, diciendo: Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob?
27 Dios no es Dios de muertos, sino Dios de vivos; as<61> que vosotros mucho err<72>is.
El gran mandamiento
(Mt. 22.34-40)
28 Acerc<72>ndose uno de los escribas, que los hab<61>a o<>do disputar, y sab<61>a que les hab<61>a respondido bien, le pregunt<6E>: <20>Cu<43>l es el primer mandamiento de todos?
29 Jes<65>s le respondi<64>: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Se<53>or nuestro Dios, el Se<53>or uno es.
30 Y amar<61>s al Se<53>or tu Dios con todo tu coraz<61>n, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento.
31 Y el segundo es semejante: Amar<61>s a tu pr<70>jimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que <20>stos.
32 Entonces el escriba le dijo: Bien, Maestro, verdad has dicho, que uno es Dios, y no hay otro fuera de <20>l;
33 y el amarle con todo el coraz<61>n, con todo el entendimiento, con toda el alma, y con todas las fuerzas, y amar al pr<70>jimo como a uno mismo, es m<>s que todos los holocaustos y sacrificios.
34 Jes<65>s entonces, viendo que hab<61>a respondido sabiamente, le dijo: No est<73>s lejos del reino de Dios. Y ya ninguno osaba preguntarle.
<EFBFBD>De qui<75>n es hijo el Cristo?
(Mt. 22.41-46; Lc. 20.41-44)
35 Ense<73>ando Jes<65>s en el templo, dec<65>a: <20>C<EFBFBD>mo dicen los escribas que el Cristo es hijo de David?
36 Porque el mismo David dijo por el Esp<73>ritu Santo: Dijo el Se<53>or a mi Se<53>or: Si<53>ntate a mi diestra, Hasta que ponga tus enemigos por estrado de tus pies.
37 David mismo le llama Se<53>or; <20>c<EFBFBD>mo, pues, es su hijo? Y gran multitud del pueblo le o<>a de buena gana.
Jes<EFBFBD>s acusa a los escribas
(Mt. 23.1-36; Lc. 11.37-54; 20.45-47)
38 Y les dec<65>a en su doctrina: Guardaos de los escribas, que gustan de andar con largas ropas, y aman las salutaciones en las plazas,
39 y las primeras sillas en las sinagogas, y los primeros asientos en las cenas;
40 que devoran las casas de las viudas, y por pretexto hacen largas oraciones. Estos recibir<69>n mayor condenaci<63>n.
La ofrenda de la viuda
(Lc. 21.1-4)
41 Estando Jes<65>s sentado delante del arca de la ofrenda, miraba c<>mo el pueblo echaba dinero en el arca; y muchos ricos echaban mucho.
42 Y vino una viuda pobre, y ech<63> dos blancas, o sea un cuadrante.
43 Entonces llamando a sus disc<73>pulos, les dijo: De cierto os digo que esta viuda pobre ech<63> m<>s que todos los que han echado en el arca;
44 porque todos han echado de lo que les sobra; pero <20>sta, de su pobreza ech<63> todo lo que ten<65>a, todo su sustento.
Jes<EFBFBD>s predice la destrucci<63>n del templo
(Mt. 24.1-2; Lc. 21.5-6)
MARCOS 13
1 Saliendo Jes<65>s del templo, le dijo uno de sus disc<73>pulos: Maestro, mira qu<71> piedras, y qu<71> edificios.
2 Jes<65>s, respondiendo, le dijo: <20>Ves estos grandes edificios? No quedar<61> piedra sobre piedra, que no sea derribada.
Se<EFBFBD>ales antes del fin
(Mt. 24.3-28; Lc. 21.7-24; 17.22-24)
3 Y se sent<6E> en el monte de los Olivos, frente al templo. Y Pedro, Jacobo, Juan y Andr<64>s le preguntaron aparte:
4 Dinos, <20>cu<63>ndo ser<65>n estas cosas? <20>Y qu<71> se<73>al habr<62> cuando todas estas cosas hayan de cumplirse?
5 Jes<65>s, respondi<64>ndoles, comenz<6E> a decir: Mirad que nadie os enga<67>e;
6 porque vendr<64>n muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y enga<67>ar<61>n a muchos.
7 Mas cuando oig<69>is de guerras y de rumores de guerras, no os turb<72>is, porque es necesario que suceda as<61>; pero a<>n no es el fin.
8 Porque se levantar<61> naci<63>n contra naci<63>n, y reino contra reino; y habr<62> terremotos en muchos lugares, y habr<62> hambres y alborotos; principios de dolores son estos.
9 Pero mirad por vosotros mismos; porque os entregar<61>n a los concilios, y en las sinagogas os azotar<61>n; y delante de gobernadores y de reyes os llevar<61>n por causa de m<>, para testimonio a ellos.
10 Y es necesario que el evangelio sea predicado antes a todas las naciones.
11 Pero cuando os trajeren para entregaros, no os preocup<75>is por lo que hab<61>is de decir, ni lo pens<6E>is, sino lo que os fuere dado en aquella hora, eso hablad; porque no sois vosotros los que habl<62>is, sino el Esp<73>ritu Santo.
12 Y el hermano entregar<61> a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y se levantar<61>n los hijos contra los padres, y los matar<61>n.
13 Y ser<65>is aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, <20>ste ser<65> salvo.
14 Pero cuando ve<76>is la abominaci<63>n desoladora de que habl<62> el profeta Daniel, puesta donde no debe estar (el que lee, entienda), entonces los que est<73>n en Judea huyan a los montes.
15 El que est<73> en la azotea, no descienda a la casa, ni entre para tomar algo de su casa;
16 y el que est<73> en el campo, no vuelva atr<74>s a tomar su capa.
17 Mas <20>ay de las que est<73>n encintas, y de las que cr<63>en en aquellos d<>as!
18 Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno;
19 porque aquellos d<>as ser<65>n de tribulaci<63>n cual nunca ha habido desde el principio de la creaci<63>n que Dios cre<72>, hasta este tiempo, ni la habr<62>.
20 Y si el Se<53>or no hubiese acortado aquellos d<>as, nadie ser<65>a salvo; mas por causa de los escogidos que <20>l escogi<67>, acort<72> aquellos d<>as.
21 Entonces si alguno os dijere: Mirad, aqu<71> est<73> el Cristo; o, mirad, all<6C> est<73>, no le cre<72>is.
22 Porque se levantar<61>n falsos Cristos y falsos profetas, y har<61>n se<73>ales y prodigios, para enga<67>ar, si fuese posible, aun a los escogidos.
23 Mas vosotros mirad; os lo he dicho todo antes.
La venida del Hijo del Hombre
(Mt. 24.29-35, 42-44; Lc. 21.25-36)
24 Pero en aquellos d<>as, despu<70>s de aquella tribulaci<63>n, el sol se oscurecer<65>, y la luna no dar<61> su resplandor,
25 y las estrellas caer<65>n del cielo, y las potencias que est<73>n en los cielos ser<65>n conmovidas.
26 Entonces ver<65>n al Hijo del Hombre, que vendr<64> en las nubes con gran poder y gloria.
27 Y entonces enviar<61> sus <20>ngeles, y juntar<61> a sus escogidos de los cuatro vientos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo.
28 De la higuera aprended la par<61>bola: Cuando ya su rama est<73> tierna, y brotan las hojas, sab<61>is que el verano est<73> cerca.
29 As<41> tambi<62>n vosotros, cuando ve<76>is que suceden estas cosas, conoced que est<73> cerca, a las puertas.
30 De cierto os digo, que no pasar<61> esta generaci<63>n hasta que todo esto acontezca.
31 El cielo y la tierra pasar<61>n, pero mis palabras no pasar<61>n.
32 Pero de aquel d<>a y de la hora nadie sabe, ni aun los <20>ngeles que est<73>n en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre.
33 Mirad, velad y orad; porque no sab<61>is cu<63>ndo ser<65> el tiempo.
34 Es como el hombre que y<>ndose lejos, dej<65> su casa, y dio autoridad a sus siervos, y a cada uno su obra, y al portero mand<6E> que velase.
35 Velad, pues, porque no sab<61>is cu<63>ndo vendr<64> el se<73>or de la casa; si al anochecer, o a la medianoche, o al canto del gallo, o a la ma<6D>ana;
36 para que cuando venga de repente, no os halle durmiendo.
37 Y lo que a vosotros digo, a todos lo digo: Velad.
El complot para prender a Jes<65>s
(Mt. 26.1-5; Lc. 22.1-2; Jn. 11.45-53)
MARCOS 14
1 Dos d<>as despu<70>s era la pascua, y la fiesta de los panes sin levadura; y buscaban los principales sacerdotes y los escribas c<>mo prenderle por enga<67>o y matarle.
2 Y dec<65>an: No durante la fiesta para que no se haga alboroto del pueblo.
Jes<EFBFBD>s es ungido en Betania
(Mt. 26.6-13; Jn. 12.1-8)
3 Pero estando <20>l en Betania, en casa de Sim<69>n el leproso, y sentado a la mesa, vino una mujer con un vaso de alabastro de perfume de nardo puro de mucho precio; y quebrando el vaso de alabastro, se lo derram<61> sobre su cabeza.
4 Y hubo algunos que se enojaron dentro de s<>, y dijeron: <20>Para qu<71> se ha hecho este desperdicio de perfume?
5 Porque pod<6F>a haberse vendido por m<>s de trescientos denarios, y haberse dado a los pobres. Y murmuraban contra ella.
6 Pero Jes<65>s dijo: Dejadla, <20>por qu<71> la molest<73>is? Buena obra me ha hecho.
7 Siempre tendr<64>is a los pobres con vosotros, y cuando quer<65>is les podr<64>is hacer bien; pero a m<> no siempre me tendr<64>is.
8 Esta ha hecho lo que pod<6F>a; porque se ha anticipado a ungir mi cuerpo para la sepultura.
9 De cierto os digo que dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, tambi<62>n se contar<61> lo que <20>sta ha hecho, para memoria de ella.
Judas ofrece entregar a Jes<65>s
(Mt. 26.14-16; Lc. 22.3-6)
10 Entonces Judas Iscariote, uno de los doce, fue a los principales sacerdotes para entreg<65>rselo.
11 Ellos, al o<>rlo, se alegraron, y prometieron darle dinero. Y Judas buscaba oportunidad para entregarle.
Instituci<EFBFBD>n de la Cena del Se<53>or
(Mt. 26.17-29; Lc. 22.7-23; Jn. 13.21-30; 1 Co. 11.23-26)
12 El primer d<>a de la fiesta de los panes sin levadura, cuando sacrificaban el cordero de la pascua, sus disc<73>pulos le dijeron: <20>D<EFBFBD>nde quieres que vayamos a preparar para que comas la pascua?
13 Y envi<76> dos de sus disc<73>pulos, y les dijo: Id a la ciudad, y os saldr<64> al encuentro un hombre que lleva un c<>ntaro de agua; seguidle,
14 y donde entrare, decid al se<73>or de la casa: El Maestro dice: <20>D<EFBFBD>nde est<73> el aposento donde he de comer la pascua con mis disc<73>pulos?
15 Y <20>l os mostrar<61> un gran aposento alto ya dispuesto; preparad para nosotros all<6C>.
16 Fueron sus disc<73>pulos y entraron en la ciudad, y hallaron como les hab<61>a dicho; y prepararon la pascua.
17 Y cuando lleg<65> la noche, vino <20>l con los doce.
18 Y cuando se sentaron a la mesa, mientras com<6F>an, dijo Jes<65>s: De cierto os digo que uno de vosotros, que come conmigo, me va a entregar.
19 Entonces ellos comenzaron a entristecerse, y a decirle uno por uno: <20>Ser<65> yo? Y el otro: <20>Ser<65> yo?
20 El, respondiendo, les dijo: Es uno de los doce, el que moja conmigo en el plato.
21 A la verdad el Hijo del Hombre va, seg<65>n est<73> escrito de <20>l, mas <20>ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Bueno le fuera a ese hombre no haber nacido.
22 Y mientras com<6F>an, Jes<65>s tom<6F> pan y bendijo, y lo parti<74> y les dio, diciendo: Tomad, esto es mi cuerpo.
23 Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio; y bebieron de ella todos.
24 Y les dijo: Esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada.
25 De cierto os digo que no beber<65> m<>s del fruto de la vid, hasta aquel d<>a en que lo beba nuevo en el reino de Dios.
Jes<EFBFBD>s anuncia la negaci<63>n de Pedro
(Mt. 26.30-35; Lc. 22.31-34; Jn. 13.36-38)
26 Cuando hubieron cantado el himno, salieron al monte de los Olivos.
27 Entonces Jes<65>s les dijo: Todos os escandalizar<61>is de m<> esta noche; porque escrito est<73>: Herir<69> al pastor, y las ovejas ser<65>n dispersadas.
28 Pero despu<70>s que haya resucitado, ir<69> delante de vosotros a Galilea.
29 Entonces Pedro le dijo: Aunque todos se escandalicen, yo no.
30 Y le dijo Jes<65>s: De cierto te digo que t<>, hoy, en esta noche, antes que el gallo haya cantado dos veces, me negar<61>s tres veces.
31 Mas <20>l con mayor insistencia dec<65>a: Si me fuere necesario morir contigo, no te negar<61>. Tambi<62>n todos dec<65>an lo mismo.
Jes<EFBFBD>s ora en Getseman<61>
(Mt. 26.36-46; Lc. 22.39-46)
32 Vinieron, pues, a un lugar que se llama Getseman<61>, y dijo a sus disc<73>pulos: Sentaos aqu<71>, entre tanto que yo oro.
33 Y tom<6F> consigo a Pedro, a Jacobo y a Juan, y comenz<6E> a entristecerse y a angustiarse.
34 Y les dijo: Mi alma est<73> muy triste, hasta la muerte; quedaos aqu<71> y velad.
35 Y<>ndose un poco adelante, se postr<74> en tierra, y or<6F> que si fuese posible, pasase de <20>l aquella hora.
36 Y dec<65>a: Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de m<> esta copa; mas no lo que yo quiero, sino lo que t<>.
37 Vino luego y los hall<6C> durmiendo; y dijo a Pedro: Sim<69>n, <20>duermes? <20>No has podido velar una hora?
38 Velad y orad, para que no entr<74>is en tentaci<63>n; el esp<73>ritu a la verdad est<73> dispuesto, pero la carne es d<>bil.
39 Otra vez fue y or<6F>, diciendo las mismas palabras.
40 Al volver, otra vez los hall<6C> durmiendo, porque los ojos de ellos estaban cargados de sue<75>o; y no sab<61>an qu<71> responderle.
41 Vino la tercera vez, y les dijo: Dormid ya, y descansad. Basta, la hora ha venido; he aqu<71>, el Hijo del Hombre es entregado en manos de los pecadores.
42 Levantaos, vamos; he aqu<71>, se acerca el que me entrega.
Arresto de Jes<65>s
(Mt. 26.47-56; Lc. 22.47-53; Jn. 18.2-11)
43 Luego, hablando <20>l a<>n, vino Judas, que era uno de los doce, y con <20>l mucha gente con espadas y palos, de parte de los principales sacerdotes y de los escribas y de los ancianos.
44 Y el que le entregaba les hab<61>a dado se<73>al, diciendo: Al que yo besare, <20>se es; prendedle, y llevadle con seguridad.
45 Y cuando vino, se acerc<72> luego a <20>l, y le dijo: Maestro, Maestro. Y le bes<65>.
46 Entonces ellos le echaron mano, y le prendieron.
47 Pero uno de los que estaban all<6C>, sacando la espada, hiri<72> al siervo del sumo sacerdote, cort<72>ndole la oreja.
48 Y respondiendo Jes<65>s, les dijo: <20>Como contra un ladr<64>n hab<61>is salido con espadas y con palos para prenderme?
49 Cada d<>a estaba con vosotros ense<73>ando en el templo, y no me prendisteis; pero es as<61>, para que se cumplan las Escrituras.
50 Entonces todos los disc<73>pulos, dej<65>ndole, huyeron.
El joven que huy<75>
51 Pero cierto joven le segu<67>a, cubierto el cuerpo con una s<>bana; y le prendieron;
52 mas <20>l, dejando la s<>bana, huy<75> desnudo.
Jes<EFBFBD>s ante el concilio
(Mt. 26.57-68; Lc. 22.54-55, 63-71; Jn. 18.12-14, 19-24)
53 Trajeron, pues, a Jes<65>s al sumo sacerdote; y se reunieron todos los principales sacerdotes y los ancianos y los escribas.
54 Y Pedro le sigui<75> de lejos hasta dentro del patio del sumo sacerdote; y estaba sentado con los alguaciles, calent<6E>ndose al fuego.
55 Y los principales sacerdotes y todo el concilio buscaban testimonio contra Jes<65>s, para entregarle a la muerte; pero no lo hallaban.
56 Porque muchos dec<65>an falso testimonio contra <20>l, mas sus testimonios no concordaban.
57 Entonces levant<6E>ndose unos, dieron falso testimonio contra <20>l, diciendo:
58 Nosotros le hemos o<>do decir: Yo derribar<61> este templo hecho a mano, y en tres d<>as edificar<61> otro hecho sin mano.
59 Pero ni aun as<61> concordaban en el testimonio.
60 Entonces el sumo sacerdote, levant<6E>ndose en medio, pregunt<6E> a Jes<65>s, diciendo: <20>No respondes nada? <20>Qu<51> testifican <20>stos contra ti?
61 Mas <20>l callaba, y nada respond<6E>a. El sumo sacerdote le volvi<76> a preguntar, y le dijo: <20>Eres t<> el Cristo, el Hijo del Bendito?
62 Y Jes<65>s le dijo: Yo soy; y ver<65>is al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo.
63 Entonces el sumo sacerdote, rasgando su vestidura, dijo: <20>Qu<51> m<>s necesidad tenemos de testigos?
64 Hab<61>is o<>do la blasfemia; <20>qu<71> os parece? Y todos ellos le condenaron, declar<61>ndole ser digno de muerte.
65 Y algunos comenzaron a escupirle, y a cubrirle el rostro y a darle de pu<70>etazos, y a decirle: Profetiza. Y los alguaciles le daban de bofetadas.
Pedro niega a Jes<65>s
(Mt. 26.69-75; Lc. 22.55-62; Jn. 18.15-18, 25-27)
66 Estando Pedro abajo, en el patio, vino una de las criadas del sumo sacerdote;
67 y cuando vio a Pedro que se calentaba, mir<69>ndole, dijo: T<> tambi<62>n estabas con Jes<65>s el nazareno.
68 Mas <20>l neg<65>, diciendo: No le conozco, ni s<> lo que dices. Y sali<6C> a la entrada; y cant<6E> el gallo.
69 Y la criada, vi<76>ndole otra vez, comenz<6E> a decir a los que estaban all<6C>: Este es de ellos.
70 Pero <20>l neg<65> otra vez. Y poco despu<70>s, los que estaban all<6C> dijeron otra vez a Pedro: Verdaderamente t<> eres de ellos; porque eres galileo, y tu manera de hablar es semejante a la de ellos.
71 Entonces <20>l comenz<6E> a maldecir, y a jurar: No conozco a este hombre de quien habl<62>is.
72 Y el gallo cant<6E> la segunda vez. Entonces Pedro se acord<72> de las palabras que Jes<65>s le hab<61>a dicho: Antes que el gallo cante dos veces, me negar<61>s tres veces. Y pensando en esto, lloraba.
Jes<EFBFBD>s ante Pilato
(Mt. 27.1-2, 11-14; Lc. 23.1-5; Jn. 18.28-38)
MARCOS 15
1 Muy de ma<6D>ana, habiendo tenido consejo los principales sacerdotes con los ancianos, con los escribas y con todo el concilio, llevaron a Jes<65>s atado, y le entregaron a Pilato.
2 Pilato le pregunt<6E>: <20>Eres t<> el Rey de los jud<75>os? Respondiendo <20>l, le dijo: T<> lo dices.
3 Y los principales sacerdotes le acusaban mucho.
4 Otra vez le pregunt<6E> Pilato, diciendo: <20>Nada respondes? Mira de cu<63>ntas cosas te acusan.
5 Mas Jes<65>s ni aun con eso respondi<64>; de modo que Pilato se maravillaba.
Jes<EFBFBD>s sentenciado a muerte
(Mt. 27.15-31; Lc. 23.13-25; Jn. 18.38<EFBFBD>19.16)
6 Ahora bien, en el d<>a de la fiesta les soltaba un preso, cualquiera que pidiesen.
7 Y hab<61>a uno que se llamaba Barrab<61>s, preso con sus compa<70>eros de mot<6F>n que hab<61>an cometido homicidio en una revuelta.
8 Y viniendo la multitud, comenz<6E> a pedir que hiciese como siempre les hab<61>a hecho.
9 Y Pilato les respondi<64> diciendo: <20>Quer<65>is que os suelte al Rey de los jud<75>os?
10 Porque conoc<6F>a que por envidia le hab<61>an entregado los principales sacerdotes.
11 Mas los principales sacerdotes incitaron a la multitud para que les soltase m<>s bien a Barrab<61>s.
12 Respondiendo Pilato, les dijo otra vez: <20>Qu<51>, pues, quer<65>is que haga del que llam<61>is Rey de los jud<75>os?
13 Y ellos volvieron a dar voces: <20>Crucif<69>cale!
14 Pilato les dec<65>a: <20>Pues qu<71> mal ha hecho? Pero ellos gritaban aun m<>s: <20>Crucif<69>cale!
15 Y Pilato, queriendo satisfacer al pueblo, les solt<6C> a Barrab<61>s, y entreg<65> a Jes<65>s, despu<70>s de azotarle, para que fuese crucificado.
16 Entonces los soldados le llevaron dentro del atrio, esto es, al pretorio, y convocaron a toda la compa<70><61>a.
17 Y le vistieron de p<>rpura, y poni<6E>ndole una corona tejida de espinas,
18 comenzaron luego a saludarle: <20>Salve, Rey de los jud<75>os!
19 Y le golpeaban en la cabeza con una ca<63>a, y le escup<75>an, y puestos de rodillas le hac<61>an reverencias.
20 Despu<70>s de haberle escarnecido, le desnudaron la p<>rpura, y le pusieron sus propios vestidos, y le sacaron para crucificarle.
Crucifixi<EFBFBD>n y muerte de Jes<65>s
(Mt. 27.32-56; Lc. 23.26-49; Jn. 19.17-30)
21 Y obligaron a uno que pasaba, Sim<69>n de Cirene, padre de Alejandro y de Rufo, que ven<65>a del campo, a que le llevase la cruz.
22 Y le llevaron a un lugar llamado G<>lgota, que traducido es: Lugar de la Calavera.
23 Y le dieron a beber vino mezclado con mirra; mas <20>l no lo tom<6F>.
24 Cuando le hubieron crucificado, repartieron entre s<> sus vestidos, echando suertes sobre ellos para ver qu<71> se llevar<61>a cada uno.
25 Era la hora tercera cuando le crucificaron.
26 Y el t<>tulo escrito de su causa era: EL REY DE LOS JUD<55>OS.
27 Crucificaron tambi<62>n con <20>l a dos ladrones, uno a su derecha, y el otro a su izquierda.
28 Y se cumpli<6C> la Escritura que dice: Y fue contado con los inicuos.
29 Y los que pasaban le injuriaban, meneando la cabeza y diciendo: <20>Bah! t<> que derribas el templo de Dios, y en tres d<>as lo reedificas,
30 s<>lvate a ti mismo, y desciende de la cruz.
31 De esta manera tambi<62>n los principales sacerdotes, escarneciendo, se dec<65>an unos a otros, con los escribas: A otros salv<6C>, a s<> mismo no se puede salvar.
32 El Cristo, Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, para que veamos y creamos. Tambi<62>n los que estaban crucificados con <20>l le injuriaban.
33 Cuando vino la hora sexta, hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena.
34 Y a la hora novena Jes<65>s clam<61> a gran voz, diciendo: Eloi, Eloi, <20>lama sabactani? que traducido es: Dios m<>o, Dios m<>o, <20>por qu<71> me has desamparado?
35 Y algunos de los que estaban all<6C> dec<65>an, al o<>rlo: Mirad, llama a El<45>as.
36 Y corri<72> uno, y empapando una esponja en vinagre, y poni<6E>ndola en una ca<63>a, le dio a beber, diciendo: Dejad, veamos si viene El<45>as a bajarle.
37 Mas Jes<65>s, dando una gran voz, expir<69>.
38 Entonces el velo del templo se rasg<73> en dos, de arriba abajo.
39 Y el centuri<72>n que estaba frente a <20>l, viendo que despu<70>s de clamar hab<61>a expirado as<61>, dijo: Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios.
40 Tambi<62>n hab<61>a algunas mujeres mirando de lejos, entre las cuales estaban Mar<61>a Magdalena, Mar<61>a la madre de Jacobo el menor y de Jos<6F>, y Salom<6F>,
41 quienes, cuando <20>l estaba en Galilea, le segu<67>an y le serv<72>an; y otras muchas que hab<61>an subido con <20>l a Jerusal<61>n.
Jes<EFBFBD>s es sepultado
(Mt. 27.57-61; Lc. 23.50-56; Jn. 19.38-42)
42 Cuando lleg<65> la noche, porque era la preparaci<63>n, es decir, la v<>spera del d<>a de reposo,
43 Jos<6F> de Arimatea, miembro noble del concilio, que tambi<62>n esperaba el reino de Dios, vino y entr<74> osadamente a Pilato, y pidi<64> el cuerpo de Jes<65>s.
44 Pilato se sorprendi<64> de que ya hubiese muerto; y haciendo venir al centuri<72>n, le pregunt<6E> si ya estaba muerto.
45 E informado por el centuri<72>n, dio el cuerpo a Jos<6F>,
46 el cual compr<70> una s<>bana, y quit<69>ndolo, lo envolvi<76> en la s<>bana, y lo puso en un sepulcro que estaba cavado en una pe<70>a, e hizo rodar una piedra a la entrada del sepulcro.
47 Y Mar<61>a Magdalena y Mar<61>a madre de Jos<6F> miraban d<>nde lo pon<6F>an.
La resurrecci<63>n
(Mt. 28.1-10; Lc. 24.1-12; Jn. 20.1-10)
MARCOS 16
1 Cuando pas<61> el d<>a de reposo, Mar<61>a Magdalena, Mar<61>a la madre de Jacobo, y Salom<6F>, compraron especias arom<6F>ticas para ir a ungirle.
2 Y muy de ma<6D>ana, el primer d<>a de la semana, vinieron al sepulcro, ya salido el sol.
3 Pero dec<65>an entre s<>: <20>Qui<75>n nos remover<65> la piedra de la entrada del sepulcro?
4 Pero cuando miraron, vieron removida la piedra, que era muy grande.
5 Y cuando entraron en el sepulcro, vieron a un joven sentado al lado derecho, cubierto de una larga ropa blanca; y se espantaron.
6 Mas <20>l les dijo: No os asust<73>is; busc<73>is a Jes<65>s nazareno, el que fue crucificado; ha resucitado, no est<73> aqu<71>; mirad el lugar en donde le pusieron.
7 Pero id, decid a sus disc<73>pulos, y a Pedro, que <20>l va delante de vosotros a Galilea; all<6C> le ver<65>is, como os dijo.
8 Y ellas se fueron huyendo del sepulcro, porque les hab<61>a tomado temblor y espanto; ni dec<65>an nada a nadie, porque ten<65>an miedo.
Jes<EFBFBD>s se aparece a Mar<61>a Magdalena
(Jn. 20.11-18)
9 Habiendo, pues, resucitado Jes<65>s por la ma<6D>ana, el primer d<>a de la semana, apareci<63> primeramente a Mar<61>a Magdalena, de quien hab<61>a echado siete demonios.
10 Yendo ella, lo hizo saber a los que hab<61>an estado con <20>l, que estaban tristes y llorando.
11 Ellos, cuando oyeron que viv<69>a, y que hab<61>a sido visto por ella, no lo creyeron.
Jes<EFBFBD>s se aparece a dos de sus disc<73>pulos
(Lc. 24.13-35)
12 Pero despu<70>s apareci<63> en otra forma a dos de ellos que iban de camino, yendo al campo.
13 Ellos fueron y lo hicieron saber a los otros; y ni aun a ellos creyeron.
Jes<EFBFBD>s comisiona a los ap<61>stoles
(Mt. 28.16-20; Lc. 24.36-49; Jn. 20.19-23)
14 Finalmente se apareci<63> a los once mismos, estando ellos sentados a la mesa, y les reproch<63> su incredulidad y dureza de coraz<61>n, porque no hab<61>an cre<72>do a los que le hab<61>an visto resucitado.
15 Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.
16 El que creyere y fuere bautizado, ser<65> salvo; mas el que no creyere, ser<65> condenado.
17 Y estas se<73>ales seguir<69>n a los que creen: En mi nombre echar<61>n fuera demonios; hablar<61>n nuevas lenguas;
18 tomar<61>n en las manos serpientes, y si bebieren cosa mort<72>fera, no les har<61> da<64>o; sobre los enfermos pondr<64>n sus manos, y sanar<61>n.
La ascensi<73>n
(Lc. 24.50-53)
19 Y el Se<53>or, despu<70>s que les habl<62>, fue recibido arriba en el cielo, y se sent<6E> a la diestra de Dios.
20 Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes, ayud<75>ndoles el Se<53>or y confirmando la palabra con las se<73>ales que la segu<67>an. Am<41>n.
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El Santo Evangelio Seg<65>n
SAN LUCAS
Dedicatoria a Te<54>filo
LUCAS 1
1 Puesto que ya muchos han tratado de poner en orden la historia de las cosas que entre nosotros han sido ciert<72>simas,
2 tal como nos lo ense<73>aron los que desde el principio lo vieron con sus ojos, y fueron ministros de la palabra,
3 me ha parecido tambi<62>n a m<>, despu<70>s de haber investigado con diligencia todas las cosas desde su origen, escrib<69>rtelas por orden, oh excelent<6E>simo Te<54>filo,
4 para que conozcas bien la verdad de las cosas en las cuales has sido instruido.
Anuncio del nacimiento de Juan
5 Hubo en los d<>as de Herodes, rey de Judea, un sacerdote llamado Zacar<61>as, de la clase de Ab<41>as; su mujer era de las hijas de Aar<61>n, y se llamaba Elisabet.
6 Ambos eran justos delante de Dios, y andaban irreprensibles en todos los mandamientos y ordenanzas del Se<53>or.
7 Pero no ten<65>an hijo, porque Elisabet era est<73>ril, y ambos eran ya de edad avanzada.
8 Aconteci<63> que ejerciendo Zacar<61>as el sacerdocio delante de Dios seg<65>n el orden de su clase,
9 conforme a la costumbre del sacerdocio, le toc<6F> en suerte ofrecer el incienso, entrando en el santuario del Se<53>or.
10 Y toda la multitud del pueblo estaba fuera orando a la hora del incienso.
11 Y se le apareci<63> un <20>ngel del Se<53>or puesto en pie a la derecha del altar del incienso.
12 Y se turb<72> Zacar<61>as al verle, y le sobrecogi<67> temor.
13 Pero el <20>ngel le dijo: Zacar<61>as, no temas; porque tu oraci<63>n ha sido o<>da, y tu mujer Elisabet te dar<61> a luz un hijo, y llamar<61>s su nombre Juan.
14 Y tendr<64>s gozo y alegr<67>a, y muchos se regocijar<61>n de su nacimiento;
15 porque ser<65> grande delante de Dios. No beber<65> vino ni sidra, y ser<65> lleno del Esp<73>ritu Santo, aun desde el vientre de su madre.
16 Y har<61> que muchos de los hijos de Israel se conviertan al Se<53>or Dios de ellos.
17 E ir<69> delante de <20>l con el esp<73>ritu y el poder de El<45>as, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Se<53>or un pueblo bien dispuesto.
18 Dijo Zacar<61>as al <20>ngel: <20>En qu<71> conocer<65> esto? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad avanzada.
19 Respondiendo el <20>ngel, le dijo: Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios; y he sido enviado a hablarte, y darte estas buenas nuevas.
20 Y ahora quedar<61>s mudo y no podr<64>s hablar, hasta el d<>a en que esto se haga, por cuanto no cre<72>ste mis palabras, las cuales se cumplir<69>n a su tiempo.
21 Y el pueblo estaba esperando a Zacar<61>as, y se extra<72>aba de que <20>l se demorase en el santuario.
22 Pero cuando sali<6C>, no les pod<6F>a hablar; y comprendieron que hab<61>a visto visi<73>n en el santuario. El les hablaba por se<73>as, y permaneci<63> mudo.
23 Y cumplidos los d<>as de su ministerio, se fue a su casa.
24 Despu<70>s de aquellos d<>as concibi<62> su mujer Elisabet, y se recluy<75> en casa por cinco meses, diciendo:
25 As<41> ha hecho conmigo el Se<53>or en los d<>as en que se dign<67> quitar mi afrenta entre los hombres.
Anuncio del nacimiento de Jes<65>s
26 Al sexto mes el <20>ngel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret,
27 a una virgen desposada con un var<61>n que se llamaba Jos<6F>, de la casa de David; y el nombre de la virgen era Mar<61>a.
28 Y entrando el <20>ngel en donde ella estaba, dijo: <20>Salve, muy favorecida! El Se<53>or es contigo; bendita t<> entre las mujeres.
29 Mas ella, cuando le vio, se turb<72> por sus palabras, y pensaba qu<71> salutaci<63>n ser<65>a esta.
30 Entonces el <20>ngel le dijo: Mar<61>a, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios.
31 Y ahora, concebir<69>s en tu vientre, y dar<61>s a luz un hijo, y llamar<61>s su nombre JES<45>S.
32 Este ser<65> grande, y ser<65> llamado Hijo del Alt<6C>simo; y el Se<53>or Dios le dar<61> el trono de David su padre;
33 y reinar<61> sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendr<64> fin.
34 Entonces Mar<61>a dijo al <20>ngel: <20>C<EFBFBD>mo ser<65> esto? pues no conozco var<61>n.
35 Respondiendo el <20>ngel, le dijo: El Esp<73>ritu Santo vendr<64> sobre ti, y el poder del Alt<6C>simo te cubrir<69> con su sombra; por lo cual tambi<62>n el Santo Ser que nacer<65>, ser<65> llamado Hijo de Dios.
36 Y he aqu<71> tu parienta Elisabet, ella tambi<62>n ha concebido hijo en su vejez; y este es el sexto mes para ella, la que llamaban est<73>ril;
37 porque nada hay imposible para Dios.
38 Entonces Mar<61>a dijo: He aqu<71> la sierva del Se<53>or; h<>gase conmigo conforme a tu palabra. Y el <20>ngel se fue de su presencia.
Mar<EFBFBD>a visita a Elisabet
39 En aquellos d<>as, levant<6E>ndose Mar<61>a, fue de prisa a la monta<74>a, a una ciudad de Jud<75>;
40 y entr<74> en casa de Zacar<61>as, y salud<75> a Elisabet.
41 Y aconteci<63> que cuando oy<6F> Elisabet la salutaci<63>n de Mar<61>a, la criatura salt<6C> en su vientre; y Elisabet fue llena del Esp<73>ritu Santo,
42 y exclam<61> a gran voz, y dijo: Bendita t<> entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre.
43 <20>Por qu<71> se me concede esto a m<>, que la madre de mi Se<53>or venga a m<>?
44 Porque tan pronto como lleg<65> la voz de tu salutaci<63>n a mis o<>dos, la criatura salt<6C> de alegr<67>a en mi vientre.
45 Y bienaventurada la que crey<65>, porque se cumplir<69> lo que le fue dicho de parte del Se<53>or.
46 Entonces Mar<61>a dijo: Engrandece mi alma al Se<53>or;
47 Y mi esp<73>ritu se regocija en Dios mi Salvador.
48 Porque ha mirado la bajeza de su sierva; Pues he aqu<71>, desde ahora me dir<69>n bienaventurada todas las generaciones.
49 Porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso; Santo es su nombre,
50 Y su misericordia es de generaci<63>n en generaci<63>n A los que le temen.
51 Hizo proezas con su brazo; Esparci<63> a los soberbios en el pensamiento de sus corazones.
52 Quit<69> de los tronos a los poderosos, Y exalt<6C> a los humildes.
53 A los hambrientos colm<6C> de bienes, Y a los ricos envi<76> vac<61>os.
54 Socorri<72> a Israel su siervo, Acord<72>ndose de la misericordia
55 De la cual habl<62> a nuestros padres, Para con Abraham y su descendencia para siempre.
56 Y se qued<65> Mar<61>a con ella como tres meses; despu<70>s se volvi<76> a su casa.
Nacimiento de Juan el Bautista
57 Cuando a Elisabet se le cumpli<6C> el tiempo de su alumbramiento, dio a luz un hijo.
58 Y cuando oyeron los vecinos y los parientes que Dios hab<61>a engrandecido para con ella su misericordia, se regocijaron con ella.
59 Aconteci<63> que al octavo d<>a vinieron para circuncidar al ni<6E>o; y le llamaban con el nombre de su padre, Zacar<61>as;
60 pero respondiendo su madre, dijo: No; se llamar<61> Juan.
61 Le dijeron: <20>Por qu<71>? No hay nadie en tu parentela que se llame con ese nombre.
62 Entonces preguntaron por se<73>as a su padre, c<>mo le quer<65>a llamar.
63 Y pidiendo una tablilla, escribi<62>, diciendo: Juan es su nombre. Y todos se maravillaron.
64 Al momento fue abierta su boca y suelta su lengua, y habl<62> bendiciendo a Dios.
65 Y se llenaron de temor todos sus vecinos; y en todas las monta<74>as de Judea se divulgaron todas estas cosas.
66 Y todos los que las o<>an las guardaban en su coraz<61>n, diciendo: <20>Qui<75>n, pues, ser<65> este ni<6E>o? Y la mano del Se<53>or estaba con <20>l.
Profec<EFBFBD>a de Zacar<61>as
67 Y Zacar<61>as su padre fue lleno del Esp<73>ritu Santo, y profetiz<69>, diciendo:
68 Bendito el Se<53>or Dios de Israel, Que ha visitado y redimido a su pueblo,
69 Y nos levant<6E> un poderoso Salvador En la casa de David su siervo,
70 Como habl<62> por boca de sus santos profetas que fueron desde el principio;
71 Salvaci<63>n de nuestros enemigos, y de la mano de todos los que nos aborrecieron;
72 Para hacer misericordia con nuestros padres, Y acordarse de su santo pacto;
73 Del juramento que hizo a Abraham nuestro padre, Que nos hab<61>a de conceder
74 Que, librados de nuestros enemigos, Sin temor le servir<69>amos
75 En santidad y en justicia delante de <20>l, todos nuestros d<>as.
76 Y t<>, ni<6E>o, profeta del Alt<6C>simo ser<65>s llamado; Porque ir<69>s delante de la presencia del Se<53>or, para preparar sus caminos;
77 Para dar conocimiento de salvaci<63>n a su pueblo, Para perd<72>n de sus pecados,
78 Por la entra<72>able misericordia de nuestro Dios, Con que nos visit<69> desde lo alto la aurora,
79 Para dar luz a los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte; Para encaminar nuestros pies por camino de paz.
80 Y el ni<6E>o crec<65>a, y se fortalec<65>a en esp<73>ritu; y estuvo en lugares desiertos hasta el d<>a de su manifestaci<63>n a Israel.
Nacimiento de Jes<65>s
(Mt. 1.18-25)
LUCAS 2
1 Aconteci<63> en aquellos d<>as, que se promulg<6C> un edicto de parte de Augusto C<>sar, que todo el mundo fuese empadronado.
2 Este primer censo se hizo siendo Cirenio gobernador de Siria.
3 E iban todos para ser empadronados, cada uno a su ciudad.
4 Y Jos<6F> subi<62> de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Bel<65>n, por cuanto era de la casa y familia de David;
5 para ser empadronado con Mar<61>a su mujer, desposada con <20>l, la cual estaba encinta.
6 Y aconteci<63> que estando ellos all<6C>, se cumplieron los d<>as de su alumbramiento.
7 Y dio a luz a su hijo primog<6F>nito, y lo envolvi<76> en pa<70>ales, y lo acost<73> en un pesebre, porque no hab<61>a lugar para ellos en el mes<65>n.
Los <20>ngeles y los pastores
8 Hab<61>a pastores en la misma regi<67>n, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su reba<62>o.
9 Y he aqu<71>, se les present<6E> un <20>ngel del Se<53>or, y la gloria del Se<53>or los rode<64> de resplandor; y tuvieron gran temor.
10 Pero el <20>ngel les dijo: No tem<65>is; porque he aqu<71> os doy nuevas de gran gozo, que ser<65> para todo el pueblo:
11 que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Se<53>or.
12 Esto os servir<69> de se<73>al: Hallar<61>is al ni<6E>o envuelto en pa<70>ales, acostado en un pesebre.
13 Y repentinamente apareci<63> con el <20>ngel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y dec<65>an:
14 <20>Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!
15 Sucedi<64> que cuando los <20>ngeles su fueron de ellos al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: Pasemos, pues, hasta Bel<65>n, y veamos esto que ha sucedido, y que el Se<53>or nos ha manifestado.
16 Vinieron, pues, apresuradamente, y hallaron a Mar<61>a y a Jos<6F>, y al ni<6E>o acostado en el pesebre.
17 Y al verlo, dieron a conocer lo que se les hab<61>a dicho acerca del ni<6E>o.
18 Y todos los que oyeron, se maravillaron de lo que los pastores les dec<65>an.
19 Pero Mar<61>a guardaba todas estas cosas, medit<69>ndolas en su coraz<61>n.
20 Y volvieron los pastores glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que hab<61>an o<>do y visto, como se les hab<61>a dicho.
Presentaci<EFBFBD>n de Jes<65>s en el templo
21 Cumplidos los ocho d<>as para circuncidar al ni<6E>o, le pusieron por nombre JES<45>S, el cual le hab<61>a sido puesto por el <20>ngel antes que fuese concebido.
22 Y cuando se cumplieron los d<>as de la purificaci<63>n de ellos, conforme a la ley de Mois<69>s, le trajeron a Jerusal<61>n para presentarle al Se<53>or
23 (como est<73> escrito en la ley del Se<53>or: Todo var<61>n que abriere la matriz ser<65> llamado santo al Se<53>or),
24 y para ofrecer conforme a lo que se dice en la ley del Se<53>or: Un par de t<>rtolas, o dos palominos.
25 Y he aqu<71> hab<61>a en Jerusal<61>n un hombre llamado Sime<6D>n, y este hombre, justo y piadoso, esperaba la consolaci<63>n de Israel; y el Esp<73>ritu Santo estaba sobre <20>l.
26 Y le hab<61>a sido revelado por el Esp<73>ritu Santo, que no ver<65>a la muerte antes que viese al Ungido del Se<53>or.
27 Y movido por el Esp<73>ritu, vino al templo. Y cuando los padres del ni<6E>o Jes<65>s lo trajeron al templo, para hacer por <20>l conforme al rito de la ley,
28 <20>l le tom<6F> en sus brazos, y bendijo a Dios, diciendo:
29 Ahora, Se<53>or, despides a tu siervo en paz, Conforme a tu palabra;
30 Porque han visto mis ojos tu salvaci<63>n,
31 La cual has preparado en presencia de todos los pueblos;
32 Luz para revelaci<63>n a los gentiles, Y gloria de tu pueblo Israel.
33 Y Jos<6F> y su madre estaban maravillados de todo lo que se dec<65>a de <20>l.
34 Y los bendijo Sime<6D>n, y dijo a su madre Mar<61>a: He aqu<71>, <20>ste est<73> puesto para ca<63>da y para levantamiento de muchos en Israel, y para se<73>al que ser<65> contradicha
35 (y una espada traspasar<61> tu misma alma), para que sean revelados los pensamientos de muchos corazones.
36 Estaba tambi<62>n all<6C> Ana, profetisa, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad muy avanzada, pues hab<61>a vivido con su marido siete a<>os desde su virginidad,
37 y era viuda hac<61>a ochenta y cuatro a<>os; y no se apartaba del templo, sirviendo de noche y de d<>a con ayunos y oraciones.
38 Esta, present<6E>ndose en la misma hora, daba gracias a Dios, y hablaba del ni<6E>o a todos los que esperaban la redenci<63>n en Jerusal<61>n.
El regreso a Nazaret
39 Despu<70>s de haber cumplido con todo lo prescrito en la ley del Se<53>or, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret.
40 Y el ni<6E>o crec<65>a y se fortalec<65>a, y se llenaba de sabidur<75>a; y la gracia de Dios era sobre <20>l.
El ni<6E>o Jes<65>s en el templo
41 Iban sus padres todos los a<>os a Jerusal<61>n en la fiesta de la pascua;
42 y cuando tuvo doce a<>os, subieron a Jerusal<61>n conforme a la costumbre de la fiesta.
43 Al regresar ellos, acabada la fiesta, se qued<65> el ni<6E>o Jes<65>s en Jerusal<61>n, sin que lo supiesen Jos<6F> y su madre.
44 Y pensando que estaba entre la compa<70><61>a, anduvieron camino de un d<>a; y le buscaban entre los parientes y los conocidos;
45 pero como no le hallaron, volvieron a Jerusal<61>n busc<73>ndole.
46 Y aconteci<63> que tres d<>as despu<70>s le hallaron en el templo, sentado en medio de los doctores de la ley, oy<6F>ndoles y pregunt<6E>ndoles.
47 Y todos los que le o<>an, se maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas.
48 Cuando le vieron, se sorprendieron; y le dijo su madre: Hijo, <20>por qu<71> nos has hecho as<61>? He aqu<71>, tu padre y yo te hemos buscado con angustia.
49 Entonces <20>l les dijo: <20>Por qu<71> me buscabais? <20>No sab<61>ais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar?
50 Mas ellos no entendieron las palabras que les habl<62>.
51 Y descendi<64> con ellos, y volvi<76> a Nazaret, y estaba sujeto a ellos. Y su madre guardaba todas estas cosas en su coraz<61>n.
52 Y Jes<65>s crec<65>a en sabidur<75>a y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres.
Predicaci<EFBFBD>n de Juan el Bautista
(Mt. 3.1-12; Mr. 1.1-8; Jn. 1.19-28)
LUCAS 3
1 En el a<>o decimoquinto del imperio de Tiberio C<>sar, siendo gobernador de Judea Poncio Pilato, y Herodes tetrarca de Galilea, y su hermano Felipe tetrarca de Iturea y de la provincia de Traconite, y Lisanias tetrarca de Abilinia,
2 y siendo sumos sacerdotes An<41>s y Caif<69>s, vino palabra de Dios a Juan, hijo de Zacar<61>as, en el desierto.
3 Y <20>l fue por toda la regi<67>n contigua al Jord<72>n, predicando el bautismo del arrepentimiento para perd<72>n de pecados,
4 como est<73> escrito en el libro de las palabras del profeta Isa<73>as, que dice: Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Se<53>or; Enderezad sus sendas.
5 Todo valle se rellenar<61>, Y se bajar<61> todo monte y collado; Los caminos torcidos ser<65>n enderezados, Y los caminos <20>speros allanados;
6 Y ver<65> toda carne la salvaci<63>n de Dios.
7 Y dec<65>a a las multitudes que sal<61>an para ser bautizadas por <20>l: <20>Oh generaci<63>n de v<>boras! <20>Qui<75>n os ense<73><65> a huir de la ira venidera?
8 Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no comenc<6E>is a decir dentro de vosotros mismos: Tenemos a Abraham por padre; porque os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras.
9 Y ya tambi<62>n el hacha est<73> puesta a la ra<72>z de los <20>rboles; por tanto, todo <20>rbol que no da buen fruto se corta y se echa en el fuego.
10 Y la gente le preguntaba, diciendo: Entonces, <20>qu<71> haremos?
11 Y respondiendo, les dijo: El que tiene dos t<>nicas, d<> al que no tiene; y el que tiene qu<71> comer, haga lo mismo.
12 Vinieron tambi<62>n unos publicanos para ser bautizados, y le dijeron: Maestro, <20>qu<71> haremos?
13 El les dijo: No exij<69>is m<>s de lo que os est<73> ordenado.
14 Tambi<62>n le preguntaron unos soldados, diciendo: Y nosotros, <20>qu<71> haremos? Y les dijo: No hag<61>is extorsi<73>n a nadie, ni calumni<6E>is; y contentaos con vuestro salario.
15 Como el pueblo estaba en expectativa, pregunt<6E>ndose todos en sus corazones si acaso Juan ser<65>a el Cristo,
16 respondi<64> Juan, diciendo a todos: Yo a la verdad os bautizo en agua; pero viene uno m<>s poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado; <20>l os bautizar<61> en Esp<73>ritu Santo y fuego.
17 Su aventador est<73> en su mano, y limpiar<61> su era, y recoger<65> el trigo en su granero, y quemar<61> la paja en fuego que nunca se apagar<61>.
18 Con estas y otras muchas exhortaciones anunciaba las buenas nuevas al pueblo.
19 Entonces Herodes el tetrarca, siendo reprendido por Juan a causa de Herod<6F>as, mujer de Felipe su hermano, y de todas las maldades que Herodes hab<61>a hecho,
20 sobre todas ellas, a<>adi<64> adem<65>s esta: encerr<72> a Juan en la c<>rcel.
El bautismo de Jes<65>s
(Mt. 3.13-17; Mr. 1.9-11)
21 Aconteci<63> que cuando todo el pueblo se bautizaba, tambi<62>n Jes<65>s fue bautizado; y orando, el cielo se abri<72>,
22 y descendi<64> el Esp<73>ritu Santo sobre <20>l en forma corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que dec<65>a: T<> eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia.
Genealog<EFBFBD>a de Jes<65>s
(Mt. 1.1-17)
23 Jes<65>s mismo al comenzar su ministerio era como de treinta a<>os, hijo, seg<65>n se cre<72>a, de Jos<6F>, hijo de El<45>,
24 hijo de Matat, hijo de Lev<65>, hijo de Melqui, hijo de Jana, hijo de Jos<6F>,
25 hijo de Matat<61>as, hijo de Am<41>s, hijo de Nahum, hijo de Esli, hijo de Nagai,
26 hijo de Maat, hijo de Matat<61>as, hijo de Semei, hijo de Jos<6F>, hijo de Jud<75>,
27 hijo de Joana, hijo de Resa, hijo de Zorobabel, hijo de Salatiel, hijo de Neri,
28 hijo de Melqui, hijo de Adi, hijo de Cosam, hijo de Elmodam, hijo de Er,
29 hijo de Josu<73>, hijo de Eliezer, hijo de Jorim, hijo de Matat,
30 hijo de Lev<65>, hijo de Sime<6D>n, hijo de Jud<75>, hijo de Jos<6F>, hijo de Jon<6F>n, hijo de Eliaquim,
31 hijo de Melea, hijo de Main<69>n, hijo de Matata, hijo de Nat<61>n,
32 hijo de David, hijo de Isa<73>, hijo de Obed, hijo de Booz, hijo de Salm<6C>n, hijo de Naas<61>n,
33 hijo de Aminadab, hijo de Aram, hijo de Esrom, hijo de Fares, hijo de Jud<75>,
34 hijo de Jacob, hijo de Isaac, hijo de Abraham, hijo de Tar<61>, hijo de Nacor,
35 hijo de Serug, hijo de Ragau, hijo de Peleg, hijo de Heber, hijo de Sala,
36 hijo de Cain<69>n, hijo de Arfaxad, hijo de Sem, hijo de No<4E>, hijo de Lamec,
37 hijo de Matusal<61>n, hijo de Enoc, hijo de Jared, hijo de Mahalaleel, hijo de Cain<69>n,
38 hijo de En<45>s, hijo de Set, hijo de Ad<41>n, hijo de Dios.
Tentaci<EFBFBD>n de Jes<65>s
(Mt. 4.1-11; Mr. 1.12-13)
LUCAS 4
1 Jes<65>s, lleno del Esp<73>ritu Santo, volvi<76> del Jord<72>n, y fue llevado por el Esp<73>ritu al desierto
2 por cuarenta d<>as, y era tentado por el diablo. Y no comi<6D> nada en aquellos d<>as, pasados los cuales, tuvo hambre.
3 Entonces el diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, d<> a esta piedra que se convierta en pan.
4 Jes<65>s, respondi<64>ndole, dijo: Escrito est<73>: No s<>lo de pan vivir<69> el hombre, sino de toda palabra de Dios.
5 Y le llev<65> el diablo a un alto monte, y le mostr<74> en un momento todos los reinos de la tierra.
6 Y le dijo el diablo: A ti te dar<61> toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a m<> me ha sido entregada, y a quien quiero la doy.
7 Si t<> postrado me adorares, todos ser<65>n tuyos.
8 Respondiendo Jes<65>s, le dijo: Vete de m<>, Satan<61>s, porque escrito est<73>: Al Se<53>or tu Dios adorar<61>s, y a <20>l solo servir<69>s.
9 Y le llev<65> a Jerusal<61>n, y le puso sobre el pin<69>culo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, <20>chate de aqu<71> abajo;
10 porque escrito est<73>: A sus <20>ngeles mandar<61> acerca de ti, que te guarden;
11 y, En las manos te sostendr<64>n, Para que no tropieces con tu pie en piedra.
12 Respondiendo Jes<65>s, le dijo: Dicho est<73>: No tentar<61>s al Se<53>or tu Dios.
13 Y cuando el diablo hubo acabado toda tentaci<63>n, se apart<72> de <20>l por un tiempo.
Jes<EFBFBD>s principia su ministerio
(Mt. 4.12-17; Mr. 1.14-15)
14 Y Jes<65>s volvi<76> en el poder del Esp<73>ritu a Galilea, y se difundi<64> su fama por toda la tierra de alrededor.
15 Y ense<73>aba en las sinagogas de ellos, y era glorificado por todos.
Jes<EFBFBD>s en Nazaret
(Mt. 13.53-58; Mr. 6.1-6)
16 Vino a Nazaret, donde se hab<61>a criado; y en el d<>a de reposo entr<74> en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levant<6E> a leer.
17 Y se le dio el libro del profeta Isa<73>as; y habiendo abierto el libro, hall<6C> el lugar donde estaba escrito:
18 El Esp<73>ritu del Se<53>or est<73> sobre m<>, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de coraz<61>n; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos;
19 A predicar el a<>o agradable del Se<53>or.
20 Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sent<6E>; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en <20>l.
21 Y comenz<6E> a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros.
22 Y todos daban buen testimonio de <20>l, y estaban maravillados de las palabras de gracia que sal<61>an de su boca, y dec<65>an: <20>No es <20>ste el hijo de Jos<6F>?
23 El les dijo: Sin duda me dir<69>is este refr<66>n: M<>dico, c<>rate a ti mismo; de tantas cosas que hemos o<>do que se han hecho en Capernaum, haz tambi<62>n aqu<71> en tu tierra.
24 Y a<>adi<64>: De cierto os digo, que ning<6E>n profeta es acepto en su propia tierra.
25 Y en verdad os digo que muchas viudas hab<61>a en Israel en los d<>as de El<45>as, cuando el cielo fue cerrado por tres a<>os y seis meses, y hubo una gran hambre en toda la tierra;
26 pero a ninguna de ellas fue enviado El<45>as, sino a una mujer viuda en Sarepta de Sid<69>n.
27 Y muchos leprosos hab<61>a en Israel en tiempo del profeta Eliseo; pero ninguno de ellos fue limpiado, sino Naam<61>n el sirio.
28 Al o<>r estas cosas, todos en la sinagoga se llenaron de ira;
29 y levant<6E>ndose, le echaron fuera de la ciudad, y le llevaron hasta la cumbre del monte sobre el cual estaba edificada la ciudad de ellos, para despe<70>arle.
30 Mas <20>l pas<61> por en medio de ellos, y se fue.
Un hombre que ten<65>a un esp<73>ritu inmundo
(Mr. 1.21-28)
31 Descendi<64> Jes<65>s a Capernaum, ciudad de Galilea; y les ense<73>aba en los d<>as de reposo.
32 Y se admiraban de su doctrina, porque su palabra era con autoridad.
33 Estaba en la sinagoga un hombre que ten<65>a un esp<73>ritu de demonio inmundo, el cual exclam<61> a gran voz,
34 diciendo: D<>janos; <20>qu<71> tienes con nosotros, Jes<65>s nazareno? <20>Has venido para destruirnos? Yo te conozco qui<75>n eres, el Santo de Dios.
35 Y Jes<65>s le reprendi<64>, diciendo: C<>llate, y sal de <20>l. Entonces el demonio, derrib<69>ndole en medio de ellos, sali<6C> de <20>l, y no le hizo da<64>o alguno.
36 Y estaban todos maravillados, y hablaban unos a otros, diciendo: <20>Qu<51> palabra es esta, que con autoridad y poder manda a los esp<73>ritus inmundos, y salen?
37 Y su fama se difund<6E>a por todos los lugares de los contornos.
Jes<EFBFBD>s sana a la suegra de Pedro
(Mt. 8.14-15; Mr. 1.29-31)
38 Entonces Jes<65>s se levant<6E> y sali<6C> de la sinagoga, y entr<74> en casa de Sim<69>n. La suegra de Sim<69>n ten<65>a una gran fiebre; y le rogaron por ella.
39 E inclin<69>ndose hacia ella, reprendi<64> a la fiebre; y la fiebre la dej<65>, y levant<6E>ndose ella al instante, les serv<72>a.
Muchos sanados al ponerse el sol
(Mt. 8.16-17; Mr. 1.32-34)
40 Al ponerse el sol, todos los que ten<65>an enfermos de diversas enfermedades los tra<72>an a <20>l; y <20>l, poniendo las manos sobre cada uno de ellos, los sanaba.
41 Tambi<62>n sal<61>an demonios de muchos, dando voces y diciendo: T<> eres el Hijo de Dios. Pero <20>l los reprend<6E>a y no les dejaba hablar, porque sab<61>an que <20>l era el Cristo.
Jes<EFBFBD>s recorre Galilea predicando
(Mr. 1.35-39)
42 Cuando ya era de d<>a, sali<6C> y se fue a un lugar desierto; y la gente le buscaba, y llegando a donde estaba, le deten<65>an para que no se fuera de ellos.
43 Pero <20>l les dijo: Es necesario que tambi<62>n a otras ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios; porque para esto he sido enviado.
44 Y predicaba en las sinagogas de Galilea.
La pesca milagrosa
(Mt. 4.18-22; Mr. 1.16-20)
LUCAS 5
1 Aconteci<63> que estando Jes<65>s junto al lago de Genesaret, el gent<6E>o se agolpaba sobre <20>l para o<>r la palabra de Dios.
2 Y vio dos barcas que estaban cerca de la orilla del lago; y los pescadores, habiendo descendido de ellas, lavaban sus redes.
3 Y entrando en una de aquellas barcas, la cual era de Sim<69>n, le rog<6F> que la apartase de tierra un poco; y sent<6E>ndose, ense<73>aba desde la barca a la multitud.
4 Cuando termin<69> de hablar, dijo a Sim<69>n: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar.
5 Respondiendo Sim<69>n, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echar<61> la red.
6 Y habi<62>ndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se romp<6D>a.
7 Entonces hicieron se<73>as a los compa<70>eros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles; y vinieron, y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hund<6E>an.
8 Viendo esto Sim<69>n Pedro, cay<61> de rodillas ante Jes<65>s, diciendo: Ap<41>rtate de m<>, Se<53>or, porque soy hombre pecador.
9 Porque por la pesca que hab<61>an hecho, el temor se hab<61>a apoderado de <20>l, y de todos los que estaban con <20>l,
10 y asimismo de Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compa<70>eros de Sim<69>n. Pero Jes<65>s dijo a Sim<69>n: No temas; desde ahora ser<65>s pescador de hombres.
11 Y cuando trajeron a tierra las barcas, dej<65>ndolo todo, le siguieron.
Jes<EFBFBD>s sana a un leproso
(Mt. 8.1-4; Mr. 1.40-45)
12 Sucedi<64> que estando <20>l en una de las ciudades, se present<6E> un hombre lleno de lepra, el cual, viendo a Jes<65>s, se postr<74> con el rostro en tierra y le rog<6F>, diciendo: Se<53>or, si quieres, puedes limpiarme.
13 Entonces, extendiendo <20>l la mano, le toc<6F>, diciendo: Quiero; s<> limpio. Y al instante la lepra se fue de <20>l.
14 Y <20>l le mand<6E> que no lo dijese a nadie; sino ve, le dijo, mu<6D>strate al sacerdote, y ofrece por tu purificaci<63>n, seg<65>n mand<6E> Mois<69>s, para testimonio a ellos.
15 Pero su fama se extend<6E>a m<>s y m<>s; y se reun<75>a mucha gente para o<>rle, y para que les sanase de sus enfermedades.
16 Mas <20>l se apartaba a lugares desiertos, y oraba.
Jes<EFBFBD>s sana a un paral<61>tico
(Mt. 9.1-8; Mr. 2.1-12)
17 Aconteci<63> un d<>a, que <20>l estaba ense<73>ando, y estaban sentados los fariseos y doctores de la ley, los cuales hab<61>an venido de todas las aldeas de Galilea, y de Judea y Jerusal<61>n; y el poder del Se<53>or estaba con <20>l para sanar.
18 Y sucedi<64> que unos hombres que tra<72>an en un lecho a un hombre que estaba paral<61>tico, procuraban llevarle adentro y ponerle delante de <20>l.
19 Pero no hallando c<>mo hacerlo a causa de la multitud, subieron encima de la casa, y por el tejado le bajaron con el lecho, poni<6E>ndole en medio, delante de Jes<65>s.
20 Al ver <20>l la fe de ellos, le dijo: Hombre, tus pecados te son perdonados.
21 Entonces los escribas y los fariseos comenzaron a cavilar, diciendo: <20>Qui<75>n es <20>ste que habla blasfemias? <20>Qui<75>n puede perdonar pecados sino s<>lo Dios?
22 Jes<65>s entonces, conociendo los pensamientos de ellos, respondiendo les dijo: <20>Qu<51> cavil<69>is en vuestros corazones?
23 <20>Qu<51> es m<>s f<>cil, decir: Tus pecados te son perdonados, o decir: Lev<65>ntate y anda?
24 Pues para que sep<65>is que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paral<61>tico): A ti te digo: Lev<65>ntate, toma tu lecho, y vete a tu casa.
25 Al instante, levant<6E>ndose en presencia de ellos, y tomando el lecho en que estaba acostado, se fue a su casa, glorificando a Dios.
26 Y todos, sobrecogidos de asombro, glorificaban a Dios; y llenos de temor, dec<65>an: Hoy hemos visto maravillas.
Llamamiento de Lev<65>
(Mt. 9.9-13; Mr. 2.13-17)
27 Despu<70>s de estas cosas sali<6C>, y vio a un publicano llamado Lev<65>, sentado al banco de los tributos p<>blicos, y le dijo: S<>gueme.
28 Y dej<65>ndolo todo, se levant<6E> y le sigui<75>.
29 Y Lev<65> le hizo gran banquete en su casa; y hab<61>a mucha compa<70><61>a de publicanos y de otros que estaban a la mesa con ellos.
30 Y los escribas y los fariseos murmuraban contra los disc<73>pulos, diciendo: <20>Por qu<71> com<6F>is y beb<65>is con publicanos y pecadores?
31 Respondiendo Jes<65>s, les dijo: Los que est<73>n sanos no tienen necesidad de m<>dico, sino los enfermos.
32 No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento.
La pregunta sobre el ayuno
(Mt. 9.14-17; Mr. 2.18-22)
33 Entonces ellos le dijeron: <20>Por qu<71> los disc<73>pulos de Juan ayunan muchas veces y hacen oraciones, y asimismo los de los fariseos, pero los tuyos comen y beben?
34 El les dijo: <20>Pod<6F>is acaso hacer que los que est<73>n de bodas ayunen, entre tanto que el esposo est<73> con ellos?
35 Mas vendr<64>n d<>as cuando el esposo les ser<65> quitado; entonces, en aquellos d<>as ayunar<61>n.
36 Les dijo tambi<62>n una par<61>bola: Nadie corta un pedazo de un vestido nuevo y lo pone en un vestido viejo; pues si lo hace, no solamente rompe el nuevo, sino que el remiendo sacado de <20>l no armoniza con el viejo.
37 Y nadie echa vino nuevo en odres viejos; de otra manera, el vino nuevo romper<65> los odres y se derramar<61>, y los odres se perder<65>n.
38 Mas el vino nuevo en odres nuevos se ha de echar; y lo uno y lo otro se conservan. 39 Y ninguno que beba del a<>ejo, quiere luego el nuevo; porque dice: El a<>ejo es mejor.
Los disc<73>pulos recogen espigas en el d<>a de reposo
(Mt. 12.1-8; Mr. 2.23-28)
LUCAS 6
1 Aconteci<63> en un d<>a de reposo, que pasando Jes<65>s por los sembrados, sus disc<73>pulos arrancaban espigas y com<6F>an, restreg<65>ndolas con las manos.
2 Y algunos de los fariseos les dijeron: <20>Por qu<71> hac<61>is lo que no es l<>cito hacer en los d<>as de reposo?
3 Respondiendo Jes<65>s, les dijo: <20>Ni aun esto hab<61>is le<6C>do, lo que hizo David cuando tuvo hambre <20>l, y los que con <20>l estaban;
4 c<>mo entr<74> en la casa de Dios, y tom<6F> los panes de la proposici<63>n, de los cuales no es l<>cito comer sino s<>lo a los sacerdotes, y comi<6D>, y dio tambi<62>n a los que estaban con <20>l?
5 Y les dec<65>a: El Hijo del Hombre es Se<53>or aun del d<>a de reposo.
El hombre de la mano seca
(Mt. 12.9-14; Mr. 3.1-6)
6 Aconteci<63> tambi<62>n en otro d<>a de reposo, que <20>l entr<74> en la sinagoga y ense<73>aba; y estaba all<6C> un hombre que ten<65>a seca la mano derecha.
7 Y le acechaban los escribas y los fariseos, para ver si en el d<>a de reposo lo sanar<61>a, a fin de hallar de qu<71> acusarle.
8 Mas <20>l conoc<6F>a los pensamientos de ellos; y dijo al hombre que ten<65>a la mano seca: Lev<65>ntate, y ponte en medio. Y <20>l, levant<6E>ndose, se puso en pie.
9 Entonces Jes<65>s les dijo: Os preguntar<61> una cosa: <20>Es l<>cito en d<>a de reposo hacer bien, o hacer mal? <20>salvar la vida, o quitarla?
10 Y mir<69>ndolos a todos alrededor, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y <20>l lo hizo as<61>, y su mano fue restaurada.
11 Y ellos se llenaron de furor, y hablaban entre s<> qu<71> podr<64>an hacer contra Jes<65>s.
Elecci<EFBFBD>n de los doce ap<61>stoles
(Mt. 10.1-4; Mr. 3.13-19)
12 En aquellos d<>as <20>l fue al monte a orar, y pas<61> la noche orando a Dios.
13 Y cuando era de d<>a, llam<61> a sus disc<73>pulos, y escogi<67> a doce de ellos, a los cuales tambi<62>n llam<61> ap<61>stoles:
14 a Sim<69>n, a quien tambi<62>n llam<61> Pedro, a Andr<64>s su hermano, Jacobo y Juan, Felipe y Bartolom<6F>,
15 Mateo, Tom<6F>s, Jacobo hijo de Alfeo, Sim<69>n llamado Zelote,
16 Judas hermano de Jacobo, y Judas Iscariote, que lleg<65> a ser el traidor.
Jes<EFBFBD>s atiende a una multitud
(Mt. 4.23-25)
17 Y descendi<64> con ellos, y se detuvo en un lugar llano, en compa<70><61>a de sus disc<73>pulos y de una gran multitud de gente de toda Judea, de Jerusal<61>n y de la costa de Tiro y de Sid<69>n, que hab<61>a venido para o<>rle, y para ser sanados de sus enfermedades;
18 y los que hab<61>an sido atormentados de esp<73>ritus inmundos eran sanados.
19 Y toda la gente procuraba tocarle, porque poder sal<61>a de <20>l y sanaba a todos.
Bienaventuranzas y ayes
(Mt. 5.1-12)
20 Y alzando los ojos hacia sus disc<73>pulos, dec<65>a: Bienaventurados vosotros los pobres, porque vuestro es el reino de Dios.
21 Bienaventurados los que ahora ten<65>is hambre, porque ser<65>is saciados. Bienaventurados los que ahora llor<6F>is, porque reir<69>is.
22 Bienaventurados ser<65>is cuando los hombres os aborrezcan, y cuando os aparten de s<>, y os vituperen, y desechen vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del Hombre.
23 Gozaos en aquel d<>a, y alegraos, porque he aqu<71> vuestro galard<72>n es grande en los cielos; porque as<61> hac<61>an sus padres con los profetas.
24 Mas <20>ay de vosotros, ricos! porque ya ten<65>is vuestro consuelo.
25 <20>Ay de vosotros, los que ahora est<73>is saciados! porque tendr<64>is hambre. <20>Ay de vosotros, los que ahora re<72>s! porque lamentar<61>is y llorar<61>is.
26 <20>Ay de vosotros, cuando todos los hombres hablen bien de vosotros! porque as<61> hac<61>an sus padres con los falsos profetas.
El amor hacia los enemigos, y la regla de oro
(Mt. 5.38-48; 7.12)
27 Pero a vosotros los que o<>s, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen;
28 bendecid a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian.
29 Al que te hiera en una mejilla, pres<65>ntale tambi<62>n la otra; y al que te quite la capa, ni aun la t<>nica le niegues.
30 A cualquiera que te pida, dale; y al que tome lo que es tuyo, no pidas que te lo devuelva.
31 Y como quer<65>is que hagan los hombres con vosotros, as<61> tambi<62>n haced vosotros con ellos.
32 Porque si am<61>is a los que os aman, <20>qu<71> m<>rito ten<65>is? Porque tambi<62>n los pecadores aman a los que los aman.
33 Y si hac<61>is bien a los que os hacen bien, <20>qu<71> m<>rito ten<65>is? Porque tambi<62>n los pecadores hacen lo mismo.
34 Y si prest<73>is a aquellos de quienes esper<65>is recibir, <20>qu<71> m<>rito ten<65>is? Porque tambi<62>n los pecadores prestan a los pecadores, para recibir otro tanto.
35 Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y ser<65> vuestro galard<72>n grande, y ser<65>is hijos del Alt<6C>simo; porque <20>l es benigno para con los ingratos y malos.
36 Sed, pues, misericordiosos, como tambi<62>n vuestro Padre es misericordioso.
El juzgar a los dem<65>s
(Mt. 7.1-5)
37 No juzgu<67>is, y no ser<65>is juzgados; no conden<65>is, y no ser<65>is condenados; perdonad, y ser<65>is perdonados.
38 Dad, y se os dar<61>; medida buena, apretada, remecida y rebosando dar<61>n en vuestro regazo; porque con la misma medida con que med<65>s, os volver<65>n a medir.
39 Y les dec<65>a una par<61>bola: <20>Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? <20>No caer<65>n ambos en el hoyo?
40 El disc<73>pulo no es superior a su maestro; mas todo el que fuere perfeccionado, ser<65> como su maestro.
41 <20>Por qu<71> miras la paja que est<73> en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que est<73> en tu propio ojo?
42 <20>O c<>mo puedes decir a tu hermano: Hermano, d<>jame sacar la paja que est<73> en tu ojo, no mirando t<> la viga que est<73> en el ojo tuyo? Hip<69>crita, saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces ver<65>s bien para sacar la paja que est<73> en el ojo de tu hermano.
Por sus frutos los conocer<65>is
(Mt. 7.15-20)
43 No es buen <20>rbol el que da malos frutos, ni <20>rbol malo el que da buen fruto.
44 Porque cada <20>rbol se conoce por su fruto; pues no se cosechan higos de los espinos, ni de las zarzas se vendimian uvas.
45 El hombre bueno, del buen tesoro de su coraz<61>n saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su coraz<61>n saca lo malo; porque de la abundancia del coraz<61>n habla la boca.
Los dos cimientos
(Mt. 7.24-27)
46 <20>Por qu<71> me llam<61>is, Se<53>or, Se<53>or, y no hac<61>is lo que yo digo?
47 Todo aquel que viene a m<>, y oye mis palabras y las hace, os indicar<61> a qui<75>n es semejante.
48 Semejante es al hombre que al edificar una casa, cav<61> y ahond<6E> y puso el fundamento sobre la roca; y cuando vino una inundaci<63>n, el r<>o dio con <20>mpetu contra aquella casa, pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca.
49 Mas el que oy<6F> y no hizo, semejante es al hombre que edific<69> su casa sobre tierra, sin fundamento; contra la cual el r<>o dio con <20>mpetu, y luego cay<61>, y fue grande la ruina de aquella casa.
Jes<EFBFBD>s sana al siervo de un centuri<72>n
(Mt. 8.5-13)
LUCAS 7
1 Despu<70>s que hubo terminado todas sus palabras al pueblo que le o<>a, entr<74> en Capernaum.
2 Y el siervo de un centuri<72>n, a quien <20>ste quer<65>a mucho, estaba enfermo y a punto de morir.
3 Cuando el centuri<72>n oy<6F> hablar de Jes<65>s, le envi<76> unos ancianos de los jud<75>os, rog<6F>ndole que viniese y sanase a su siervo.
4 Y ellos vinieron a Jes<65>s y le rogaron con solicitud, dici<63>ndole: Es digno de que le concedas esto;
5 porque ama a nuestra naci<63>n, y nos edific<69> una sinagoga.
6 Y Jes<65>s fue con ellos. Pero cuando ya no estaban lejos de la casa, el centuri<72>n envi<76> a <20>l unos amigos, dici<63>ndole: Se<53>or, no te molestes, pues no soy digno de que entres bajo mi techo;
7 por lo que ni aun me tuve por digno de venir a ti; pero di la palabra, y mi siervo ser<65> sano.
8 Porque tambi<62>n yo soy hombre puesto bajo autoridad, y tengo soldados bajo mis <20>rdenes; y digo a <20>ste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace.
9 Al o<>r esto, Jes<65>s se maravill<6C> de <20>l, y volvi<76>ndose, dijo a la gente que le segu<67>a: Os digo que ni aun en Israel he hallado tanta fe.
10 Y al regresar a casa los que hab<61>an sido enviados, hallaron sano al siervo que hab<61>a estado enfermo.
Jes<EFBFBD>s resucita al hijo de la viuda de Na<4E>n
11 Aconteci<63> despu<70>s, que <20>l iba a la ciudad que se llama Na<4E>n, e iban con <20>l muchos de sus disc<73>pulos, y una gran multitud.
12 Cuando lleg<65> cerca de la puerta de la ciudad, he aqu<71> que llevaban a enterrar a un difunto, hijo <20>nico de su madre, la cual era viuda; y hab<61>a con ella mucha gente de la ciudad.
13 Y cuando el Se<53>or la vio, se compadeci<63> de ella, y le dijo: No llores.
14 Y acerc<72>ndose, toc<6F> el f<>retro; y los que lo llevaban se detuvieron. Y dijo: Joven, a ti te digo, lev<65>ntate.
15 Entonces se incorpor<6F> el que hab<61>a muerto, y comenz<6E> a hablar. Y lo dio a su madre.
16 Y todos tuvieron miedo, y glorificaban a Dios, diciendo: Un gran profeta se ha levantado entre nosotros; y: Dios ha visitado a su pueblo.
17 Y se extendi<64> la fama de <20>l por toda Judea, y por toda la regi<67>n de alrededor.
Los mensajeros de Juan el Bautista
(Mt. 11.2-19)
18 Los disc<73>pulos de Juan le dieron las nuevas de todas estas cosas. Y llam<61> Juan a dos de sus disc<73>pulos,
19 y los envi<76> a Jes<65>s, para preguntarle: <20>Eres t<> el que hab<61>a de venir, o esperaremos a otro?
20 Cuando, pues, los hombres vinieron a <20>l, dijeron: Juan el Bautista nos ha enviado a ti, para preguntarte: <20>Eres t<> el que hab<61>a de venir, o esperaremos a otro?
21 En esa misma hora san<61> a muchos de enfermedades y plagas, y de esp<73>ritus malos, y a muchos ciegos les dio la vista.
22 Y respondiendo Jes<65>s, les dijo: Id, haced saber a Juan lo que hab<61>is visto y o<>do: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio;
23 y bienaventurado es aquel que no halle tropiezo en m<>.
24 Cuando se fueron los mensajeros de Juan, comenz<6E> a decir de Juan a la gente: <20>Qu<51> salisteis a ver al desierto? <20>Una ca<63>a sacudida por el viento?
25 Mas <20>qu<71> salisteis a ver? <20>A un hombre cubierto de vestiduras delicadas? He aqu<71>, los que tienen vestidura preciosa y viven en deleites, en los palacios de los reyes est<73>n.
26 Mas <20>qu<71> salisteis a ver? <20>A un profeta? S<>, os digo, y m<>s que profeta.
27 Este es de quien est<73> escrito: He aqu<71>, env<6E>o mi mensajero delante de tu faz, El cual preparar<61> tu camino delante de ti.
28 Os digo que entre los nacidos de mujeres, no hay mayor profeta que Juan el Bautista; pero el m<>s peque<75>o en el reino de Dios es mayor que <20>l.
29 Y todo el pueblo y los publicanos, cuando lo oyeron, justificaron a Dios, bautiz<69>ndose con el bautismo de Juan.
30 Mas los fariseos y los int<6E>rpretes de la ley desecharon los designios de Dios respecto de s<> mismos, no siendo bautizados por Juan.
31 Y dijo el Se<53>or: <20>A qu<71>, pues, comparar<61> los hombres de esta generaci<63>n, y a qu<71> son semejantes?
32 Semejantes son a los muchachos sentados en la plaza, que dan voces unos a otros y dicen: Os tocamos flauta, y no bailasteis; os endechamos, y no llorasteis.
33 Porque vino Juan el Bautista, que ni com<6F>a pan ni beb<65>a vino, y dec<65>s: Demonio tiene.
34 Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y dec<65>s: Este es un hombre comil<69>n y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores.
35 Mas la sabidur<75>a es justificada por todos sus hijos.
Jes<EFBFBD>s en el hogar de Sim<69>n el fariseo
36 Uno de los fariseos rog<6F> a Jes<65>s que comiese con <20>l. Y habiendo entrado en casa del fariseo, se sent<6E> a la mesa.
37 Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora, al saber que Jes<65>s estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume;
38 y estando detr<74>s de <20>l a sus pies, llorando, comenz<6E> a regar con l<>grimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos; y besaba sus pies, y los ung<6E>a con el perfume.
39 Cuando vio esto el fariseo que le hab<61>a convidado, dijo para s<>: Este, si fuera profeta, conocer<65>a qui<75>n y qu<71> clase de mujer es la que le toca, que es pecadora.
40 Entonces respondiendo Jes<65>s, le dijo: Sim<69>n, una cosa tengo que decirte. Y <20>l le dijo: Di, Maestro.
41 Un acreedor ten<65>a dos deudores: el uno le deb<65>a quinientos denarios, y el otro cincuenta;
42 y no teniendo ellos con qu<71> pagar, perdon<6F> a ambos. Di, pues, <20>cu<63>l de ellos le amar<61> m<>s?
43 Respondiendo Sim<69>n, dijo: Pienso que aquel a quien perdon<6F> m<>s. Y <20>l le dijo: Rectamente has juzgado.
44 Y vuelto a la mujer, dijo a Sim<69>n: <20>Ves esta mujer? Entr<74> en tu casa, y no me diste agua para mis pies; mas <20>sta ha regado mis pies con l<>grimas, y los ha enjugado con sus cabellos.
45 No me diste beso; mas <20>sta, desde que entr<74>, no ha cesado de besar mis pies.
46 No ungiste mi cabeza con aceite; mas <20>sta ha ungido con perfume mis pies.
47 Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque am<61> mucho; mas aquel a quien se le perdona poco, poco ama.
48 Y a ella le dijo: Tus pecados te son perdonados.
49 Y los que estaban juntamente sentados a la mesa, comenzaron a decir entre s<>: <20>Qui<75>n es <20>ste, que tambi<62>n perdona pecados?
50 Pero <20>l dijo a la mujer: Tu fe te ha salvado, v<> en paz.
Mujeres que sirven a Jes<65>s
LUCAS 8
1 Aconteci<63> despu<70>s, que Jes<65>s iba por todas las ciudades y aldeas, predicando y anunciando el evangelio del reino de Dios, y los doce con <20>l,
2 y algunas mujeres que hab<61>an sido sanadas de esp<73>ritus malos y de enfermedades: Mar<61>a, que se llamaba Magdalena, de la que hab<61>an salido siete demonios,
3 Juana, mujer de Chuza intendente de Herodes, y Susana, y otras muchas que le serv<72>an de sus bienes.
Par<EFBFBD>bola del sembrador
(Mt. 13.1-15, 18-23; Mr. 4.1-20)
4 Junt<6E>ndose una gran multitud, y los que de cada ciudad ven<65>an a <20>l, les dijo por par<61>bola:
5 El sembrador sali<6C> a sembrar su semilla; y mientras sembraba, una parte cay<61> junto al camino, y fue hollada, y las aves del cielo la comieron.
6 Otra parte cay<61> sobre la piedra; y nacida, se sec<65>, porque no ten<65>a humedad.
7 Otra parte cay<61> entre espinos, y los espinos que nacieron juntamente con ella, la ahogaron.
8 Y otra parte cay<61> en buena tierra, y naci<63> y llev<65> fruto a ciento por uno. Hablando estas cosas, dec<65>a a gran voz: El que tiene o<>dos para o<>r, oiga.
9 Y sus disc<73>pulos le preguntaron, diciendo: <20>Qu<51> significa esta par<61>bola?
10 Y <20>l dijo: A vosotros os es dado conocer los misterios del reino de Dios; pero a los otros por par<61>bolas, para que viendo no vean, y oyendo no entiendan.
11 Esta es, pues, la par<61>bola: La semilla es la palabra de Dios.
12 Y los de junto al camino son los que oyen, y luego viene el diablo y quita de su coraz<61>n la palabra, para que no crean y se salven.
13 Los de sobre la piedra son los que habiendo o<>do, reciben la palabra con gozo; pero <20>stos no tienen ra<72>ces; creen por alg<6C>n tiempo, y en el tiempo de la prueba se apartan.
14 La que cay<61> entre espinos, <20>stos son los que oyen, pero y<>ndose, son ahogados por los afanes y las riquezas y los placeres de la vida, y no llevan fruto.
15 Mas la que cay<61> en buena tierra, <20>stos son los que con coraz<61>n bueno y recto retienen la palabra o<>da, y dan fruto con perseverancia.
Nada oculto que no haya de ser manifestado
(Mr. 4.21-25)
16 Nadie que enciende una luz la cubre con una vasija, ni la pone debajo de la cama, sino que la pone en un candelero para que los que entran vean la luz.
17 Porque nada hay oculto, que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de ser conocido, y de salir a luz.
18 Mirad, pues, c<>mo o<>s; porque a todo el que tiene, se le dar<61>; y a todo el que no tiene, aun lo que piensa tener se le quitar<61>.
La madre y los hermanos de Jes<65>s
(Mt. 12.46-50; Mr. 3.31-35)
19 Entonces su madre y sus hermanos vinieron a <20>l; pero no pod<6F>an llegar hasta <20>l por causa de la multitud.
20 Y se le avis<69>, diciendo: Tu madre y tus hermanos est<73>n fuera y quieren verte.
21 El entonces respondiendo, les dijo: Mi madre y mis hermanos son los que oyen la palabra de Dios, y la hacen.
Jes<EFBFBD>s calma la tempestad
(Mt. 8.23-27; Mr. 4.35-41)
22 Aconteci<63> un d<>a, que entr<74> en una barca con sus disc<73>pulos, y les dijo: Pasemos al otro lado del lago. Y partieron.
23 Pero mientras navegaban, <20>l se durmi<6D>. Y se desencaden<65> una tempestad de viento en el lago; y se anegaban y peligraban.
24 Y vinieron a <20>l y le despertaron, diciendo: <20>Maestro, Maestro, que perecemos! Despertando <20>l, reprendi<64> al viento y a las olas; y cesaron, y se hizo bonanza.
25 Y les dijo: <20>D<EFBFBD>nde est<73> vuestra fe? Y atemorizados, se maravillaban, y se dec<65>an unos a otros: <20>Qui<75>n es <20>ste, que aun a los vientos y a las aguas manda, y le obedecen?
El endemoniado gadareno
(Mt. 8.28-34; Mr. 5.1-20)
26 Y arribaron a la tierra de los gadarenos, que est<73> en la ribera opuesta a Galilea.
27 Al llegar <20>l a tierra, vino a su encuentro un hombre de la ciudad, endemoniado desde hac<61>a mucho tiempo; y no vest<73>a ropa, ni moraba en casa, sino en los sepulcros.
28 Este, al ver a Jes<65>s, lanz<6E> un gran grito, y postr<74>ndose a sus pies exclam<61> a gran voz: <20>Qu<51> tienes conmigo, Jes<65>s, Hijo del Dios Alt<6C>simo? Te ruego que no me atormentes.
29 (Porque mandaba al esp<73>ritu inmundo que saliese del hombre, pues hac<61>a mucho tiempo que se hab<61>a apoderado de <20>l; y le ataban con cadenas y grillos, pero rompiendo las cadenas, era impelido por el demonio a los desiertos.)
30 Y le pregunt<6E> Jes<65>s, diciendo: <20>C<EFBFBD>mo te llamas? Y <20>l dijo: Legi<67>n. Porque muchos demonios hab<61>an entrado en <20>l.
31 Y le rogaban que no los mandase ir al abismo.
32 Hab<61>a all<6C> un hato de muchos cerdos que pac<61>an en el monte; y le rogaron que los dejase entrar en ellos; y les dio permiso.
33 Y los demonios, salidos del hombre, entraron en los cerdos; y el hato se precipit<69> por un despe<70>adero al lago, y se ahog<6F>.
34 Y los que apacentaban los cerdos, cuando vieron lo que hab<61>a acontecido, huyeron, y yendo dieron aviso en la ciudad y por los campos.
35 Y salieron a ver lo que hab<61>a sucedido; y vinieron a Jes<65>s, y hallaron al hombre de quien hab<61>an salido los demonios, sentado a los pies de Jes<65>s, vestido, y en su cabal juicio; y tuvieron miedo.
36 Y los que lo hab<61>an visto, les contaron c<>mo hab<61>a sido salvado el endemoniado.
37 Entonces toda la multitud de la regi<67>n alrededor de los gadarenos le rog<6F> que se marchase de ellos, pues ten<65>an gran temor. Y Jes<65>s, entrando en la barca, se volvi<76>.
38 Y el hombre de quien hab<61>an salido los demonios le rogaba que le dejase estar con <20>l; pero Jes<65>s le despidi<64>, diciendo:
39 Vu<56>lvete a tu casa, y cuenta cu<63>n grandes cosas ha hecho Dios contigo. Y <20>l se fue, publicando por toda la ciudad cu<63>n grandes cosas hab<61>a hecho Jes<65>s con <20>l.
La hija de Jairo, y la mujer que toc<6F> el manto de Jes<65>s
(Mt. 9.18-26; Mr. 5.21-43)
40 Cuando volvi<76> Jes<65>s, le recibi<62> la multitud con gozo; porque todos le esperaban.
41 Entonces vino un var<61>n llamado Jairo, que era principal de la sinagoga, y postr<74>ndose a los pies de Jes<65>s, le rogaba que entrase en su casa;
42 porque ten<65>a una hija <20>nica, como de doce a<>os, que se estaba muriendo. Y mientras iba, la multitud le oprim<69>a.
43 Pero una mujer que padec<65>a de flujo de sangre desde hac<61>a doce a<>os, y que hab<61>a gastado en m<>dicos todo cuanto ten<65>a, y por ninguno hab<61>a podido ser curada,
44 se le acerc<72> por detr<74>s y toc<6F> el borde de su manto; y al instante se detuvo el flujo de su sangre.
45 Entonces Jes<65>s dijo: <20>Qui<75>n es el que me ha tocado? Y negando todos, dijo Pedro y los que con <20>l estaban: Maestro, la multitud te aprieta y oprime, y dices: <20>Qui<75>n es el que me ha tocado?
46 Pero Jes<65>s dijo: Alguien me ha tocado; porque yo he conocido que ha salido poder de m<>.
47 Entonces, cuando la mujer vio que no hab<61>a quedado oculta, vino temblando, y postr<74>ndose a sus pies, le declar<61> delante de todo el pueblo por qu<71> causa le hab<61>a tocado, y c<>mo al instante hab<61>a sido sanada.
48 Y <20>l le dijo: Hija, tu fe te ha salvado; ve en paz.
49 Estaba hablando a<>n, cuando vino uno de casa del principal de la sinagoga a decirle: Tu hija ha muerto; no molestes m<>s al Maestro.
50 Oy<4F>ndolo Jes<65>s, le respondi<64>: No temas; cree solamente, y ser<65> salva.
51 Entrando en la casa, no dej<65> entrar a nadie consigo, sino a Pedro, a Jacobo, a Juan, y al padre y a la madre de la ni<6E>a.
52 Y lloraban todos y hac<61>an lamentaci<63>n por ella. Pero <20>l dijo: No llor<6F>is; no est<73> muerta, sino que duerme.
53 Y se burlaban de <20>l, sabiendo que estaba muerta.
54 Mas <20>l, tom<6F>ndola de la mano, clam<61> diciendo: Muchacha, lev<65>ntate.
55 Entonces su esp<73>ritu volvi<76>, e inmediatamente se levant<6E>; y <20>l mand<6E> que se le diese de comer.
56 Y sus padres estaban at<61>nitos; pero Jes<65>s les mand<6E> que a nadie dijesen lo que hab<61>a sucedido.
Misi<EFBFBD>n de los doce disc<73>pulos
(Mt. 10.5-15; Mr. 6.7-13)
LUCAS 9
1 Habiendo reunido a sus doce disc<73>pulos, les dio poder y autoridad sobre todos los demonios, y para sanar enfermedades.
2 Y los envi<76> a predicar el reino de Dios, y a sanar a los enfermos.
3 Y les dijo: No tom<6F>is nada para el camino, ni bord<72>n, ni alforja, ni pan, ni dinero; ni llev<65>is dos t<>nicas.
4 Y en cualquier casa donde entr<74>is, quedad all<6C>, y de all<6C> salid.
5 Y dondequiera que no os recibieren, salid de aquella ciudad, y sacudid el polvo de vuestros pies en testimonio contra ellos.
6 Y saliendo, pasaban por todas las aldeas, anunciando el evangelio y sanando por todas partes.
Muerte de Juan el Bautista
(Mt. 14.1-12; Mr. 6.14-29)
7 Herodes el tetrarca oy<6F> de todas las cosas que hac<61>a Jes<65>s; y estaba perplejo, porque dec<65>an algunos: Juan ha resucitado de los muertos;
8 otros: El<45>as ha aparecido; y otros: Alg<6C>n profeta de los antiguos ha resucitado.
9 Y dijo Herodes: A Juan yo le hice decapitar; <20>qui<75>n, pues, es <20>ste, de quien oigo tales cosas? Y procuraba verle.
Alimentaci<EFBFBD>n de los cinco mil
(Mt. 14.13-21; Mr. 6.30-44; Jn. 6.1-14)
10 Vueltos los ap<61>stoles, le contaron todo lo que hab<61>an hecho. Y tom<6F>ndolos, se retir<69> aparte, a un lugar desierto de la ciudad llamada Betsaida.
11 Y cuando la gente lo supo, le sigui<75>; y <20>l les recibi<62>, y les hablaba del reino de Dios, y sanaba a los que necesitaban ser curados.
12 Pero el d<>a comenzaba a declinar; y acerc<72>ndose los doce, le dijeron: Despide a la gente, para que vayan a las aldeas y campos de alrededor, y se alojen y encuentren alimentos; porque aqu<71> estamos en lugar desierto.
13 El les dijo: Dadles vosotros de comer. Y dijeron ellos: No tenemos m<>s que cinco panes y dos pescados, a no ser que vayamos nosotros a comprar alimentos para toda esta multitud.
14 Y eran como cinco mil hombres. Entonces dijo a sus disc<73>pulos: Hacedlos sentar en grupos, de cincuenta en cincuenta.
15 As<41> lo hicieron, haci<63>ndolos sentar a todos.
16 Y tomando los cinco panes y los dos pescados, levantando los ojos al cielo, los bendijo, y los parti<74>, y dio a sus disc<73>pulos para que los pusiesen delante de la gente.
17 Y comieron todos, y se saciaron; y recogieron lo que les sobr<62>, doce cestas de pedazos.
La confesi<73>n de Pedro
(Mt. 16.13-20; Mr. 8.27-30)
18 Aconteci<63> que mientras Jes<65>s oraba aparte, estaban con <20>l los disc<73>pulos; y les pregunt<6E>, diciendo: <20>Qui<75>n dice la gente que soy yo?
19 Ellos respondieron: Unos, Juan el Bautista; otros, El<45>as; y otros, que alg<6C>n profeta de los antiguos ha resucitado.
20 El les dijo: <20>Y vosotros, qui<75>n dec<65>s que soy? Entonces respondiendo Pedro, dijo: El Cristo de Dios.
Jes<EFBFBD>s anuncia su muerte
(Mt. 16.21-28; Mr. 8.31<EFBFBD>9.1)
21 Pero <20>l les mand<6E> que a nadie dijesen esto, encarg<72>ndoselo rigurosamente,
22 y diciendo: Es necesario que el Hijo del Hombre padezca muchas cosas, y sea desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y que sea muerto, y resucite al tercer d<>a.
23 Y dec<65>a a todos: Si alguno quiere venir en pos de m<>, ni<6E>guese a s<> mismo, tome su cruz cada d<>a, y s<>game.
24 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perder<65>; y todo el que pierda su vida por causa de m<>, <20>ste la salvar<61>.
25 Pues <20>qu<71> aprovecha al hombre, si gana todo el mundo, y se destruye o se pierde a s<> mismo?
26 Porque el que se avergonzare de m<> y de mis palabras, de <20>ste se avergonzar<61> el Hijo del Hombre cuando venga en su gloria, y en la del Padre, y de los santos <20>ngeles.
27 Pero os digo en verdad, que hay algunos de los que est<73>n aqu<71>, que no gustar<61>n la muerte hasta que vean el reino de Dios.
La transfiguraci<63>n
(Mt. 17.1-8; Mr. 9.2-8)
28 Aconteci<63> como ocho d<>as despu<70>s de estas palabras, que tom<6F> a Pedro, a Juan y a Jacobo, y subi<62> al monte a orar.
29 Y entre tanto que oraba, la apariencia de su rostro se hizo otra, y su vestido blanco y resplandeciente.
30 Y he aqu<71> dos varones que hablaban con <20>l, los cuales eran Mois<69>s y El<45>as;
31 quienes aparecieron rodeados de gloria, y hablaban de su partida, que iba Jes<65>s a cumplir en Jerusal<61>n.
32 Y Pedro y los que estaban con <20>l estaban rendidos de sue<75>o; mas permaneciendo despiertos, vieron la gloria de Jes<65>s, y a los dos varones que estaban con <20>l.
33 Y sucedi<64> que apart<72>ndose ellos de <20>l, Pedro dijo a Jes<65>s: Maestro, bueno es para nosotros que estemos aqu<71>; y hagamos tres enramadas, una para ti, una para Mois<69>s, y una para El<45>as; no sabiendo lo que dec<65>a.
34 Mientras <20>l dec<65>a esto, vino una nube que los cubri<72>; y tuvieron temor al entrar en la nube.
35 Y vino una voz desde la nube, que dec<65>a: Este es mi Hijo amado; a <20>l o<>d.
36 Y cuando ces<65> la voz, Jes<65>s fue hallado solo; y ellos callaron, y por aquellos d<>as no dijeron nada a nadie de lo que hab<61>an visto.
Jes<EFBFBD>s sana a un muchacho endemoniado
(Mt. 17.14-21; Mr. 9.14-29)
37 Al d<>a siguiente, cuando descendieron del monte, una gran multitud les sali<6C> al encuentro.
38 Y he aqu<71>, un hombre de la multitud clam<61> diciendo: Maestro, te ruego que veas a mi hijo, pues es el <20>nico que tengo;
39 y sucede que un esp<73>ritu le toma, y de repente da voces, y le sacude con violencia, y le hace echar espuma, y estrope<70>ndole, a duras penas se aparta de <20>l.
40 Y rogu<67> a tus disc<73>pulos que le echasen fuera, y no pudieron.
41 Respondiendo Jes<65>s, dijo: <20>Oh generaci<63>n incr<63>dula y perversa! <20>Hasta cu<63>ndo he de estar con vosotros, y os he de soportar? Trae ac<61> a tu hijo.
42 Y mientras se acercaba el muchacho, el demonio le derrib<69> y le sacudi<64> con violencia; pero Jes<65>s reprendi<64> al esp<73>ritu inmundo, y san<61> al muchacho, y se lo devolvi<76> a su padre.
43 Y todos se admiraban de la grandeza de Dios. Y maravill<6C>ndose todos de todas las cosas que hac<61>a, dijo a sus disc<73>pulos:
Jes<EFBFBD>s anuncia otra vez su muerte
(Mt. 17.22-23; Mr. 9.30-32)
44 Haced que os penetren bien en los o<>dos estas palabras; porque acontecer<65> que el Hijo del Hombre ser<65> entregado en manos de hombres.
45 Mas ellos no entend<6E>an estas palabras, pues les estaban veladas para que no las entendiesen; y tem<65>an preguntarle sobre esas palabras.
<EFBFBD>Qui<EFBFBD>n es el mayor?
(Mt. 18.1-5; Mr. 9.33-37)
46 Entonces entraron en discusi<73>n sobre qui<75>n de ellos ser<65>a el mayor.
47 Y Jes<65>s, percibiendo los pensamientos de sus corazones, tom<6F> a un ni<6E>o y lo puso junto a s<>,
48 y les dijo: Cualquiera que reciba a este ni<6E>o en mi nombre, a m<> me recibe; y cualquiera que me recibe a m<>, recibe al que me envi<76>; porque el que es m<>s peque<75>o entre todos vosotros, <20>se es el m<>s grande.
El que no es contra nosotros, por nosotros es
(Mr. 9.38-40)
49 Entonces respondiendo Juan, dijo: Maestro, hemos visto a uno que echaba fuera demonios en tu nombre; y se lo prohibimos, porque no sigue con nosotros.
50 Jes<65>s le dijo: No se lo prohib<69>is; porque el que no es contra nosotros, por nosotros es.
Jes<EFBFBD>s reprende a Jacobo y a Juan
51 Cuando se cumpli<6C> el tiempo en que <20>l hab<61>a de ser recibido arriba, afirm<72> su rostro para ir a Jerusal<61>n.
52 Y envi<76> mensajeros delante de <20>l, los cuales fueron y entraron en una aldea de los samaritanos para hacerle preparativos.
53 Mas no le recibieron, porque su aspecto era como de ir a Jerusal<61>n.
54 Viendo esto sus disc<73>pulos Jacobo y Juan, dijeron: Se<53>or, <20>quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, como hizo El<45>as, y los consuma?
55 Entonces volvi<76>ndose <20>l, los reprendi<64>, diciendo: Vosotros no sab<61>is de qu<71> esp<73>ritu sois;
56 porque el Hijo del Hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas. Y se fueron a otra aldea.
Los que quer<65>an seguir a Jes<65>s
(Mt. 8.18-22)
57 Yendo ellos, uno le dijo en el camino: Se<53>or, te seguir<69> adondequiera que vayas.
58 Y le dijo Jes<65>s: Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene d<>nde recostar la cabeza.
59 Y dijo a otro: S<>gueme. El le dijo: Se<53>or, d<>jame que primero vaya y entierre a mi padre.
60 Jes<65>s le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; y t<> ve, y anuncia el reino de Dios.
61 Entonces tambi<62>n dijo otro: Te seguir<69>, Se<53>or; pero d<>jame que me despida primero de los que est<73>n en mi casa.
62 Y Jes<65>s le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atr<74>s, es apto para el reino de Dios.
Misi<EFBFBD>n de los setenta
LUCAS 10
1 Despu<70>s de estas cosas, design<67> el Se<53>or tambi<62>n a otros setenta, a quienes envi<76> de dos en dos delante de <20>l a toda ciudad y lugar adonde <20>l hab<61>a de ir.
2 Y les dec<65>a: La mies a la verdad es mucha, mas los obreros pocos; por tanto, rogad al Se<53>or de la mies que env<6E>e obreros a su mies.
3 Id; he aqu<71> yo os env<6E>o como corderos en medio de lobos.
4 No llev<65>is bolsa, ni alforja, ni calzado; y a nadie salud<75>is por el camino.
5 En cualquier casa donde entr<74>is, primeramente decid: Paz sea a esta casa.
6 Y si hubiere all<6C> alg<6C>n hijo de paz, vuestra paz reposar<61> sobre <20>l; y si no, se volver<65> a vosotros.
7 Y posad en aquella misma casa, comiendo y bebiendo lo que os den; porque el obrero es digno de su salario. No os pas<61>is de casa en casa.
8 En cualquier ciudad donde entr<74>is, y os reciban, comed lo que os pongan delante;
9 y sanad a los enfermos que en ella haya, y decidles: Se ha acercado a vosotros el reino de Dios.
10 Mas en cualquier ciudad donde entr<74>is, y no os reciban, saliendo por sus calles, decid:
11 Aun el polvo de vuestra ciudad, que se ha pegado a nuestros pies, lo sacudimos contra vosotros. Pero esto sabed, que el reino de Dios se ha acercado a vosotros.
12 Y os digo que en aquel d<>a ser<65> m<>s tolerable el castigo para Sodoma, que para aquella ciudad.
Ayes sobre las ciudades impenitentes
(Mt. 11.20-24)
13 <20>Ay de ti, Coraz<61>n! <20>Ay de ti, Betsaida! que si en Tiro y en Sid<69>n se hubieran hecho los milagros que se han hecho en vosotras, tiempo ha que sentadas en cilicio y ceniza, se habr<62>an arrepentido.
14 Por tanto, en el juicio ser<65> m<>s tolerable el castigo para Tiro y Sid<69>n, que para vosotras.
15 Y t<>, Capernaum, que hasta los cielos eres levantada, hasta el Hades ser<65>s abatida.
16 El que a vosotros oye, a m<> me oye; y el que a vosotros desecha, a m<> me desecha; y el que me desecha a m<>, desecha al que me envi<76>.
Regreso de los setenta
17 Volvieron los setenta con gozo, diciendo: Se<53>or, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre.
18 Y les dijo: Yo ve<76>a a Satan<61>s caer del cielo como un rayo.
19 He aqu<71> os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os da<64>ar<61>.
20 Pero no os regocij<69>is de que los esp<73>ritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres est<73>n escritos en los cielos.
Jes<EFBFBD>s se regocija
(Mt. 11.25-27; 13.16-17)
21 En aquella misma hora Jes<65>s se regocij<69> en el Esp<73>ritu, y dijo: Yo te alabo, oh Padre, Se<53>or del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los ni<6E>os. S<>, Padre, porque as<61> te agrad<61>.
22 Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce qui<75>n es el Hijo sino el Padre; ni qui<75>n es el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.
23 Y volvi<76>ndose a los disc<73>pulos, les dijo aparte: Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis;
24 porque os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y o<>r lo que o<>s, y no lo oyeron.
El buen samaritano
25 Y he aqu<71> un int<6E>rprete de la ley se levant<6E> y dijo, para probarle: Maestro, <20>haciendo qu<71> cosa heredar<61> la vida eterna?
26 El le dijo: <20>Qu<51> est<73> escrito en la ley? <20>C<EFBFBD>mo lees?
27 Aqu<71>l, respondiendo, dijo: Amar<61>s al Se<53>or tu Dios con todo tu coraz<61>n, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu pr<70>jimo como a ti mismo.
28 Y le dijo: Bien has respondido; haz esto, y vivir<69>s.
29 Pero <20>l, queriendo justificarse a s<> mismo, dijo a Jes<65>s: <20>Y qui<75>n es mi pr<70>jimo?
30 Respondiendo Jes<65>s, dijo: Un hombre descend<6E>a de Jerusal<61>n a Jeric<69>, y cay<61> en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e hiri<72>ndole, se fueron, dej<65>ndole medio muerto.
31 Aconteci<63> que descendi<64> un sacerdote por aquel camino, y vi<76>ndole, pas<61> de largo.
32 Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y vi<76>ndole, pas<61> de largo.
33 Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de <20>l, y vi<76>ndole, fue movido a misericordia;
34 y acerc<72>ndose, vend<6E> sus heridas, ech<63>ndoles aceite y vino; y poni<6E>ndole en su cabalgadura, lo llev<65> al mes<65>n, y cuid<69> de <20>l.
35 Otro d<>a al partir, sac<61> dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cu<43>damele; y todo lo que gastes de m<>s, yo te lo pagar<61> cuando regrese.
36 <20>Qui<75>n, pues, de estos tres te parece que fue el pr<70>jimo del que cay<61> en manos de los ladrones?
37 El dijo: El que us<75> de misericordia con <20>l. Entonces Jes<65>s le dijo: Ve, y haz t<> lo mismo.
Jes<EFBFBD>s visita a Marta y a Mar<61>a
38 Aconteci<63> que yendo de camino, entr<74> en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibi<62> en su casa.
39 Esta ten<65>a una hermana que se llamaba Mar<61>a, la cual, sent<6E>ndose a los pies de Jes<65>s, o<>a su palabra.
40 Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acerc<72>ndose, dijo: Se<53>or, <20>no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude.
41 Respondiendo Jes<65>s, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada est<73>s con muchas cosas.
42 Pero s<>lo una cosa es necesaria; y Mar<61>a ha escogido la buena parte, la cual no le ser<65> quitada.
Jes<EFBFBD>s y la oraci<63>n
(Mt. 6.9-15; 7.7-11)
LUCAS 11
1 Aconteci<63> que estaba Jes<65>s orando en un lugar, y cuando termin<69>, uno de sus disc<73>pulos le dijo: Se<53>or, ens<6E><73>anos a orar, como tambi<62>n Juan ense<73><65> a sus disc<73>pulos.
2 Y les dijo: Cuando or<6F>is, decid: Padre nuestro que est<73>s en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. H<>gase tu voluntad, como en el cielo, as<61> tambi<62>n en la tierra.
3 El pan nuestro de cada d<>a, d<>noslo hoy.
4 Y perd<72>nanos nuestros pecados, porque tambi<62>n nosotros perdonamos a todos los que nos deben. Y no nos metas en tentaci<63>n, mas l<>branos del mal.
5 Les dijo tambi<62>n: <20>Qui<75>n de vosotros que tenga un amigo, va a <20>l a medianoche y le dice: Amigo, pr<70>stame tres panes,
6 porque un amigo m<>o ha venido a m<> de viaje, y no tengo qu<71> ponerle delante;
7 y aqu<71>l, respondiendo desde adentro, le dice: No me molestes; la puerta ya est<73> cerrada, y mis ni<6E>os est<73>n conmigo en cama; no puedo levantarme, y d<>rtelos?
8 Os digo, que aunque no se levante a d<>rselos por ser su amigo, sin embargo por su importunidad se levantar<61> y le dar<61> todo lo que necesite.
9 Y yo os digo: Pedid, y se os dar<61>; buscad, y hallar<61>is; llamad, y se os abrir<69>.
10 Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrir<69>.
11 <20>Qu<51> padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le dar<61> una piedra? <20>o si pescado, en lugar de pescado, le dar<61> una serpiente?
12 <20>O si le pide un huevo, le dar<61> un escorpi<70>n?
13 Pues si vosotros, siendo malos, sab<61>is dar buenas d<>divas a vuestros hijos, <20>cu<63>nto m<>s vuestro Padre celestial dar<61> el Esp<73>ritu Santo a los que se lo pidan?
Una casa dividida contra s<> misma
(Mt. 12.22-30; Mr. 3.20-27)
14 Estaba Jes<65>s echando fuera un demonio, que era mudo; y aconteci<63> que salido el demonio, el mudo habl<62>; y la gente se maravill<6C>.
15 Pero algunos de ellos dec<65>an: Por Beelzeb<65>, pr<70>ncipe de los demonios, echa fuera los demonios.
16 Otros, para tentarle, le ped<65>an se<73>al del cielo.
17 Mas <20>l, conociendo los pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra s<> mismo, es asolado; y una casa dividida contra s<> misma, cae.
18 Y si tambi<62>n Satan<61>s est<73> dividido contra s<> mismo, <20>c<EFBFBD>mo permanecer<65> su reino? ya que dec<65>s que por Beelzeb<65> echo yo fuera los demonios.
19 Pues si yo echo fuera los demonios por Beelzeb<65>, <20>vuestros hijos por qui<75>n los echan? Por tanto, ellos ser<65>n vuestros jueces.
20 Mas si por el dedo de Dios echo yo fuera los demonios, ciertamente el reino de Dios ha llegado a vosotros.
21 Cuando el hombre fuerte armado guarda su palacio, en paz est<73> lo que posee.
22 Pero cuando viene otro m<>s fuerte que <20>l y le vence, le quita todas sus armas en que confiaba, y reparte el bot<6F>n.
23 El que no es conmigo, contra m<> es; y el que conmigo no recoge, desparrama.
El esp<73>ritu inmundo que vuelve
(Mt. 12.43-45)
24 Cuando el esp<73>ritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo; y no hall<6C>ndolo, dice: Volver<65> a mi casa de donde sal<61>.
25 Y cuando llega, la halla barrida y adornada.
26 Entonces va, y toma otros siete esp<73>ritus peores que <20>l; y entrados, moran all<6C>; y el postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero.
Los que en verdad son bienaventurados
27 Mientras <20>l dec<65>a estas cosas, una mujer de entre la multitud levant<6E> la voz y le dijo: Bienaventurado el vientre que te trajo, y los senos que mamaste.
28 Y <20>l dijo: Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan.
La generaci<63>n perversa demanda se<73>al
(Mt. 12.38-42)
29 Y api<70><69>ndose las multitudes, comenz<6E> a decir: Esta generaci<63>n es mala; demanda se<73>al, pero se<73>al no le ser<65> dada, sino la se<73>al de Jon<6F>s.
30 Porque as<61> como Jon<6F>s fue se<73>al a los ninivitas, tambi<62>n lo ser<65> el Hijo del Hombre a esta generaci<63>n.
31 La reina del Sur se levantar<61> en el juicio con los hombres de esta generaci<63>n, y los condenar<61>; porque ella vino de los fines de la tierra para o<>r la sabidur<75>a de Salom<6F>n, y he aqu<71> m<>s que Salom<6F>n en este lugar.
32 Los hombres de N<>nive se levantar<61>n en el juicio con esta generaci<63>n, y la condenar<61>n; porque a la predicaci<63>n de Jon<6F>s se arrepintieron, y he aqu<71> m<>s que Jon<6F>s en este lugar.
La l<>mpara del cuerpo
(Mt. 6.22-23)
33 Nadie pone en oculto la luz encendida, ni debajo del almud, sino en el candelero, para que los que entran vean la luz.
34 La l<>mpara del cuerpo es el ojo; cuando tu ojo es bueno, tambi<62>n todo tu cuerpo est<73> lleno de luz; pero cuando tu ojo es maligno, tambi<62>n tu cuerpo est<73> en tinieblas.
35 Mira pues, no suceda que la luz que en ti hay, sea tinieblas.
36 As<41> que, si todo tu cuerpo est<73> lleno de luz, no teniendo parte alguna de tinieblas, ser<65> todo luminoso, como cuando una l<>mpara te alumbra con su resplandor.
Jes<EFBFBD>s acusa a fariseos y a int<6E>rpretes de la ley
(Mt. 23.1-36; Mr. 12.38-40; Lc. 20.45-47)
37 Luego que hubo hablado, le rog<6F> un fariseo que comiese con <20>l; y entrando Jes<65>s en la casa, se sent<6E> a la mesa.
38 El fariseo, cuando lo vio, se extra<72><61> de que no se hubiese lavado antes de comer.
39 Pero el Se<53>or le dijo: Ahora bien, vosotros los fariseos limpi<70>is lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro est<73>is llenos de rapacidad y de maldad.
40 Necios, <20>el que hizo lo de fuera, no hizo tambi<62>n lo de adentro?
41 Pero dad limosna de lo que ten<65>is, y entonces todo os ser<65> limpio.
42 Mas <20>ay de vosotros, fariseos! que diezm<7A>is la menta, y la ruda, y toda hortaliza, y pas<61>is por alto la justicia y el amor de Dios. Esto os era necesario hacer, sin dejar aquello.
43 <20>Ay de vosotros, fariseos! que am<61>is las primeras sillas en las sinagogas, y las salutaciones en las plazas.
44 <20>Ay de vosotros, escribas y fariseos, hip<69>critas! que sois como sepulcros que no se ven, y los hombres que andan encima no lo saben.
45 Respondiendo uno de los int<6E>rpretes de la ley, le dijo: Maestro, cuando dices esto, tambi<62>n nos afrentas a nosotros.
46 Y <20>l dijo: <20>Ay de vosotros tambi<62>n, int<6E>rpretes de la ley! porque carg<72>is a los hombres con cargas que no pueden llevar, pero vosotros ni aun con un dedo las toc<6F>is.
47 <20>Ay de vosotros, que edific<69>is los sepulcros de los profetas a quienes mataron vuestros padres!
48 De modo que sois testigos y consentidores de los hechos de vuestros padres; porque a la verdad ellos los mataron, y vosotros edific<69>is sus sepulcros.
49 Por eso la sabidur<75>a de Dios tambi<62>n dijo: Les enviar<61> profetas y ap<61>stoles; y de ellos, a unos matar<61>n y a otros perseguir<69>n,
50 para que se demande de esta generaci<63>n la sangre de todos los profetas que se ha derramado desde la fundaci<63>n del mundo,
51 desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacar<61>as, que muri<72> entre el altar y el templo; s<>, os digo que ser<65> demandada de esta generaci<63>n.
52 <20>Ay de vosotros, int<6E>rpretes de la ley! porque hab<61>is quitado la llave de la ciencia; vosotros mismos no entrasteis, y a los que entraban se lo impedisteis.
53 Dici<63>ndoles <20>l estas cosas, los escribas y los fariseos comenzaron a estrecharle en gran manera, y a provocarle a que hablase de muchas cosas;
54 acech<63>ndole, y procurando cazar alguna palabra de su boca para acusarle.
La levadura de los fariseos
LUCAS 12
1 En esto, junt<6E>ndose por millares la multitud, tanto que unos a otros se atropellaban, comenz<6E> a decir a sus disc<73>pulos, primeramente: Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocres<65>a.
2 Porque nada hay encubierto, que no haya de descubrirse; ni oculto, que no haya de saberse.
3 Por tanto, todo lo que hab<61>is dicho en tinieblas, a la luz se oir<69>; y lo que hab<61>is hablado al o<>do en los aposentos, se proclamar<61> en las azoteas.
A qui<75>n se debe temer
(Mt. 10.26-31)
4 Mas os digo, amigos m<>os: No tem<65>is a los que matan el cuerpo, y despu<70>s nada m<>s pueden hacer.
5 Pero os ense<73>ar<61> a qui<75>n deb<65>is temer: Temed a aquel que despu<70>s de haber quitado la vida, tiene poder de echar en el infierno; s<>, os digo, a <20>ste temed.
6 <20>No se venden cinco pajarillos por dos cuartos? Con todo, ni uno de ellos est<73> olvidado delante de Dios.
7 Pues aun los cabellos de vuestra cabeza est<73>n todos contados. No tem<65>is, pues; m<>s val<61>is vosotros que muchos pajarillos.
El que me confesare delante de los hombres
8 Os digo que todo aquel que me confesare delante de los hombres, tambi<62>n el Hijo del Hombre le confesar<61> delante de los <20>ngeles de Dios;
9 mas el que me negare delante de los hombres, ser<65> negado delante de los <20>ngeles de Dios.
10 A todo aquel que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le ser<65> perdonado; pero al que blasfemare contra el Esp<73>ritu Santo, no le ser<65> perdonado.
11 Cuando os trajeren a las sinagogas, y ante los magistrados y las autoridades, no os preocup<75>is por c<>mo o qu<71> habr<62>is de responder, o qu<71> habr<62>is de decir;
12 porque el Esp<73>ritu Santo os ense<73>ar<61> en la misma hora lo que deb<65>is decir.
El rico insensato
13 Le dijo uno de la multitud: Maestro, di a mi hermano que parta conmigo la herencia.
14 Mas <20>l le dijo: Hombre, <20>qui<75>n me ha puesto sobre vosotros como juez o partidor?
15 Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.
16 Tambi<62>n les refiri<72> una par<61>bola, diciendo: La heredad de un hombre rico hab<61>a producido mucho.
17 Y <20>l pensaba dentro de s<>, diciendo: <20>Qu<51> har<61>, porque no tengo d<>nde guardar mis frutos?
18 Y dijo: Esto har<61>: derribar<61> mis graneros, y los edificar<61> mayores, y all<6C> guardar<61> todos mis frutos y mis bienes;
19 y dir<69> a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos a<>os; rep<65>sate, come, bebe, regoc<6F>jate.
20 Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, <20>de qui<75>n ser<65>?
21 As<41> es el que hace para s<> tesoro, y no es rico para con Dios.
El af<61>n y la ansiedad
(Mt. 6.25-34)
22 Dijo luego a sus disc<73>pulos: Por tanto os digo: No os afan<61>is por vuestra vida, qu<71> comer<65>is; ni por el cuerpo, qu<71> vestir<69>is.
23 La vida es m<>s que la comida, y el cuerpo que el vestido.
24 Considerad los cuervos, que ni siembran, ni siegan; que ni tienen despensa, ni granero, y Dios los alimenta. <20>No val<61>is vosotros mucho m<>s que las aves?
25 <20>Y qui<75>n de vosotros podr<64> con afanarse a<>adir a su estatura un codo?
26 Pues si no pod<6F>is ni aun lo que es menos, <20>por qu<71> os afan<61>is por lo dem<65>s?
27 Considerad los lirios, c<>mo crecen; no trabajan, ni hilan; mas os digo, que ni aun Salom<6F>n con toda su gloria se visti<74> como uno de ellos.
28 Y si as<61> viste Dios la hierba que hoy est<73> en el campo, y ma<6D>ana es echada al horno, <20>cu<63>nto m<>s a vosotros, hombres de poca fe?
29 Vosotros, pues, no os preocup<75>is por lo que hab<61>is de comer, ni por lo que hab<61>is de beber, ni est<73>is en ansiosa inquietud.
30 Porque todas estas cosas buscan las gentes del mundo; pero vuestro Padre sabe que ten<65>is necesidad de estas cosas.
31 Mas buscad el reino de Dios, y todas estas cosas os ser<65>n a<>adidas.
Tesoro en el cielo
(Mt. 6.19-21)
32 No tem<65>is, manada peque<75>a, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino.
33 Vended lo que pose<73>is, y dad limosna; haceos bolsas que no se envejezcan, tesoro en los cielos que no se agote, donde ladr<64>n no llega, ni polilla destruye.
34 Porque donde est<73> vuestro tesoro, all<6C> estar<61> tambi<62>n vuestro coraz<61>n.
El siervo vigilante
35 Est<73>n ce<63>idos vuestros lomos, y vuestras l<>mparas encendidas;
36 y vosotros sed semejantes a hombres que aguardan a que su se<73>or regrese de las bodas, para que cuando llegue y llame, le abran en seguida.
37 Bienaventurados aquellos siervos a los cuales su se<73>or, cuando venga, halle velando; de cierto os digo que se ce<63>ir<69>, y har<61> que se sienten a la mesa, y vendr<64> a servirles.
38 Y aunque venga a la segunda vigilia, y aunque venga a la tercera vigilia, si los hallare as<61>, bienaventurados son aquellos siervos.
39 Pero sabed esto, que si supiese el padre de familia a qu<71> hora el ladr<64>n hab<61>a de venir, velar<61>a ciertamente, y no dejar<61>a minar su casa.
40 Vosotros, pues, tambi<62>n, estad preparados, porque a la hora que no pens<6E>is, el Hijo del Hombre vendr<64>.
El siervo infiel
(Mt. 24.45-51)
41 Entonces Pedro le dijo: Se<53>or, <20>dices esta par<61>bola a nosotros, o tambi<62>n a todos?
42 Y dijo el Se<53>or: <20>Qui<75>n es el mayordomo fiel y prudente al cual su se<73>or pondr<64> sobre su casa, para que a tiempo les d<> su raci<63>n?
43 Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su se<73>or venga, le halle haciendo as<61>.
44 En verdad os digo que le pondr<64> sobre todos sus bienes.
45 Mas si aquel siervo dijere en su coraz<61>n: Mi se<73>or tarda en venir; y comenzare a golpear a los criados y a las criadas, y a comer y beber y embriagarse,
46 vendr<64> el se<73>or de aquel siervo en d<>a que <20>ste no espera, y a la hora que no sabe, y le castigar<61> duramente, y le pondr<64> con los infieles.
47 Aquel siervo que conociendo la voluntad de su se<73>or, no se prepar<61>, ni hizo conforme a su voluntad, recibir<69> muchos azotes.
48 Mas el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, ser<65> azotado poco; porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandar<61>; y al que mucho se le haya confiado, m<>s se le pedir<69>.
Jes<EFBFBD>s, causa de divisi<73>n
(Mt. 10.34-36)
49 Fuego vine a echar en la tierra; <20>y qu<71> quiero, si ya se ha encendido?
50 De un bautismo tengo que ser bautizado; y <20>c<EFBFBD>mo me angustio hasta que se cumpla!
51 <20>Pens<6E>is que he venido para dar paz en la tierra? Os digo: No, sino disensi<73>n.
52 Porque de aqu<71> en adelante, cinco en una familia estar<61>n divididos, tres contra dos, y dos contra tres.
53 Estar<61> dividido el padre contra el hijo, y el hijo contra el padre; la madre contra la hija, y la hija contra la madre; la suegra contra su nuera, y la nuera contra su suegra.
<EFBFBD>C<EFBFBD>mo no reconoc<6F>is este tiempo?
(Mt. 16.1-4; Mr. 8.11-13)
54 Dec<65>a tambi<62>n a la multitud: Cuando veis la nube que sale del poniente, luego dec<65>s: Agua viene; y as<61> sucede.
55 Y cuando sopla el viento del sur, dec<65>s: Har<61> calor; y lo hace.
56 <20>Hip<69>critas! Sab<61>is distinguir el aspecto del cielo y de la tierra; <20>y c<>mo no distingu<67>s este tiempo?
Arr<EFBFBD>glate con tu adversario
(Mt. 5.25-26)
57 <20>Y por qu<71> no juzg<7A>is por vosotros mismos lo que es justo?
58 Cuando vayas al magistrado con tu adversario, procura en el camino arreglarte con <20>l, no sea que te arrastre al juez, y el juez te entregue al alguacil, y el alguacil te meta en la c<>rcel.
59 Te digo que no saldr<64>s de all<6C>, hasta que hayas pagado aun la <20>ltima blanca.
Arrepent<EFBFBD>os o perecer<65>is
LUCAS 13
1 En este mismo tiempo estaban all<6C> algunos que le contaban acerca de los galileos cuya sangre Pilato hab<61>a mezclado con los sacrificios de ellos.
2 Respondiendo Jes<65>s, les dijo: <20>Pens<6E>is que estos galileos, porque padecieron tales cosas, eran m<>s pecadores que todos los galileos?
3 Os digo: No; antes si no os arrepent<6E>s, todos perecer<65>is igualmente.
4 O aquellos dieciocho sobre los cuales cay<61> la torre en Silo<6C>, y los mat<61>, <20>pens<6E>is que eran m<>s culpables que todos los hombres que habitan en Jerusal<61>n?
5 Os digo: No; antes si no os arrepent<6E>s, todos perecer<65>is igualmente.
Par<EFBFBD>bola de la higuera est<73>ril
6 Dijo tambi<62>n esta par<61>bola: Ten<65>a un hombre una higuera plantada en su vi<76>a, y vino a buscar fruto en ella, y no lo hall<6C>.
7 Y dijo al vi<76>ador: He aqu<71>, hace tres a<>os que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo hallo; c<>rtala; <20>para qu<71> inutiliza tambi<62>n la tierra?
8 El entonces, respondiendo, le dijo: Se<53>or, d<>jala todav<61>a este a<>o, hasta que yo cave alrededor de ella, y la abone.
9 Y si diere fruto, bien; y si no, la cortar<61>s despu<70>s.
Jes<EFBFBD>s sana a una mujer en el d<>a de reposo
10 Ense<73>aba Jes<65>s en una sinagoga en el d<>a de reposo;
11 y hab<61>a all<6C> una mujer que desde hac<61>a dieciocho a<>os ten<65>a esp<73>ritu de enfermedad, y andaba encorvada, y en ninguna manera se pod<6F>a enderezar.
12 Cuando Jes<65>s la vio, la llam<61> y le dijo: Mujer, eres libre de tu enfermedad.
13 Y puso las manos sobre ella; y ella se enderez<65> luego, y glorificaba a Dios.
14 Pero el principal de la sinagoga, enojado de que Jes<65>s hubiese sanado en el d<>a de reposo, dijo a la gente: Seis d<>as hay en que se debe trabajar; en <20>stos, pues, venid y sed sanados, y no en d<>a de reposo.
15 Entonces el Se<53>or le respondi<64> y dijo: Hip<69>crita, cada uno de vosotros <20>no desata en el d<>a de reposo su buey o su asno del pesebre y lo lleva a beber?
16 Y a esta hija de Abraham, que Satan<61>s hab<61>a atado dieciocho a<>os, <20>no se le deb<65>a desatar de esta ligadura en el d<>a de reposo?
17 Al decir <20>l estas cosas, se avergonzaban todos sus adversarios; pero todo el pueblo se regocijaba por todas las cosas gloriosas hechas por <20>l.
Par<EFBFBD>bola de la semilla de mostaza
(Mt. 13.31-32; Mr. 4.30-32)
18 Y dijo: <20>A qu<71> es semejante el reino de Dios, y con qu<71> lo comparar<61>?
19 Es semejante al grano de mostaza, que un hombre tom<6F> y sembr<62> en su huerto; y creci<63>, y se hizo <20>rbol grande, y las aves del cielo anidaron en sus ramas.
Par<EFBFBD>bola de la levadura
(Mt. 13.33)
20 Y volvi<76> a decir: <20>A qu<71> comparar<61> el reino de Dios?
21 Es semejante a la levadura, que una mujer tom<6F> y escondi<64> en tres medidas de harina, hasta que todo hubo fermentado.
La puerta estrecha
(Mt. 7.13-14, 21-23)
22 Pasaba Jes<65>s por ciudades y aldeas, ense<73>ando, y encamin<69>ndose a Jerusal<61>n.
23 Y alguien le dijo: Se<53>or, <20>son pocos los que se salvan? Y <20>l les dijo:
24 Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurar<61>n entrar, y no podr<64>n.
25 Despu<70>s que el padre de familia se haya levantado y cerrado la puerta, y estando fuera empec<65>is a llamar a la puerta, diciendo: Se<53>or, Se<53>or, <20>brenos, <20>l respondiendo os dir<69>: No s<> de d<>nde sois.
26 Entonces comenzar<61>is a decir: Delante de ti hemos comido y bebido, y en nuestras plazas ense<73>aste.
27 Pero os dir<69>: Os digo que no s<> de d<>nde sois; apartaos de m<> todos vosotros, hacedores de maldad.
28 All<6C> ser<65> el llanto y el crujir de dientes, cuando ve<76>is a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, y vosotros est<73>is excluidos.
29 Porque vendr<64>n del oriente y del occidente, del norte y del sur, y se sentar<61>n a la mesa en el reino de Dios.
30 Y he aqu<71> hay postreros que ser<65>n primeros, y primeros que ser<65>n postreros.
Lamento de Jes<65>s sobre Jerusal<61>n
(Mt. 23.37-39)
31 Aquel mismo d<>a llegaron unos fariseos, dici<63>ndole: Sal, y vete de aqu<71>, porque Herodes te quiere matar.
32 Y les dijo: Id, y decid a aquella zorra: He aqu<71>, echo fuera demonios y hago curaciones hoy y ma<6D>ana, y al tercer d<>a termino mi obra.
33 Sin embargo, es necesario que hoy y ma<6D>ana y pasado ma<6D>ana siga mi camino; porque no es posible que un profeta muera fuera de Jerusal<61>n.
34 <20>Jerusal<61>n, Jerusal<61>n, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! <20>Cu<43>ntas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina a sus polluelos debajo de sus alas, y no quisiste!
35 He aqu<71>, vuestra casa os es dejada desierta; y os digo que no me ver<65>is, hasta que llegue el tiempo en que dig<69>is: Bendito el que viene en nombre del Se<53>or.
Jes<EFBFBD>s sana a un hidr<64>pico
LUCAS 14
1 Aconteci<63> un d<>a de reposo, que habiendo entrado para comer en casa de un gobernante, que era fariseo, <20>stos le acechaban.
2 Y he aqu<71> estaban delante de <20>l un hombre hidr<64>pico.
3 Entonces Jes<65>s habl<62> a los int<6E>rpretes de la ley y a los fariseos, diciendo: <20>Es l<>cito sanar en el d<>a de reposo?
4 Mas ellos callaron. Y <20>l, tom<6F>ndole, le san<61>, y le despidi<64>.
5 Y dirigi<67>ndose a ellos, dijo: <20>Qui<75>n de vosotros, si su asno o su buey cae en alg<6C>n pozo, no lo sacar<61> inmediatamente, aunque sea en d<>a de reposo?
6 Y no le pod<6F>an replicar a estas cosas.
Los convidados a las bodas
7 Observando c<>mo escog<6F>an los primeros asientos a la mesa, refiri<72> a los convidados una par<61>bola, dici<63>ndoles:
8 Cuando fueres convidado por alguno a bodas, no te sientes en el primer lugar, no sea que otro m<>s distinguido que t<> est<73> convidado por <20>l,
9 y viniendo el que te convid<69> a ti y a <20>l, te diga: Da lugar a <20>ste; y entonces comiences con verg<72>enza a ocupar el <20>ltimo lugar.
10 Mas cuando fueres convidado, ve y si<73>ntate en el <20>ltimo lugar, para que cuando venga el que te convid<69>, te diga: Amigo, sube m<>s arriba; entonces tendr<64>s gloria delante de los que se sientan contigo a la mesa.
11 Porque cualquiera que se enaltece, ser<65> humillado; y el que se humilla, ser<65> enaltecido.
12 Dijo tambi<62>n al que le hab<61>a convidado: Cuando hagas comida o cena, no llames a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a vecinos ricos; no sea que ellos a su vez te vuelvan a convidar, y seas recompensado.
13 Mas cuando hagas banquete, llama a los pobres, los mancos, los cojos y los ciegos;
14 y ser<65>s bienaventurado; porque ellos no te pueden recompensar, pero te ser<65> recompensado en la resurrecci<63>n de los justos.
Par<EFBFBD>bola de la gran cena
15 Oyendo esto uno de los que estaban sentados con <20>l a la mesa, le dijo: Bienaventurado el que coma pan en el reino de Dios.
16 Entonces Jes<65>s le dijo: Un hombre hizo una gran cena, y convid<69> a muchos.
17 Y a la hora de la cena envi<76> a su siervo a decir a los convidados: Venid, que ya todo est<73> preparado.
18 Y todos a una comenzaron a excusarse. El primero dijo: He comprado una hacienda, y necesito ir a verla; te ruego que me excuses.
19 Otro dijo: He comprado cinco yuntas de bueyes, y voy a probarlos; te ruego que me excuses.
20 Y otro dijo: Acabo de casarme, y por tanto no puedo ir.
21 Vuelto el siervo, hizo saber estas cosas a su se<73>or. Entonces enojado el padre de familia, dijo a su siervo: Ve pronto por las plazas y las calles de la ciudad, y trae ac<61> a los pobres, los mancos, los cojos y los ciegos.
22 Y dijo el siervo: Se<53>or, se ha hecho como mandaste, y a<>n hay lugar.
23 Dijo el se<73>or al siervo: Ve por los caminos y por los vallados, y fu<66>rzalos a entrar, para que se llene mi casa.
24 Porque os digo que ninguno de aquellos hombres que fueron convidados, gustar<61> mi cena.
Lo que cuesta seguir a Cristo
25 Grandes multitudes iban con <20>l; y volvi<76>ndose, les dijo:
26 Si alguno viene a m<>, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun tambi<62>n su propia vida, no puede ser mi disc<73>pulo.
27 Y el que no lleva su cruz y viene en pos de m<>, no puede ser mi disc<73>pulo.
28 Porque <20>qui<75>n de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla?
29 No sea que despu<70>s que haya puesto el cimiento, y no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a hacer burla de <20>l,
30 diciendo: Este hombre comenz<6E> a edificar, y no pudo acabar.
31 <20>O qu<71> rey, al marchar a la guerra contra otro rey, no se sienta primero y considera si puede hacer frente con diez mil al que viene contra <20>l con veinte mil?
32 Y si no puede, cuando el otro est<73> todav<61>a lejos, le env<6E>a una embajada y le pide condiciones de paz.
33 As<41>, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi disc<73>pulo.
Cuando la sal pierde su sabor
(Mt. 5.13; Mr. 9.50)
34 Buena es la sal; mas si la sal se hiciere ins<6E>pida, <20>con qu<71> se sazonar<61>?
35 Ni para la tierra ni para el muladar es <20>til; la arrojan fuera. El que tiene o<>dos para o<>r, oiga.
Par<EFBFBD>bola de la oveja perdida
(Mt. 18.10-14)
LUCAS 15
1 Se acercaban a Jes<65>s todos los publicanos y pecadores para o<>rle,
2 y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: Este a los pecadores recibe, y con ellos come.
3 Entonces <20>l les refiri<72> esta par<61>bola, diciendo:
4 <20>Qu<51> hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va tras la que se perdi<64>, hasta encontrarla?
5 Y cuando la encuentra, la pone sobre sus hombros gozoso;
6 y al llegar a casa, re<72>ne a sus amigos y vecinos, dici<63>ndoles: Gozaos conmigo, porque he encontrado mi oveja que se hab<61>a perdido.
7 Os digo que as<61> habr<62> m<>s gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento.
Par<EFBFBD>bola de la moneda perdida
8 <20>O qu<71> mujer que tiene diez dracmas, si pierde una dracma, no enciende la l<>mpara, y barre la casa, y busca con diligencia hasta encontrarla?
9 Y cuando la encuentra, re<72>ne a sus amigas y vecinas, diciendo: Gozaos conmigo, porque he encontrado la dracma que hab<61>a perdido.
10 As<41> os digo que hay gozo delante de los <20>ngeles de Dios por un pecador que se arrepiente.
Par<EFBFBD>bola del hijo pr<70>digo
11 Tambi<62>n dijo: Un hombre ten<65>a dos hijos;
12 y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde; y les reparti<74> los bienes.
13 No muchos d<>as despu<70>s, junt<6E>ndolo todo el hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada; y all<6C> desperdici<63> sus bienes viviendo perdidamente.
14 Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y comenz<6E> a faltarle.
15 Y fue y se arrim<69> a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envi<76> a su hacienda para que apacentase cerdos.
16 Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que com<6F>an los cerdos, pero nadie le daba.
17 Y volviendo en s<>, dijo: <20>Cu<43>ntos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aqu<71> perezco de hambre!
18 Me levantar<61> e ir<69> a mi padre, y le dir<69>: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti.
19 Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros.
20 Y levant<6E>ndose, vino a su padre. Y cuando a<>n estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corri<72>, y se ech<63> sobre su cuello, y le bes<65>.
21 Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo.
22 Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies.
23 Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta;
24 porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se hab<61>a perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse.
25 Y su hijo mayor estaba en el campo; y cuando vino, y lleg<65> cerca de la casa, oy<6F> la m<>sica y las danzas;
26 y llamando a uno de los criados, le pregunt<6E> qu<71> era aquello.
27 El le dijo: Tu hermano ha venido; y tu padre ha hecho matar el becerro gordo, por haberle recibido bueno y sano.
28 Entonces se enoj<6F>, y no quer<65>a entrar. Sali<6C> por tanto su padre, y le rogaba que entrase.
29 Mas <20>l, respondiendo, dijo al padre: He aqu<71>, tantos a<>os te sirvo, no habi<62>ndote desobedecido jam<61>s, y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos.
30 Pero cuando vino este tu hijo, que ha consumido tus bienes con rameras, has hecho matar para <20>l el becerro gordo.
31 El entonces le dijo: Hijo, t<> siempre est<73>s conmigo, y todas mis cosas son tuyas.
32 Mas era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, y ha revivido; se hab<61>a perdido, y es hallado.
Par<EFBFBD>bola del mayordomo infiel
LUCAS 16
1 Dijo tambi<62>n a sus disc<73>pulos: Hab<61>a un hombre rico que ten<65>a un mayordomo, y <20>ste fue acusado ante <20>l como disipador de sus bienes.
2 Entonces le llam<61>, y le dijo: <20>Qu<51> es esto que oigo acerca de t<>? Da cuenta de tu mayordom<6F>a, porque ya no podr<64>s m<>s ser mayordomo.
3 Entonces el mayordomo dijo para s<>: <20>Qu<51> har<61>? Porque mi amo me quita la mayordom<6F>a. Cavar, no puedo; mendigar, me da verg<72>enza.
4 Ya s<> lo que har<61> para que cuando se me quite de la mayordom<6F>a, me reciban en sus casas.
5 Y llamando a cada uno de los deudores de su amo, dijo al primero: <20>Cu<43>nto debes a mi amo?
6 El dijo: Cien barriles de aceite. Y le dijo: Toma tu cuenta, si<73>ntate pronto, y escribe cincuenta.
7 Despu<70>s dijo a otro: Y t<>, <20>cu<63>nto debes? Y <20>l dijo: Cien medidas de trigo. El le dijo: Toma tu cuenta, y escribe ochenta.
8 Y alab<61> el amo al mayordomo malo por haber hecho sagazmente; porque los hijos de este siglo son m<>s sagaces en el trato con sus semejantes que los hijos de luz.
9 Y yo os digo: Ganad amigos por medio de las riquezas injustas, para que cuando <20>stas falten, os reciban en las moradas eternas.
10 El que es fiel en lo muy poco, tambi<62>n en lo m<>s es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, tambi<62>n en lo m<>s es injusto.
11 Pues si en las riquezas injustas no fuisteis fieles, <20>qui<75>n os confiar<61> lo verdadero?
12 Y si en lo ajeno no fuisteis fieles, <20>qui<75>n os dar<61> lo que es vuestro?
13 Ning<6E>n siervo puede servir a dos se<73>ores; porque o aborrecer<65> al uno y amar<61> al otro, o estimar<61> al uno y menospreciar<61> al otro. No pod<6F>is servir a Dios y a las riquezas.
14 Y o<>an tambi<62>n todas estas cosas los fariseos, que eran avaros, y se burlaban de <20>l.
15 Entonces les dijo: Vosotros sois los que os justific<69>is a vosotros mismos delante de los hombres; mas Dios conoce vuestros corazones; porque lo que los hombres tienen por sublime, delante de Dios es abominaci<63>n.
La ley y el reino de Dios
16 La ley y los profetas eran hasta Juan; desde entonces el reino de Dios es anunciado, y todos se esfuerzan por entrar en <20>l.
17 Pero m<>s f<>cil es que pasen el cielo y la tierra, que se frustre una tilde de la ley.
Jes<EFBFBD>s ense<73>a sobre el divorcio
(Mt. 19.1-12; Mr. 10.1-12)
18 Todo el que repudia a su mujer, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada del marido, adultera.
El rico y L<>zaro
19 Hab<61>a un hombre rico, que se vest<73>a de p<>rpura y de lino fino, y hac<61>a cada d<>a banquete con esplendidez.
20 Hab<61>a tambi<62>n un mendigo llamado L<>zaro, que estaba echado a la puerta de aqu<71>l, lleno de llagas,
21 y ansiaba saciarse de las migajas que ca<63>an de la mesa del rico; y aun los perros ven<65>an y le lam<61>an las llagas.
22 Aconteci<63> que muri<72> el mendigo, y fue llevado por los <20>ngeles al seno de Abraham; y muri<72> tambi<62>n el rico, y fue sepultado.
23 Y en el Hades alz<6C> sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a L<>zaro en su seno.
24 Entonces <20>l, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de m<>, y env<6E>a a L<>zaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama.
25 Pero Abraham le dijo: Hijo, acu<63>rdate que recibiste tus bienes en tu vida, y L<>zaro tambi<62>n males; pero ahora <20>ste es consolado aqu<71>, y t<> atormentado.
26 Adem<65>s de todo esto, una gran sima est<73> puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aqu<71> a vosotros, no pueden, ni de all<6C> pasar ac<61>.
27 Entonces le dijo: Te ruego, pues, padre, que le env<6E>es a la casa de mi padre,
28 porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no vengan ellos tambi<62>n a este lugar de tormento.
29 Y Abraham le dijo: A Mois<69>s y a los profetas tienen; <20>iganlos.
30 El entonces dijo: No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentir<69>n.
31 Mas Abraham le dijo: Si no oyen a Mois<69>s y a los profetas, tampoco se persuadir<69>n aunque alguno se levantare de los muertos.
Ocasiones de caer
(Mt. 18.6-7, 21-22; Mr. 9.42)
LUCAS 17
1 Dijo Jes<65>s a sus disc<73>pulos: Imposible es que no vengan tropiezos; mas <20>ay de aquel por quien vienen!
2 Mejor le fuera que se le atase al cuello una piedra de molino y se le arrojase al mar, que hacer tropezar a uno de estos peque<75>itos.
3 Mirad por vosotros mismos. Si tu hermano pecare contra ti, repr<70>ndele; y si se arrepintiere, perd<72>nale.
4 Y si siete veces al d<>a pecare contra ti, y siete veces al d<>a volviere a ti, diciendo: Me arrepiento; perd<72>nale.
Aum<EFBFBD>ntanos la fe
5 Dijeron los ap<61>stoles al Se<53>or: Aum<75>ntanos la fe.
6 Entonces el Se<53>or dijo: Si tuvierais fe como un grano de mostaza, podr<64>ais decir a este sic<69>moro: Desarr<72>igate, y pl<70>ntate en el mar; y os obedecer<65>a.
El deber del siervo
7 <20>Qui<75>n de vosotros, teniendo un siervo que ara o apacienta ganado, al volver <20>l del campo, luego le dice: Pasa, si<73>ntate a la mesa?
8 <20>No le dice m<>s bien: Prep<65>rame la cena, c<><63>ete, y s<>rveme hasta que haya comido y bebido; y despu<70>s de esto, come y bebe t<>?
9 <20>Acaso da gracias al siervo porque hizo lo que se le hab<61>a mandado? Pienso que no.
10 As<41> tambi<62>n vosotros, cuando hay<61>is hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos in<69>tiles somos, pues lo que deb<65>amos hacer, hicimos.
Diez leprosos son limpiados
11 Yendo Jes<65>s a Jerusal<61>n, pasaba entre Samaria y Galilea.
12 Y al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos
13 y alzaron la voz, diciendo: <20>Jes<65>s, Maestro, ten misericordia de nosotros!
14 Cuando <20>l los vio, les dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. Y aconteci<63> que mientras iban, fueron limpiados.
15 Entonces uno de ellos, viendo que hab<61>a sido sanado, volvi<76>, glorificando a Dios a gran voz,
16 y se postr<74> rostro en tierra a sus pies, d<>ndole gracias; y <20>ste era samaritano.
17 Respondiendo Jes<65>s, dijo: <20>No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, <20>d<EFBFBD>nde est<73>n?
18 <20>No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero?
19 Y le dijo: Lev<65>ntate, vete; tu fe te ha salvado.
La venida del Reino
(Mt. 24.23-28, 36-41)
20 Preguntado por los fariseos, cu<63>ndo hab<61>a de venir el reino de Dios, les respondi<64> y dijo: El reino de Dios no vendr<64> con advertencia,
21 ni dir<69>n: Helo aqu<71>, o helo all<6C>; porque he aqu<71> el reino de Dios est<73> entre vosotros.
22 Y dijo a sus disc<73>pulos: Tiempo vendr<64> cuando desear<61>is ver uno de los d<>as del Hijo del Hombre, y no lo ver<65>is.
23 Y os dir<69>n: Helo aqu<71>, o helo all<6C>. No vay<61>is, ni los sig<69>is.
24 Porque como el rel<65>mpago que al fulgurar resplandece desde un extremo del cielo hasta el otro, as<61> tambi<62>n ser<65> el Hijo del Hombre en su d<>a.
25 Pero primero es necesario que padezca mucho, y sea desechado por esta generaci<63>n.
26 Como fue en los d<>as de No<4E>, as<61> tambi<62>n ser<65> en los d<>as del Hijo del Hombre.
27 Com<6F>an, beb<65>an, se casaban y se daban en casamiento, hasta el d<>a en que entr<74> No<4E> en el arca, y vino el diluvio y los destruy<75> a todos.
28 Asimismo como sucedi<64> en los d<>as de Lot; com<6F>an, beb<65>an, compraban, vend<6E>an, plantaban, edificaban;
29 mas el d<>a en que Lot sali<6C> de Sodoma, llovi<76> del cielo fuego y azufre, y los destruy<75> a todos.
30 As<41> ser<65> el d<>a en que el Hijo del Hombre se manifieste.
31 En aquel d<>a, el que est<73> en la azotea, y sus bienes en casa, no descienda a tomarlos; y el que en el campo, asimismo no vuelva atr<74>s.
32 Acordaos de la mujer de Lot.
33 Todo el que procure salvar su vida, la perder<65>; y todo el que la pierda, la salvar<61>.
34 Os digo que en aquella noche estar<61>n dos en una cama; el uno ser<65> tomado, y el otro ser<65> dejado.
35 Dos mujeres estar<61>n moliendo juntas; la una ser<65> tomada, y la otra dejada.
36 Dos estar<61>n en el campo; el uno ser<65> tomado, y el otro dejado.
37 Y respondiendo, le dijeron: <20>D<EFBFBD>nde, Se<53>or? El les dijo: Donde estuviere el cuerpo, all<6C> se juntar<61>n tambi<62>n las <20>guilas.
Par<EFBFBD>bola de la viuda y el juez injusto
LUCAS 18
1 Tambi<62>n les refiri<72> Jes<65>s una par<61>bola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar,
2 diciendo: Hab<61>a en una ciudad un juez, que ni tem<65>a a Dios, ni respetaba a hombre.
3 Hab<61>a tambi<62>n en aquella ciudad una viuda, la cual ven<65>a a <20>l, diciendo: Hazme justicia de mi adversario.
4 Y <20>l no quiso por alg<6C>n tiempo; pero despu<70>s de esto dijo dentro de s<>: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre,
5 sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le har<61> justicia, no sea que viniendo de continuo, me agote la paciencia.
6 Y dijo el Se<53>or: O<>d lo que dijo el juez injusto.
7 <20>Y acaso Dios no har<61> justicia a sus escogidos, que claman a <20>l d<>a y noche? <20>Se tardar<61> en responderles?
8 Os digo que pronto les har<61> justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, <20>hallar<61> fe en la tierra?
Par<EFBFBD>bola del fariseo y el publicano
9 A unos que confiaban en s<> mismos como justos, y menospreciaban a los otros, dijo tambi<62>n esta par<61>bola:
10 Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano.
11 El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, ad<61>lteros, ni aun como este publicano;
12 ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano.
13 Mas el publicano, estando lejos, no quer<65>a ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, s<> propicio a m<>, pecador.
14 Os digo que <20>ste descendi<64> a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, ser<65> humillado; y el que se humilla ser<65> enaltecido.
Jes<EFBFBD>s bendice a los ni<6E>os
(Mt. 19.13-15; Mr. 10.13-16)
15 Tra<72>an a <20>l los ni<6E>os para que los tocase; lo cual viendo los disc<73>pulos, les reprendieron.
16 Mas Jes<65>s, llam<61>ndolos, dijo: Dejad a los ni<6E>os venir a m<>, y no se lo impid<69>is; porque de los tales es el reino de Dios.
17 De cierto os digo, que el que no recibe el reino de Dios como un ni<6E>o, no entrar<61> en <20>l.
El joven rico
(Mt. 19.16-30; Mr. 10.17-31)
18 Un hombre principal le pregunt<6E>, diciendo: Maestro bueno, <20>qu<71> har<61> para heredar la vida eterna?
19 Jes<65>s le dijo: <20>Por qu<71> me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino s<>lo Dios.
20 Los mandamientos sabes: No adulterar<61>s; no matar<61>s; no hurtar<61>s; no dir<69>s falso testimonio; honra a tu padre y a tu madre.
21 El dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud.
22 Jes<65>s, oyendo esto, le dijo: A<>n te falta una cosa: vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendr<64>s tesoro en el cielo; y ven, s<>gueme.
23 Entonces <20>l, oyendo esto, se puso muy triste, porque era muy rico.
24 Al ver Jes<65>s que se hab<61>a entristecido mucho, dijo: <20>Cu<43>n dif<69>cilmente entrar<61>n en el reino de Dios los que tienen riquezas!
25 Porque es m<>s f<>cil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios.
26 Y los que oyeron esto dijeron: <20>Qui<75>n, pues, podr<64> ser salvo?
27 El les dijo: Lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios.
28 Entonces Pedro dijo: He aqu<71>, nosotros hemos dejado nuestras posesiones y te hemos seguido.
29 Y <20>l les dijo: De cierto os digo, que no hay nadie que haya dejado casa, o padres, o hermanos, o mujer, o hijos, por el reino de Dios,
30 que no haya de recibir mucho m<>s en este tiempo, y en el siglo venidero la vida eterna.
Nuevamente Jes<65>s anuncia su muerte
(Mt. 20.17-19; Mr. 10.32-34)
31 Tomando Jes<65>s a los doce, les dijo: He aqu<71> subimos a Jerusal<61>n, y se cumplir<69>n todas las cosas escritas por los profetas acerca del Hijo del Hombre.
32 Pues ser<65> entregado a los gentiles, y ser<65> escarnecido, y afrentado, y escupido.
33 Y despu<70>s que le hayan azotado, le matar<61>n; mas al tercer d<>a resucitar<61>.
34 Pero ellos nada comprendieron de estas cosas, y esta palabra les era encubierta, y no entend<6E>an lo que se les dec<65>a.
Un ciego de Jeric<69> recibe la vista
(Mt. 20.29-34; Mr. 10.46-52)
35 Aconteci<63> que acerc<72>ndose Jes<65>s a Jeric<69>, un ciego estaba sentado junto al camino mendigando;
36 y al o<>r a la multitud que pasaba, pregunt<6E> qu<71> era aquello.
37 Y le dijeron que pasaba Jes<65>s nazareno.
38 Entonces dio voces, diciendo: <20>Jes<65>s, Hijo de David, ten misericordia de m<>!
39 Y los que iban delante le reprend<6E>an para que callase; pero <20>l clamaba mucho m<>s: <20>Hijo de David, ten misericordia de m<>!
40 Jes<65>s entonces, deteni<6E>ndose, mand<6E> traerle a su presencia; y cuando lleg<65>, le pregunt<6E>,
41 diciendo: <20>Qu<51> quieres que te haga? Y <20>l dijo: Se<53>or, que reciba la vista.
42 Jes<65>s le dijo: Rec<65>bela, tu fe te ha salvado.
43 Y luego vio, y le segu<67>a, glorificando a Dios; y todo el pueblo, cuando vio aquello, dio alabanza a Dios.
Jes<EFBFBD>s y Zaqueo
LUCAS 19
1 Habiendo entrado Jes<65>s en Jeric<69>, iba pasando por la ciudad.
2 Y sucedi<64> que un var<61>n llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos, y rico,
3 procuraba ver qui<75>n era Jes<65>s; pero no pod<6F>a a causa de la multitud, pues era peque<75>o de estatura.
4 Y corriendo delante, subi<62> a un <20>rbol sic<69>moro para verle; porque hab<61>a de pasar por all<6C>.
5 Cuando Jes<65>s lleg<65> a aquel lugar, mirando hacia arriba, le vio, y le dijo: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa.
6 Entonces <20>l descendi<64> aprisa, y le recibi<62> gozoso.
7 Al ver esto, todos murmuraban, diciendo que hab<61>a entrado a posar con un hombre pecador.
8 Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Se<53>or: He aqu<71>, Se<53>or, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado.
9 Jes<65>s le dijo: Hoy ha venido la salvaci<63>n a esta casa; por cuanto <20>l tambi<62>n es hijo de Abraham.
10 Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se hab<61>a perdido.
Par<EFBFBD>bola de las diez minas
11 Oyendo ellos estas cosas, prosigui<75> Jes<65>s y dijo una par<61>bola, por cuanto estaba cerca de Jerusal<61>n, y ellos pensaban que el reino de Dios se manifestar<61>a inmediatamente.
12 Dijo, pues: Un hombre noble se fue a un pa<70>s lejano, para recibir un reino y volver.
13 Y llamando a diez siervos suyos, les dio diez minas, y les dijo: Negociad entre tanto que vengo.
14 Pero sus conciudadanos le aborrec<65>an, y enviaron tras <20>l una embajada, diciendo: No queremos que <20>ste reine sobre nosotros.
15 Aconteci<63> que vuelto <20>l, despu<70>s de recibir el reino, mand<6E> llamar ante <20>l a aquellos siervos a los cuales hab<61>a dado el dinero, para saber lo que hab<61>a negociado cada uno.
16 Vino el primero, diciendo: Se<53>or, tu mina ha ganado diez minas.
17 El le dijo: Est<73> bien, buen siervo; por cuanto en lo poco has sido fiel, tendr<64>s autoridad sobre diez ciudades.
18 Vino otro, diciendo: Se<53>or, tu mina ha producido cinco minas.
19 Y tambi<62>n a <20>ste dijo: T<> tambi<62>n s<> sobre cinco ciudades.
20 Vino otro, diciendo: Se<53>or, aqu<71> est<73> tu mina, la cual he tenido guardada en un pa<70>uelo;
21 porque tuve miedo de ti, por cuanto eres hombre severo, que tomas lo que no pusiste, y siegas lo que no sembraste.
22 Entonces <20>l le dijo: Mal siervo, por tu propia boca te juzgo. Sab<61>as que yo era hombre severo, que tomo lo que no puse, y que siego lo que no sembr<62>;
23 <20>por qu<71>, pues, no pusiste mi dinero en el banco, para que al volver yo, lo hubiera recibido con los intereses?
24 Y dijo a los que estaban presentes: Quitadle la mina, y dadla al que tiene las diez minas.
25 Ellos le dijeron: Se<53>or, tiene diez minas.
26 Pues yo os digo que a todo el que tiene, se le dar<61>; mas al que no tiene, aun lo que tiene se le quitar<61>.
27 Y tambi<62>n a aquellos mis enemigos que no quer<65>an que yo reinase sobre ellos, traedlos ac<61>, y decapitadlos delante de m<>.
La entrada triunfal en Jerusal<61>n
(Mt. 21.1-11; Mr. 11.1-11; Jn. 12.12-19)
28 Dicho esto, iba delante subiendo a Jerusal<61>n.
29 Y aconteci<63> que llegando cerca de Betfag<61> y de Betania, al monte que se llama de los Olivos, envi<76> dos de sus disc<73>pulos,
30 diciendo: Id a la aldea de enfrente, y al entrar en ella hallar<61>is un pollino atado, en el cual ning<6E>n hombre ha montado jam<61>s; desatadlo, y traedlo.
31 Y si alguien os preguntare: <20>Por qu<71> lo desat<61>is? le responder<65>is as<61>: Porque el Se<53>or lo necesita.
32 Fueron los que hab<61>an sido enviados, y hallaron como les dijo.
33 Y cuando desataban el pollino, sus due<75>os les dijeron: <20>Por qu<71> desat<61>is el pollino?
34 Ellos dijeron: Porque el Se<53>or lo necesita.
35 Y lo trajeron a Jes<65>s; y habiendo echado sus mantos sobre el pollino, subieron a Jes<65>s encima.
36 Y a su paso tend<6E>an sus mantos por el camino.
37 Cuando llegaban ya cerca de la bajada del monte de los Olivos, toda la multitud de los disc<73>pulos, goz<6F>ndose, comenz<6E> a alabar a Dios a grandes voces por todas las maravillas que hab<61>an visto,
38 diciendo: <20>Bendito el rey que viene en el nombre del Se<53>or; paz en el cielo, y gloria en las alturas!
39 Entonces algunos de los fariseos de entre la multitud le dijeron: Maestro, reprende a tus disc<73>pulos.
40 El, respondiendo, les dijo: Os digo que si <20>stos callaran, las piedras clamar<61>an.
41 Y cuando lleg<65> cerca de la ciudad, al verla, llor<6F> sobre ella,
42 diciendo: <20>Oh, si tambi<62>n t<> conocieses, a lo menos en este tu d<>a, lo que es para tu paz! Mas ahora est<73> encubierto de tus ojos.
43 Porque vendr<64>n d<>as sobre ti, cuando tus enemigos te rodear<61>n con vallado, y te sitiar<61>n, y por todas partes te estrechar<61>n,
44 y te derribar<61>n a tierra, y a tus hijos dentro de ti, y no dejar<61>n en ti piedra sobre piedra, por cuanto no conociste el tiempo de tu visitaci<63>n.
Purificaci<EFBFBD>n del templo
(Mt. 21.12-17; Mr. 11.15-19; Jn. 2.13-22)
45 Y entrando en el templo, comenz<6E> a echar fuera a todos los que vend<6E>an y compraban en <20>l,
46 dici<63>ndoles: Escrito est<73>: Mi casa es casa de oraci<63>n; mas vosotros la hab<61>is hecho cueva de ladrones.
47 Y ense<73>aba cada d<>a en el templo; pero los principales sacerdotes, los escribas y los principales del pueblo procuraban matarle.
48 Y no hallaban nada que pudieran hacerle, porque todo el pueblo estaba suspenso oy<6F>ndole.
La autoridad de Jes<65>s
(Mt. 21.23-27; Mr. 11.27-33)
LUCAS 20
1 Sucedi<64> un d<>a, que ense<73>ando Jes<65>s al pueblo en el templo, y anunciando el evangelio, llegaron los principales sacerdotes y los escribas, con los ancianos,
2 y le hablaron diciendo: Dinos: <20>con qu<71> autoridad haces estas cosas? <20>o qui<75>n es el que te ha dado esta autoridad?
3 Respondiendo Jes<65>s, les dijo: Os har<61> yo tambi<62>n una pregunta; respondedme:
4 El bautismo de Juan, <20>era del cielo, o de los hombres?
5 Entonces ellos discut<75>an entre s<>, diciendo: Si decimos, del cielo, dir<69>: <20>Por qu<71>, pues, no le cre<72>steis?
6 Y si decimos, de los hombres, todo el pueblo nos apedrear<61>; porque est<73>n persuadidos de que Juan era profeta.
7 Y respondieron que no sab<61>an de d<>nde fuese.
8 Entonces Jes<65>s les dijo: Yo tampoco os dir<69> con qu<71> autoridad hago estas cosas.
Los labradores malvados
(Mt. 21.33-44; Mr. 12.1-11)
9 Comenz<6E> luego a decir al pueblo esta par<61>bola: Un hombre plant<6E> una vi<76>a, la arrend<6E> a labradores, y se ausent<6E> por mucho tiempo.
10 Y a su tiempo envi<76> un siervo a los labradores, para que le diesen del fruto de la vi<76>a; pero los labradores le golpearon, y le enviaron con las manos vac<61>as.
11 Volvi<76> a enviar otro siervo; mas ellos a <20>ste tambi<62>n, golpeado y afrentado, le enviaron con las manos vac<61>as.
12 Volvi<76> a enviar un tercer siervo; mas ellos tambi<62>n a <20>ste echaron fuera, herido.
13 Entonces el se<73>or de la vi<76>a dijo: <20>Qu<51> har<61>? Enviar<61> a mi hijo amado; quiz<69>s cuando le vean a <20>l, le tendr<64>n respeto.
14 Mas los labradores, al verle, discut<75>an entre s<>, diciendo: Este es el heredero; venid, mat<61>mosle, para que la heredad sea nuestra.
15 Y le echaron fuera de la vi<76>a, y le mataron. <20>Qu<51>, pues, les har<61> el se<73>or de la vi<76>a?
16 Vendr<64> y destruir<69> a estos labradores, y dar<61> su vi<76>a a otros. Cuando ellos oyeron esto, dijeron: <20>Dios nos libre!
17 Pero <20>l, mir<69>ndolos, dijo: <20>Qu<51>, pues, es lo que est<73> escrito:
La piedra que desecharon los edificadores
Ha venido a ser cabeza del <20>ngulo?
18 Todo el que cayere sobre aquella piedra, ser<65> quebrantado; mas sobre quien ella cayere, le desmenuzar<61>.
La cuesti<74>n del tributo
(Mt. 21.45-46; 22.15-22; Mr. 12.12-17)
19 Procuraban los principales sacerdotes y los escribas echarle mano en aquella hora, porque comprendieron que contra ellos hab<61>a dicho esta par<61>bola; pero temieron al pueblo.
20 Y acech<63>ndole enviaron esp<73>as que se simulasen justos, a fin de sorprenderle en alguna palabra, para entregarle al poder y autoridad del gobernador.
21 Y le preguntaron, diciendo: Maestro, sabemos que dices y ense<73>as rectamente, y que no haces acepci<63>n de persona, sino que ense<73>as el camino de Dios con verdad.
22 <20>Nos es l<>cito dar tributo a C<>sar, o no?
23 Mas <20>l, comprendiendo la astucia de ellos, les dijo: <20>Por qu<71> me tent<6E>is?
24 Mostradme la moneda. <20>De qui<75>n tiene la imagen y la inscripci<63>n? Y respondiendo dijeron: De C<>sar.
25 Entonces les dijo: Pues dad a C<>sar lo que es de C<>sar, y a Dios lo que es de Dios.
26 Y no pudieron sorprenderle en palabra alguna delante del pueblo, sino que maravillados de su respuesta, callaron.
La pregunta sobre la resurrecci<63>n
(Mt. 22.23-33; Mr. 12.18-27)
27 Llegando entonces algunos de los saduceos, los cuales niegan haber resurrecci<63>n, le preguntaron,
28 diciendo: Maestro, Mois<69>s nos escribi<62>: Si el hermano de alguno muriere teniendo mujer, y no dejare hijos, que su hermano se case con ella, y levante descendencia a su hermano.
29 Hubo, pues, siete hermanos; y el primero tom<6F> esposa, y muri<72> sin hijos.
30 Y la tom<6F> el segundo, el cual tambi<62>n muri<72> sin hijos.
31 La tom<6F> el tercero, y as<61> todos los siete, y murieron sin dejar descendencia.
32 Finalmente muri<72> tambi<62>n la mujer.
33 En la resurrecci<63>n, pues, <20>de cu<63>l de ellos ser<65> mujer, ya que los siete la tuvieron por mujer?
34 Entonces respondiendo Jes<65>s, les dijo: Los hijos de este siglo se casan, y se dan en casamiento;
35 mas los que fueren tenidos por dignos de alcanzar aquel siglo y la resurrecci<63>n de entre los muertos, ni se casan, ni se dan en casamiento.
36 Porque no pueden ya m<>s morir, pues son iguales a los <20>ngeles, y son hijos de Dios, al ser hijos de la resurrecci<63>n.
37 Pero en cuanto a que los muertos han de resucitar, aun Mois<69>s lo ense<73><65> en el pasaje de la zarza, cuando llama al Se<53>or, Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob.
38 Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para <20>l todos viven.
39 Respondi<64>ndole algunos de los escribas, dijeron: Maestro, bien has dicho.
40 Y no osaron preguntarle nada m<>s.
<EFBFBD>De qui<75>n es hijo el Cristo?
(Mt. 22.41-46; Mr. 12.35-37)
41 Entonces <20>l les dijo: <20>C<EFBFBD>mo dicen que el Cristo es hijo de David?
42 Pues el mismo David dice en el libro de los Salmos: Dijo el Se<53>or a mi Se<53>or: Si<53>ntate a mi diestra,
43 Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.
44 David, pues, le llama Se<53>or; <20>c<EFBFBD>mo entonces es su hijo?
Jes<EFBFBD>s acusa a los escribas
(Mt. 23.1-36; Mr. 12.38-40; Lc. 11.37-54)
45 Y oy<6F>ndole todo el pueblo, dijo a sus disc<73>pulos:
46 Guardaos de los escribas, que gustan de andar con ropas largas, y aman las salutaciones en las plazas, y las primeras sillas en las sinagogas, y los primeros asientos en las cenas;
47 que devoran las casas de las viudas, y por pretexto hacen largas oraciones; <20>stos recibir<69>n mayor condenaci<63>n.
La ofrenda de la viuda
(Mr. 12.41-44)
LUCAS 21
1 Levantando los ojos, vio a los ricos que echaban sus ofrendas en el arca de las ofrendas.
2 Vio tambi<62>n a una viuda muy pobre, que echaba all<6C> dos blancas.
3 Y dijo: En verdad os digo, que esta viuda pobre ech<63> m<>s que todos.
4 Porque todos aqu<71>llos echaron para las ofrendas de Dios de lo que les sobra; mas <20>sta, de su pobreza ech<63> todo el sustento que ten<65>a.
Jes<EFBFBD>s predice la destrucci<63>n del templo
(Mt. 24.1-2; Mr. 13.1-2)
5 Y a unos que hablaban de que el templo estaba adornado de hermosas piedras y ofrendas votivas, dijo:
6 En cuanto a estas cosas que veis, d<>as vendr<64>n en que no quedar<61> piedra sobre piedra, que no sea destruida.
Se<EFBFBD>ales antes del fin
(Mt. 24.3-28; Mr. 13.3-23)
7 Y le preguntaron, diciendo: Maestro, <20>cu<63>ndo ser<65> esto? <20>y qu<71> se<73>al habr<62> cuando estas cosas est<73>n para suceder?
8 El entonces dijo: Mirad que no se<73>is enga<67>ados; porque vendr<64>n muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo, y: El tiempo est<73> cerca. Mas no vay<61>is en pos de ellos.
9 Y cuando oig<69>is de guerras y de sediciones, no os alarm<72>is; porque es necesario que estas cosas acontezcan primero; pero el fin no ser<65> inmediatamente.
10 Entonces les dijo: Se levantar<61> naci<63>n contra naci<63>n, y reino contra reino;
11 y habr<62> grandes terremotos, y en diferentes lugares hambres y pestilencias; y habr<62> terror y grandes se<73>ales del cielo.
12 Pero antes de todas estas cosas os echar<61>n mano, y os perseguir<69>n, y os entregar<61>n a las sinagogas y a las c<>rceles, y ser<65>is llevados ante reyes y ante gobernadores por causa de mi nombre.
13 Y esto os ser<65> ocasi<73>n para dar testimonio.
14 Proponed en vuestros corazones no pensar antes c<>mo hab<61>is de responder en vuestra defensa;
15 porque yo os dar<61> palabra y sabidur<75>a, la cual no podr<64>n resistir ni contradecir todos los que se opongan.
16 Mas ser<65>is entregados aun por vuestros padres, y hermanos, y parientes, y amigos; y matar<61>n a algunos de vosotros;
17 y ser<65>is aborrecidos de todos por causa de mi nombre.
18 Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecer<65>.
19 Con vuestra paciencia ganar<61>is vuestras almas.
20 Pero cuando viereis a Jerusal<61>n rodeada de ej<65>rcitos, sabed entonces que su destrucci<63>n ha llegado.
21 Entonces los que est<73>n en Judea, huyan a los montes; y los que en medio de ella, v<>yanse; y los que est<73>n en los campos, no entren en ella.
22 Porque estos son d<>as de retribuci<63>n, para que se cumplan todas las cosas que est<73>n escritas.
23 Mas <20>ay de las que est<73>n encintas, y de las que cr<63>en en aquellos d<>as! porque habr<62> gran calamidad en la tierra, e ira sobre este pueblo.
24 Y caer<65>n a filo de espada, y ser<65>n llevados cautivos a todas las naciones; y Jerusal<61>n ser<65> hollada por los gentiles, hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan.
La venida del Hijo del Hombre
(Mt. 24.29-35, 42-44; Mr. 13.24-37)
25 Entonces habr<62> se<73>ales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas;
26 desfalleciendo los hombres por el temor y la expectaci<63>n de las cosas que sobrevendr<64>n en la tierra; porque las potencias de los cielos ser<65>n conmovidas.
27 Entonces ver<65>n al Hijo del Hombre, que vendr<64> en una nube con poder y gran gloria.
28 Cuando estas cosas comiencen a suceder, ergu<67>os y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redenci<63>n est<73> cerca.
29 Tambi<62>n les dijo una par<61>bola: Mirad la higuera y todos los <20>rboles.
30 Cuando ya brotan, vi<76>ndolo, sab<61>is por vosotros mismos que el verano est<73> ya cerca.
31 As<41> tambi<62>n vosotros, cuando ve<76>is que suceden estas cosas, sabed que est<73> cerca el reino de Dios.
32 De cierto os digo, que no pasar<61> esta generaci<63>n hasta que todo esto acontezca.
33 El cielo y la tierra pasar<61>n, pero mis palabras no pasar<61>n.
34 Mirad tambi<62>n por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotoner<65>a y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel d<>a.
35 Porque como un lazo vendr<64> sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra.
36 Velad, pues, en todo tiempo orando que se<73>is tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendr<64>n, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre.
37 Y ense<73>aba de d<>a en el templo; y de noche, saliendo, se estaba en el monte que se llama de los Olivos.
38 Y todo el pueblo ven<65>a a <20>l por la ma<6D>ana, para o<>rle en el templo.
El complot para matar a Jes<65>s
(Mt. 26.1-5, 14-16; Mr. 14.1-2, 10-11; Jn. 11.45-53)
LUCAS 22
1 Estaba cerca la fiesta de los panes sin levadura, que se llama la pascua.
2 Y los principales sacerdotes y los escribas buscaban c<>mo matarle; porque tem<65>an al pueblo.
3 Y entr<74> Satan<61>s en Judas, por sobrenombre Iscariote, el cual era uno del n<>mero de los doce;
4 y <20>ste fue y habl<62> con los principales sacerdotes, y con los jefes de la guardia, de c<>mo se lo entregar<61>a.
5 Ellos se alegraron, y convinieron en darle dinero.
6 Y <20>l se comprometi<74>, y buscaba una oportunidad para entreg<65>rselo a espaldas del pueblo.
Instituci<EFBFBD>n de la Cena del Se<53>or
(Mt. 26.17-29; Mr. 14.12-25; Jn. 13.21-30; 1 Co. 11.23-26)
7 Lleg<65> el d<>a de los panes sin levadura, en el cual era necesario sacrificar el cordero de la pascua.
8 Y Jes<65>s envi<76> a Pedro y a Juan, diciendo: Id, preparadnos la pascua para que la comamos.
9 Ellos le dijeron: <20>D<EFBFBD>nde quieres que la preparemos?
10 El les dijo: He aqu<71>, al entrar en la ciudad os saldr<64> al encuentro un hombre que lleva un c<>ntaro de agua; seguidle hasta la casa donde entrare,
11 y decid al padre de familia de esa casa: El Maestro te dice: <20>D<EFBFBD>nde est<73> el aposento donde he de comer la pascua con mis disc<73>pulos?
12 Entonces <20>l os mostrar<61> un gran aposento alto ya dispuesto; preparad all<6C>.
13 Fueron, pues, y hallaron como les hab<61>a dicho; y prepararon la pascua.
14 Cuando era la hora, se sent<6E> a la mesa, y con <20>l los ap<61>stoles.
15 Y les dijo: <20>Cu<43>nto he deseado comer con vosotros esta pascua antes que padezca!
16 Porque os digo que no la comer<65> m<>s, hasta que se cumpla en el reino de Dios.
17 Y habiendo tomado la copa, dio gracias, y dijo: Tomad esto, y repartidlo entre vosotros;
18 porque os digo que no beber<65> m<>s del fruto de la vid, hasta que el reino de Dios venga.
19 Y tom<6F> el pan y dio gracias, y lo parti<74> y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de m<>.
20 De igual manera, despu<70>s que hubo cenado, tom<6F> la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama.
21 Mas he aqu<71>, la mano del que me entrega est<73> conmigo en la mesa.
22 A la verdad el Hijo del Hombre va, seg<65>n lo que est<73> determinado; pero <20>ay de aquel hombre por quien es entregado!
23 Entonces ellos comenzaron a discutir entre s<>, qui<75>n de ellos ser<65>a el que hab<61>a de hacer esto.
La grandeza en el servicio
24 Hubo tambi<62>n entre ellos una disputa sobre qui<75>n de ellos ser<65>a el mayor.
25 Pero <20>l les dijo: Los reyes de las naciones se ense<73>orean de ellas, y los que sobre ellas tienen autoridad son llamados bienhechores;
26 mas no as<61> vosotros, sino sea el mayor entre vosotros como el m<>s joven, y el que dirige, como el que sirve.
27 Porque, <20>cu<63>l es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? <20>No es el que se sienta a la mesa? Mas yo estoy entre vosotros como el que sirve.
28 Pero vosotros sois los que hab<61>is permanecido conmigo en mis pruebas.
29 Yo, pues, os asigno un reino, como mi Padre me lo asign<67> a m<>,
30 para que com<6F>is y beb<65>is a mi mesa en mi reino, y os sent<6E>is en tronos juzgando a las doce tribus de Israel.
Jes<EFBFBD>s anuncia la negaci<63>n de Pedro
(Mt. 26.31-35; Mr. 14.27-31; Jn. 13.36-38)
31 Dijo tambi<62>n el Se<53>or: Sim<69>n, Sim<69>n, he aqu<71> Satan<61>s os ha pedido para zarandearos como a trigo;
32 pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y t<>, una vez vuelto, confirma a tus hermanos.
33 El le dijo: Se<53>or, dispuesto estoy a ir contigo no s<>lo a la c<>rcel, sino tambi<62>n a la muerte.
34 Y <20>l le dijo: Pedro, te digo que el gallo no cantar<61> hoy antes que t<> niegues tres veces que me conoces.
Bolsa, alforja y espada
35 Y a ellos dijo: Cuando os envi<76> sin bolsa, sin alforja, y sin calzado, <20>os falt<6C> algo? Ellos dijeron: Nada.
36 Y les dijo: Pues ahora, el que tiene bolsa, t<>mela, y tambi<62>n la alforja; y el que no tiene espada, venda su capa y compre una.
37 Porque os digo que es necesario que se cumpla todav<61>a en m<> aquello que est<73> escrito: Y fue contado con los inicuos; porque lo que est<73> escrito de m<>, tiene cumplimiento.
38 Entonces ellos dijeron: Se<53>or, aqu<71> hay dos espadas. Y <20>l les dijo: Basta.
Jes<EFBFBD>s ora en Getseman<61>
(Mt. 26.36-46; Mr. 14.32-42)
39 Y saliendo, se fue, como sol<6F>a, al monte de los Olivos; y sus disc<73>pulos tambi<62>n le siguieron.
40 Cuando lleg<65> a aquel lugar, les dijo: Orad que no entr<74>is en tentaci<63>n.
41 Y <20>l se apart<72> de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas or<6F>,
42 diciendo: Padre, si quieres, pasa de m<> esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.
43 Y se le apareci<63> un <20>ngel del cielo para fortalecerle.
44 Y estando en agon<6F>a, oraba m<>s intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que ca<63>an hasta la tierra.
45 Cuando se levant<6E> de la oraci<63>n, y vino a sus disc<73>pulos, los hall<6C> durmiendo a causa de la tristeza;
46 y les dijo: <20>Por qu<71> dorm<72>s? Levantaos, y orad para que no entr<74>is en tentaci<63>n.
Arresto de Jes<65>s
(Mt. 26.47-56; Mr. 14.43-50; Jn. 18.2-11)
47 Mientras <20>l a<>n hablaba, se present<6E> una turba; y el que se llamaba Judas, uno de los doce, iba al frente de ellos; y se acerc<72> hasta Jes<65>s para besarle.
48 Entonces Jes<65>s le dijo: Judas, <20>con un beso entregas al Hijo del Hombre?
49 Viendo los que estaban con <20>l lo que hab<61>a de acontecer, le dijeron: Se<53>or, <20>heriremos a espada?
50 Y uno de ellos hiri<72> a un siervo del sumo sacerdote, y le cort<72> la oreja derecha.
51 Entonces respondiendo Jes<65>s, dijo: Basta ya; dejad. Y tocando su oreja, le san<61>.
52 Y Jes<65>s dijo a los principales sacerdotes, a los jefes de la guardia del templo y a los ancianos, que hab<61>an venido contra <20>l: <20>Como contra un ladr<64>n hab<61>is salido con espadas y palos?
53 Habiendo estado con vosotros cada d<>a en el templo, no extendisteis las manos contra m<>; mas esta es vuestra hora, y la potestad de la tinieblas.
Pedro niega a Jes<65>s
(Mt. 26.57-58, 69-75; Mr. 14.53-54, 66-72; Jn. 18.12-18, 25-27)
54 Y prendi<64>ndole, le llevaron, y le condujeron a casa del sumo sacerdote. Y Pedro le segu<67>a de lejos.
55 Y habiendo ellos encendido fuego en medio del patio, se sentaron alrededor; y Pedro se sent<6E> tambi<62>n entre ellos.
56 Pero una criada, al verle sentado al fuego, se fij<69> en <20>l, y dijo: Tambi<62>n <20>ste estaba con <20>l.
57 Pero <20>l lo neg<65>, diciendo: Mujer, no lo conozco.
58 Un poco despu<70>s, vi<76>ndole otro, dijo: T<> tambi<62>n eres de ellos. Y Pedro dijo: Hombre, no lo soy.
59 Como una hora despu<70>s, otro afirmaba, diciendo: Verdaderamente tambi<62>n <20>ste estaba con <20>l, porque es galileo.
60 Y Pedro dijo: Hombre, no s<> lo que dices. Y en seguida, mientras <20>l todav<61>a hablaba, el gallo cant<6E>.
61 Entonces, vuelto el Se<53>or, mir<69> a Pedro; y Pedro se acord<72> de la palabra del Se<53>or, que le hab<61>a dicho: Antes que el gallo cante, me negar<61>s tres veces.
62 Y Pedro, saliendo fuera, llor<6F> amargamente.
Jes<EFBFBD>s escarnecido y azotado
(Mt. 26.67-68; Mr. 14.65)
63 Y los hombres que custodiaban a Jes<65>s se burlaban de <20>l y le golpeaban;
64 y vend<6E>ndole los ojos, le golpeaban el rostro, y le preguntaban, diciendo: Profetiza, <20>qui<75>n es el que te golpe<70>?
65 Y dec<65>an otras muchas cosas injuri<72>ndole.
Jes<EFBFBD>s ante el concilio
(Mt. 26.59-66; Mr. 14.55-64; Jn. 18.19-24)
66 Cuando era de d<>a, se juntaron los ancianos del pueblo, los principales sacerdotes y los escribas, y le trajeron al concilio, diciendo:
67 <20>Eres t<> el Cristo? D<>noslo. Y les dijo: Si os lo dijere, no creer<65>is;
68 y tambi<62>n si os preguntare, no me responder<65>is, ni me soltar<61>is.
69 Pero desde ahora el Hijo del Hombre se sentar<61> a la diestra del poder de Dios.
70 Dijeron todos: <20>Luego eres t<> el Hijo de Dios? Y <20>l les dijo: Vosotros dec<65>s que lo soy.
71 Entonces ellos dijeron: <20>Qu<51> m<>s testimonio necesitamos? porque nosotros mismos lo hemos o<>do de su boca.
Jes<EFBFBD>s ante Pilato
(Mt. 27.1-2, 11-14; Mr. 15.1-5; Jn. 18.28-38)
LUCAS 23
1 Levant<6E>ndose entonces toda la muchedumbre de ellos, llevaron a Jes<65>s a Pilato.
2 Y comenzaron a acusarle, diciendo: A <20>ste hemos hallado que pervierte a la naci<63>n, y que prohibe dar tributo a C<>sar, diciendo que <20>l mismo es el Cristo, un rey.
3 Entonces Pilato le pregunt<6E>, diciendo: <20>Eres t<> el Rey de los jud<75>os? Y respondi<64>ndole <20>l, dijo: T<> lo dices.
4 Y Pilato dijo a los principales sacerdotes, y a la gente: Ning<6E>n delito hallo en este hombre.
5 Pero ellos porfiaban, diciendo: Alborota al pueblo, ense<73>ando por toda Judea, comenzando desde Galilea hasta aqu<71>.
Jes<EFBFBD>s ante Herodes
6 Entonces Pilato, oyendo decir, Galilea, pregunt<6E> si el hombre era galileo.
7 Y al saber que era de la jurisdicci<63>n de Herodes, le remiti<74> a Herodes, que en aquellos d<>as tambi<62>n estaba en Jerusal<61>n.
8 Herodes, viendo a Jes<65>s, se alegr<67> mucho, porque hac<61>a tiempo que deseaba verle; porque hab<61>a o<>do muchas cosas acerca de <20>l, y esperaba verle hacer alguna se<73>al.
9 Y le hac<61>a muchas preguntas, pero <20>l nada le respondi<64>.
10 Y estaban los principales sacerdotes y los escribas acus<75>ndole con gran vehemencia.
11 Entonces Herodes con sus soldados le menospreci<63> y escarneci<63>, visti<74>ndole de una ropa espl<70>ndida; y volvi<76> a enviarle a Pilato.
12 Y se hicieron amigos Pilato y Herodes aquel d<>a; porque antes estaban enemistados entre s<>.
Jes<EFBFBD>s sentenciado a muerte
(Mt. 27.15-26; Mr. 15.6-15; Jn. 18.38<EFBFBD>19.16)
13 Entonces Pilato, convocando a los principales sacerdotes, a los gobernantes, y al pueblo,
14 les dijo: Me hab<61>is presentado a <20>ste como un hombre que perturba al pueblo; pero habi<62>ndole interrogado yo delante de vosotros, no he hallado en este hombre delito alguno de aquellos de que le acus<75>is.
15 Y ni aun Herodes, porque os remit<69> a <20>l; y he aqu<71>, nada digno de muerte ha hecho este hombre.
16 Le soltar<61>, pues, despu<70>s de castigarle.
17 Y ten<65>a necesidad de soltarles uno en cada fiesta.
18 Mas toda la multitud dio voces a una, diciendo: <20>Fuera con <20>ste, y su<73>ltanos a Barrab<61>s!
19 Este hab<61>a sido echado en la c<>rcel por sedici<63>n en la ciudad, y por un homicidio.
20 Les habl<62> otra vez Pilato, queriendo soltar a Jes<65>s;
21 pero ellos volvieron a dar voces, diciendo: <20>Crucif<69>cale, crucif<69>cale!
22 El les dijo por tercera vez: <20>Pues qu<71> mal ha hecho <20>ste? Ning<6E>n delito digno de muerte he hallado en <20>l; le castigar<61>, pues, y le soltar<61>.
23 Mas ellos instaban a grandes voces, pidiendo que fuese crucificado. Y las voces de ellos y de los principales sacerdotes prevalecieron.
24 Entonces Pilato sentenci<63> que se hiciese lo que ellos ped<65>an;
25 y les solt<6C> a aquel que hab<61>a sido echado en la c<>rcel por sedici<63>n y homicidio, a quien hab<61>an pedido; y entreg<65> a Jes<65>s a la voluntad de ellos.
Crucifixi<EFBFBD>n y muerte de Jes<65>s
(Mt. 27.32-56; Mr. 15.21-41; Jn. 19.17-30)
26 Y llev<65>ndole, tomaron a cierto Sim<69>n de Cirene, que ven<65>a del campo, y le pusieron encima la cruz para que la llevase tras Jes<65>s.
27 Y le segu<67>a gran multitud del pueblo, y de mujeres que lloraban y hac<61>an lamentaci<63>n por <20>l.
28 Pero Jes<65>s, vuelto hacia ellas, les dijo: Hijas de Jerusal<61>n, no llor<6F>is por m<>, sino llorad por vosotras mismas y por vuestros hijos.
29 Porque he aqu<71> vendr<64>n d<>as en que dir<69>n: Bienaventuradas las est<73>riles, y los vientres que no concibieron, y los pechos que no criaron.
30 Entonces comenzar<61>n a decir a los montes: Caed sobre nosotros; y a los collados: Cubridnos.
31 Porque si en el <20>rbol verde hacen estas cosas, <20>en el seco, qu<71> no se har<61>?
32 Llevaban tambi<62>n con <20>l a otros dos, que eran malhechores, para ser muertos.
33 Y cuando llegaron al lugar llamado de la Calavera, le crucificaron all<6C>, y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda.
34 Y Jes<65>s dec<65>a: Padre, perd<72>nalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre s<> sus vestidos, echando suertes.
35 Y el pueblo estaba mirando; y aun los gobernantes se burlaban de <20>l, diciendo: A otros salv<6C>; s<>lvese a s<> mismo, si <20>ste es el Cristo, el escogido de Dios.
36 Los soldados tambi<62>n le escarnec<65>an, acerc<72>ndose y present<6E>ndole vinagre,
37 y diciendo: Si t<> eres el Rey de los jud<75>os, s<>lvate a ti mismo.
38 Hab<61>a tambi<62>n sobre <20>l un t<>tulo escrito con letras griegas, latinas y hebreas: ESTE ES EL REY DE LOS JUD<55>OS.
39 Y uno de los malhechores que estaban colgados le injuriaba, diciendo: Si t<> eres el Cristo, s<>lvate a ti mismo y a nosotros.
40 Respondiendo el otro, le reprendi<64>, diciendo: <20>Ni aun temes t<> a Dios, estando en la misma condenaci<63>n?
41 Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas <20>ste ning<6E>n mal hizo.
42 Y dijo a Jes<65>s: Acu<63>rdate de m<> cuando vengas en tu reino.
43 Entonces Jes<65>s le dijo: De cierto te digo que hoy estar<61>s conmigo en el para<72>so.
44 Cuando era como la hora sexta, hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena.
45 Y el sol se oscureci<63>, y el velo del templo se rasg<73> por la mitad.
46 Entonces Jes<65>s, clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi esp<73>ritu. Y habiendo dicho esto, expir<69>.
47 Cuando el centuri<72>n vio lo que hab<61>a acontecido, dio gloria a Dios, diciendo: Verdaderamente este hombre era justo.
48 Y toda la multitud de los que estaban presentes en este espect<63>culo, viendo lo que hab<61>a acontecido, se volv<6C>an golpe<70>ndose el pecho.
49 Pero todos sus conocidos, y las mujeres que le hab<61>an seguido desde Galilea, estaban lejos mirando estas cosas.
Jes<EFBFBD>s es sepultado
(Mt. 27.57-61; Mr. 15.42-47; Jn. 19.38-42)
50 Hab<61>a un var<61>n llamado Jos<6F>, de Arimatea, ciudad de Judea, el cual era miembro del concilio, var<61>n bueno y justo.
51 Este, que tambi<62>n esperaba el reino de Dios, y no hab<61>a consentido en el acuerdo ni en los hechos de ellos,
52 fue a Pilato, y pidi<64> el cuerpo de Jes<65>s.
53 Y quit<69>ndolo, lo envolvi<76> en una s<>bana, y lo puso en un sepulcro abierto en una pe<70>a, en el cual a<>n no se hab<61>a puesto a nadie.
54 Era d<>a de la preparaci<63>n, y estaba para comenzar el d<>a de reposo.
55 Y las mujeres que hab<61>an venido con <20>l desde Galilea, siguieron tambi<62>n, y vieron el sepulcro, y c<>mo fue puesto su cuerpo.
56 Y vueltas, prepararon especias arom<6F>ticas y ung<6E>entos; y descansaron el d<>a de reposo, conforme al mandamiento.
La resurrecci<63>n
(Mt. 28.1-10; Mr. 16.1-8; Jn. 20.1-10)
LUCAS 24
1 El primer d<>a de la semana, muy de ma<6D>ana, vinieron al sepulcro, trayendo las especias arom<6F>ticas que hab<61>an preparado, y algunas otras mujeres con ellas.
2 Y hallaron removida la piedra del sepulcro;
3 y entrando, no hallaron el cuerpo del Se<53>or Jes<65>s.
4 Aconteci<63> que estando ellas perplejas por esto, he aqu<71> se pararon junto a ellas dos varones con vestiduras resplandecientes;
5 y como tuvieron temor, y bajaron el rostro a tierra, les dijeron: <20>Por qu<71> busc<73>is entre los muertos al que vive?
6 No est<73> aqu<71>, sino que ha resucitado. Acordaos de lo que os habl<62>, cuando a<>n estaba en Galilea,
7 diciendo: Es necesario que el Hijo del Hombresea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado, y resucite al tercer d<>a.
8 Entonces ellas se acordaron de sus palabras,
9 y volviendo del sepulcro, dieron nuevas de todas estas cosas a los once, y a todos los dem<65>s.
10 Eran Mar<61>a Magdalena, y Juana, y Mar<61>a madre de Jacobo, y las dem<65>s con ellas, quienes dijeron estas cosas a los ap<61>stoles.
11 Mas a ellos les parec<65>an locura las palabras de ellas, y no las cre<72>an.
12 Pero levant<6E>ndose Pedro, corri<72> al sepulcro; y cuando mir<69> dentro, vio los lienzos solos, y se fue a casa maravill<6C>ndose de lo que hab<61>a sucedido.
En el camino a Ema<6D>s
(Mr. 16.12-13)
13 Y he aqu<71>, dos de ellos iban el mismo d<>a a una aldea llamada Ema<6D>s, que estaba a sesenta estadios de Jerusal<61>n.
14 E iban hablando entre s<> de todas aquellas cosas que hab<61>an acontecido.
15 Sucedi<64> que mientras hablaban y discut<75>an entre s<>, Jes<65>s mismo se acerc<72>, y caminaba con ellos.
16 Mas los ojos de ellos estaban velados, para que no le conociesen.
17 Y les dijo: <20>Qu<51> pl<70>ticas son estas que ten<65>is entre vosotros mientras camin<69>is, y por qu<71> est<73>is tristes?
18 Respondiendo uno de ellos, que se llamaba Cleofas, le dijo: <20>Eres t<> el <20>nico forastero en Jerusal<61>n que no has sabido las cosas que en ella han acontecido en estos d<>as?
19 Entonces <20>l les dijo: <20>Qu<51> cosas? Y ellos le dijeron: De Jes<65>s nazareno, que fue var<61>n profeta, poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo;
20 y c<>mo le entregaron los principales sacerdotes y nuestros gobernantes a sentencia de muerte, y le crucificaron.
21 Pero nosotros esper<65>bamos que <20>l era el que hab<61>a de redimir a Israel; y ahora, adem<65>s de todo esto, hoy es ya el tercer d<>a que esto ha acontecido.
22 Aunque tambi<62>n nos han asombrado unas mujeres de entre nosotros, las que antes del d<>a fueron al sepulcro;
23 y como no hallaron su cuerpo, vinieron diciendo que tambi<62>n hab<61>an visto visi<73>n de <20>ngeles, quienes dijeron que <20>l vive.
24 Y fueron algunos de los nuestros al sepulcro, y hallaron as<61> como las mujeres hab<61>an dicho, pero a <20>l no le vieron.
25 Entonces <20>l les dijo: <20>Oh insensatos, y tardos de coraz<61>n para creer todo lo que los profetas han dicho!
26 <20>No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria?
27 Y comenzando desde Mois<69>s, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de <20>l dec<65>an.
28 Llegaron a la aldea adonde iban, y <20>l hizo como que iba m<>s lejos.
29 Mas ellos le obligaron a quedarse, diciendo: Qu<51>date con nosotros, porque se hace tarde, y el d<>a ya ha declinado. Entr<74>, pues, a quedarse con ellos.
30 Y aconteci<63> que estando sentado con ellos a la mesa, tom<6F> el pan y lo bendijo, lo parti<74>, y les dio.
31 Entonces les fueron abiertos los ojos, y le reconocieron; mas <20>l se desapareci<63> de su vista.
32 Y se dec<65>an el uno al otro: <20>No ard<72>a nuestro coraz<61>n en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abr<62>a las Escrituras?
33 Y levant<6E>ndose en la misma hora, volvieron a Jerusal<61>n, y hallaron a los once reunidos, y a los que estaban con ellos,
34 que dec<65>an: Ha resucitado el Se<53>or verdaderamente, y ha aparecido a Sim<69>n.
35 Entonces ellos contaban las cosas que les hab<61>an acontecido en el camino, y c<>mo le hab<61>an reconocido al partir el pan.
Jes<EFBFBD>s se aparece a los disc<73>pulos
(Mt. 28.16-20; Mr. 16.14-18; Jn. 20.19-23)
36 Mientras ellos a<>n hablaban de estas cosas, Jes<65>s se puso en medio de ellos, y les dijo: Paz a vosotros.
37 Entonces, espantados y atemorizados, pensaban que ve<76>an esp<73>ritu.
38 Pero <20>l les dijo: <20>Por qu<71> est<73>is turbados, y vienen a vuestro coraz<61>n estos pensamientos?
39 Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque un esp<73>ritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo.
40 Y diciendo esto, les mostr<74> las manos y los pies.
41 Y como todav<61>a ellos, de gozo, no lo cre<72>an, y estaban maravillados, les dijo: <20>Ten<65>is aqu<71> algo de comer?
42 Entonces le dieron parte de un pez asado, y un panal de miel.
43 Y <20>l lo tom<6F>, y comi<6D> delante de ellos.
44 Y les dijo: Estas son las palabras que os habl<62>, estando a<>n con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que est<73> escrito de m<> en la ley de Mois<69>s, en los profetas y en los salmos.
45 Entonces les abri<72> el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras;
46 y les dijo: As<41> est<73> escrito, y as<61> fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer d<>a;
47 y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perd<72>n de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusal<61>n.
48 Y vosotros sois testigos de estas cosas.
49 He aqu<71>, yo enviar<61> la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusal<61>n, hasta que se<73>is investidos de poder desde lo alto.
La ascensi<73>n
(Mr. 16.19-20)
50 Y los sac<61> fuera hasta Betania, y alzando sus manos, los bendijo.
51 Y aconteci<63> que bendici<63>ndolos, se separ<61> de ellos, y fue llevado arriba al cielo.
52 Ellos, despu<70>s de haberle adorado, volvieron a Jerusal<61>n con gran gozo;
53 y estaban siempre en el templo, alabando y bendiciendo a Dios. Am<41>n.
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El Santo Evangelio Seg<65>n
SAN JUAN
El Verbo hecho carne
JUAN 1
1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.
2 Este era en el principio con Dios.
3 Todas las cosas por <20>l fueron hechas, y sin <20>l nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.
4 En <20>l estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
5 La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.
6 Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan.
7 Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por <20>l.
8 No era <20>l la luz, sino para que diese testimonio de la luz.
9 Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, ven<65>a a este mundo.
10 En el mundo estaba, y el mundo por <20>l fue hecho; pero el mundo no le conoci<63>.
11 A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron.
12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;
13 los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de var<61>n, sino de Dios.
14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habit<69> entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unig<69>nito del Padre), lleno de gracia y de verdad.
15 Juan dio testimonio de <20>l, y clam<61> diciendo: Este es de quien yo dec<65>a: El que viene despu<70>s de m<>, es antes de m<>; porque era primero que yo.
16 Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia.
17 Pues la ley por medio de Mois<69>s fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.
18 A Dios nadie le vio jam<61>s; el unig<69>nito Hijo, que est<73> en el seno del Padre, <20>l le ha dado a conocer.
Testimonio de Juan el Bautista
(Mt. 3.11-12; Mr. 1.7-8; Lc. 3.15-17)
19 Este es el testimonio de Juan, cuando los jud<75>os enviaron de Jerusal<61>n sacerdotes y levitas para que le preguntasen: <20>T<EFBFBD>, qui<75>n eres?
20 Confes<65>, y no neg<65>, sino confes<65>: Yo no soy el Cristo.
21 Y le preguntaron: <20>Qu<51> pues? <20>Eres t<> El<45>as? Dijo: No soy. <20>Eres t<> el profeta? Y respondi<64>: No.
22 Le dijeron: <20>Pues qui<75>n eres? para que demos respuesta a los que nos enviaron. <20>Qu<51> dices de ti mismo?
23 Dijo: Yo soy la voz de uno que clama en el desierto: Enderezad el camino del Se<53>or, como dijo el profeta Isa<73>as.
24 Y los que hab<61>an sido enviados eran de los fariseos.
25 Y le preguntaron, y le dijeron: <20>Por qu<71>, pues, bautizas, si t<> no eres el Cristo, ni El<45>as, ni el profeta?
26 Juan les respondi<64> diciendo: Yo bautizo con agua; mas en medio de vosotros est<73> uno a quien vosotros no conoc<6F>is.
27 Este es el que viene despu<70>s de m<>, el que es antes de m<>, del cual yo no soy digno de desatar la correa del calzado.
28 Estas cosas sucedieron en Bet<65>bara, al otro lado del Jord<72>n, donde Juan estaba bautizando.
El Cordero de Dios
29 El siguiente d<>a vio Juan a Jes<65>s que ven<65>a a <20>l, y dijo: He aqu<71> el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
30 Este es aquel de quien yo dije: Despu<70>s de m<> viene un var<61>n, el cual es antes de m<>; porque era primero que yo.
31 Y yo no le conoc<6F>a; mas para que fuese manifestado a Israel, por esto vine yo bautizando con agua.
32 Tambi<62>n dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Esp<73>ritu que descend<6E>a del cielo como paloma, y permaneci<63> sobre <20>l.
33 Y yo no le conoc<6F>a; pero el que me envi<76> a bautizar con agua, aqu<71>l me dijo: Sobre quien veas descender el Esp<73>ritu y que permanece sobre <20>l, <20>se es el que bautiza con el Esp<73>ritu Santo.
34 Y yo le vi, y he dado testimonio de que <20>ste es el Hijo de Dios.
Los primeros disc<73>pulos
35 El siguiente d<>a otra vez estaba Juan, y dos de sus disc<73>pulos.
36 Y mirando a Jes<65>s que andaba por all<6C>, dijo: He aqu<71> el Cordero de Dios.
37 Le oyeron hablar los dos disc<73>pulos, y siguieron a Jes<65>s.
38 Y volvi<76>ndose Jes<65>s, y viendo que le segu<67>an, les dijo: <20>Qu<51> busc<73>is? Ellos le dijeron: Rab<61> (que traducido es, Maestro), <20>d<EFBFBD>nde moras?
39 Les dijo: Venid y ved. Fueron, y vieron donde moraba, y se quedaron con <20>l aquel d<>a; porque era como la hora d<>cima.
40 Andr<64>s, hermano de Sim<69>n Pedro, era uno de los dos que hab<61>an o<>do a Juan, y hab<61>an seguido a Jes<65>s.
41 Este hall<6C> primero a su hermano Sim<69>n, y le dijo: Hemos hallado al Mes<65>as (que traducido es, el Cristo).
42 Y le trajo a Jes<65>s. Y mir<69>ndole Jes<65>s, dijo: T<> eres Sim<69>n, hijo de Jon<6F>s; t<> ser<65>s llamado Cefas (que quiere decir, Pedro).
Jes<EFBFBD>s llama a Felipe y a Natanael
43 El siguiente d<>a quiso Jes<65>s ir a Galilea, y hall<6C> a Felipe, y le dijo: S<>gueme.
44 Y Felipe era de Betsaida, la ciudad de Andr<64>s y Pedro.
45 Felipe hall<6C> a Natanael, y le dijo: Hemos hallado a aquel de quien escribi<62> Mois<69>s en la ley, as<61> como los profetas: a Jes<65>s, el hijo de Jos<6F>, de Nazaret.
46 Natanael le dijo: <20>De Nazaret puede salir algo de bueno? Le dijo Felipe: Ven y ve.
47 Cuando Jes<65>s vio a Natanael que se le acercaba, dijo de <20>l: He aqu<71> un verdadero israelita, en quien no hay enga<67>o.
48 Le dijo Natanael: <20>De d<>nde me conoces? Respondi<64> Jes<65>s y le dijo: Antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.
49 Respondi<64> Natanael y le dijo: Rab<61>, t<> eres el Hijo de Dios; t<> eres el Rey de Israel.
50 Respondi<64> Jes<65>s y le dijo: <20>Porque te dije: Te vi debajo de la higuera, crees? Cosas mayores que estas ver<65>s.
51 Y le dijo: De cierto, de cierto os digo: De aqu<71> adelante ver<65>is el cielo abierto, y a los <20>ngeles de Dios que suben y descienden sobre el Hijo del Hombre.
Las bodas de Can<61>
JUAN 2
1 Al tercer d<>a se hicieron unas bodas en Can<61> de Galilea; y estaba all<6C> la madre de Jes<65>s.
2 Y fueron tambi<62>n invitados a las bodas Jes<65>s y sus disc<73>pulos.
3 Y faltando el vino, la madre de Jes<65>s le dijo: No tienen vino.
4 Jes<65>s le dijo: <20>Qu<51> tienes conmigo, mujer? A<>n no ha venido mi hora.
5 Su madre dijo a los que serv<72>an: Haced todo lo que os dijere.
6 Y estaban all<6C> seis tinajas de piedra para agua, conforme al rito de la purificaci<63>n de los jud<75>os, en cada una de las cuales cab<61>an dos o tres c<>ntaros.
7 Jes<65>s les dijo: Llenad estas tinajas de agua. Y las llenaron hasta arriba.
8 Entonces les dijo: Sacad ahora, y llevadlo al maestresala. Y se lo llevaron.
9 Cuando el maestresala prob<6F> el agua hecha vino, sin saber <20>l de d<>nde era, aunque lo sab<61>an los sirvientes que hab<61>an sacado el agua, llam<61> al esposo,
10 y le dijo: Todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando ya han bebido mucho, entonces el inferior; mas t<> has reservado el buen vino hasta ahora.
11 Este principio de se<73>ales hizo Jes<65>s en Can<61> de Galilea, y manifest<73> su gloria; y sus disc<73>pulos creyeron en <20>l.
12 Despu<70>s de esto descendieron a Capernaum, <20>l, su madre, sus hermanos y sus disc<73>pulos; y estuvieron all<6C> no muchos d<>as.
Jes<EFBFBD>s purifica el templo
(Mt. 21.12-13; Mr. 11.15-18; Lc. 19.45-46)
13 Estaba cerca la pascua de los jud<75>os; y subi<62> Jes<65>s a Jerusal<61>n,
14 y hall<6C> en el templo a los que vend<6E>an bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas all<6C> sentados.
15 Y haciendo un azote de cuerdas, ech<63> fuera del templo a todos, y las ovejas y los bueyes; y esparci<63> las monedas de los cambistas, y volc<6C> las mesas;
16 y dijo a los que vend<6E>an palomas: Quitad de aqu<71> esto, y no hag<61>is de la casa de mi Padre casa de mercado.
17 Entonces se acordaron sus disc<73>pulos que est<73> escrito: El celo de tu casa me consume.
18 Y los jud<75>os respondieron y le dijeron: <20>Qu<51> se<73>al nos muestras, ya que haces esto?
19 Respondi<64> Jes<65>s y les dijo: Destruid este templo, y en tres d<>as lo levantar<61>.
20 Dijeron luego los jud<75>os: En cuarenta y seis a<>os fue edificado este templo, <20>y t<> en tres d<>as lo levantar<61>s?
21 Mas <20>l hablaba del templo de su cuerpo.
22 Por tanto, cuando resucit<69> de entre los muertos, sus disc<73>pulos se acordaron que hab<61>a dicho esto; y creyeron la Escritura y la palabra que Jes<65>s hab<61>a dicho.
Jes<EFBFBD>s conoce a todos los hombres
23 Estando en Jerusal<61>n en la fiesta de la pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo las se<73>ales que hac<61>a.
24 Pero Jes<65>s mismo no se fiaba de ellos, porque conoc<6F>a a todos,
25 y no ten<65>a necesidad de que nadie le diese testimonio del hombre, pues <20>l sab<61>a lo que hab<61>a en el hombre.
Jes<EFBFBD>s y Nicodemo
JUAN 3
1 Hab<61>a un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los jud<75>os.
2 Este vino a Jes<65>s de noche, y le dijo: Rab<61>, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas se<73>ales que t<> haces, si no est<73> Dios con <20>l.
3 Respondi<64> Jes<65>s y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.
4 Nicodemo le dijo: <20>C<EFBFBD>mo puede un hombre nacer siendo viejo? <20>Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?
5 Respondi<64> Jes<65>s: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Esp<73>ritu, no puede entrar en el reino de Dios.
6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Esp<73>ritu, esp<73>ritu es.
7 No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.
8 El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de d<>nde viene, ni a d<>nde va; as<61> es todo aquel que es nacido del Esp<73>ritu.
9 Respondi<64> Nicodemo y le dijo: <20>C<EFBFBD>mo puede hacerse esto?
10 Respondi<64> Jes<65>s y le dijo: <20>Eres t<> maestro de Israel, y no sabes esto?
11 De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos hablamos, y lo que hemos visto, testificamos; y no recib<69>s nuestro testimonio.
12 Si os he dicho cosas terrenales, y no cre<72>is, <20>c<EFBFBD>mo creer<65>is si os dijere las celestiales?
13 Nadie subi<62> al cielo, sino el que descendi<64> del cielo; el Hijo del Hombre, que est<73> en el cielo.
14 Y como Mois<69>s levant<6E> la serpiente en el desierto, as<61> es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado,
15 para que todo aquel que en <20>l cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
De tal manera am<61> Dios al mundo
16 Porque de tal manera am<61> Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unig<69>nito, para que todo aquel que en <20>l cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
17 Porque no envi<76> Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por <20>l.
18 El que en <20>l cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha cre<72>do en el nombre del unig<69>nito Hijo de Dios.
19 Y esta es la condenaci<63>n: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron m<>s las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.
20 Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas.
21 Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.
El amigo del esposo
22 Despu<70>s de esto, vino Jes<65>s con sus disc<73>pulos a la tierra de Judea, y estuvo all<6C> con ellos, y bautizaba.
23 Juan bautizaba tambi<62>n en En<45>n, junto a Salim, porque hab<61>a all<6C> muchas aguas; y ven<65>an, y eran bautizados.
24 Porque Juan no hab<61>a sido a<>n encarcelado.
25 Entonces hubo discusi<73>n entre los disc<73>pulos de Juan y los jud<75>os acerca de la purificaci<63>n.
26 Y vinieron a Juan y le dijeron: Rab<61>, mira que el que estaba contigo al otro lado del Jord<72>n, de quien t<> diste testimonio, bautiza, y todos vienen a <20>l.
27 Respondi<64> Juan y dijo: No puede el hombre recibir nada, si no le fuere dado del cielo.
28 Vosotros mismos me sois testigos de que dije: Yo no soy el Cristo, sino que soy enviado delante de <20>l.
29 El que tiene la esposa, es el esposo; mas el amigo del esposo, que est<73> a su lado y le oye, se goza grandemente de la voz del esposo; as<61> pues, este mi gozo est<73> cumplido.
30 Es necesario que <20>l crezca, pero que yo meng<6E>e.
El que viene de arriba
31 El que de arriba viene, es sobre todos; el que es de la tierra, es terrenal, y cosas terrenales habla; el que viene del cielo, es sobre todos.
32 Y lo que vio y oy<6F>, esto testifica; y nadie recibe su testimonio.
33 El que recibe su testimonio, <20>ste atestigua que Dios es veraz.
34 Porque el que Dios envi<76>, las palabras de Dios habla; pues Dios no da el Esp<73>ritu por medida.
35 El Padre ama al Hijo, y todas las cosas ha entregado en su mano.
36 El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que reh<65>sa creer en el Hijo no ver<65> la vida, sino que la ira de Dios est<73> sobre <20>l.
Jes<EFBFBD>s y la mujer samaritana
JUAN 4
1 Cuando, pues, el Se<53>or entendi<64> que los fariseos hab<61>an o<>do decir: Jes<65>s hace y bautiza m<>s disc<73>pulos que Juan
2 (aunque Jes<65>s no bautizaba, sino sus disc<73>pulos),
3 sali<6C> de Judea, y se fue otra vez a Galilea.
4 Y le era necesario pasar por Samaria.
5 Vino, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, junto a la heredad que Jacob dio a su hijo Jos<6F>.
6 Y estaba all<6C> el pozo de Jacob. Entonces Jes<65>s, cansado del camino, se sent<6E> as<61> junto al pozo. Era como la hora sexta.
7 Vino una mujer de Samaria a sacar agua; y Jes<65>s le dijo: Dame de beber.
8 Pues sus disc<73>pulos hab<61>an ido a la ciudad a comprar de comer.
9 La mujer samaritana le dijo: <20>C<EFBFBD>mo t<>, siendo jud<75>o, me pides a m<> de beber, que soy mujer samaritana? Porque jud<75>os y samaritanos no se tratan entre s<>.
10 Respondi<64> Jes<65>s y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y qui<75>n es el que te dice: Dame de beber; t<> le pedir<69>as, y <20>l te dar<61>a agua viva.
11 La mujer le dijo: Se<53>or, no tienes con qu<71> sacarla, y el pozo es hondo. <20>De d<>nde, pues, tienes el agua viva?
12 <20>Acaso eres t<> mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del cual bebieron <20>l, sus hijos y sus ganados?
13 Respondi<64> Jes<65>s y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volver<65> a tener sed;
14 mas el que bebiere del agua que yo le dar<61>, no tendr<64> sed jam<61>s; sino que el agua que yo le dar<61> ser<65> en <20>l una fuente de agua que salte para vida eterna.
15 La mujer le dijo: Se<53>or, dame esa agua, para que no tenga yo sed, ni venga aqu<71> a sacarla.
16 Jes<65>s le dijo: Ve, llama a tu marido, y ven ac<61>.
17 Respondi<64> la mujer y dijo: No tengo marido. Jes<65>s le dijo: Bien has dicho: No tengo marido;
18 porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad.
19 Le dijo la mujer: Se<53>or, me parece que t<> eres profeta.
20 Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros dec<65>s que en Jerusal<61>n es el lugar donde se debe adorar.
21 Jes<65>s le dijo: Mujer, cr<63>eme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusal<61>n adorar<61>is al Padre.
22 Vosotros ador<6F>is lo que no sab<61>is; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvaci<63>n viene de los jud<75>os.
23 Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorar<61>n al Padre en esp<73>ritu y en verdad; porque tambi<62>n el Padre tales adoradores busca que le adoren.
24 Dios es Esp<73>ritu; y los que le adoran, en esp<73>ritu y en verdad es necesario que adoren.
25 Le dijo la mujer: S<> que ha de venir el Mes<65>as, llamado el Cristo; cuando <20>l venga nos declarar<61> todas las cosas.
26 Jes<65>s le dijo: Yo soy, el que habla contigo.
27 En esto vinieron sus disc<73>pulos, y se maravillaron de que hablaba con una mujer; sin embargo, ninguno dijo: <20>Qu<51> preguntas? o, <20>Qu<51> hablas con ella?
28 Entonces la mujer dej<65> su c<>ntaro, y fue a la ciudad, y dijo a los hombres:
29 Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. <20>No ser<65> <20>ste el Cristo?
30 Entonces salieron de la ciudad, y vinieron a <20>l.
31 Entre tanto, los disc<73>pulos le rogaban, diciendo: Rab<61>, come.
32 El les dijo: Yo tengo una comida que comer, que vosotros no sab<61>is.
33 Entonces los disc<73>pulos dec<65>an unos a otros: <20>Le habr<62> tra<72>do alguien de comer?
34 Jes<65>s les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envi<76>, y que acabe su obra.
35 <20>No dec<65>s vosotros: A<>n faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aqu<71> os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya est<73>n blancos para la siega.
36 Y el que siega recibe salario, y recoge fruto para vida eterna, para que el que siembra goce juntamente con el que siega.
37 Porque en esto es verdadero el dicho: Uno es el que siembra, y otro es el que siega.
38 Yo os he enviado a segar lo que vosotros no labrasteis; otros labraron, y vosotros hab<61>is entrado en sus labores.
39 Y muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron en <20>l por la palabra de la mujer, que daba testimonio diciendo: Me dijo todo lo que he hecho.
40 Entonces vinieron los samaritanos a <20>l y le rogaron que se quedase con ellos; y se qued<65> all<6C> dos d<>as.
41 Y creyeron muchos m<>s por la palabra de <20>l,
42 y dec<65>an a la mujer: Ya no creemos solamente por tu dicho, porque nosotros mismos hemos o<>do, y sabemos que verdaderamente <20>ste es el Salvador del mundo, el Cristo.
Jes<EFBFBD>s sana al hijo de un noble
43 Dos d<>as despu<70>s, sali<6C> de all<6C> y fue a Galilea.
44 Porque Jes<65>s mismo dio testimonio de que el profeta no tiene honra en su propia tierra.
45 Cuando vino a Galilea, los galileos le recibieron, habiendo visto todas las cosas que hab<61>a hecho en Jerusal<61>n, en la fiesta; porque tambi<62>n ellos hab<61>an ido a la fiesta.
46 Vino, pues, Jes<65>s otra vez a Can<61> de Galilea, donde hab<61>a convertido el agua en vino. Y hab<61>a en Capernaum un oficial del rey, cuyo hijo estaba enfermo.
47 Este, cuando oy<6F> que Jes<65>s hab<61>a llegado de Judea a Galilea, vino a <20>l y le rog<6F> que descendiese y sanase a su hijo, que estaba a punto de morir.
48 Entonces Jes<65>s le dijo: Si no viereis se<73>ales y prodigios, no creer<65>is.
49 El oficial del rey le dijo: Se<53>or, desciende antes que mi hijo muera.
50 Jes<65>s le dijo: Ve, tu hijo vive. Y el hombre crey<65> la palabra que Jes<65>s le dijo, y se fue.
51 Cuando ya <20>l descend<6E>a, sus siervos salieron a recibirle, y le dieron nuevas, diciendo: Tu hijo vive.
52 Entonces <20>l les pregunt<6E> a qu<71> hora hab<61>a comenzado a estar mejor. Y le dijeron: Ayer a las siete le dej<65> la fiebre.
53 El padre entonces entendi<64> que aquella era la hora en que Jes<65>s le hab<61>a dicho: Tu hijo vive; y crey<65> <20>l con toda su casa.
54 Esta segunda se<73>al hizo Jes<65>s, cuando fue de Judea a Galilea.
El paral<61>tico de Betesda
JUAN 5
1 Despu<70>s de estas cosas hab<61>a una fiesta de los jud<75>os, y subi<62> Jes<65>s a Jerusal<61>n.
2 Y hay en Jerusal<61>n, cerca de la puerta de las ovejas, un estanque, llamado en hebreo Betesda, el cual tiene cinco p<>rticos.
3 En <20>stos yac<61>a una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paral<61>ticos, que esperaban el movimiento del agua.
4 Porque un <20>ngel descend<6E>a de tiempo en tiempo al estanque, y agitaba el agua; y el que primero descend<6E>a al estanque despu<70>s del movimiento del agua, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese.
5 Y hab<61>a all<6C> un hombre que hac<61>a treinta y ocho a<>os que estaba enfermo.
6 Cuando Jes<65>s lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo as<61>, le dijo: <20>Quieres ser sano?
7 Se<53>or, le respondi<64> el enfermo, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo.
8 Jes<65>s le dijo: Lev<65>ntate, toma tu lecho, y anda.
9 Y al instante aquel hombre fue sanado, y tom<6F> su lecho, y anduvo. Y era d<>a de reposo aquel d<>a.
10 Entonces los jud<75>os dijeron a aquel que hab<61>a sido sanado: Es d<>a de reposo; no te es l<>cito llevar tu lecho.
11 El les respondi<64>: El que me san<61>, <20>l mismo me dijo: Toma tu lecho y anda.
12 Entonces le preguntaron: <20>Qui<75>n es el que te dijo: Toma tu lecho y anda?
13 Y el que hab<61>a sido sanado no sab<61>a qui<75>n fuese, porque Jes<65>s se hab<61>a apartado de la gente que estaba en aquel lugar.
14 Despu<70>s le hall<6C> Jes<65>s en el templo, y le dijo: Mira, has sido sanado; no peques m<>s, para que no te venga alguna cosa peor.
15 El hombre se fue, y dio aviso a los jud<75>os, que Jes<65>s era el que le hab<61>a sanado.
16 Y por esta causa los jud<75>os persegu<67>an a Jes<65>s, y procuraban matarle, porque hac<61>a estas cosas en el d<>a de reposo.
17 Y Jes<65>s les respondi<64>: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo.
18 Por esto los jud<75>os aun m<>s procuraban matarle, porque no s<>lo quebrantaba el d<>a de reposo, sino que tambi<62>n dec<65>a que Dios era su propio Padre, haci<63>ndose igual a Dios.
La autoridad del Hijo
19 Respondi<64> entonces Jes<65>s, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por s<> mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, tambi<62>n lo hace el Hijo igualmente.
20 Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que <20>l hace; y mayores obras que estas le mostrar<61>, de modo que vosotros os maravill<6C>is.
21 Porque como el Padre levanta a los muertos, y les da vida, as<61> tambi<62>n el Hijo a los que quiere da vida.
22 Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo,
23 para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envi<76>.
24 De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envi<76>, tiene vida eterna; y no vendr<64> a condenaci<63>n, mas ha pasado de muerte a vida.
25 De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oir<69>n la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivir<69>n.
26 Porque como el Padre tiene vida en s<> mismo, as<61> tambi<62>n ha dado al Hijo el tener vida en s<> mismo;
27 y tambi<62>n le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo del Hombre.
28 No os maravill<6C>is de esto; porque vendr<64> hora cuando todos los que est<73>n en los sepulcros oir<69>n su voz;
29 y los que hicieron lo bueno, saldr<64>n a resurrecci<63>n de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrecci<63>n de condenaci<63>n.
Testigos de Cristo
30 No puedo yo hacer nada por m<> mismo; seg<65>n oigo, as<61> juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envi<76>, la del Padre.
31 Si yo doy testimonio acerca de m<> mismo, mi testimonio no es verdadero.
32 Otro es el que da testimonio acerca de m<>, y s<> que el testimonio que da de m<> es verdadero.
33 Vosotros enviasteis mensajeros a Juan, y <20>l dio testimonio de la verdad.
34 Pero yo no recibo testimonio de hombre alguno; mas digo esto, para que vosotros se<73>is salvos.
35 El era antorcha que ard<72>a y alumbraba; y vosotros quisisteis regocijaros por un tiempo en su luz.
36 Mas yo tengo mayor testimonio que el de Juan; porque las obras que el Padre me dio para que cumpliese, las mismas obras que yo hago, dan testimonio de m<>, que el Padre me ha enviado.
37 Tambi<62>n el Padre que me envi<76> ha dado testimonio de m<>. Nunca hab<61>is o<>do su voz, ni hab<61>is visto su aspecto,
38 ni ten<65>is su palabra morando en vosotros; porque a quien <20>l envi<76>, vosotros no cre<72>is.
39 Escudri<72>ad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas ten<65>is la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de m<>;
40 y no quer<65>is venir a m<> para que teng<6E>is vida.
41 Gloria de los hombres no recibo.
42 Mas yo os conozco, que no ten<65>is amor de Dios en vosotros.
43 Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recib<69>s; si otro viniere en su propio nombre, a <20>se recibir<69>is.
44 <20>C<EFBFBD>mo pod<6F>is vosotros creer, pues recib<69>s gloria los unos de los otros, y no busc<73>is la gloria que viene del Dios <20>nico?
45 No pens<6E>is que yo voy a acusaros delante del Padre; hay quien os acusa, Mois<69>s, en quien ten<65>is vuestra esperanza.
46 Porque si creyeseis a Mois<69>s, me creer<65>ais a m<>, porque de m<> escribi<62> <20>l.
47 Pero si no cre<72>is a sus escritos, <20>c<EFBFBD>mo creer<65>is a mis palabras?
Alimentaci<EFBFBD>n de los cinco mil
(Mt. 14.13-21; Mr. 6.30-44; Lc. 9.10-17)
JUAN 6
1 Despu<70>s de esto, Jes<65>s fue al otro lado del mar de Galilea, el de Tiberias.
2 Y le segu<67>a gran multitud, porque ve<76>an las se<73>ales que hac<61>a en los enfermos.
3 Entonces subi<62> Jes<65>s a un monte, y se sent<6E> all<6C> con sus disc<73>pulos.
4 Y estaba cerca la pascua, la fiesta de los jud<75>os.
5 Cuando alz<6C> Jes<65>s los ojos, y vio que hab<61>a venido a <20>l gran multitud, dijo a Felipe: <20>De d<>nde compraremos pan para que coman <20>stos?
6 Pero esto dec<65>a para probarle; porque <20>l sab<61>a lo que hab<61>a de hacer.
7 Felipe le respondi<64>: Doscientos denarios de pan no bastar<61>an para que cada uno de ellos tomase un poco.
8 Uno de sus disc<73>pulos, Andr<64>s, hermano de Sim<69>n Pedro, le dijo:
9 Aqu<71> est<73> un muchacho, que tiene cinco panes de cebada y dos pececillos; mas <20>qu<71> es esto para tantos?
10 Entonces Jes<65>s dijo: Haced recostar la gente. Y hab<61>a mucha hierba en aquel lugar; y se recostaron como en n<>mero de cinco mil varones.
11 Y tom<6F> Jes<65>s aquellos panes, y habiendo dado gracias, los reparti<74> entre los disc<73>pulos, y los disc<73>pulos entre los que estaban recostados; asimismo de los peces, cuanto quer<65>an.
12 Y cuando se hubieron saciado, dijo a sus disc<73>pulos: Recoged los pedazos que sobraron, para que no se pierda nada.
13 Recogieron, pues, y llenaron doce cestas de pedazos, que de los cinco panes de cebada sobraron a los que hab<61>an comido.
14 Aquellos hombres entonces, viendo la se<73>al que Jes<65>s hab<61>a hecho, dijeron: Este verdaderamente es el profeta que hab<61>a de venir al mundo.
15 Pero entendiendo Jes<65>s que iban a venir para apoderarse de <20>l y hacerle rey, volvi<76> a retirarse al monte <20>l solo.
Jes<EFBFBD>s anda sobre el mar
(Mt. 14.22-27; Mr. 6.45-52)
16 Al anochecer, descendieron sus disc<73>pulos al mar,
17 y entrando en una barca, iban cruzando el mar hacia Capernaum. Estaba ya oscuro, y Jes<65>s no hab<61>a venido a ellos.
18 Y se levantaba el mar con un gran viento que soplaba.
19 Cuando hab<61>an remado como veinticinco o treinta estadios, vieron a Jes<65>s que andaba sobre el mar y se acercaba a la barca; y tuvieron miedo.
20 Mas <20>l les dijo: Yo soy; no tem<65>is.
21 Ellos entonces con gusto le recibieron en la barca, la cual lleg<65> en seguida a la tierra adonde iban.
La gente busca a Jes<65>s
22 El d<>a siguiente, la gente que estaba al otro lado del mar vio que no hab<61>a habido all<6C> m<>s que una sola barca, y que Jes<65>s no hab<61>a entrado en ella con sus disc<73>pulos, sino que <20>stos se hab<61>an ido solos.
23 Pero otras barcas hab<61>an arribado de Tiberias junto al lugar donde hab<61>an comido el pan despu<70>s de haber dado gracias el Se<53>or.
24 Cuando vio, pues, la gente que Jes<65>s no estaba all<6C>, ni sus disc<73>pulos, entraron en las barcas y fueron a Capernaum, buscando a Jes<65>s.
Jes<EFBFBD>s, el pan de vida
25 Y hall<6C>ndole al otro lado del mar, le dijeron: Rab<61>, <20>cu<63>ndo llegaste ac<61>?
26 Respondi<64> Jes<65>s y les dijo: De cierto, de cierto os digo que me busc<73>is, no porque hab<61>is visto las se<73>ales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis.
27 Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dar<61>; porque a <20>ste se<73>al<61> Dios el Padre.
28 Entonces le dijeron: <20>Qu<51> debemos hacer para poner en pr<70>ctica las obras de Dios?
29 Respondi<64> Jes<65>s y les dijo: Esta es la obra de Dios, que cre<72>is en el que <20>l ha enviado.
30 Le dijeron entonces: <20>Qu<51> se<73>al, pues, haces t<>, para que veamos, y te creamos? <20>Qu<51> obra haces?
31 Nuestros padres comieron el man<61> en el desierto, como est<73> escrito: Pan del cielo les dio a comer.
32 Y Jes<65>s les dijo: De cierto, de cierto os digo: No os dio Mois<69>s el pan del cielo, mas mi Padre os da el verdadero pan del cielo.
33 Porque el pan de Dios es aquel que descendi<64> del cielo y da vida al mundo.
34 Le dijeron: Se<53>or, danos siempre este pan.
35 Jes<65>s les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a m<> viene, nunca tendr<64> hambre; y el que en m<> cree, no tendr<64> sed jam<61>s.
36 Mas os he dicho, que aunque me hab<61>is visto, no cre<72>is.
37 Todo lo que el Padre me da, vendr<64> a m<>; y al que a m<> viene, no le echo fuera.
38 Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envi<76>.
39 Y esta es la voluntad del Padre, el que me envi<76>: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el d<>a postrero.
40 Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en <20>l, tenga vida eterna; y yo le resucitar<61> en el d<>a postrero.
41 Murmuraban entonces de <20>l los jud<75>os, porque hab<61>a dicho: Yo soy el pan que descendi<64> del cielo.
42 Y dec<65>an: <20>No es <20>ste Jes<65>s, el hijo de Jos<6F>, cuyo padre y madre nosotros conocemos? <20>C<EFBFBD>mo, pues, dice <20>ste: Del cielo he descendido?
43 Jes<65>s respondi<64> y les dijo: No murmur<75>is entre vosotros.
44 Ninguno puede venir a m<>, si el Padre que me envi<76> no le trajere; y yo le resucitar<61> en el d<>a postrero.
45 Escrito est<73> en los profetas: Y ser<65>n todos ense<73>ados por Dios. As<41> que, todo aquel que oy<6F> al Padre, y aprendi<64> de <20>l, viene a m<>.
46 No que alguno haya visto al Padre, sino aquel que vino de Dios; <20>ste ha visto al Padre.
47 De cierto, de cierto os digo: El que cree en m<>, tiene vida eterna.
48 Yo soy el pan de vida.
49 Vuestros padres comieron el man<61> en el desierto, y murieron.
50 Este es el pan que desciende del cielo, para que el que de <20>l come, no muera.
51 Yo soy el pan vivo que descendi<64> del cielo; si alguno comiere de este pan, vivir<69> para siempre; y el pan que yo dar<61> es mi carne, la cual yo dar<61> por la vida del mundo.
52 Entonces los jud<75>os contend<6E>an entre s<>, diciendo: <20>C<EFBFBD>mo puede <20>ste darnos a comer su carne?
53 Jes<65>s les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no com<6F>is la carne del Hijo del Hombre, y beb<65>is su sangre, no ten<65>is vida en vosotros.
54 El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitar<61> en el d<>a postrero.
55 Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida.
56 El que come mi carne y bebe mi sangre, en m<> permanece, y yo en <20>l.
57 Como me envi<76> el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, <20>l tambi<62>n vivir<69> por m<>.
58 Este es el pan que descendi<64> del cielo; no como vuestros padres comieron el man<61>, y murieron; el que come de este pan, vivir<69> eternamente.
59 Estas cosas dijo en la sinagoga, ense<73>ando en Capernaum.
Palabras de vida eterna
60 Al o<>rlas, muchos de sus disc<73>pulos dijeron: Dura es esta palabra; <20>qui<75>n la puede o<>r?
61 Sabiendo Jes<65>s en s<> mismo que sus disc<73>pulos murmuraban de esto, les dijo: <20>Esto os ofende?
62 <20>Pues qu<71>, si viereis al Hijo del Hombre subir adonde estaba primero?
63 El esp<73>ritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son esp<73>ritu y son vida.
64 Pero hay algunos de vosotros que no creen. Porque Jes<65>s sab<61>a desde el principio qui<75>nes eran los que no cre<72>an, y qui<75>n le hab<61>a de entregar.
65 Y dijo: Por eso os he dicho que ninguno puede venir a m<>, si no le fuere dado del Padre.
66 Desde entonces muchos de sus disc<73>pulos volvieron atr<74>s, y ya no andaban con <20>l.
67 Dijo entonces Jes<65>s a los doce: <20>Quer<65>is acaso iros tambi<62>n vosotros?
68 Le respondi<64> Sim<69>n Pedro: Se<53>or, <20>a qui<75>n iremos? T<> tienes palabras de vida eterna.
69 Y nosotros hemos cre<72>do y conocemos que t<> eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.
70 Jes<65>s les respondi<64>: <20>No os he escogido yo a vosotros los doce, y uno de vosotros es diablo?
71 Hablaba de Judas Iscariote, hijo de Sim<69>n; porque <20>ste era el que le iba a entregar, y era uno de los doce.
Incredulidad de los hermanos de Jes<65>s
JUAN 7
1 Despu<70>s de estas cosas, andaba Jes<65>s en Galilea; pues no quer<65>a andar en Judea, porque los jud<75>os procuraban matarle.
2 Estaba cerca la fiesta de los jud<75>os, la de los tabern<72>culos;
3 y le dijeron sus hermanos: Sal de aqu<71>, y vete a Judea, para que tambi<62>n tus disc<73>pulos vean las obras que haces.
4 Porque ninguno que procura darse a conocer hace algo en secreto. Si estas cosas haces, manifi<66>state al mundo.
5 Porque ni aun sus hermanos cre<72>an en <20>l.
6 Entonces Jes<65>s les dijo: Mi tiempo a<>n no ha llegado, mas vuestro tiempo siempre est<73> presto.
7 No puede el mundo aborreceros a vosotros; mas a m<> me aborrece, porque yo testifico de <20>l, que sus obras son malas.
8 Subid vosotros a la fiesta; yo no subo todav<61>a a esa fiesta, porque mi tiempo a<>n no se ha cumplido.
9 Y habi<62>ndoles dicho esto, se qued<65> en Galilea.
Jes<EFBFBD>s en la fiesta de los tabern<72>culos
10 Pero despu<70>s que sus hermanos hab<61>an subido, entonces <20>l tambi<62>n subi<62> a la fiesta, no abiertamente, sino como en secreto.
11 Y le buscaban los jud<75>os en la fiesta, y dec<65>an: <20>D<EFBFBD>nde est<73> aqu<71>l?
12 Y hab<61>a gran murmullo acerca de <20>l entre la multitud, pues unos dec<65>an: Es bueno; pero otros dec<65>an: No, sino que enga<67>a al pueblo.
13 Pero ninguno hablaba abiertamente de <20>l, por miedo a los jud<75>os.
14 Mas a la mitad de la fiesta subi<62> Jes<65>s al templo, y ense<73>aba.
15 Y se maravillaban los jud<75>os, diciendo: <20>C<EFBFBD>mo sabe <20>ste letras, sin haber estudiado?
16 Jes<65>s les respondi<64> y dijo: Mi doctrina no es m<>a, sino de aquel que me envi<76>.
17 El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocer<65> si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta.
18 El que habla por su propia cuenta, su propia gloria busca; pero el que busca la gloria del que le envi<76>, <20>ste es verdadero, y no hay en <20>l injusticia.
19 <20>No os dio Mois<69>s la ley, y ninguno de vosotros cumple la ley? <20>Por qu<71> procur<75>is matarme?
20 Respondi<64> la multitud y dijo: Demonio tienes; <20>qui<75>n procura matarte?
21 Jes<65>s respondi<64> y les dijo: Una obra hice, y todos os maravill<6C>is.
22 Por cierto, Mois<69>s os dio la circuncisi<73>n (no porque sea de Mois<69>s, sino de los padres); y en el d<>a de reposo circuncid<69>is al hombre.
23 Si recibe el hombre la circuncisi<73>n en el d<>a de reposo, para que la ley de Mois<69>s no sea quebrantada, <20>os enoj<6F>is conmigo porque en el d<>a de reposo san<61> completamente a un hombre?
24 No juzgu<67>is seg<65>n las apariencias, sino juzgad con justo juicio.
<EFBFBD>Es <20>ste el Cristo?
25 Dec<65>an entonces unos de Jerusal<61>n: <20>No es <20>ste a quien buscan para matarle?
26 Pues mirad, habla p<>blicamente, y no le dicen nada. <20>Habr<62>n reconocido en verdad los gobernantes que <20>ste es el Cristo?
27 Pero <20>ste, sabemos de d<>nde es; mas cuando venga el Cristo, nadie sabr<62> de d<>nde sea.
28 Jes<65>s entonces, ense<73>ando en el templo, alz<6C> la voz y dijo: A m<> me conoc<6F>is, y sab<61>is de d<>nde soy; y no he venido de m<> mismo, pero el que me envi<76> es verdadero, a quien vosotros no conoc<6F>is.
29 Pero yo le conozco, porque de <20>l procedo, y <20>l me envi<76>.
30 Entonces procuraban prenderle; pero ninguno le ech<63> mano, porque a<>n no hab<61>a llegado su hora.
31 Y muchos de la multitud creyeron en <20>l, y dec<65>an: El Cristo, cuando venga, <20>har<61> m<>s se<73>ales que las que <20>ste hace?
Los fariseos env<6E>an alguaciles para prender a Jes<65>s
32 Los fariseos oyeron a la gente que murmuraba de <20>l estas cosas; y los principales sacerdotes y los fariseos enviaron alguaciles para que le prendiesen.
33 Entonces Jes<65>s dijo: Todav<61>a un poco de tiempo estar<61> con vosotros, e ir<69> al que me envi<76>.
34 Me buscar<61>is, y no me hallar<61>is; y a donde yo estar<61>, vosotros no podr<64>is venir.
35 Entonces los jud<75>os dijeron entre s<>: <20>Ad<41>nde se ir<69> <20>ste, que no le hallemos? <20>Se ir<69> a los dispersos entre los griegos, y ense<73>ar<61> a los griegos?
36 <20>Qu<51> significa esto que dijo: Me buscar<61>is, y no me hallar<61>is; y a donde yo estar<61>, vosotros no podr<64>is venir?
R<EFBFBD>os de agua viva
37 En el <20>ltimo y gran d<>a de la fiesta, Jes<65>s se puso en pie y alz<6C> la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a m<> y beba.
38 El que cree en m<>, como dice la Escritura, de su interior correr<65>n r<>os de agua viva.
39 Esto dijo del Esp<73>ritu que hab<61>an de recibir los que creyesen en <20>l; pues a<>n no hab<61>a venido el Esp<73>ritu Santo, porque Jes<65>s no hab<61>a sido a<>n glorificado.
Divisi<EFBFBD>n entre la gente
40 Entonces algunos de la multitud, oyendo estas palabras, dec<65>an: Verdaderamente <20>ste es el profeta.
41 Otros dec<65>an: Este es el Cristo. Pero algunos dec<65>an: <20>De Galilea ha de venir el Cristo?
42 <20>No dice la Escritura que del linaje de David, y de la aldea de Bel<65>n, de donde era David, ha de venir el Cristo?
43 Hubo entonces disensi<73>n entre la gente a causa de <20>l.
44 Y algunos de ellos quer<65>an prenderle; pero ninguno le ech<63> mano.
<EFBFBD>Nunca ha hablado hombre as<61>!
45 Los alguaciles vinieron a los principales sacerdotes y a los fariseos; y <20>stos les dijeron: <20>Por qu<71> no le hab<61>is tra<72>do?
46 Los alguaciles respondieron: <20>Jam<61>s hombre alguno ha hablado como este hombre!
47 Entonces los fariseos les respondieron: <20>Tambi<62>n vosotros hab<61>is sido enga<67>ados?
48 <20>Acaso ha cre<72>do en <20>l alguno de los gobernantes, o de los fariseos?
49 Mas esta gente que no sabe la ley, maldita es.
50 Les dijo Nicodemo, el que vino a <20>l de noche, el cual era uno de ellos:
51 <20>Juzga acaso nuestra ley a un hombre si primero no le oye, y sabe lo que ha hecho?
52 Respondieron y le dijeron: <20>Eres t<> tambi<62>n galileo? Escudri<72>a y ve que de Galilea nunca se ha levantado profeta.
53 Cada uno se fue a su casa;
La mujer ad<61>ltera
JUAN 8
1 y Jes<65>s se fue al monte de los Olivos.
2 Y por la ma<6D>ana volvi<76> al templo, y todo el pueblo vino a <20>l; y sentado <20>l, les ense<73>aba.
3 Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poni<6E>ndola en medio,
4 le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio.
5 Y en la ley nos mand<6E> Mois<69>s apedrear a tales mujeres. T<>, pues, <20>qu<71> dices?
6 Mas esto dec<65>an tent<6E>ndole, para poder acusarle. Pero Jes<65>s, inclinado hacia el suelo, escrib<69>a en tierra con el dedo.
7 Y como insistieran en preguntarle, se enderez<65> y les dijo: El que de vosotros est<73> sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella.
8 E inclin<69>ndose de nuevo hacia el suelo, sigui<75> escribiendo en tierra.
9 Pero ellos, al o<>r esto, acusados por su conciencia, sal<61>an uno a uno, comenzando desde los m<>s viejos hasta los postreros; y qued<65> solo Jes<65>s, y la mujer que estaba en medio.
10 Enderez<65>ndose Jes<65>s, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, <20>d<EFBFBD>nde est<73>n los que te acusaban? <20>Ninguno te conden<65>?
11 Ella dijo: Ninguno, Se<53>or. Entonces Jes<65>s le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques m<>s.
Jes<EFBFBD>s, la luz del mundo
12 Otra vez Jes<65>s les habl<62>, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andar<61> en tinieblas, sino que tendr<64> la luz de la vida.
13 Entonces los fariseos le dijeron: T<> das testimonio acerca de ti mismo; tu testimonio no es verdadero.
14 Respondi<64> Jes<65>s y les dijo: Aunque yo doy testimonio acerca de m<> mismo, mi testimonio es verdadero, porque s<> de d<>nde he venido y a d<>nde voy; pero vosotros no sab<61>is de d<>nde vengo, ni a d<>nde voy.
15 Vosotros juzg<7A>is seg<65>n la carne; yo no juzgo a nadie.
16 Y si yo juzgo, mi juicio es verdadero; porque no soy yo solo, sino yo y el que me envi<76>, el Padre.
17 Y en vuestra ley est<73> escrito que el testimonio de dos hombres es verdadero.
18 Yo soy el que doy testimonio de m<> mismo, y el Padre que me envi<76> da testimonio de m<>.
19 Ellos le dijeron: <20>D<EFBFBD>nde est<73> tu Padre? Respondi<64> Jes<65>s: Ni a m<> me conoc<6F>is, ni a mi Padre; si a m<> me conocieseis, tambi<62>n a mi Padre conocer<65>ais.
20 Estas palabras habl<62> Jes<65>s en el lugar de las ofrendas, ense<73>ando en el templo; y nadie le prendi<64>, porque a<>n no hab<61>a llegado su hora.
A donde yo voy, vosotros no pod<6F>is venir
21 Otra vez les dijo Jes<65>s: Yo me voy, y me buscar<61>is, pero en vuestro pecado morir<69>is; a donde yo voy, vosotros no pod<6F>is venir.
22 Dec<65>an entonces los jud<75>os: <20>Acaso se matar<61> a s<> mismo, que dice: A donde yo voy, vosotros no pod<6F>is venir?
23 Y les dijo: Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba; vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo.
24 Por eso os dije que morir<69>is en vuestros pecados; porque si no cre<72>is que yo soy, en vuestros pecados morir<69>is.
25 Entonces le dijeron: <20>T<EFBFBD> qui<75>n eres? Entonces Jes<65>s les dijo: Lo que desde el principio os he dicho.
26 Muchas cosas tengo que decir y juzgar de vosotros; pero el que me envi<76> es verdadero; y yo, lo que he o<>do de <20>l, esto hablo al mundo.
27 Pero no entendieron que les hablaba del Padre.
28 Les dijo, pues, Jes<65>s: Cuando hay<61>is levantado al Hijo del Hombre, entonces conocer<65>is que yo soy, y que nada hago por m<> mismo, sino que seg<65>n me ense<73><65> el Padre, as<61> hablo.
29 Porque el que me envi<76>, conmigo est<73>; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada.
30 Hablando <20>l estas cosas, muchos creyeron en <20>l.
La verdad os har<61> libres
31 Dijo entonces Jes<65>s a los jud<75>os que hab<61>an cre<72>do en <20>l: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, ser<65>is verdaderamente mis disc<73>pulos;
32 y conocer<65>is la verdad, y la verdad os har<61> libres.
33 Le respondieron: Linaje de Abraham somos, y jam<61>s hemos sido esclavos de nadie. <20>C<EFBFBD>mo dices t<>: Ser<65>is libres?
34 Jes<65>s les respondi<64>: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado.
35 Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo s<> queda para siempre.
36 As<41> que, si el Hijo os libertare, ser<65>is verdaderamente libres.
37 S<> que sois descendientes de Abraham; pero procur<75>is matarme, porque mi palabra no halla cabida en vosotros.
38 Yo hablo lo que he visto cerca del Padre; y vosotros hac<61>is lo que hab<61>is o<>do cerca de vuestro padre.
Sois de vuestro padre el diablo
39 Respondieron y le dijeron: Nuestro padre es Abraham. Jes<65>s les dijo: Si fueseis hijos de Abraham, las obras de Abraham har<61>ais.
40 Pero ahora procur<75>is matarme a m<>, hombre que os he hablado la verdad, la cual he o<>do de Dios; no hizo esto Abraham.
41 Vosotros hac<61>is las obras de vuestro padre. Entonces le dijeron: Nosotros no somos nacidos de fornicaci<63>n; un padre tenemos, que es Dios.
42 Jes<65>s entonces les dijo: Si vuestro padre fuese Dios, ciertamente me amar<61>ais; porque yo de Dios he salido, y he venido; pues no he venido de m<> mismo, sino que <20>l me envi<76>.
43 <20>Por qu<71> no entend<6E>is mi lenguaje? Porque no pod<6F>is escuchar mi palabra.
44 Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre quer<65>is hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en <20>l. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.
45 Y a m<>, porque digo la verdad, no me cre<72>is.
46 <20>Qui<75>n de vosotros me redarguye de pecado? Pues si digo la verdad, <20>por qu<71> vosotros no me cre<72>is?
47 El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por esto no las o<>s vosotros, porque no sois de Dios.
La preexistencia de Cristo
48 Respondieron entonces los jud<75>os, y le dijeron: <20>No decimos bien nosotros, que t<> eres samaritano, y que tienes demonio?
49 Respondi<64> Jes<65>s: Yo no tengo demonio, antes honro a mi Padre; y vosotros me deshonr<6E>is.
50 Pero yo no busco mi gloria; hay quien la busca, y juzga.
51 De cierto, de cierto os digo, que el que guarda mi palabra, nunca ver<65> muerte.
52 Entonces los jud<75>os le dijeron: Ahora conocemos que tienes demonio. Abraham muri<72>, y los profetas; y t<> dices: El que guarda mi palabra, nunca sufrir<69> muerte.
53 <20>Eres t<> acaso mayor que nuestro padre Abraham, el cual muri<72>? <20>Y los profetas murieron! <20>Qui<75>n te haces a ti mismo?
54 Respondi<64> Jes<65>s: Si yo me glorifico a m<> mismo, mi gloria nada es; mi Padre es el que me glorifica, el que vosotros dec<65>s que es vuestro Dios.
55 Pero vosotros no le conoc<6F>is; mas yo le conozco, y si dijere que no le conozco, ser<65>a mentiroso como vosotros; pero le conozco, y guardo su palabra.
56 Abraham vuestro padre se goz<6F> de que hab<61>a de ver mi d<>a; y lo vio, y se goz<6F>.
57 Entonces le dijeron los jud<75>os: A<>n no tienes cincuenta a<>os, <20>y has visto a Abraham?
58 Jes<65>s les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy.
59 Tomaron entonces piedras para arroj<6F>rselas; pero Jes<65>s se escondi<64> y sali<6C> del templo; y atravesando por en medio de ellos, se fue.
Jes<EFBFBD>s sana a un ciego de nacimiento
JUAN 9
1 Al pasar Jes<65>s, vio a un hombre ciego de nacimiento.
2 Y le preguntaron sus disc<73>pulos, diciendo: Rab<61>, <20>qui<75>n pec<65>, <20>ste o sus padres, para que haya nacido ciego?
3 Respondi<64> Jes<65>s: No es que pec<65> <20>ste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en <20>l.
4 Me es necesario hacer las obras del que me envi<76>, entre tanto que el d<>a dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar.
5 Entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo.
6 Dicho esto, escupi<70> en tierra, e hizo lodo con la saliva, y unt<6E> con el lodo los ojos del ciego,
7 y le dijo: Ve a lavarte en el estanque de Silo<6C> (que traducido es, Enviado). Fue entonces, y se lav<61>, y regres<65> viendo.
8 Entonces los vecinos, y los que antes le hab<61>an visto que era ciego, dec<65>an: <20>No es <20>ste el que se sentaba y mendigaba?
9 Unos dec<65>an: El es; y otros: A <20>l se parece. El dec<65>a: Yo soy.
10 Y le dijeron: <20>C<EFBFBD>mo te fueron abiertos los ojos?
11 Respondi<64> <20>l y dijo: Aquel hombre que se llama Jes<65>s hizo lodo, me unt<6E> los ojos, y me dijo: Ve al Silo<6C>, y l<>vate; y fui, y me lav<61>, y recib<69> la vista.
12 Entonces le dijeron: <20>D<EFBFBD>nde est<73> <20>l? El dijo: No s<>.
Los fariseos interrogan al ciego sanado
13 Llevaron ante los fariseos al que hab<61>a sido ciego.
14 Y era d<>a de reposo cuando Jes<65>s hab<61>a hecho el lodo, y le hab<61>a abierto los ojos.
15 Volvieron, pues, a preguntarle tambi<62>n los fariseos c<>mo hab<61>a recibido la vista. El les dijo: Me puso lodo sobre los ojos, y me lav<61>, y veo.
16 Entonces algunos de los fariseos dec<65>an: Ese hombre no procede de Dios, porque no guarda el d<>a de reposo. Otros dec<65>an: <20>C<EFBFBD>mo puede un hombre pecador hacer estas se<73>ales? Y hab<61>a disensi<73>n entre ellos.
17 Entonces volvieron a decirle al ciego: <20>Qu<51> dices t<> del que te abri<72> los ojos? Y <20>l dijo: Que es profeta.
18 Pero los jud<75>os no cre<72>an que <20>l hab<61>a sido ciego, y que hab<61>a recibido la vista, hasta que llamaron a los padres del que hab<61>a recibido la vista,
19 y les preguntaron, diciendo: <20>Es <20>ste vuestro hijo, el que vosotros dec<65>s que naci<63> ciego? <20>C<EFBFBD>mo, pues, ve ahora?
20 Sus padres respondieron y les dijeron: Sabemos que <20>ste es nuestro hijo, y que naci<63> ciego;
21 pero c<>mo vea ahora, no lo sabemos; o qui<75>n le haya abierto los ojos, nosotros tampoco lo sabemos; edad tiene, preguntadle a <20>l; <20>l hablar<61> por s<> mismo.
22 Esto dijeron sus padres, porque ten<65>an miedo de los jud<75>os, por cuanto los jud<75>os ya hab<61>an acordado que si alguno confesase que Jes<65>s era el Mes<65>as, fuera expulsado de la sinagoga.
23 Por eso dijeron sus padres: Edad tiene, preguntadle a <20>l.
24 Entonces volvieron a llamar al hombre que hab<61>a sido ciego, y le dijeron: Da gloria a Dios; nosotros sabemos que ese hombre es pecador.
25 Entonces <20>l respondi<64> y dijo: Si es pecador, no lo s<>; una cosa s<>, que habiendo yo sido ciego, ahora veo.
26 Le volvieron a decir: <20>Qu<51> te hizo? <20>C<EFBFBD>mo te abri<72> los ojos?
27 El les respondi<64>: Ya os lo he dicho, y no hab<61>is querido oir; <20>por qu<71> lo quer<65>is o<>r otra vez? <20>Quer<65>is tambi<62>n vosotros haceros sus disc<73>pulos?
28 Y le injuriaron, y dijeron: T<> eres su disc<73>pulo; pero nosotros, disc<73>pulos de Mois<69>s somos.
29 Nosotros sabemos que Dios ha hablado a Mois<69>s; pero respecto a <20>se, no sabemos de d<>nde sea.
30 Respondi<64> el hombre, y les dijo: Pues esto es lo maravilloso, que vosotros no sep<65>is de d<>nde sea, y a m<> me abri<72> los ojos.
31 Y sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios, y hace su voluntad, a <20>se oye.
32 Desde el principio no se ha o<>do decir que alguno abriese los ojos a uno que naci<63> ciego.
33 Si <20>ste no viniera de Dios, nada podr<64>a hacer.
34 Respondieron y le dijeron: T<> naciste del todo en pecado, <20>y nos ense<73>as a nosotros? Y le expulsaron.
Ceguera espiritual
35 Oy<4F> Jes<65>s que le hab<61>an expulsado; y hall<6C>ndole, le dijo: <20>Crees t<> en el Hijo de Dios?
36 Respondi<64> <20>l y dijo: <20>Qui<75>n es, Se<53>or, para que crea en <20>l?
37 Le dijo Jes<65>s: Pues le has visto, y el que habla contigo, <20>l es.
38 Y <20>l dijo: Creo, Se<53>or; y le ador<6F>.
39 Dijo Jes<65>s: Para juicio he venido yo a este mundo; para que los que no ven, vean, y los que ven, sean cegados.
40 Entonces algunos de los fariseos que estaban con <20>l, al o<>r esto, le dijeron: <20>Acaso nosotros somos tambi<62>n ciegos?
41 Jes<65>s les respondi<64>: Si fuerais ciegos, no tendr<64>ais pecado; mas ahora, porque dec<65>s: Vemos, vuestro pecado permanece.
Par<EFBFBD>bola del redil
JUAN 10
1 De cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, <20>se es ladr<64>n y salteador.
2 Mas el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es.
3 A <20>ste abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca.
4 Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz.
5 Mas al extra<72>o no seguir<69>n, sino huir<69>n de <20>l, porque no conocen la voz de los extra<72>os.
6 Esta alegor<6F>a les dijo Jes<65>s; pero ellos no entendieron qu<71> era lo que les dec<65>a.
Jes<EFBFBD>s, el buen pastor
7 Volvi<76>, pues, Jes<65>s a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas.
8 Todos los que antes de m<> vinieron, ladrones son y salteadores; pero no los oyeron las ovejas.
9 Yo soy la puerta; el que por m<> entrare, ser<65> salvo; y entrar<61>, y saldr<64>, y hallar<61> pastos.
10 El ladr<64>n no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
11 Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.
12 Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa.
13 As<41> que el asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas.
14 Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las m<>as me conocen,
15 as<61> como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas.
16 Tambi<62>n tengo otras ovejas que no son de este redil; aqu<71>llas tambi<62>n debo traer, y oir<69>n mi voz; y habr<62> un reba<62>o, y un pastor.
17 Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar.
18 Nadie me la quita, sino que yo de m<> mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recib<69> de mi Padre.
19 Volvi<76> a haber disensi<73>n entre los jud<75>os por estas palabras.
20 Muchos de ellos dec<65>an: Demonio tiene, y est<73> fuera de s<>; <20>por qu<71> le o<>s?
21 Dec<65>an otros: Estas palabras no son de endemoniado. <20>Puede acaso el demonio abrir los ojos de los ciegos?
Los jud<75>os rechazan a Jes<65>s
22 Celebr<62>base en Jerusal<61>n la fiesta de la dedicaci<63>n. Era invierno,
23 y Jes<65>s andaba en el templo por el p<>rtico de Salom<6F>n.
24 Y le rodearon los jud<75>os y le dijeron: <20>Hasta cu<63>ndo nos turbar<61>s el alma? Si t<> eres el Cristo, d<>noslo abiertamente.
25 Jes<65>s les respondi<64>: Os lo he dicho, y no cre<72>is; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de m<>;
26 pero vosotros no cre<72>is, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho.
27 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen,
28 y yo les doy vida eterna; y no perecer<65>n jam<61>s, ni nadie las arrebatar<61> de mi mano.
29 Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.
30 Yo y el Padre uno somos.
31 Entonces los jud<75>os volvieron a tomar piedras para apedrearle.
32 Jes<65>s les respondi<64>: Muchas buenas obras os he mostrado de mi Padre; <20>por cu<63>l de ellas me apedre<72>is?
33 Le respondieron los jud<75>os, diciendo: Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; porque t<>, siendo hombre, te haces Dios.
34 Jes<65>s les respondi<64>: <20>No est<73> escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses sois?
35 Si llam<61> dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada),
36 <20>al que el Padre santific<69> y envi<76> al mundo, vosotros dec<65>s: T<> blasfemas, porque dije: Hijo de Dios soy?
37 Si no hago las obras de mi Padre, no me cre<72>is.
38 Mas si las hago, aunque no me cre<72>is a m<>, creed a las obras, para que conozc<7A>is y cre<72>is que el Padre est<73> en m<>, y yo en el Padre.
39 Procuraron otra vez prenderle, pero <20>l se escap<61> de sus manos.
40 Y se fue de nuevo al otro lado del Jord<72>n, al lugar donde primero hab<61>a estado bautizando Juan; y se qued<65> all<6C>.
41 Y muchos ven<65>an a <20>l, y dec<65>an: Juan, a la verdad, ninguna se<73>al hizo; pero todo lo que Juan dijo de <20>ste, era verdad.
42 Y muchos creyeron en <20>l all<6C>.
Muerte de L<>zaro
JUAN 11
1 Estaba entonces enfermo uno llamado L<>zaro, de Betania, la aldea de Mar<61>a y de Marta su hermana.
2 (Mar<61>a, cuyo hermano L<>zaro estaba enfermo, fue la que ungi<67> al Se<53>or con perfume, y le enjug<75> los pies con sus cabellos.)
3 Enviaron, pues, las hermanas para decir a Jes<65>s: Se<53>or, he aqu<71> el que amas est<73> enfermo.
4 Oy<4F>ndolo Jes<65>s, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.
5 Y amaba Jes<65>s a Marta, a su hermana y a L<>zaro.
6 Cuando oy<6F>, pues, que estaba enfermo, se qued<65> dos d<>as m<>s en el lugar donde estaba.
7 Luego, despu<70>s de esto, dijo a los disc<73>pulos: Vamos a Judea otra vez.
8 Le dijeron los disc<73>pulos: Rab<61>, ahora procuraban los jud<75>os apedrearte, <20>y otra vez vas all<6C>?
9 Respondi<64> Jes<65>s: <20>No tiene el d<>a doce horas? El que anda de d<>a, no tropieza, porque ve la luz de este mundo;
10 pero el que anda de noche, tropieza, porque no hay luz en <20>l.
11 Dicho esto, les dijo despu<70>s: Nuestro amigo L<>zaro duerme; mas voy para despertarle.
12 Dijeron entonces sus disc<73>pulos: Se<53>or, si duerme, sanar<61>.
13 Pero Jes<65>s dec<65>a esto de la muerte de L<>zaro; y ellos pensaron que hablaba del reposar del sue<75>o.
14 Entonces Jes<65>s les dijo claramente: L<>zaro ha muerto;
15 y me alegro por vosotros, de no haber estado all<6C>, para que cre<72>is; mas vamos a <20>l.
16 Dijo entonces Tom<6F>s, llamado D<>dimo, a sus condisc<73>pulos: Vamos tambi<62>n nosotros, para que muramos con <20>l.
Jes<EFBFBD>s, la resurrecci<63>n y la vida
17 Vino, pues, Jes<65>s, y hall<6C> que hac<61>a ya cuatro d<>as que L<>zaro estaba en el sepulcro.
18 Betania estaba cerca de Jerusal<61>n, como a quince estadios;
19 y muchos de los jud<75>os hab<61>an venido a Marta y a Mar<61>a, para consolarlas por su hermano.
20 Entonces Marta, cuando oy<6F> que Jes<65>s ven<65>a, sali<6C> a encontrarle; pero Mar<61>a se qued<65> en casa.
21 Y Marta dijo a Jes<65>s: Se<53>or, si hubieses estado aqu<71>, mi hermano no habr<62>a muerto.
22 Mas tambi<62>n s<> ahora que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo dar<61>.
23 Jes<65>s le dijo: Tu hermano resucitar<61>.
24 Marta le dijo: Yo s<> que resucitar<61> en la resurrecci<63>n, en el d<>a postrero.
25 Le dijo Jes<65>s: Yo soy la resurrecci<63>n y la vida; el que cree en m<>, aunque est<73> muerto, vivir<69>.
26 Y todo aquel que vive y cree en m<>, no morir<69> eternamente. <20>Crees esto?
27 Le dijo: S<>, Se<53>or; yo he cre<72>do que t<> eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo.
Jes<EFBFBD>s llora ante la tumba de L<>zaro
28 Habiendo dicho esto, fue y llam<61> a Mar<61>a su hermana, dici<63>ndole en secreto: El Maestro est<73> aqu<71> y te llama.
29 Ella, cuando lo oy<6F>, se levant<6E> de prisa y vino a <20>l.
30 Jes<65>s todav<61>a no hab<61>a entrado en la aldea, sino que estaba en el lugar donde Marta le hab<61>a encontrado.
31 Entonces los jud<75>os que estaban en casa con ella y la consolaban, cuando vieron que Mar<61>a se hab<61>a levantado de prisa y hab<61>a salido, la siguieron, diciendo: Va al sepulcro a llorar all<6C>.
32 Mar<61>a, cuando lleg<65> a donde estaba Jes<65>s, al verle, se postr<74> a sus pies, dici<63>ndole: Se<53>or, si hubieses estado aqu<71>, no habr<62>a muerto mi hermano.
33 Jes<65>s entonces, al verla llorando, y a los jud<75>os que la acompa<70>aban, tambi<62>n llorando, se estremeci<63> en esp<73>ritu y se conmovi<76>,
34 y dijo: <20>D<EFBFBD>nde le pusisteis? Le dijeron: Se<53>or, ven y ve.
35 Jes<65>s llor<6F>.
36 Dijeron entonces los jud<75>os: Mirad c<>mo le amaba.
37 Y algunos de ellos dijeron: <20>No pod<6F>a <20>ste, que abri<72> los ojos al ciego, haber hecho tambi<62>n que L<>zaro no muriera?
Resurrecci<EFBFBD>n de L<>zaro
38 Jes<65>s, profundamente conmovido otra vez, vino al sepulcro. Era una cueva, y ten<65>a una piedra puesta encima.
39 Dijo Jes<65>s: Quitad la piedra. Marta, la hermana del que hab<61>a muerto, le dijo: Se<53>or, hiede ya, porque es de cuatro d<>as.
40 Jes<65>s le dijo: <20>No te he dicho que si crees, ver<65>s la gloria de Dios?
41 Entonces quitaron la piedra de donde hab<61>a sido puesto el muerto. Y Jes<65>s, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme o<>do.
42 Yo sab<61>a que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que est<73> alrededor, para que crean que t<> me has enviado.
43 Y habiendo dicho esto, clam<61> a gran voz: <20>L<EFBFBD>zaro, ven fuera!
44 Y el que hab<61>a muerto sali<6C>, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jes<65>s les dijo: Desatadle, y dejadle ir.
El complot para matar a Jes<65>s
(Mt. 26.1-5; Mr. 14.1-2; Lc. 22.1-2)
45 Entonces muchos de los jud<75>os que hab<61>an venido para acompa<70>ar a Mar<61>a, y vieron lo que hizo Jes<65>s, creyeron en <20>l.
46 Pero algunos de ellos fueron a los fariseos y les dijeron lo que Jes<65>s hab<61>a hecho.
47 Entonces los principales sacerdotes y los fariseos reunieron el concilio, y dijeron: <20>Qu<51> haremos? Porque este hombre hace muchas se<73>ales.
48 Si le dejamos as<61>, todos creer<65>n en <20>l; y vendr<64>n los romanos, y destruir<69>n nuestro lugar santo y nuestra naci<63>n.
49 Entonces Caif<69>s, uno de ellos, sumo sacerdote aquel a<>o, les dijo: Vosotros no sab<61>is nada;
50 ni pens<6E>is que nos conviene que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la naci<63>n perezca.
51 Esto no lo dijo por s<> mismo, sino que como era el sumo sacerdote aquel a<>o, profetiz<69> que Jes<65>s hab<61>a de morir por la naci<63>n;
52 y no solamente por la naci<63>n, sino tambi<62>n para congregar en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos.
53 As<41> que, desde aquel d<>a acordaron matarle.
54 Por tanto, Jes<65>s ya no andaba abiertamente entre los jud<75>os, sino que se alej<65> de all<6C> a la regi<67>n contigua al desierto, a una ciudad llamada Efra<72>n; y se qued<65> all<6C> con sus disc<73>pulos.
55 Y estaba cerca la pascua de los jud<75>os; y muchos subieron de aquella regi<67>n a Jerusal<61>n antes de la pascua, para purificarse.
56 Y buscaban a Jes<65>s, y estando ellos en el templo, se preguntaban unos a otros: <20>Qu<51> os parece? <20>No vendr<64> a la fiesta?
57 Y los principales sacerdotes y los fariseos hab<61>an dado orden de que si alguno supiese d<>nde estaba, lo manifestase, para que le prendiesen.
Jes<EFBFBD>s es ungido en Betania
(Mt. 26.6-13; Mr. 14.3-9)
JUAN 12
1 Seis d<>as antes de la pascua, vino Jes<65>s a Betania, donde estaba L<>zaro, el que hab<61>a estado muerto, y a quien hab<61>a resucitado de los muertos.
2 Y le hicieron all<6C> una cena; Marta serv<72>a, y L<>zaro era uno de los que estaban sentados a la mesa con <20>l.
3 Entonces Mar<61>a tom<6F> una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungi<67> los pies de Jes<65>s, y los enjug<75> con sus cabellos; y la casa se llen<65> del olor del perfume.
4 Y dijo uno de sus disc<73>pulos, Judas Iscariote hijo de Sim<69>n, el que le hab<61>a de entregar:
5 <20>Por qu<71> no fue este perfume vendido por trescientos denarios, y dado a los pobres?
6 Pero dijo esto, no porque se cuidara de los pobres, sino porque era ladr<64>n, y teniendo la bolsa, sustra<72>a de lo que se echaba en ella.
7 Entonces Jes<65>s dijo: D<>jala; para el d<>a de mi sepultura ha guardado esto.
8 Porque a los pobres siempre los tendr<64>is con vosotros, mas a m<> no siempre me tendr<64>is.
El complot contra L<>zaro
9 Gran multitud de los jud<75>os supieron entonces que <20>l estaba all<6C>, y vinieron, no solamente por causa de Jes<65>s, sino tambi<62>n para ver a L<>zaro, a quien hab<61>a resucitado de los muertos.
10 Pero los principales sacerdotes acordaron dar muerte tambi<62>n a L<>zaro,
11 porque a causa de <20>l muchos de los jud<75>os se apartaban y cre<72>an en Jes<65>s.
La entrada triunfal en Jerusal<61>n
(Mt. 21.1-11; Mr. 11.1-11; Lc. 19.28-40)
12 El siguiente d<>a, grandes multitudes que hab<61>an venido a la fiesta, al o<>r que Jes<65>s ven<65>a a Jerusal<61>n,
13 tomaron ramas de palmera y salieron a recibirle, y clamaban: <20>Hosanna! <20>Bendito el que viene en el nombre del Se<53>or, el Rey de Israel!
14 Y hall<6C> Jes<65>s un asnillo, y mont<6E> sobre <20>l, como est<73> escrito:
15 No temas, hija de Sion; He aqu<71> tu Rey viene, Montado sobre un pollino de asna.
16 Estas cosas no las entendieron sus disc<73>pulos al principio; pero cuando Jes<65>s fue glorificado, entonces se acordaron de que estas cosas estaban escritas acerca de <20>l, y de que se las hab<61>an hecho.
17 Y daba testimonio la gente que estaba con <20>l cuando llam<61> a L<>zaro del sepulcro, y le resucit<69> de los muertos.
18 Por lo cual tambi<62>n hab<61>a venido la gente a recibirle, porque hab<61>a o<>do que <20>l hab<61>a hecho esta se<73>al.
19 Pero los fariseos dijeron entre s<>: Ya veis que no consegu<67>s nada. Mirad, el mundo se va tras <20>l.
Unos griegos buscan a Jes<65>s
20 Hab<61>a ciertos griegos entre los que hab<61>an subido a adorar en la fiesta.
21 Estos, pues, se acercaron a Felipe, que era de Betsaida de Galilea, y le rogaron, diciendo: Se<53>or, quisi<73>ramos ver a Jes<65>s.
22 Felipe fue y se lo dijo a Andr<64>s; entonces Andr<64>s y Felipe se lo dijeron a Jes<65>s.
23 Jes<65>s les respondi<64> diciendo: Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado.
24 De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto.
25 El que ama su vida, la perder<65>; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardar<61>.
26 Si alguno me sirve, s<>game; y donde yo estuviere, all<6C> tambi<62>n estar<61> mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrar<61>.
Jes<EFBFBD>s anuncia su muerte
27 Ahora est<73> turbada mi alma; <20>y qu<71> dir<69>? <20>Padre, s<>lvame de esta hora? Mas para esto he llegado a esta hora.
28 Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: Lo he glorificado, y lo glorificar<61> otra vez.
29 Y la multitud que estaba all<6C>, y hab<61>a o<>do la voz, dec<65>a que hab<61>a sido un trueno. Otros dec<65>an: Un <20>ngel le ha hablado.
30 Respondi<64> Jes<65>s y dijo: No ha venido esta voz por causa m<>a, sino por causa de vosotros.
31 Ahora es el juicio de este mundo; ahora el pr<70>ncipe de este mundo ser<65> echado fuera.
32 Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraer<65> a m<> mismo.
33 Y dec<65>a esto dando a entender de qu<71> muerte iba a morir.
34 Le respondi<64> la gente: Nosotros hemos o<>do de la ley, que el Cristo permanece para siempre. <20>C<EFBFBD>mo, pues, dices t<> que es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado? <20>Qui<75>n es este Hijo del Hombre?
35 Entonces Jes<65>s les dijo: A<>n por un poco est<73> la luz entre vosotros; andad entre tanto que ten<65>is luz, para que no os sorprendan las tinieblas; porque el que anda en tinieblas, no sabe a d<>nde va.
36 Entre tanto que ten<65>is la luz, creed en la luz, para que se<73>is hijos de luz. Estas cosas habl<62> Jes<65>s, y se fue y se ocult<6C> de ellos.
Incredulidad de los jud<75>os
37 Pero a pesar de que hab<61>a hecho tantas se<73>ales delante de ellos, no cre<72>an en <20>l;
38 para que se cumpliese la palabra del profeta Isa<73>as, que dijo: Se<53>or, <20>qui<75>n ha cre<72>do a nuestro anuncio? <20>Y a qui<75>n se ha revelado el brazo del Se<53>or?
39 Por esto no pod<6F>an creer, porque tambi<62>n dijo Isa<73>as:
40 Ceg<65> los ojos de ellos, y endureci<63> su coraz<61>n; Para que no vean con los ojos, y entiendan con el coraz<61>n, Y se conviertan, y yo los sane.
41 Isa<73>as dijo esto cuando vio su gloria, y habl<62> acerca de <20>l.
42 Con todo eso, aun de los gobernantes, muchos creyeron en <20>l; pero a causa de los fariseos no lo confesaban, para no ser expulsados de la sinagoga.
43 Porque amaban m<>s la gloria de los hombres que la gloria de Dios.
Las palabras de Jes<65>s juzgar<61>n a los hombres
44 Jes<65>s clam<61> y dijo: El que cree en m<>, no cree en m<>, sino en el que me envi<76>;
45 y el que me ve, ve al que me envi<76>.
46 Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en m<> no permanezca en tinieblas.
47 Al que oye mis palabras, y no las guarda, yo no le juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo.
48 El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgar<61> en el d<>a postrero.
49 Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envi<76>, <20>l me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar.
50 Y s<> que su mandamiento es vida eterna. As<41> pues, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho.
Jes<EFBFBD>s lava los pies de sus disc<73>pulos
JUAN 13
1 Antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jes<65>s que su hora hab<61>a llegado para que pasase de este mundo al Padre, como hab<61>a amado a los suyos que estaban en el mundo, los am<61> hasta el fin.
2 Y cuando cenaban, como el diablo ya hab<61>a puesto en el coraz<61>n de Judas Iscariote, hijo de Sim<69>n, que le entregase,
3 sabiendo Jes<65>s que el Padre le hab<61>a dado todas las cosas en las manos, y que hab<61>a salido de Dios, y a Dios iba,
4 se levant<6E> de la cena, y se quit<69> su manto, y tomando una toalla, se la ci<63><69>.
5 Luego puso agua en un lebrillo, y comenz<6E> a lavar los pies de los disc<73>pulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ce<63>ido.
6 Entonces vino a Sim<69>n Pedro; y Pedro le dijo: Se<53>or, <20>t<EFBFBD> me lavas los pies?
7 Respondi<64> Jes<65>s y le dijo: Lo que yo hago, t<> no lo comprendes ahora; mas lo entender<65>s despu<70>s.
8 Pedro le dijo: No me lavar<61>s los pies jam<61>s. Jes<65>s le respondi<64>: Si no te lavare, no tendr<64>s parte conmigo.
9 Le dijo Sim<69>n Pedro: Se<53>or, no s<>lo mis pies, sino tambi<62>n las manos y la cabeza.
10 Jes<65>s le dijo: El que est<73> lavado, no necesita sino lavarse los pies, pues est<73> todo limpio; y vosotros limpios est<73>is, aunque no todos.
11 Porque sab<61>a qui<75>n le iba a entregar; por eso dijo: No est<73>is limpios todos.
12 As<41> que, despu<70>s que les hubo lavado los pies, tom<6F> su manto, volvi<76> a la mesa, y les dijo: <20>Sab<61>is lo que os he hecho?
13 Vosotros me llam<61>is Maestro, y Se<53>or; y dec<65>s bien, porque lo soy.
14 Pues si yo, el Se<53>or y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros tambi<62>n deb<65>is lavaros los pies los unos a los otros.
15 Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros tambi<62>n hag<61>is.
16 De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su se<73>or, ni el enviado es mayor que el que le envi<76>.
17 Si sab<61>is estas cosas, bienaventurados ser<65>is si las hiciereis.
18 No hablo de todos vosotros; yo s<> a quienes he elegido; mas para que se cumpla la Escritura: El que come pan conmigo, levant<6E> contra m<> su calca<63>ar.
19 Desde ahora os lo digo antes que suceda, para que cuando suceda, cre<72>is que yo soy.
20 De cierto, de cierto os digo: El que recibe al que yo enviare, me recibe a m<>; y el que me recibe a m<>, recibe al que me envi<76>.
Jes<EFBFBD>s anuncia la traici<63>n de Judas
(Mt. 26.20-25; Mr. 14.17-21; Lc. 22.21-23)
21 Habiendo dicho Jes<65>s esto, se conmovi<76> en esp<73>ritu, y declar<61> y dijo: De cierto, de cierto os digo, que uno de vosotros me va a entregar.
22 Entonces los disc<73>pulos se miraban unos a otros, dudando de qui<75>n hablaba.
23 Y uno de sus disc<73>pulos, al cual Jes<65>s amaba, estaba recostado al lado de Jes<65>s.
24 A <20>ste, pues, hizo se<73>as Sim<69>n Pedro, para que preguntase qui<75>n era aquel de quien hablaba.
25 El entonces, recostado cerca del pecho de Jes<65>s, le dijo: Se<53>or, <20>qui<75>n es?
26 Respondi<64> Jes<65>s: A quien yo diere el pan mojado, aqu<71>l es. Y mojando el pan, lo dio a Judas Iscariote hijo de Sim<69>n.
27 Y despu<70>s del bocado, Satan<61>s entr<74> en <20>l. Entonces Jes<65>s le dijo: Lo que vas a hacer, hazlo m<>s pronto.
28 Pero ninguno de los que estaban a la mesa entendi<64> por qu<71> le dijo esto.
29 Porque algunos pensaban, puesto que Judas ten<65>a la bolsa, que Jes<65>s le dec<65>a: Compra lo que necesitamos para la fiesta; o que diese algo a los pobres.
30 Cuando <20>l, pues, hubo tomado el bocado, luego sali<6C>; y era ya de noche.
El nuevo mandamiento
31 Entonces, cuando hubo salido, dijo Jes<65>s: Ahora es glorificado el Hijo del Hombre, y Dios es glorificado en <20>l.
32 Si Dios es glorificado en <20>l, Dios tambi<62>n le glorificar<61> en s<> mismo, y en seguida le glorificar<61>.
33 Hijitos, a<>n estar<61> con vosotros un poco. Me buscar<61>is; pero como dije a los jud<75>os, as<61> os digo ahora a vosotros: A donde yo voy, vosotros no pod<6F>is ir.
34 Un mandamiento nuevo os doy: Que os am<61>is unos a otros; como yo os he amado, que tambi<62>n os am<61>is unos a otros.
35 En esto conocer<65>n todos que sois mis disc<73>pulos, si tuviereis amor los unos con los otros.
Jes<EFBFBD>s anuncia la negaci<63>n de Pedro
(Mt. 26.31-35; Mr. 14.27-31; Lc. 22.31-34)
36 Le dijo Sim<69>n Pedro: Se<53>or, <20>a d<>nde vas? Jes<65>s le respondi<64>: A donde yo voy, no me puedes seguir ahora; mas me seguir<69>s despu<70>s.
37 Le dijo Pedro: Se<53>or, <20>por qu<71> no te puedo seguir ahora? Mi vida pondr<64> por ti.
38 Jes<65>s le respondi<64>: <20>Tu vida pondr<64>s por m<>? De cierto, de cierto te digo: No cantar<61> el gallo, sin que me hayas negado tres veces.
Jes<EFBFBD>s, el camino al Padre
JUAN 14
1 No se turbe vuestro coraz<61>n; cre<72>is en Dios, creed tambi<62>n en m<>.
2 En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si as<61> no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.
3 Y si me fuere y os preparare lugar, vendr<64> otra vez, y os tomar<61> a m<> mismo, para que donde yo estoy, vosotros tambi<62>n est<73>is.
4 Y sab<61>is a d<>nde voy, y sab<61>is el camino.
5 Le dijo Tom<6F>s: Se<53>or, no sabemos a d<>nde vas; <20>c<EFBFBD>mo, pues, podemos saber el camino?
6 Jes<65>s le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por m<>.
7 Si me conocieseis, tambi<62>n a mi Padre conocer<65>ais; y desde ahora le conoc<6F>is, y le hab<61>is visto.
8 Felipe le dijo: Se<53>or, mu<6D>stranos el Padre, y nos basta.
9 Jes<65>s le dijo: <20>Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a m<>, ha visto al Padre; <20>c<EFBFBD>mo, pues, dices t<>: Mu<4D>stranos el Padre?
10 <20>No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en m<>? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en m<>, <20>l hace las obras.
11 Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en m<>; de otra manera, creedme por las mismas obras.
12 De cierto, de cierto os digo: El que en m<> cree, las obras que yo hago, <20>l las har<61> tambi<62>n; y aun mayores har<61>, porque yo voy al Padre.
13 Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo har<61>, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.
14 Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo har<61>.
La promesa del Esp<73>ritu Santo
15 Si me am<61>is, guardad mis mandamientos.
16 Y yo rogar<61> al Padre, y os dar<61> otro Consolador, para que est<73> con vosotros para siempre:
17 el Esp<73>ritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conoc<6F>is, porque mora con vosotros, y estar<61> en vosotros.
18 No os dejar<61> hu<68>rfanos; vendr<64> a vosotros.
19 Todav<61>a un poco, y el mundo no me ver<65> m<>s; pero vosotros me ver<65>is; porque yo vivo, vosotros tambi<62>n vivir<69>is.
20 En aquel d<>a vosotros conocer<65>is que yo estoy en mi Padre, y vosotros en m<>, y yo en vosotros.
21 El que tiene mis mandamientos, y los guarda, <20>se es el que me ama; y el que me ama, ser<65> amado por mi Padre, y yo le amar<61>, y me manifestar<61> a <20>l.
22 Le dijo Judas (no el Iscariote): Se<53>or, <20>c<EFBFBD>mo es que te manifestar<61>s a nosotros, y no al mundo?
23 Respondi<64> Jes<65>s y le dijo: El que me ama, mi palabra guardar<61>; y mi Padre le amar<61>, y vendremos a <20>l, y haremos morada con <20>l.
24 El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que hab<61>is o<>do no es m<>a, sino del Padre que me envi<76>.
25 Os he dicho estas cosas estando con vosotros.
26 Mas el Consolador, el Esp<73>ritu Santo, a quien el Padre enviar<61> en mi nombre, <20>l os ense<73>ar<61> todas las cosas, y os recordar<61> todo lo que yo os he dicho.
27 La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro coraz<61>n, ni tenga miedo.
28 Hab<61>is o<>do que yo os he dicho: Voy, y vengo a vosotros. Si me amarais, os habr<62>ais regocijado, porque he dicho que voy al Padre; porque el Padre mayor es que yo.
29 Y ahora os lo he dicho antes que suceda, para que cuando suceda, cre<72>is.
30 No hablar<61> ya mucho con vosotros; porque viene el pr<70>ncipe de este mundo, y <20>l nada tiene en m<>.
31 Mas para que el mundo conozca que amo al Padre, y como el Padre me mand<6E>, as<61> hago. Levantaos, vamos de aqu<71>.
Jes<EFBFBD>s, la vid verdadera
JUAN 15
1 Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador.
2 Todo p<>mpano que en m<> no lleva fruto, lo quitar<61>; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiar<61>, para que lleve m<>s fruto.
3 Ya vosotros est<73>is limpios por la palabra que os he hablado.
4 Permaneced en m<>, y yo en vosotros. Como el p<>mpano no puede llevar fruto por s<> mismo, si no permanece en la vid, as<61> tampoco vosotros, si no permanec<65>is en m<>.
5 Yo soy la vid, vosotros los p<>mpanos; el que permanece en m<>, y yo en <20>l, <20>ste lleva mucho fruto; porque separados de m<> nada pod<6F>is hacer.
6 El que en m<> no permanece, ser<65> echado fuera como p<>mpano, y se secar<61>; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden.
7 Si permanec<65>is en m<>, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que quer<65>is, y os ser<65> hecho.
8 En esto es glorificado mi Padre, en que llev<65>is mucho fruto, y se<73>is as<61> mis disc<73>pulos.
9 Como el Padre me ha amado, as<61> tambi<62>n yo os he amado; permaneced en mi amor.
10 Si guardareis mis mandamientos, permanecer<65>is en mi amor; as<61> como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor.
11 Estas cosas os he hablado, para que mi gozo est<73> en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido.
12 Este es mi mandamiento: Que os am<61>is unos a otros, como yo os he amado.
13 Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.
14 Vosotros sois mis amigos, si hac<61>is lo que yo os mando.
15 Ya no os llamar<61> siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su se<73>or; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que o<> de mi Padre, os las he dado a conocer.
16 No me elegisteis vosotros a m<>, sino que yo os eleg<65> a vosotros, y os he puesto para que vay<61>is y llev<65>is fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, <20>l os lo d<>.
17 Esto os mando: Que os am<61>is unos a otros.
El mundo os aborrecer<65>
18 Si el mundo os aborrece, sabed que a m<> me ha aborrecido antes que a vosotros.
19 Si fuerais del mundo, el mundo amar<61>a lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os eleg<65> del mundo, por eso el mundo os aborrece.
20 Acordaos de la palabra que yo os he dicho: El siervo no es mayor que su se<73>or. Si a m<> me han perseguido, tambi<62>n a vosotros os perseguir<69>n; si han guardado mi palabra, tambi<62>n guardar<61>n la vuestra.
21 Mas todo esto os har<61>n por causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado.
22 Si yo no hubiera venido, ni les hubiera hablado, no tendr<64>an pecado; pero ahora no tienen excusa por su pecado.
23 El que me aborrece a m<>, tambi<62>n a mi Padre aborrece.
24 Si yo no hubiese hecho entre ellos obras que ning<6E>n otro ha hecho, no tendr<64>an pecado; pero ahora han visto y han aborrecido a m<> y a mi Padre.
25 Pero esto es para que se cumpla la palabra que est<73> escrita en su ley: Sin causa me aborrecieron.
26 Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviar<61> del Padre, el Esp<73>ritu de verdad, el cual procede del Padre, <20>l dar<61> testimonio acerca de m<>.
27 Y vosotros dar<61>is testimonio tambi<62>n, porque hab<61>is estado conmigo desde el principio.
JUAN 16
1 Estas cosas os he hablado, para que no teng<6E>is tropiezo.
2 Os expulsar<61>n de las sinagogas; y aun viene la hora cuando cualquiera que os mate, pensar<61> que rinde servicio a Dios.
3 Y har<61>n esto porque no conocen al Padre ni a m<>.
4 Mas os he dicho estas cosas, para que cuando llegue la hora, os acord<72>is de que ya os lo hab<61>a dicho. Esto no os lo dije al principio, porque yo estaba con vosotros.
La obra del Esp<73>ritu Santo
5 Pero ahora voy al que me envi<76>; y ninguno de vosotros me pregunta: <20>A d<>nde vas?
6 Antes, porque os he dicho estas cosas, tristeza ha llenado vuestro coraz<61>n.
7 Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendr<64>a a vosotros; mas si me fuere, os lo enviar<61>.
8 Y cuando <20>l venga, convencer<65> al mundo de pecado, de justicia y de juicio.
9 De pecado, por cuanto no creen en m<>;
10 de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me ver<65>is m<>s;
11 y de juicio, por cuanto el pr<70>ncipe de este mundo ha sido ya juzgado.
12 A<>n tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las pod<6F>is sobrellevar.
13 Pero cuando venga el Esp<73>ritu de verdad, <20>l os guiar<61> a toda la verdad; porque no hablar<61> por su propia cuenta, sino que hablar<61> todo lo que oyere, y os har<61> saber las cosas que habr<62>n de venir.
14 El me glorificar<61>; porque tomar<61> de lo m<>o, y os lo har<61> saber.
15 Todo lo que tiene el Padre es m<>o; por eso dije que tomar<61> de lo m<>o, y os lo har<61> saber.
La tristeza se convertir<69> en gozo
16 Todav<61>a un poco, y no me ver<65>is; y de nuevo un poco, y me ver<65>is; porque yo voy al Padre.
17 Entonces se dijeron algunos de sus disc<73>pulos unos a otros: <20>Qu<51> es esto que nos dice: Todav<61>a un poco y no me ver<65>is; y de nuevo un poco, y me ver<65>is; y, porque yo voy al Padre?
18 Dec<65>an, pues: <20>Qu<51> quiere decir con: Todav<61>a un poco? No entendemos lo que habla.
19 Jes<65>s conoci<63> que quer<65>an preguntarle, y les dijo: <20>Pregunt<6E>is entre vosotros acerca de esto que dije: Todav<61>a un poco y no me ver<65>is, y de nuevo un poco y me ver<65>is?
20 De cierto, de cierto os digo, que vosotros llorar<61>is y lamentar<61>is, y el mundo se alegrar<61>; pero aunque vosotros est<73>is tristes, vuestra tristeza se convertir<69> en gozo.
21 La mujer cuando da a luz, tiene dolor, porque ha llegado su hora; pero despu<70>s que ha dado a luz un ni<6E>o, ya no se acuerda de la angustia, por el gozo de que haya nacido un hombre en el mundo.
22 Tambi<62>n vosotros ahora ten<65>is tristeza; pero os volver<65> a ver, y se gozar<61> vuestro coraz<61>n, y nadie os quitar<61> vuestro gozo.
23 En aquel d<>a no me preguntar<61>is nada. De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dar<61>.
24 Hasta ahora nada hab<61>is pedido en mi nombre; pedid, y recibir<69>is, para que vuestro gozo sea cumplido.
Yo he vencido al mundo
25 Estas cosas os he hablado en alegor<6F>as; la hora viene cuando ya no os hablar<61> por alegor<6F>as, sino que claramente os anunciar<61> acerca del Padre.
26 En aquel d<>a pedir<69>is en mi nombre; y no os digo que yo rogar<61> al Padre por vosotros,
27 pues el Padre mismo os ama, porque vosotros me hab<61>is amado, y hab<61>is cre<72>do que yo sal<61> de Dios.
28 Sal<61> del Padre, y he venido al mundo; otra vez dejo el mundo, y voy al Padre.
29 Le dijeron sus disc<73>pulos: He aqu<71> ahora hablas claramente, y ninguna alegor<6F>a dices.
30 Ahora entendemos que sabes todas las cosas, y no necesitas que nadie te pregunte; por esto creemos que has salido de Dios.
31 Jes<65>s les respondi<64>: <20>Ahora cre<72>is?
32 He aqu<71> la hora viene, y ha venido ya, en que ser<65>is esparcidos cada uno por su lado, y me dejar<61>is solo; mas no estoy solo, porque el Padre est<73> conmigo.
33 Estas cosas os he hablado para que en m<> teng<6E>is paz. En el mundo tendr<64>is aflicci<63>n; pero confiad, yo he vencido al mundo.
Jes<EFBFBD>s ora por sus disc<73>pulos
JUAN 17
1 Estas cosas habl<62> Jes<65>s, y levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que tambi<62>n tu Hijo te glorifique a ti;
2 como le has dado potestad sobre toda carne, para que d<> vida eterna a todos los que le diste.
3 Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el <20>nico Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.
4 Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese.
5 Ahora pues, Padre, glorif<69>came t<> al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese.
6 He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y me los diste, y han guardado tu palabra.
7 Ahora han conocido que todas las cosas que me has dado, proceden de ti;
8 porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido verdaderamente que sal<61> de ti, y han cre<72>do que t<> me enviaste.
9 Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son,
10 y todo lo m<>o es tuyo, y lo tuyo m<>o; y he sido glorificado en ellos.
11 Y ya no estoy en el mundo; mas <20>stos est<73>n en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, gu<67>rdalos en tu nombre, para que sean uno, as<61> como nosotros.
12 Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste, yo los guard<72>, y ninguno de ellos se perdi<64>, sino el hijo de perdici<63>n, para que la Escritura se cumpliese.
13 Pero ahora voy a ti; y hablo esto en el mundo, para que tengan mi gozo cumplido en s<> mismos.
14 Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreci<63>, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
15 No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal.
16 No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
17 Santif<69>calos en tu verdad; tu palabra es verdad.
18 Como t<> me enviaste al mundo, as<61> yo los he enviado al mundo.
19 Y por ellos yo me santifico a m<> mismo, para que tambi<62>n ellos sean santificados en la verdad.
20 Mas no ruego solamente por <20>stos, sino tambi<62>n por los que han de creer en m<> por la palabra de ellos,
21 para que todos sean uno; como t<>, oh Padre, en m<>, y yo en ti, que tambi<62>n ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que t<> me enviaste.
22 La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, as<61> como nosotros somos uno.
23 Yo en ellos, y t<> en m<>, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que t<> me enviaste, y que los has amado a ellos como tambi<62>n a m<> me has amado.
24 Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, tambi<62>n ellos est<73>n conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundaci<63>n del mundo.
25 Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido, y <20>stos han conocido que t<> me enviaste.
26 Y les he dado a conocer tu nombre, y lo dar<61> a conocer a<>n, para que el amor con que me has amado, est<73> en ellos, y yo en ellos.
Arresto de Jes<65>s
(Mt. 26.47-56; Mr. 14.43-50; Lc. 22.47-53)
JUAN 18
1 Habiendo dicho Jes<65>s estas cosas, sali<6C> con sus disc<73>pulos al otro lado del torrente de Cedr<64>n, donde hab<61>a un huerto, en el cual entr<74> con sus disc<73>pulos.
2 Y tambi<62>n Judas, el que le entregaba, conoc<6F>a aquel lugar, porque muchas veces Jes<65>s se hab<61>a reunido all<6C> con sus disc<73>pulos.
3 Judas, pues, tomando una compa<70><61>a de soldados, y alguaciles de los principales sacerdotes y de los fariseos, fue all<6C> con linternas y antorchas, y con armas.
4 Pero Jes<65>s, sabiendo todas las cosas que le hab<61>an de sobrevenir, se adelant<6E> y les dijo: <20>A qui<75>n busc<73>is?
5 Le respondieron: A Jes<65>s nazareno. Jes<65>s les dijo: Yo soy. Y estaba tambi<62>n con ellos Judas, el que le entregaba.
6 Cuando les dijo: Yo soy, retrocedieron, y cayeron a tierra.
7 Volvi<76>, pues, a preguntarles: <20>A qui<75>n busc<73>is? Y ellos dijeron: A Jes<65>s nazareno.
8 Respondi<64> Jes<65>s: Os he dicho que yo soy; pues si me busc<73>is a m<>, dejad ir a <20>stos;
9 para que se cumpliese aquello que hab<61>a dicho: De los que me diste, no perd<72> ninguno.
10 Entonces Sim<69>n Pedro, que ten<65>a una espada, la desenvain<69>, e hiri<72> al siervo del sumo sacerdote, y le cort<72> la oreja derecha. Y el siervo se llamaba Malco.
11 Jes<65>s entonces dijo a Pedro: Mete tu espada en la vaina; la copa que el Padre me ha dado, <20>no la he de beber?
Jes<EFBFBD>s ante el sumo sacerdote
(Mt. 26.57-58; Mr. 14.53-54; Lc. 22.54)
12 Entonces la compa<70><61>a de soldados, el tribuno y los alguaciles de los jud<75>os, prendieron a Jes<65>s y le ataron,
13 y le llevaron primeramente a An<41>s; porque era suegro de Caif<69>s, que era sumo sacerdote aquel a<>o.
14 Era Caif<69>s el que hab<61>a dado el consejo a los jud<75>os, de que conven<65>a que un solo hombre muriese por el pueblo.
Pedro en el patio de An<41>s
(Mt. 26.69-70; Mr. 14.66-68; Lc. 22.55-57)
15 Y segu<67>an a Jes<65>s Sim<69>n Pedro y otro disc<73>pulo. Y este disc<73>pulo era conocido del sumo sacerdote, y entr<74> con Jes<65>s al patio del sumo sacerdote;
16 mas Pedro estaba fuera, a la puerta. Sali<6C>, pues, el disc<73>pulo que era conocido del sumo sacerdote, y habl<62> a la portera, e hizo entrar a Pedro.
17 Entonces la criada portera dijo a Pedro: <20>No eres t<> tambi<62>n de los disc<73>pulos de este hombre? Dijo <20>l: No lo soy.
18 Y estaban en pie los siervos y los alguaciles que hab<61>an encendido un fuego; porque hac<61>a fr<66>o, y se calentaban; y tambi<62>n con ellos estaba Pedro en pie, calent<6E>ndose.
An<EFBFBD>s interroga a Jes<65>s
(Mt. 26.59-66; Mr. 14.55-64; Lc. 22.66-71)
19 Y el sumo sacerdote pregunt<6E> a Jes<65>s acerca de sus disc<73>pulos y de su doctrina.
20 Jes<65>s le respondi<64>: Yo p<>blicamente he hablado al mundo; siempre he ense<73>ado en la sinagoga y en el templo, donde se re<72>nen todos los jud<75>os, y nada he hablado en oculto.
21 <20>Por qu<71> me preguntas a m<>? Pregunta a los que han o<>do, qu<71> les haya yo hablado; he aqu<71>, ellos saben lo que yo he dicho.
22 Cuando Jes<65>s hubo dicho esto, uno de los alguaciles, que estaba all<6C>, le dio una bofetada, diciendo: <20>As<41> respondes al sumo sacerdote?
23 Jes<65>s le respondi<64>: Si he hablado mal, testifica en qu<71> est<73> el mal; y si bien, <20>por qu<71> me golpeas?
24 An<41>s entonces le envi<76> atado a Caif<69>s, el sumo sacerdote.
Pedro niega a Jes<65>s
(Mt. 26.71-75; Mr. 14.69-72; Lc. 22.58-62)
25 Estaba, pues, Pedro en pie, calent<6E>ndose. Y le dijeron: <20>No eres t<> de sus disc<73>pulos? El neg<65>, y dijo: No lo soy.
26 Uno de los siervos del sumo sacerdote, pariente de aquel a quien Pedro hab<61>a cortado la oreja, le dijo: <20>No te vi yo en el huerto con <20>l?
27 Neg<65> Pedro otra vez; y en seguida cant<6E> el gallo.
Jes<EFBFBD>s ante Pilato
(Mt. 27.1-2, 11-31; Mr. 15.1-20; Lc. 23.1-5, 13-25)
28 Llevaron a Jes<65>s de casa de Caif<69>s al pretorio. Era de ma<6D>ana, y ellos no entraron en el pretorio para no contaminarse, y as<61> poder comer la pascua.
29 Entonces sali<6C> Pilato a ellos, y les dijo: <20>Qu<51> acusaci<63>n tra<72>is contra este hombre?
30 Respondieron y le dijeron: Si <20>ste no fuera malhechor, no te lo habr<62>amos entregado.
31 Entonces les dijo Pilato: Tomadle vosotros, y juzgadle seg<65>n vuestra ley. Y los jud<75>os le dijeron: A nosotros no nos est<73> permitido dar muerte a nadie;
32 para que se cumpliese la palabra que Jes<65>s hab<61>a dicho, dando a entender de qu<71> muerte iba a morir.
33 Entonces Pilato volvi<76> a entrar en el pretorio, y llam<61> a Jes<65>s y le dijo: <20>Eres t<> el Rey de los jud<75>os?
34 Jes<65>s le respondi<64>: <20>Dices t<> esto por ti mismo, o te lo han dicho otros de m<>?
35 Pilato le respondi<64>: <20>Soy yo acaso jud<75>o? Tu naci<63>n, y los principales sacerdotes, te han entregado a m<>. <20>Qu<51> has hecho?
36 Respondi<64> Jes<65>s: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelear<61>an para que yo no fuera entregado a los jud<75>os; pero mi reino no es de aqu<71>.
37 Le dijo entonces Pilato: <20>Luego, eres t<> rey? Respondi<64> Jes<65>s: T<> dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz.
38 Le dijo Pilato: <20>Qu<51> es la verdad? Y cuando hubo dicho esto, sali<6C> otra vez a los jud<75>os, y les dijo: Yo no hallo en <20>l ning<6E>n delito.
39 Pero vosotros ten<65>is la costumbre de que os suelte uno en la pascua. <20>Quer<65>is, pues, que os suelte al Rey de los jud<75>os?
40 Entonces todos dieron voces de nuevo, diciendo: No a <20>ste, sino a Barrab<61>s. Y Barrab<61>s era ladr<64>n.
JUAN 19
1 As<41> que, entonces tom<6F> Pilato a Jes<65>s, y le azot<6F>.
2 Y los soldados entretejieron una corona de espinas, y la pusieron sobre su cabeza, y le vistieron con un manto de p<>rpura;
3 y le dec<65>an: <20>Salve, Rey de los jud<75>os! y le daban de bofetadas.
4 Entonces Pilato sali<6C> otra vez, y les dijo: Mirad, os lo traigo fuera, para que entend<6E>is que ning<6E>n delito hallo en <20>l.
5 Y sali<6C> Jes<65>s, llevando la corona de espinas y el manto de p<>rpura. Y Pilato les dijo: <20>He aqu<71> el hombre!
6 Cuando le vieron los principales sacerdotes y los alguaciles, dieron voces, diciendo: <20>Crucif<69>cale! <20>Crucif<69>cale! Pilato les dijo: Tomadle vosotros, y crucificadle; porque yo no hallo delito en <20>l.
7 Los jud<75>os le respondieron: Nosotros tenemos una ley, y seg<65>n nuestra ley debe morir, porque se hizo a s<> mismo Hijo de Dios.
8 Cuando Pilato oy<6F> decir esto, tuvo m<>s miedo.
9 Y entr<74> otra vez en el pretorio, y dijo a Jes<65>s: <20>De d<>nde eres t<>? Mas Jes<65>s no le dio respuesta.
10 Entonces le dijo Pilato: <20>A m<> no me hablas? <20>No sabes que tengo autoridad para crucificarte, y que tengo autoridad para soltarte?
11 Respondi<64> Jes<65>s: Ninguna autoridad tendr<64>as contra m<>, si no te fuese dada de arriba; por tanto, el que a ti me ha entregado, mayor pecado tiene.
12 Desde entonces procuraba Pilato soltarle; pero los jud<75>os daban voces, diciendo: Si a <20>ste sueltas, no eres amigo de C<>sar; todo el que se hace rey, a C<>sar se opone.
13 Entonces Pilato, oyendo esto, llev<65> fuera a Jes<65>s, y se sent<6E> en el tribunal en el lugar llamado el Enlosado, y en hebreo Gabata.
14 Era la preparaci<63>n de la pascua, y como la hora sexta. Entonces dijo a los jud<75>os: <20>He aqu<71> vuestro Rey!
15 Pero ellos gritaron: <20>Fuera, fuera, crucif<69>cale! Pilato les dijo: <20>A vuestro Rey he de crucificar? Respondieron los principales sacerdotes: No tenemos m<>s rey que C<>sar.
16 As<41> que entonces lo entreg<65> a ellos para que fuese crucificado. Tomaron, pues, a Jes<65>s, y le llevaron.
Crucifixi<EFBFBD>n y muerte de Jes<65>s
(Mt. 27.32-50; Mr. 15.21-37; Lc. 23.26-49)
17 Y <20>l, cargando su cruz, sali<6C> al lugar llamado de la Calavera, y en hebreo, G<>lgota;
18 y all<6C> le crucificaron, y con <20>l a otros dos, uno a cada lado, y Jes<65>s en medio.
19 Escribi<62> tambi<62>n Pilato un t<>tulo, que puso sobre la cruz, el cual dec<65>a: JES<45>S NAZARENO, REY DE LOS JUD<55>OS.
20 Y muchos de los jud<75>os leyeron este t<>tulo; porque el lugar donde Jes<65>s fue crucificado estaba cerca de la ciudad, y el t<>tulo estaba escrito en hebreo, en griego y en lat<61>n.
21 Dijeron a Pilato los principales sacerdotes de los jud<75>os: No escribas: Rey de los jud<75>os; sino, que <20>l dijo: Soy Rey de los jud<75>os.
22 Respondi<64> Pilato: Lo que he escrito, he escrito.
23 Cuando los soldados hubieron crucificado a Jes<65>s, tomaron sus vestidos, e hicieron cuatro partes, una para cada soldado. Tomaron tambi<62>n su t<>nica, la cual era sin costura, de un solo tejido de arriba abajo.
24 Entonces dijeron entre s<>: No la partamos, sino echemos suertes sobre ella, a ver de qui<75>n ser<65>. Esto fue para que se cumpliese la Escritura, que dice: Repartieron entre s<> mis vestidos, Y sobre mi ropa echaron suertes. Y as<61> lo hicieron los soldados.
25 Estaban junto a la cruz de Jes<65>s su madre, y la hermana de su madre, Mar<61>a mujer de Cleofas, y Mar<61>a Magdalena.
26 Cuando vio Jes<65>s a su madre, y al disc<73>pulo a quien <20>l amaba, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ah<61> tu hijo.
27 Despu<70>s dijo al disc<73>pulo: He ah<61> tu madre. Y desde aquella hora el disc<73>pulo la recibi<62> en su casa.
28 Despu<70>s de esto, sabiendo Jes<65>s que ya todo estaba consumado, dijo, para que la Escritura se cumpliese: Tengo sed.
29 Y estaba all<6C> una vasija llena de vinagre; entonces ellos empaparon en vinagre una esponja, y poni<6E>ndola en un hisopo, se la acercaron a la boca.
30 Cuando Jes<65>s hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entreg<65> el esp<73>ritu.
El costado de Jes<65>s traspasado
31 Entonces los jud<75>os, por cuanto era la preparaci<63>n de la pascua, a fin de que los cuerpos no quedasen en la cruz en el d<>a de reposo (pues aquel d<>a de reposo era de gran solemnidad), rogaron a Pilato que se les quebrasen las piernas, y fuesen quitados de all<6C>.
32 Vinieron, pues, los soldados, y quebraron las piernas al primero, y asimismo al otro que hab<61>a sido crucificado con <20>l.
33 Mas cuando llegaron a Jes<65>s, como le vieron ya muerto, no le quebraron las piernas.
34 Pero uno de los soldados le abri<72> el costado con una lanza, y al instante sali<6C> sangre y agua.
35 Y el que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero; y <20>l sabe que dice verdad, para que vosotros tambi<62>n cre<72>is.
36 Porque estas cosas sucedieron para que se cumpliese la Escritura: No ser<65> quebrado hueso suyo.
37 Y tambi<62>n otra Escritura dice: Mirar<61>n al que traspasaron.
Jes<EFBFBD>s es sepultado
(Mt. 27.57-61; Mr. 15.42-47; Lc. 23.50-56)
38 Despu<70>s de todo esto, Jos<6F> de Arimatea, que era disc<73>pulo de Jes<65>s, pero secretamente por miedo de los jud<75>os, rog<6F> a Pilato que le permitiese llevarse el cuerpo de Jes<65>s; y Pilato se lo concedi<64>. Entonces vino, y se llev<65> el cuerpo de Jes<65>s.
39 Tambi<62>n Nicodemo, el que antes hab<61>a visitado a Jes<65>s de noche, vino trayendo un compuesto de mirra y de <20>loes, como cien libras.
40 Tomaron, pues, el cuerpo de Jes<65>s, y lo envolvieron en lienzos con especias arom<6F>ticas, seg<65>n es costumbre sepultar entre los jud<75>os.
41 Y en el lugar donde hab<61>a sido crucificado, hab<61>a un huerto, y en el huerto un sepulcro nuevo, en el cual a<>n no hab<61>a sido puesto ninguno.
42 All<6C>, pues, por causa de la preparaci<63>n de la pascua de los jud<75>os, y porque aquel sepulcro estaba cerca, pusieron a Jes<65>s.
La resurrecci<63>n
(Mt. 28.1-10; Mr. 16.1-8; Lc. 24.1-12)
JUAN 20
1 El primer d<>a de la semana, Mar<61>a Magdalena fue de ma<6D>ana, siendo a<>n oscuro, al sepulcro; y vio quitada la piedra del sepulcro.
2 Entonces corri<72>, y fue a Sim<69>n Pedro y al otro disc<73>pulo, aquel al que amaba Jes<65>s, y les dijo: Se han llevado del sepulcro al Se<53>or, y no sabemos d<>nde le han puesto.
3 Y salieron Pedro y el otro disc<73>pulo, y fueron al sepulcro.
4 Corr<72>an los dos juntos; pero el otro disc<73>pulo corri<72> m<>s aprisa que Pedro, y lleg<65> primero al sepulcro.
5 Y baj<61>ndose a mirar, vio los lienzos puestos all<6C>, pero no entr<74>.
6 Luego lleg<65> Sim<69>n Pedro tras <20>l, y entr<74> en el sepulcro, y vio los lienzos puestos all<6C>,
7 y el sudario, que hab<61>a estado sobre la cabeza de Jes<65>s, no puesto con los lienzos, sino enrollado en un lugar aparte.
8 Entonces entr<74> tambi<62>n el otro disc<73>pulo, que hab<61>a venido primero al sepulcro; y vio, y crey<65>.
9 Porque a<>n no hab<61>an entendido la Escritura, que era necesario que <20>l resucitase de los muertos.
10 Y volvieron los disc<73>pulos a los suyos.
Jes<EFBFBD>s se aparece a Mar<61>a Magdalena
(Mr. 16.9-11)
11 Pero Mar<61>a estaba fuera llorando junto al sepulcro; y mientras lloraba, se inclin<69> para mirar dentro del sepulcro;
12 y vio a dos <20>ngeles con vestiduras blancas, que estaban sentados el uno a la cabecera, y el otro a los pies, donde el cuerpo de Jes<65>s hab<61>a sido puesto.
13 Y le dijeron: Mujer, <20>por qu<71> lloras? Les dijo: Porque se han llevado a mi Se<53>or, y no s<> d<>nde le han puesto.
14 Cuando hab<61>a dicho esto, se volvi<76>, y vio a Jes<65>s que estaba all<6C>; mas no sab<61>a que era Jes<65>s.
15 Jes<65>s le dijo: Mujer, <20>por qu<71> lloras? <20>A qui<75>n buscas? Ella, pensando que era el hortelano, le dijo: Se<53>or, si t<> lo has llevado, dime d<>nde lo has puesto, y yo lo llevar<61>.
16 Jes<65>s le dijo: <20>Mar<61>a! Volvi<76>ndose ella, le dijo: <20>Raboni! (que quiere decir, Maestro).
17 Jes<65>s le dijo: No me toques, porque a<>n no he subido a mi Padre; mas ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios.
18 Fue entonces Mar<61>a Magdalena para dar a los disc<73>pulos las nuevas de que hab<61>a visto al Se<53>or, y que <20>l le hab<61>a dicho estas cosas.
Jes<EFBFBD>s se aparece a los disc<73>pulos
(Mt. 28.16-20; Mr. 16.14-18; Lc. 24.36-49)
19 Cuando lleg<65> la noche de aquel mismo d<>a, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los disc<73>pulos estaban reunidos por miedo de los jud<75>os, vino Jes<65>s, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros.
20 Y cuando les hubo dicho esto, les mostr<74> las manos y el costado. Y los disc<73>pulos se regocijaron viendo al Se<53>or.
21 Entonces Jes<65>s les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envi<76> el Padre, as<61> tambi<62>n yo os env<6E>o.
22 Y habiendo dicho esto, sopl<70>, y les dijo: Recibid el Esp<73>ritu Santo.
23 A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son retenidos.
Incredulidad de Tom<6F>s
24 Pero Tom<6F>s, uno de los doce, llamado D<>dimo, no estaba con ellos cuando Jes<65>s vino.
25 Le dijeron, pues, los otros disc<73>pulos: Al Se<53>or hemos visto. El les dijo: Si no viere en sus manos la se<73>al de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creer<65>.
26 Ocho d<>as despu<70>s, estaban otra vez sus disc<73>pulos dentro, y con ellos Tom<6F>s. Lleg<65> Jes<65>s, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros.
27 Luego dijo a Tom<6F>s: Pon aqu<71> tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y m<>tela en mi costado; y no seas incr<63>dulo, sino creyente.
28 Entonces Tom<6F>s respondi<64> y le dijo: <20>Se<53>or m<>o, y Dios m<>o!
29 Jes<65>s le dijo: Porque me has visto, Tom<6F>s, cre<72>ste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron.
El prop<6F>sito del libro
30 Hizo adem<65>s Jes<65>s muchas otras se<73>ales en presencia de sus disc<73>pulos, las cuales no est<73>n escritas en este libro.
31 Pero <20>stas se han escrito para que cre<72>is que Jes<65>s es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, teng<6E>is vida en su nombre.
Jes<EFBFBD>s se aparece a siete de sus disc<73>pulos
JUAN 21
1 Despu<70>s de esto, Jes<65>s se manifest<73> otra vez a sus disc<73>pulos junto al mar de Tiberias; y se manifest<73> de esta manera:
2 Estaban juntos Sim<69>n Pedro, Tom<6F>s llamado el D<>dimo, Natanael el de Can<61> de Galilea, los hijos de Zebedeo, y otros dos de sus disc<73>pulos.
3 Sim<69>n Pedro les dijo: Voy a pescar. Ellos le dijeron: Vamos nosotros tambi<62>n contigo. Fueron, y entraron en una barca; y aquella noche no pescaron nada.
4 Cuando ya iba amaneciendo, se present<6E> Jes<65>s en la playa; mas los disc<73>pulos no sab<61>an que era Jes<65>s.
5 Y les dijo: Hijitos, <20>ten<65>is algo de comer? Le respondieron: No.
6 El les dijo: Echad la red a la derecha de la barca, y hallar<61>is. Entonces la echaron, y ya no la pod<6F>an sacar, por la gran cantidad de peces.
7 Entonces aquel disc<73>pulo a quien Jes<65>s amaba dijo a Pedro: <20>Es el Se<53>or! Sim<69>n Pedro, cuando oy<6F> que era el Se<53>or, se ci<63><69> la ropa (porque se hab<61>a despojado de ella), y se ech<63> al mar.
8 Y los otros disc<73>pulos vinieron con la barca, arrastrando la red de peces, pues no distaban de tierra sino como doscientos codos.
9 Al descender a tierra, vieron brasas puestas, y un pez encima de ellas, y pan.
10 Jes<65>s les dijo: Traed de los peces que acab<61>is de pescar.
11 Subi<62> Sim<69>n Pedro, y sac<61> la red a tierra, llena de grandes peces, ciento cincuenta y tres; y aun siendo tantos, la red no se rompi<70>.
12 Les dijo Jes<65>s: Venid, comed. Y ninguno de los disc<73>pulos se atrev<65>a a preguntarle: <20>T<EFBFBD>, qui<75>n eres? sabiendo que era el Se<53>or.
13 Vino, pues, Jes<65>s, y tom<6F> el pan y les dio, y asimismo del pescado.
14 Esta era ya la tercera vez que Jes<65>s se manifestaba a sus disc<73>pulos, despu<70>s de haber resucitado de los muertos.
Apacienta mis ovejas
15 Cuando hubieron comido, Jes<65>s dijo a Sim<69>n Pedro: Sim<69>n, hijo de Jon<6F>s, <20>me amas m<>s que <20>stos? Le respondi<64>: S<>, Se<53>or; t<> sabes que te amo. El le dijo: Apacienta mis corderos.
16 Volvi<76> a decirle la segunda vez: Sim<69>n, hijo de Jon<6F>s, <20>me amas? Pedro le respondi<64>: S<>, Se<53>or; t<> sabes que te amo. Le dijo: Pastorea mis ovejas.
17 Le dijo la tercera vez: Sim<69>n, hijo de Jon<6F>s, <20>me amas? Pedro se entristeci<63> de que le dijese la tercera vez: <20>Me amas? y le respondi<64>: Se<53>or, t<> lo sabes todo; t<> sabes que te amo. Jes<65>s le dijo: Apacienta mis ovejas.
18 De cierto, de cierto te digo: Cuando eras m<>s joven, te ce<63><65>as, e ibas a donde quer<65>as; mas cuando ya seas viejo, extender<65>s tus manos, y te ce<63>ir<69> otro, y te llevar<61> a donde no quieras.
19 Esto dijo, dando a entender con qu<71> muerte hab<61>a de glorificar a Dios. Y dicho esto, a<>adi<64>: S<>gueme.
El disc<73>pulo amado
20 Volvi<76>ndose Pedro, vio que les segu<67>a el disc<73>pulo a quien amaba Jes<65>s, el mismo que en la cena se hab<61>a recostado al lado de <20>l, y le hab<61>a dicho: Se<53>or, <20>qui<75>n es el que te ha de entregar?
21 Cuando Pedro le vio, dijo a Jes<65>s: Se<53>or, <20>y qu<71> de <20>ste?
22 Jes<65>s le dijo: Si quiero que <20>l quede hasta que yo venga, <20>qu<71> a ti? S<>gueme t<>.
23 Este dicho se extendi<64> entonces entre los hermanos, que aquel disc<73>pulo no morir<69>a. Pero Jes<65>s no le dijo que no morir<69>a, sino: Si quiero que <20>l quede hasta que yo venga, <20>qu<71> a ti?
24 Este es el disc<73>pulo que da testimonio de estas cosas, y escribi<62> estas cosas; y sabemos que su testimonio es verdadero.
25 Y hay tambi<62>n otras muchas cosas que hizo Jes<65>s, las cuales si se escribieran una por una, pienso que ni aun en el mundo cabr<62>an los libros que se habr<62>an de escribir. Am<41>n.
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HECHOS de los Ap<41>stoles
La promesa del Esp<73>ritu Santo
HECHOS 1
1 En el primer tratado, oh Te<54>filo, habl<62> acerca de todas las cosas que Jes<65>s comenz<6E> a hacer y a ense<73>ar,
2 hasta el d<>a en que fue recibido arriba, despu<70>s de haber dado mandamientos por el Esp<73>ritu Santo a los ap<61>stoles que hab<61>a escogido;
3 a quienes tambi<62>n, despu<70>s de haber padecido, se present<6E> vivo con muchas pruebas indubitables, apareci<63>ndoseles durante cuarenta d<>as y habl<62>ndoles acerca del reino de Dios.
4 Y estando juntos, les mand<6E> que no se fueran de Jerusal<61>n, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, o<>steis de m<>.
5 Porque Juan ciertamente bautiz<69> con agua, mas vosotros ser<65>is bautizados con el Esp<73>ritu Santo dentro de no muchos d<>as.
La ascensi<73>n
6 Entonces los que se hab<61>an reunido le preguntaron, diciendo: Se<53>or, <20>restaurar<61>s el reino a Israel en este tiempo?
7 Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad;
8 pero recibir<69>is poder, cuando haya venido sobre vosotros el Esp<73>ritu Santo, y me ser<65>is testigos en Jerusal<61>n, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo <20>ltimo de la tierra.
9 Y habiendo dicho estas cosas, vi<76>ndolo ellos, fue alzado, y le recibi<62> una nube que le ocult<6C> de sus ojos.
10 Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que <20>l se iba, he aqu<71> se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas,
11 los cuales tambi<62>n les dijeron: Varones galileos, <20>por qu<71> est<73>is mirando al cielo? Este mismo Jes<65>s, que ha sido tomado de vosotros al cielo, as<61> vendr<64> como le hab<61>is visto ir al cielo.
Elecci<EFBFBD>n del sucesor de Judas
12 Entonces volvieron a Jerusal<61>n desde el monte que se llama del Olivar, el cual est<73> cerca de Jerusal<61>n, camino de un d<>a de reposo.
13 Y entrados, subieron al aposento alto, donde moraban Pedro y Jacobo, Juan, Andr<64>s, Felipe, Tom<6F>s, Bartolom<6F>, Mateo, Jacobo hijo de Alfeo, Sim<69>n el Zelote y Judas hermano de Jacobo.
14 Todos <20>stos perseveraban un<75>nimes en oraci<63>n y ruego, con las mujeres, y con Mar<61>a la madre de Jes<65>s, y con sus hermanos.
15 En aquellos d<>as Pedro se levant<6E> en medio de los hermanos (y los reunidos eran como ciento veinte en n<>mero), y dijo:
16 Varones hermanos, era necesario que se cumpliese la Escritura en que el Esp<73>ritu Santo habl<62> antes por boca de David acerca de Judas, que fue gu<67>a de los que prendieron a Jes<65>s,
17 y era contado con nosotros, y ten<65>a parte en este ministerio.
18 Este, pues, con el salario de su iniquidad adquiri<72> un campo, y cayendo de cabeza, se revent<6E> por la mitad, y todas sus entra<72>as se derramaron.
19 Y fue notorio a todos los habitantes de Jerusal<61>n, de tal manera que aquel campo se llama en su propia lengua, Ac<41>ldama, que quiere decir, Campo de sangre.
20 Porque est<73> escrito en el libro de los Salmos: Sea hecha desierta su habitaci<63>n, Y no haya quien more en ella; y:
Tome otro su oficio.
21 Es necesario, pues, que de estos hombres que han estado juntos con nosotros todo el tiempo que el Se<53>or Jes<65>s entraba y sal<61>a entre nosotros,
22 comenzando desde el bautismo de Juan hasta el d<>a en que de entre nosotros fue recibido arriba, uno sea hecho testigo con nosotros, de su resurrecci<63>n.
23 Y se<73>alaron a dos: a Jos<6F>, llamado Barsab<61>s, que ten<65>a por sobrenombre Justo, y a Mat<61>as.
24 Y orando, dijeron: T<>, Se<53>or, que conoces los corazones de todos, muestra cu<63>l de estos dos has escogido,
25 para que tome la parte de este ministerio y apostolado, de que cay<61> Judas por transgresi<73>n, para irse a su propio lugar.
26 Y les echaron suertes, y la suerte cay<61> sobre Mat<61>as; y fue contado con los once ap<61>stoles.
La venida del Esp<73>ritu Santo
HECHOS 2
1 Cuando lleg<65> el d<>a de Pentecost<73>s, estaban todos un<75>nimes juntos.
2 Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llen<65> toda la casa donde estaban sentados;
3 y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asent<6E>ndose sobre cada uno de ellos.
4 Y fueron todos llenos del Esp<73>ritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, seg<65>n el Esp<73>ritu les daba que hablasen.
5 Moraban entonces en Jerusal<61>n jud<75>os, varones piadosos, de todas las naciones bajo el cielo.
6 Y hecho este estruendo, se junt<6E> la multitud; y estaban confusos, porque cada uno les o<>a hablar en su propia lengua.
7 Y estaban at<61>nitos y maravillados, diciendo: Mirad, <20>no son galileos todos estos que hablan?
8 <20>C<EFBFBD>mo, pues, les o<>mos nosotros hablar cada uno en nuestra lengua en la que hemos nacido?
9 Partos, medos, elamitas, y los que habitamos en Mesopotamia, en Judea, en Capadocia, en el Ponto y en Asia,
10 en Frigia y Panfilia, en Egipto y en las regiones de Africa m<>s all<6C> de Cirene, y romanos aqu<71> residentes, tanto jud<75>os como pros<6F>litos,
11 cretenses y <20>rabes, les o<>mos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios.
12 Y estaban todos at<61>nitos y perplejos, dici<63>ndose unos a otros: <20>Qu<51> quiere decir esto?
13 Mas otros, burl<72>ndose, dec<65>an: Est<73>n llenos de mosto.
Primer discurso de Pedro
14 Entonces Pedro, poni<6E>ndose en pie con los once, alz<6C> la voz y les habl<62> diciendo: Varones jud<75>os, y todos los que habit<69>is en Jerusal<61>n, esto os sea notorio, y o<>d mis palabras.
15 Porque <20>stos no est<73>n ebrios, como vosotros supon<6F>is, puesto que es la hora tercera del d<>a.
16 Mas esto es lo dicho por el profeta Joel:
17 Y en los postreros d<>as, dice Dios, Derramar<61> de mi Esp<73>ritu sobre toda carne, Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizar<61>n; Vuestros j<>venes ver<65>n visiones, Y vuestros ancianos so<73>ar<61>n sue<75>os;
18 Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos d<>as Derramar<61> de mi Esp<73>ritu, y profetizar<61>n.
19 Y dar<61> prodigios arriba en el cielo, Y se<73>ales abajo en la tierra, Sangre y fuego y vapor de humo;
20 El sol se convertir<69> en tinieblas, Y la luna en sangre, Antes que venga el d<>a del Se<53>or, Grande y manifiesto;
21 Y todo aquel que invocare el nombre del Se<53>or, ser<65> salvo.
22 Varones israelitas, o<>d estas palabras: Jes<65>s nazareno, var<61>n aprobado por Dios entre vosotros con las maravillas, prodigios y se<73>ales que Dios hizo entre vosotros por medio de <20>l, como vosotros mismos sab<61>is;
23 a <20>ste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucific<69>ndole;
24 al cual Dios levant<6E>, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella.
25 Porque David dice de <20>l: Ve<56>a al Se<53>or siempre delante de m<>; Porque est<73> a mi diestra, no ser<65> conmovido.
26 Por lo cual mi coraz<61>n se alegr<67>, y se goz<6F> mi lengua, Y aun mi carne descansar<61> en esperanza;
27 Porque no dejar<61>s mi alma en el Hades, Ni permitir<69>s que tu Santo vea corrupci<63>n.
28 Me hiciste conocer los caminos de la vida; Me llenar<61>s de gozo con tu presencia.
29 Varones hermanos, se os puede decir libremente del patriarca David, que muri<72> y fue sepultado, y su sepulcro est<73> con nosotros hasta el d<>a de hoy.
30 Pero siendo profeta, y sabiendo que con juramento Dios le hab<61>a jurado que de su descendencia, en cuanto a la carne, levantar<61>a al Cristo para que se sentase en su trono,
31 vi<76>ndolo antes, habl<62> de la resurrecci<63>n de Cristo, que su alma no fue dejada en el Hades, ni su carne vio corrupci<63>n.
32 A este Jes<65>s resucit<69> Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos.
33 As<41> que, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Esp<73>ritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y o<>s.
34 Porque David no subi<62> a los cielos; pero <20>l mismo dice: Dijo el Se<53>or a mi Se<53>or: Si<53>ntate a mi diestra,
35 Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.
36 Sepa, pues, ciert<72>simamente toda la casa de Israel, que a este Jes<65>s a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Se<53>or y Cristo.
37 Al o<>r esto, se compungieron de coraz<61>n, y dijeron a Pedro y a los otros ap<61>stoles: Varones hermanos, <20>qu<71> haremos?
38 Pedro les dijo: Arrepent<6E>os, y baut<75>cese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perd<72>n de los pecados; y recibir<69>is el don del Esp<73>ritu Santo.
39 Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que est<73>n lejos; para cuantos el Se<53>or nuestro Dios llamare.
40 Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generaci<63>n.
41 As<41> que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se a<>adieron aquel d<>a como tres mil personas.
42 Y perseveraban en la doctrina de los ap<61>stoles, en la comuni<6E>n unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.
La vida de los primeros cristianos
43 Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y se<73>ales eran hechas por los ap<61>stoles.
44 Todos los que hab<61>an cre<72>do estaban juntos, y ten<65>an en com<6F>n todas las cosas;
45 y vend<6E>an sus propiedades y sus bienes, y lo repart<72>an a todos seg<65>n la necesidad de cada uno.
46 Y perseverando un<75>nimes cada d<>a en el templo, y partiendo el pan en las casas, com<6F>an juntos con alegr<67>a y sencillez de coraz<61>n,
47 alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Se<53>or a<>ad<61>a cada d<>a a la iglesia los que hab<61>an de ser salvos.
Curaci<EFBFBD>n de un cojo
HECHOS 3
1 Pedro y Juan sub<75>an juntos al templo a la hora novena, la de la oraci<63>n.
2 Y era tra<72>do un hombre cojo de nacimiento, a quien pon<6F>an cada d<>a a la puerta del templo que se llama la Hermosa, para que pidiese limosna de los que entraban en el templo.
3 Este, cuando vio a Pedro y a Juan que iban a entrar en el templo, les rogaba que le diesen limosna.
4 Pedro, con Juan, fijando en <20>l los ojos, le dijo: M<>ranos.
5 Entonces <20>l les estuvo atento, esperando recibir de ellos algo.
6 Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, lev<65>ntate y anda.
7 Y tom<6F>ndole por la mano derecha le levant<6E>; y al momento se le afirmaron los pies y tobillos;
8 y saltando, se puso en pie y anduvo; y entr<74> con ellos en el templo, andando, y saltando, y alabando a Dios.
9 Y todo el pueblo le vio andar y alabar a Dios.
10 Y le reconoc<6F>an que era el que se sentaba a pedir limosna a la puerta del templo, la Hermosa; y se llenaron de asombro y espanto por lo que le hab<61>a sucedido.
Discurso de Pedro en el p<>rtico de Salom<6F>n
11 Y teniendo asidos a Pedro y a Juan el cojo que hab<61>a sido sanado, todo el pueblo, at<61>nito, concurri<72> a ellos al p<>rtico que se llama de Salom<6F>n.
12 Viendo esto Pedro, respondi<64> al pueblo: Varones israelitas, <20>por qu<71> os maravill<6C>is de esto? <20>o por qu<71> pon<6F>is los ojos en nosotros, como si por nuestro poder o piedad hubi<62>semos hecho andar a <20>ste?
13 El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su Hijo Jes<65>s, a quien vosotros entregasteis y negasteis delante de Pilato, cuando <20>ste hab<61>a resuelto ponerle en libertad.
14 Mas vosotros negasteis al Santo y al Justo, y pedisteis que se os diese un homicida,
15 y matasteis al Autor de la vida, a quien Dios ha resucitado de los muertos, de lo cual nosotros somos testigos.
16 Y por la fe en su nombre, a <20>ste, que vosotros veis y conoc<6F>is, le ha confirmado su nombre; y la fe que es por <20>l ha dado a <20>ste esta completa sanidad en presencia de todos vosotros.
17 Mas ahora, hermanos, s<> que por ignorancia lo hab<61>is hecho, como tambi<62>n vuestros gobernantes.
18 Pero Dios ha cumplido as<61> lo que hab<61>a antes anunciado por boca de todos sus profetas, que su Cristo hab<61>a de padecer.
19 As<41> que, arrepent<6E>os y convert<72>os, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Se<53>or tiempos de refrigerio,
20 y <20>l env<6E>e a Jesucristo, que os fue antes anunciado;
21 a quien de cierto es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauraci<63>n de todas las cosas, de que habl<62> Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde tiempo antiguo.
22 Porque Mois<69>s dijo a los padres: El Se<53>or vuestro Dios os levantar<61> profeta de entre vuestros hermanos, como a m<>; a <20>l oir<69>is en todas las cosas que os hable;
23 y toda alma que no oiga a aquel profeta, ser<65> desarraigada del pueblo.
24 Y todos los profetas desde Samuel en adelante, cuantos han hablado, tambi<62>n han anunciado estos d<>as.
25 Vosotros sois los hijos de los profetas, y del pacto que Dios hizo con nuestros padres, diciendo a Abraham: En tu simiente ser<65>n benditas todas las familias de la tierra.
26 A vosotros primeramente, Dios, habiendo levantado a su Hijo, lo envi<76> para que os bendijese, a fin de que cada uno se convierta de su maldad.
Pedro y Juan ante el concilio
HECHOS 4
1 Hablando ellos al pueblo, vinieron sobre ellos los sacerdotes con el jefe de la guardia del templo, y los saduceos,
2 resentidos de que ense<73>asen al pueblo, y anunciasen en Jes<65>s la resurrecci<63>n de entre los muertos.
3 Y les echaron mano, y los pusieron en la c<>rcel hasta el d<>a siguiente, porque era ya tarde.
4 Pero muchos de los que hab<61>an o<>do la palabra, creyeron; y el n<>mero de los varones era como cinco mil.
5 Aconteci<63> al d<>a siguiente, que se reunieron en Jerusal<61>n los gobernantes, los ancianos y los escribas,
6 y el sumo sacerdote An<41>s, y Caif<69>s y Juan y Alejandro, y todos los que eran de la familia de los sumos sacerdotes;
7 y poni<6E>ndoles en medio, les preguntaron: <20>Con qu<71> potestad, o en qu<71> nombre, hab<61>is hecho vosotros esto?
8 Entonces Pedro, lleno del Esp<73>ritu Santo, les dijo: Gobernantes del pueblo, y ancianos de Israel:
9 Puesto que hoy se nos interroga acerca del beneficio hecho a un hombre enfermo, de qu<71> manera <20>ste haya sido sanado,
10 sea notorio a todos vosotros, y a todo el pueblo de Israel, que en el nombre de Jesucristo de Nazaret, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucit<69> de los muertos, por <20>l este hombre est<73> en vuestra presencia sano.
11 Este Jes<65>s es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del <20>ngulo.
12 Y en ning<6E>n otro hay salvaci<63>n; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.
13 Entonces viendo el denuedo de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras y del vulgo, se maravillaban; y les reconoc<6F>an que hab<61>an estado con Jes<65>s.
14 Y viendo al hombre que hab<61>a sido sanado, que estaba en pie con ellos, no pod<6F>an decir nada en contra.
15 Entonces les ordenaron que saliesen del concilio; y conferenciaban entre s<>,
16 diciendo: <20>Qu<51> haremos con estos hombres? Porque de cierto, se<73>al manifiesta ha sido hecha por ellos, notoria a todos los que moran en Jerusal<61>n, y no lo podemos negar.
17 Sin embargo, para que no se divulgue m<>s entre el pueblo, amenac<61>mosles para que no hablen de aqu<71> en adelante a hombre alguno en este nombre.
18 Y llam<61>ndolos, les intimaron que en ninguna manera hablasen ni ense<73>asen en el nombre de Jes<65>s.
19 Mas Pedro y Juan respondieron dici<63>ndoles: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios;
20 porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y o<>do.
21 Ellos entonces les amenazaron y les soltaron, no hallando ning<6E>n modo de castigarles, por causa del pueblo; porque todos glorificaban a Dios por lo que se hab<61>a hecho,
22 ya que el hombre en quien se hab<61>a hecho este milagro de sanidad, ten<65>a m<>s de cuarenta a<>os.
Los creyentes piden confianza y valor
23 Y puestos en libertad, vinieron a los suyos y contaron todo lo que los principales sacerdotes y los ancianos les hab<61>an dicho.
24 Y ellos, habi<62>ndolo o<>do, alzaron un<75>nimes la voz a Dios, y dijeron: Soberano Se<53>or, t<> eres el Dios que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay;
25 que por boca de David tu siervo dijiste:<3A>Por qu<71> se amotinan las gentes,Y los pueblos piensan cosas vanas?
26 Se reunieron los reyes de la tierra, Y los pr<70>ncipes se juntaron en uno Contra el Se<53>or, y contra su Cristo.
27 Porque verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jes<65>s, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel,
28 para hacer cuanto tu mano y tu consejo hab<61>an antes determinado que sucediera.
29 Y ahora, Se<53>or, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra,
30 mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y se<73>ales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jes<65>s.
31 Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembl<62>; y todos fueron llenos del Esp<73>ritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios.
Todas las cosas en com<6F>n
32 Y la multitud de los que hab<61>an cre<72>do era de un coraz<61>n y un alma; y ninguno dec<65>a ser suyo propio nada de lo que pose<73>a, sino que ten<65>an todas las cosas en com<6F>n.
33 Y con gran poder los ap<61>stoles daban testimonio de la resurrecci<63>n del Se<53>or Jes<65>s, y abundante gracia era sobre todos ellos.
34 As<41> que no hab<61>a entre ellos ning<6E>n necesitado; porque todos los que pose<73>an heredades o casas, las vend<6E>an, y tra<72>an el precio de lo vendido,
35 y lo pon<6F>an a los pies de los ap<61>stoles; y se repart<72>a a cada uno seg<65>n su necesidad.
36 Entonces Jos<6F>, a quien los ap<61>stoles pusieron por sobrenombre Bernab<61> (que traducido es, Hijo de consolaci<63>n), levita, natural de Chipre,
37 como ten<65>a una heredad, la vendi<64> y trajo el precio y lo puso a los pies de los ap<61>stoles.
Anan<EFBFBD>as y Safira
HECHOS 5
1 Pero cierto hombre llamado Anan<61>as, con Safira su mujer, vendi<64> una heredad,
2 y sustrajo del precio, sabi<62>ndolo tambi<62>n su mujer; y trayendo s<>lo una parte, la puso a los pies de los ap<61>stoles.
3 Y dijo Pedro: Anan<61>as, <20>por qu<71> llen<65> Satan<61>s tu coraz<61>n para que mintieses al Esp<73>ritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad?
4 Reteni<6E>ndola, <20>no se te quedaba a ti? y vendida, <20>no estaba en tu poder? <20>Por qu<71> pusiste esto en tu coraz<61>n? No has mentido a los hombres, sino a Dios.
5 Al o<>r Anan<61>as estas palabras, cay<61> y expir<69>. Y vino un gran temor sobre todos los que lo oyeron.
6 Y levant<6E>ndose los j<>venes, lo envolvieron, y sac<61>ndolo, lo sepultaron.
7 Pasado un lapso como de tres horas, sucedi<64> que entr<74> su mujer, no sabiendo lo que hab<61>a acontecido.
8 Entonces Pedro le dijo: Dime, <20>vendisteis en tanto la heredad? Y ella dijo: S<>, en tanto.
9 Y Pedro le dijo: <20>Por qu<71> convinisteis en tentar al Esp<73>ritu del Se<53>or? He aqu<71> a la puerta los pies de los que han sepultado a tu marido, y te sacar<61>n a ti.
10 Al instante ella cay<61> a los pies de <20>l, y expir<69>; y cuando entraron los j<>venes, la hallaron muerta; y la sacaron, y la sepultaron junto a su marido.
11 Y vino gran temor sobre toda la iglesia, y sobre todos los que oyeron estas cosas.
Muchas se<73>ales y maravillas
12 Y por la mano de los ap<61>stoles se hac<61>an muchas se<73>ales y prodigios en el pueblo; y estaban todos un<75>nimes en el p<>rtico de Salom<6F>n.
13 De los dem<65>s, ninguno se atrev<65>a a juntarse con ellos; mas el pueblo los alababa grandemente.
14 Y los que cre<72>an en el Se<53>or aumentaban m<>s, gran n<>mero as<61> de hombres como de mujeres;
15 tanto que sacaban los enfermos a las calles, y los pon<6F>an en camas y lechos, para que al pasar Pedro, a lo menos su sombra cayese sobre alguno de ellos.
16 Y aun de las ciudades vecinas muchos ven<65>an a Jerusal<61>n, trayendo enfermos y atormentados de esp<73>ritus inmundos; y todos eran sanados.
Pedro y Juan son perseguidos
17 Entonces levant<6E>ndose el sumo sacerdote y todos los que estaban con <20>l, esto es, la secta de los saduceos, se llenaron de celos;
18 y echaron mano a los ap<61>stoles y los pusieron en la c<>rcel p<>blica.
19 Mas un <20>ngel del Se<53>or, abriendo de noche las puertas de la c<>rcel y sac<61>ndolos, dijo:
20 Id, y puestos en pie en el templo, anunciad al pueblo todas las palabras de esta vida.
21 Habiendo o<>do esto, entraron de ma<6D>ana en el templo, y ense<73>aban. Entre tanto, vinieron el sumo sacerdote y los que estaban con <20>l, y convocaron al concilio y a todos los ancianos de los hijos de Israel, y enviaron a la c<>rcel para que fuesen tra<72>dos.
22 Pero cuando llegaron los alguaciles, no los hallaron en la c<>rcel; entonces volvieron y dieron aviso,
23 diciendo: Por cierto, la c<>rcel hemos hallado cerrada con toda seguridad, y los guardas afuera de pie ante las puertas; mas cuando abrimos, a nadie hallamos dentro.
24 Cuando oyeron estas palabras el sumo sacerdote y el jefe de la guardia del templo y los principales sacerdotes, dudaban en qu<71> vendr<64>a a parar aquello.
25 Pero viniendo uno, les dio esta noticia: He aqu<71>, los varones que pusisteis en la c<>rcel est<73>n en el templo, y ense<73>an al pueblo.
26 Entonces fue el jefe de la guardia con los alguaciles, y los trajo sin violencia, porque tem<65>an ser apedreados por el pueblo.
27 Cuando los trajeron, los presentaron en el concilio, y el sumo sacerdote les pregunt<6E>,
28 diciendo: <20>No os mandamos estrictamente que no ense<73>aseis en ese nombre? Y ahora hab<61>is llenado a Jerusal<61>n de vuestra doctrina, y quer<65>is echar sobre nosotros la sangre de ese hombre.
29 Respondiendo Pedro y los ap<61>stoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres.
30 El Dios de nuestros padres levant<6E> a Jes<65>s, a quien vosotros matasteis colg<6C>ndole en un madero.
31 A <20>ste, Dios ha exaltado con su diestra por Pr<50>ncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perd<72>n de pecados.
32 Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y tambi<62>n el Esp<73>ritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen.
33 Ellos, oyendo esto, se enfurec<65>an y quer<65>an matarlos.
34 Entonces levant<6E>ndose en el concilio un fariseo llamado Gamaliel, doctor de la ley, venerado de todo el pueblo, mand<6E> que sacasen fuera por un momento a los ap<61>stoles,
35 y luego dijo: Varones israelitas, mirad por vosotros lo que vais a hacer respecto a estos hombres.
36 Porque antes de estos d<>as se levant<6E> Teudas, diciendo que era alguien. A <20>ste se uni<6E> un n<>mero como de cuatrocientos hombres; pero <20>l fue muerto, y todos los que le obedec<65>an fueron dispersados y reducidos a nada.
37 Despu<70>s de <20>ste, se levant<6E> Judas el galileo, en los d<>as del censo, y llev<65> en pos de s<> a mucho pueblo. Pereci<63> tambi<62>n <20>l, y todos los que le obedec<65>an fueron dispersados.
38 Y ahora os digo: Apartaos de estos hombres, y dejadlos; porque si este consejo o esta obra es de los hombres, se desvanecer<65>;
39 mas si es de Dios, no la podr<64>is destruir; no se<73>is tal vez hallados luchando contra Dios.
40 Y convinieron con <20>l; y llamando a los ap<61>stoles, despu<70>s de azotarlos, les intimaron que no hablasen en el nombre de Jes<65>s, y los pusieron en libertad.
41 Y ellos salieron de la presencia del concilio, gozosos de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por causa del Nombre.
42 Y todos los d<>as, en el templo y por las casas, no cesaban de ense<73>ar y predicar a Jesucristo.
Elecci<EFBFBD>n de siete di<64>conos
HECHOS 6
1 En aquellos d<>as, como creciera el n<>mero de los disc<73>pulos, hubo murmuraci<63>n de los griegos contra los hebreos, de que las viudas de aqu<71>llos eran desatendidas en la distribuci<63>n diaria.
2 Entonces los doce convocaron a la multitud de los disc<73>pulos, y dijeron: No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios, para servir a las mesas.
3 Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Esp<73>ritu Santo y de sabidur<75>a, a quienes encarguemos de este trabajo.
4 Y nosotros persistiremos en la oraci<63>n y en el ministerio de la palabra.
5 Agrad<61> la propuesta a toda la multitud; y eligieron a Esteban, var<61>n lleno de fe y del Esp<73>ritu Santo, a Felipe, a Pr<50>coro, a Nicanor, a Tim<69>n, a Parmenas, y a Nicol<6F>s pros<6F>lito de Antioqu<71>a;
6 a los cuales presentaron ante los ap<61>stoles, quienes, orando, les impusieron las manos.
7 Y crec<65>a la palabra del Se<53>or, y el n<>mero de los disc<73>pulos se multiplicaba grandemente en Jerusal<61>n; tambi<62>n muchos de los sacerdotes obedec<65>an a la fe.
Arresto de Esteban
8 Y Esteban, lleno de gracia y de poder, hac<61>a grandes prodigios y se<73>ales entre el pueblo.
9 Entonces se levantaron unos de la sinagoga llamada de los libertos, y de los de Cirene, de Alejandr<64>a, de Cilicia y de Asia, disputando con Esteban.
10 Pero no pod<6F>an resistir a la sabidur<75>a y al Esp<73>ritu con que hablaba.
11 Entonces sobornaron a unos para que dijesen que le hab<61>an o<>do hablar palabras blasfemas contra Mois<69>s y contra Dios.
12 Y soliviantaron al pueblo, a los ancianos y a los escribas; y arremetiendo, le arrebataron, y le trajeron al concilio.
13 Y pusieron testigos falsos que dec<65>an: Este hombre no cesa de hablar palabras blasfemas contra este lugar santo y contra la ley;
14 pues le hemos o<>do decir que ese Jes<65>s de Nazaret destruir<69> este lugar, y cambiar<61> las costumbres que nos dio Mois<69>s.
15 Entonces todos los que estaban sentados en el concilio, al fijar los ojos en <20>l, vieron su rostro como el rostro de un <20>ngel.
Defensa y muerte de Esteban
HECHOS 7
1 El sumo sacerdote dijo entonces: <20>Es esto as<61>?
2 Y <20>l dijo: Varones hermanos y padres, o<>d: El Dios de la gloria apareci<63> a nuestro padre Abraham, estando en Mesopotamia, antes que morase en Har<61>n,
3 y le dijo: Sal de tu tierra y de tu parentela, y ven a la tierra que yo te mostrar<61>.
4 Entonces sali<6C> de la tierra de los caldeos y habit<69> en Har<61>n; y de all<6C>, muerto su padre, Dios le traslad<61> a esta tierra, en la cual vosotros habit<69>is ahora.
5 Y no le dio herencia en ella, ni aun para asentar un pie; pero le prometi<74> que se la dar<61>a en posesi<73>n, y a su descendencia despu<70>s de <20>l, cuando <20>l a<>n no ten<65>a hijo.
6 Y le dijo Dios as<61>: Que su descendencia ser<65>a extranjera en tierra ajena, y que los reducir<69>an a servidumbre y los maltratar<61>an, por cuatrocientos a<>os.
7 Mas yo juzgar<61>, dijo Dios, a la naci<63>n de la cual ser<65>n siervos; y despu<70>s de esto saldr<64>n y me servir<69>n en este lugar.
8 Y le dio el pacto de la circuncisi<73>n; y as<61> Abraham engendr<64> a Isaac, y le circuncid<69> al octavo d<>a; e Isaac a Jacob, y Jacob a los doce patriarcas.
9 Los patriarcas, movidos por envidia, vendieron a Jos<6F> para Egipto; pero Dios estaba con <20>l,
10 y le libr<62> de todas sus tribulaciones, y le dio gracia y sabidur<75>a delante de Fara<72>n rey de Egipto, el cual lo puso por gobernador sobre Egipto y sobre toda su casa.
11 Vino entonces hambre en toda la tierra de Egipto y de Cana<6E>n, y grande tribulaci<63>n; y nuestros padres no hallaban alimentos.
12 Cuando oy<6F> Jacob que hab<61>a trigo en Egipto, envi<76> a nuestros padres la primera vez.
13 Y en la segunda, Jos<6F> se dio a conocer a sus hermanos, y fue manifestado a Fara<72>n el linaje de Jos<6F>.
14 Y enviando Jos<6F>, hizo venir a su padre Jacob, y a toda su parentela, en n<>mero de setenta y cinco personas.
15 As<41> descendi<64> Jacob a Egipto, donde muri<72> <20>l, y tambi<62>n nuestros padres;
16 los cuales fueron trasladados a Siquem, y puestos en el sepulcro que a precio de dinero compr<70> Abraham de los hijos de Hamor en Siquem.
17 Pero cuando se acercaba el tiempo de la promesa, que Dios hab<61>a jurado a Abraham, el pueblo creci<63> y se multiplic<69> en Egipto,
18 hasta que se levant<6E> en Egipto otro rey que no conoc<6F>a a Jos<6F>.
19 Este rey, usando de astucia con nuestro pueblo, maltrat<61> a nuestros padres, a fin de que expusiesen a la muerte a sus ni<6E>os, para que no se propagasen.
20 En aquel mismo tiempo naci<63> Mois<69>s, y fue agradable a Dios; y fue criado tres meses en casa de su padre.
21 Pero siendo expuesto a la muerte, la hija de Fara<72>n le recogi<67> y le cri<72> como a hijo suyo.
22 Y fue ense<73>ado Mois<69>s en toda la sabidur<75>a de los egipcios; y era poderoso en sus palabras y obras.
23 Cuando hubo cumplido la edad de cuarenta a<>os, le vino al coraz<61>n el visitar a sus hermanos, los hijos de Israel.
24 Y al ver a uno que era maltratado, lo defendi<64>, e hiriendo al egipcio, veng<6E> al oprimido.
25 Pero <20>l pensaba que sus hermanos comprend<6E>an que Dios les dar<61>a libertad por mano suya; mas ellos no lo hab<61>an entendido as<61>.
26 Y al d<>a siguiente, se present<6E> a unos de ellos que re<72><65>an, y los pon<6F>a en paz, diciendo: Varones, hermanos sois, <20>por qu<71> os maltrat<61>is el uno al otro?
27 Entonces el que maltrataba a su pr<70>jimo le rechaz<61>, diciendo: <20>Qui<75>n te ha puesto por gobernante y juez sobre nosotros?
28 <20>Quieres t<> matarme, como mataste ayer al egipcio?
29 Al o<>r esta palabra, Mois<69>s huy<75>, y vivi<76> como extranjero en tierra de Madi<64>n, donde engendr<64> dos hijos.
30 Pasados cuarenta a<>os, un <20>ngel se le apareci<63> en el desierto del monte Sina<6E>, en la llama de fuego de una zarza.
31 Entonces Mois<69>s, mirando, se maravill<6C> de la visi<73>n; y acerc<72>ndose para observar, vino a <20>l la voz del Se<53>or:
32 Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob. Y Mois<69>s, temblando, no se atrev<65>a a mirar.
33 Y le dijo el Se<53>or: Quita el calzado de tus pies, porque el lugar en que est<73>s es tierra santa.
34 Ciertamente he visto la aflicci<63>n de mi pueblo que est<73> en Egipto, y he o<>do su gemido, y he descendido para librarlos. Ahora, pues, ven, te enviar<61> a Egipto.
35 A este Mois<69>s, a quien hab<61>an rechazado, diciendo: <20>Qui<75>n te ha puesto por gobernante y juez?, a <20>ste lo envi<76> Dios como gobernante y libertador por mano del <20>ngel que se le apareci<63> en la zarza.
36 Este los sac<61>, habiendo hecho prodigios y se<73>ales en tierra de Egipto, y en el Mar Rojo, y en el desierto por cuarenta a<>os.
37 Este Mois<69>s es el que dijo a los hijos de Israel: Profeta os levantar<61> el Se<53>or vuestro Dios de entre vuestros hermanos, como a m<>; a <20>l oir<69>is.
38 Este es aquel Mois<69>s que estuvo en la congregaci<63>n en el desierto con el <20>ngel que le hablaba en el monte Sina<6E>, y con nuestros padres, y que recibi<62> palabras de vida que darnos;
39 al cual nuestros padres no quisieron obedecer, sino que le desecharon, y en sus corazones se volvieron a Egipto,
40 cuando dijeron a Aar<61>n: Haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Mois<69>s, que nos sac<61> de la tierra de Egipto, no sabemos qu<71> le haya acontecido.
41 Entonces hicieron un becerro, y ofrecieron sacrificio al <20>dolo, y en las obras de sus manos se regocijaron.
42 Y Dios se apart<72>, y los entreg<65> a que rindiesen culto al ej<65>rcito del cielo; como est<73> escrito en el libro de los profetas: <20>Acaso me ofrecisteis v<>ctimas y sacrificios
En el desierto por cuarenta a<>os, casa de Israel?
43 Antes bien llevasteis el tabern<72>culo de Moloc, Y la estrella de vuestro dios Renf<6E>n, Figuras que os hicisteis para adorarlas. Os transportar<61>, pues, m<>s all<6C> de Babilonia.
44 Tuvieron nuestros padres el tabern<72>culo del testimonio en el desierto, como hab<61>a ordenado Dios cuando dijo a Mois<69>s que lo hiciese conforme al modelo que hab<61>a visto.
45 El cual, recibido a su vez por nuestros padres, lo introdujeron con Josu<73> al tomar posesi<73>n de la tierra de los gentiles, a los cuales Dios arroj<6F> de la presencia de nuestros padres, hasta los d<>as de David.
46 Este hall<6C> gracia delante de Dios, y pidi<64> proveer tabern<72>culo para el Dios de Jacob.
47 Mas Salom<6F>n le edific<69> casa;
48 si bien el Alt<6C>simo no habita en templos hechos de mano, como dice el profeta:
49 El cielo es mi trono, Y la tierra el estrado de mis pies. <20>Qu<51> casa me edificar<61>is? dice el Se<53>or; <20>O cu<63>l es el lugar de mi reposo?
50 <20>No hizo mi mano todas estas cosas?
51 <20>Duros de cerviz, e incircuncisos de coraz<61>n y de o<>dos! Vosotros resist<73>s siempre al Esp<73>ritu Santo; como vuestros padres, as<61> tambi<62>n vosotros.
52 <20>A cu<63>l de los profetas no persiguieron vuestros padres? Y mataron a los que anunciaron de antemano la venida del Justo, de quien vosotros ahora hab<61>is sido entregadores y matadores;
53 vosotros que recibisteis la ley por disposici<63>n de <20>ngeles, y no la guardasteis.
54 Oyendo estas cosas, se enfurec<65>an en sus corazones, y cruj<75>an los dientes contra <20>l.
55 Pero Esteban, lleno del Esp<73>ritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jes<65>s que estaba a la diestra de Dios,
56 y dijo: He aqu<71>, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que est<73> a la diestra de Dios.
57 Entonces ellos, dando grandes voces, se taparon los o<>dos, y arremetieron a una contra <20>l.
58 Y ech<63>ndole fuera de la ciudad, le apedrearon; y los testigos pusieron sus ropas a los pies de un joven que se llamaba Saulo.
59 Y apedreaban a Esteban, mientras <20>l invocaba y dec<65>a: Se<53>or Jes<65>s, recibe mi esp<73>ritu.
60 Y puesto de rodillas, clam<61> a gran voz: Se<53>or, no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmi<6D>.
Saulo persigue a la iglesia
HECHOS 8
1 Y Saulo consent<6E>a en su muerte. En aquel d<>a hubo una gran persecuci<63>n contra la iglesia que estaba en Jerusal<61>n; y todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria, salvo los ap<61>stoles.
2 Y hombres piadosos llevaron a enterrar a Esteban, e hicieron gran llanto sobre <20>l.
3 Y Saulo asolaba la iglesia, y entrando casa por casa, arrastraba a hombres y a mujeres, y los entregaba en la c<>rcel.
Predicaci<EFBFBD>n del evangelio en Samaria
4 Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio.
5 Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo.
6 Y la gente, un<75>nime, escuchaba atentamente las cosas que dec<65>a Felipe, oyendo y viendo las se<73>ales que hac<61>a.
7 Porque de muchos que ten<65>an esp<73>ritus inmundos, sal<61>an <20>stos dando grandes voces; y muchos paral<61>ticos y cojos eran sanados;
8 as<61> que hab<61>a gran gozo en aquella ciudad.
9 Pero hab<61>a un hombre llamado Sim<69>n, que antes ejerc<72>a la magia en aquella ciudad, y hab<61>a enga<67>ado a la gente de Samaria, haci<63>ndose pasar por alg<6C>n grande.
10 A <20>ste o<>an atentamente todos, desde el m<>s peque<75>o hasta el m<>s grande, diciendo: Este es el gran poder de Dios.
11 Y le estaban atentos, porque con sus artes m<>gicas les hab<61>a enga<67>ado mucho tiempo.
12 Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres.
13 Tambi<62>n crey<65> Sim<69>n mismo, y habi<62>ndose bautizado, estaba siempre con Felipe; y viendo las se<73>ales y grandes milagros que se hac<61>an, estaba at<61>nito.
14 Cuando los ap<61>stoles que estaban en Jerusal<61>n oyeron que Samaria hab<61>a recibido la palabra de Dios, enviaron all<6C> a Pedro y a Juan;
15 los cuales, habiendo venido, oraron por ellos para que recibiesen el Esp<73>ritu Santo;
16 porque a<>n no hab<61>a descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente hab<61>an sido bautizados en el nombre de Jes<65>s.
17 Entonces les impon<6F>an las manos, y recib<69>an el Esp<73>ritu Santo. 18 Cuando vio Sim<69>n que por la imposici<63>n de las manos de los ap<61>stoles se daba el Esp<73>ritu Santo, les ofreci<63> dinero,
19 diciendo: Dadme tambi<62>n a m<> este poder, para que cualquiera a quien yo impusiere las manos reciba el Esp<73>ritu Santo.
20 Entonces Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero.
21 No tienes t<> parte ni suerte en este asunto, porque tu coraz<61>n no es recto delante de Dios.
22 Arrepi<70>ntete, pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quiz<69>s te sea perdonado el pensamiento de tu coraz<61>n;
23 porque en hiel de amargura y en prisi<73>n de maldad veo que est<73>s.
24 Respondiendo entonces Sim<69>n, dijo: Rogad vosotros por m<> al Se<53>or, para que nada de esto que hab<61>is dicho venga sobre m<>.
25 Y ellos, habiendo testificado y hablado la palabra de Dios, se volvieron a Jerusal<61>n, y en muchas poblaciones de los samaritanos anunciaron el evangelio.
Felipe y el et<65>ope
26 Un <20>ngel del Se<53>or habl<62> a Felipe, diciendo: Lev<65>ntate y ve hacia el sur, por el camino que desciende de Jerusal<61>n a Gaza, el cual es desierto.
27 Entonces <20>l se levant<6E> y fue. Y sucedi<64> que un et<65>ope, eunuco, funcionario de Candace reina de los et<65>opes, el cual estaba sobre todos sus tesoros, y hab<61>a venido a Jerusal<61>n para adorar,
28 volv<6C>a sentado en su carro, y leyendo al profeta Isa<73>as.
29 Y el Esp<73>ritu dijo a Felipe: Ac<41>rcate y j<>ntate a ese carro.
30 Acudiendo Felipe, le oy<6F> que le<6C>a al profeta Isa<73>as, y dijo: Pero <20>entiendes lo que lees?
31 El dijo: <20>Y c<>mo podr<64>, si alguno no me ense<73>are? Y rog<6F> a Felipe que subiese y se sentara con <20>l.
32 El pasaje de la Escritura que le<6C>a era este: Como oveja a la muerte fue llevado; Y como cordero mudo delante del que lo trasquila, As<41> no abri<72> su boca.
33 En su humillaci<63>n no se le hizo justicia; Mas su generaci<63>n, <20>qui<75>n la contar<61>? Porque fue quitada de la tierra su vida.
34 Respondiendo el eunuco, dijo a Felipe: Te ruego que me digas: <20>de qui<75>n dice el profeta esto; de s<> mismo, o de alg<6C>n otro?
35 Entonces Felipe, abriendo su boca, y comenzando desde esta escritura, le anunci<63> el evangelio de Jes<65>s.
36 Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: Aqu<71> hay agua; <20>qu<71> impide que yo sea bautizado?
37 Felipe dijo: Si crees de todo coraz<61>n, bien puedes. Y respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios.
38 Y mand<6E> parar el carro; y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautiz<69>.
39 Cuando subieron del agua, el Esp<73>ritu del Se<53>or arrebat<61> a Felipe; y el eunuco no le vio m<>s, y sigui<75> gozoso su camino.
40 Pero Felipe se encontr<74> en Azoto; y pasando, anunciaba el evangelio en todas las ciudades, hasta que lleg<65> a Cesarea.
Conversi<EFBFBD>n de Saulo
(Hch. 22.6-16; 26.12-18)
HECHOS 9
1 Saulo, respirando a<>n amenazas y muerte contra los disc<73>pulos del Se<53>or, vino al sumo sacerdote,
2 y le pidi<64> cartas para las sinagogas de Damasco, a fin de que si hallase algunos hombres o mujeres de este Camino, los trajese presos a Jerusal<61>n.
3 Mas yendo por el camino, aconteci<63> que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rode<64> un resplandor de luz del cielo;
4 y cayendo en tierra, oy<6F> una voz que le dec<65>a: Saulo, Saulo, <20>por qu<71> me persigues?
5 El dijo: <20>Qui<75>n eres, Se<53>or? Y le dijo: Yo soy Jes<65>s, a quien t<> persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguij<69>n.
6 El, temblando y temeroso, dijo: Se<53>or, <20>qu<71> quieres que yo haga? Y el Se<53>or le dijo: Lev<65>ntate y entra en la ciudad, y se te dir<69> lo que debes hacer.
7 Y los hombres que iban con Saulo se pararon at<61>nitos, oyendo a la verdad la voz, mas sin ver a nadie.
8 Entonces Saulo se levant<6E> de tierra, y abriendo los ojos, no ve<76>a a nadie; as<61> que, llev<65>ndole por la mano, le metieron en Damasco,
9 donde estuvo tres d<>as sin ver, y no comi<6D> ni bebi<62>.
10 Hab<61>a entonces en Damasco un disc<73>pulo llamado Anan<61>as, a quien el Se<53>or dijo en visi<73>n: Anan<61>as. Y <20>l respondi<64>: Heme aqu<71>, Se<53>or.
11 Y el Se<53>or le dijo: Lev<65>ntate, y ve a la calle que se llama Derecha, y busca en casa de Judas a uno llamado Saulo, de Tarso; porque he aqu<71>, <20>l ora,
12 y ha visto en visi<73>n a un var<61>n llamado Anan<61>as, que entra y le pone las manos encima para que recobre la vista.
13 Entonces Anan<61>as respondi<64>: Se<53>or, he o<>do de muchos acerca de este hombre, cu<63>ntos males ha hecho a tus santos en Jerusal<61>n;
14 y aun aqu<71> tiene autoridad de los principales sacerdotes para prender a todos los que invocan tu nombre.
15 El Se<53>or le dijo: Ve, porque instrumento escogido me es <20>ste, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel;
16 porque yo le mostrar<61> cu<63>nto le es necesario padecer por mi nombre.
17 Fue entonces Anan<61>as y entr<74> en la casa, y poniendo sobre <20>l las manos, dijo: Hermano Saulo, el Se<53>or Jes<65>s, que se te apareci<63> en el camino por donde ven<65>as, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del Esp<73>ritu Santo.
18 Y al momento le cayeron de los ojos como escamas, y recibi<62> al instante la vista; y levant<6E>ndose, fue bautizado.
19 Y habiendo tomado alimento, recobr<62> fuerzas. Y estuvo Saulo por algunos d<>as con los disc<73>pulos que estaban en Damasco.
Saulo predica en Damasco
20 En seguida predicaba a Cristo en las sinagogas, diciendo que <20>ste era el Hijo de Dios.
21 Y todos los que le o<>an estaban at<61>nitos, y dec<65>an: <20>No es <20>ste el que asolaba en Jerusal<61>n a los que invocaban este nombre, y a eso vino ac<61>, para llevarlos presos ante los principales sacerdotes?
22 Pero Saulo mucho m<>s se esforzaba, y confund<6E>a a los jud<75>os que moraban en Damasco, demostrando que Jes<65>s era el Cristo.
Saulo escapa de los jud<75>os
23 Pasados muchos d<>as, los jud<75>os resolvieron en consejo matarle;
24 pero sus asechanzas llegaron a conocimiento de Saulo. Y ellos guardaban las puertas de d<>a y de noche para matarle.
25 Entonces los disc<73>pulos, tom<6F>ndole de noche, le bajaron por el muro, descolg<6C>ndole en una canasta.
Saulo en Jerusal<61>n
26 Cuando lleg<65> a Jerusal<61>n, trataba de juntarse con los disc<73>pulos; pero todos le ten<65>an miedo, no creyendo que fuese disc<73>pulo.
27 Entonces Bernab<61>, tom<6F>ndole, lo trajo a los ap<61>stoles, y les cont<6E> c<>mo Saulo hab<61>a visto en el camino al Se<53>or, el cual le hab<61>a hablado, y c<>mo en Damasco hab<61>a hablado valerosamente en el nombre de Jes<65>s.
28 Y estaba con ellos en Jerusal<61>n; y entraba y sal<61>a,
29 y hablaba denodadamente en el nombre del Se<53>or, y disputaba con los griegos; pero <20>stos procuraban matarle.
30 Cuando supieron esto los hermanos, le llevaron hasta Cesarea, y le enviaron a Tarso.
31 Entonces las iglesias ten<65>an paz por toda Judea, Galilea y Samaria; y eran edificadas, andando en el temor del Se<53>or, y se acrecentaban fortalecidas por el Esp<73>ritu Santo.
Curaci<EFBFBD>n de Eneas
32 Aconteci<63> que Pedro, visitando a todos, vino tambi<62>n a los santos que habitaban en Lida.
33 Y hall<6C> all<6C> a uno que se llamaba Eneas, que hac<61>a ocho a<>os que estaba en cama, pues era paral<61>tico.
34 Y le dijo Pedro: Eneas, Jesucristo te sana; lev<65>ntate, y haz tu cama. Y en seguida se levant<6E>.
35 Y le vieron todos los que habitaban en Lida y en Sar<61>n, los cuales se convirtieron al Se<53>or.
Dorcas es resucitada
36 Hab<61>a entonces en Jope una disc<73>pula llamada Tabita, que traducido quiere decir, Dorcas. Esta abundaba en buenas obras y en limosnas que hac<61>a.
37 Y aconteci<63> que en aquellos d<>as enferm<72> y muri<72>. Despu<70>s de lavada, la pusieron en una sala.
38 Y como Lida estaba cerca de Jope, los disc<73>pulos, oyendo que Pedro estaba all<6C>, le enviaron dos hombres, a rogarle: No tardes en venir a nosotros.
39 Levant<6E>ndose entonces Pedro, fue con ellos; y cuando lleg<65>, le llevaron a la sala, donde le rodearon todas las viudas, llorando y mostrando las t<>nicas y los vestidos que Dorcas hac<61>a cuando estaba con ellas.
40 Entonces, sacando a todos, Pedro se puso de rodillas y or<6F>; y volvi<76>ndose al cuerpo, dijo: Tabita, lev<65>ntate. Y ella abri<72> los ojos, y al ver a Pedro, se incorpor<6F>.
41 Y <20>l, d<>ndole la mano, la levant<6E>; entonces, llamando a los santos y a las viudas, la present<6E> viva.
42 Esto fue notorio en toda Jope, y muchos creyeron en el Se<53>or.
43 Y aconteci<63> que se qued<65> muchos d<>as en Jope en casa de un cierto Sim<69>n, curtidor.
Pedro y Cornelio
HECHOS 10
1 Hab<61>a en Cesarea un hombre llamado Cornelio, centuri<72>n de la compa<70><61>a llamada la Italiana,
2 piadoso y temeroso de Dios con toda su casa, y que hac<61>a muchas limosnas al pueblo, y oraba a Dios siempre.
3 Este vio claramente en una visi<73>n, como a la hora novena del d<>a, que un <20>ngel de Dios entraba donde <20>l estaba, y le dec<65>a: Cornelio.
4 El, mir<69>ndole fijamente, y atemorizado, dijo: <20>Qu<51> es, Se<53>or? Y le dijo: Tus oraciones y tus limosnas han subido para memoria delante de Dios.
5 Env<6E>a, pues, ahora hombres a Jope, y haz venir a Sim<69>n, el que tiene por sobrenombre Pedro.
6 Este posa en casa de cierto Sim<69>n curtidor, que tiene su casa junto al mar; <20>l te dir<69> lo que es necesario que hagas.
7 Ido el <20>ngel que hablaba con Cornelio, <20>ste llam<61> a dos de sus criados, y a un devoto soldado de los que le asist<73>an;
8 a los cuales envi<76> a Jope, despu<70>s de haberles contado todo.
9 Al d<>a siguiente, mientras ellos iban por el camino y se acercaban a la ciudad, Pedro subi<62> a la azotea para orar, cerca de la hora sexta.
10 Y tuvo gran hambre, y quiso comer; pero mientras le preparaban algo, le sobrevino un <20>xtasis;
11 y vio el cielo abierto, y que descend<6E>a algo semejante a un gran lienzo, que atado de las cuatro puntas era bajado a la tierra;
12 en el cual hab<61>a de todos los cuadr<64>pedos terrestres y reptiles y aves del cielo.
13 Y le vino una voz: Lev<65>ntate, Pedro, mata y come.
14 Entonces Pedro dijo: Se<53>or, no; porque ninguna cosa com<6F>n o inmunda he comido jam<61>s.
15 Volvi<76> la voz a <20>l la segunda vez: Lo que Dios limpi<70>, no lo llames t<> com<6F>n.
16 Esto se hizo tres veces; y aquel lienzo volvi<76> a ser recogido en el cielo.
17 Y mientras Pedro estaba perplejo dentro de s<> sobre lo que significar<61>a la visi<73>n que hab<61>a visto, he aqu<71> los hombres que hab<61>an sido enviados por Cornelio, los cuales, preguntando por la casa de Sim<69>n, llegaron a la puerta.
18 Y llamando, preguntaron si moraba all<6C> un Sim<69>n que ten<65>a por sobrenombre Pedro.
19 Y mientras Pedro pensaba en la visi<73>n, le dijo el Esp<73>ritu: He aqu<71>, tres hombres te buscan.
20 Lev<65>ntate, pues, y desciende y no dudes de ir con ellos, porque yo los he enviado.
21 Entonces Pedro, descendiendo a donde estaban los hombres que fueron enviados por Cornelio, les dijo: He aqu<71>, yo soy el que busc<73>is; <20>cu<63>l es la causa por la que hab<61>is venido?
22 Ellos dijeron: Cornelio el centuri<72>n, var<61>n justo y temeroso de Dios, y que tiene buen testimonio en toda la naci<63>n de los jud<75>os, ha recibido instrucciones de un santo <20>ngel, de hacerte venir a su casa para o<>r tus palabras.
23 Entonces, haci<63>ndoles entrar, los hosped<65>. Y al d<>a siguiente, levant<6E>ndose, se fue con ellos; y le acompa<70>aron algunos de los hermanos de Jope.
24 Al otro d<>a entraron en Cesarea. Y Cornelio los estaba esperando, habiendo convocado a sus parientes y amigos m<>s <20>ntimos.
25 Cuando Pedro entr<74>, sali<6C> Cornelio a recibirle, y postr<74>ndose a sus pies, ador<6F>.
26 Mas Pedro le levant<6E>, diciendo: Lev<65>ntate, pues yo mismo tambi<62>n soy hombre.
27 Y hablando con <20>l, entr<74>, y hall<6C> a muchos que se hab<61>an reunido.
28 Y les dijo: Vosotros sab<61>is cu<63>n abominable es para un var<61>n jud<75>o juntarse o acercarse a un extranjero; pero a m<> me ha mostrado Dios que a ning<6E>n hombre llame com<6F>n o inmundo;
29 por lo cual, al ser llamado, vine sin replicar. As<41> que pregunto: <20>Por qu<71> causa me hab<61>is hecho venir?
30 Entonces Cornelio dijo: hace cuatro d<>as que a esta hora yo estaba en ayunas; y a la hora novena, mientras oraba en mi casa, vi que se puso delante de m<> un var<61>n con vestido resplandeciente,
31 y dijo: Cornelio, tu oraci<63>n ha sido o<>da, y tus limosnas han sido recordadas delante de Dios.
32 Env<6E>a, pues, a Jope, y haz venir a Sim<69>n el que tiene por sobrenombre Pedro, el cual mora en casa de Sim<69>n, un curtidor, junto al mar; y cuando llegue, <20>l te hablar<61>.
33 As<41> que luego envi<76> por ti; y t<> has hecho bien en venir. Ahora, pues, todos nosotros estamos aqu<71> en la presencia de Dios, para o<>r todo lo que Dios te ha mandado.
34 Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: En verdad comprendo que Dios no hace acepci<63>n de personas,
35 sino que en toda naci<63>n se agrada del que le teme y hace justicia.
36 Dios envi<76> mensaje a los hijos de Israel, anunciando el evangelio de la paz por medio de Jesucristo; <20>ste es Se<53>or de todos.
37 Vosotros sab<61>is lo que se divulg<6C> por toda Judea, comenzando desde Galilea, despu<70>s del bautismo que predic<69> Juan:
38 c<>mo Dios ungi<67> con el Esp<73>ritu Santo y con poder a Jes<65>s de Nazaret, y c<>mo <20>ste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con <20>l.
39 Y nosotros somos testigos de todas las cosas que Jes<65>s hizo en la tierra de Judea y en Jerusal<61>n; a quien mataron colg<6C>ndole en un madero.
40 A <20>ste levant<6E> Dios al tercer d<>a, e hizo que se manifestase;
41 no a todo el pueblo, sino a los testigos que Dios hab<61>a ordenado de antemano, a nosotros que comimos y bebimos con <20>l despu<70>s que resucit<69> de los muertos.
42 Y nos mand<6E> que predic<69>semos al pueblo, y testific<69>semos que <20>l es el que Dios ha puesto por Juez de vivos y muertos.
43 De <20>ste dan testimonio todos los profetas, que todos los que en <20>l creyeren, recibir<69>n perd<72>n de pecados por su nombre.
44 Mientras a<>n hablaba Pedro estas palabras, el Esp<73>ritu Santo cay<61> sobre todos los que o<>an el discurso.
45 Y los fieles de la circuncisi<73>n que hab<61>an venido con Pedro se quedaron at<61>nitos de que tambi<62>n sobre los gentiles se derramase el don del Esp<73>ritu Santo.
46 Porque los o<>an que hablaban en lenguas, y que magnificaban a Dios.
47 Entonces respondi<64> Pedro: <20>Puede acaso alguno impedir el agua, para que no sean bautizados estos que han recibido el Esp<73>ritu Santo tambi<62>n como nosotros?
48 Y mand<6E> bautizarles en el nombre del Se<53>or Jes<65>s. Entonces le rogaron que se quedase por algunos d<>as.
Informe de Pedro a la iglesia de Jerusal<61>n
HECHOS 11
1 Oyeron los ap<61>stoles y los hermanos que estaban en Judea, que tambi<62>n los gentiles hab<61>an recibido la palabra de Dios.
2 Y cuando Pedro subi<62> a Jerusal<61>n, disputaban con <20>l los que eran de la circuncisi<73>n,
3 diciendo: <20>Por qu<71> has entrado en casa de hombres incircuncisos, y has comido con ellos?
4 Entonces comenz<6E> Pedro a contarles por orden lo sucedido, diciendo:
5 Estaba yo en la ciudad de Jope orando, y vi en <20>xtasis una visi<73>n; algo semejante a un gran lienzo que descend<6E>a, que por las cuatro puntas era bajado del cielo y ven<65>a hasta m<>.
6 Cuando fij<69> en <20>l los ojos, consider<65> y vi cuadr<64>pedos terrestres, y fieras, y reptiles, y aves del cielo.
7 Y o<> una voz que me dec<65>a: Lev<65>ntate, Pedro, mata y come.
8 Y dije: Se<53>or, no; porque ninguna cosa com<6F>n o inmunda entr<74> jam<61>s en mi boca.
9 Entonces la voz me respondi<64> del cielo por segunda vez: Lo que Dios limpi<70>, no lo llames t<> com<6F>n.
10 Y esto se hizo tres veces, y volvi<76> todo a ser llevado arriba al cielo.
11 Y he aqu<71>, luego llegaron tres hombres a la casa donde yo estaba, enviados a m<> desde Cesarea.
12 Y el Esp<73>ritu me dijo que fuese con ellos sin dudar. Fueron tambi<62>n conmigo estos seis hermanos, y entramos en casa de un var<61>n,
13 quien nos cont<6E> c<>mo hab<61>a visto en su casa un <20>ngel, que se puso en pie y le dijo: Env<6E>a hombres a Jope, y haz venir a Sim<69>n, el que tiene por sobrenombre Pedro;
14 <20>l te hablar<61> palabras por las cuales ser<65>s salvo t<>, y toda tu casa.
15 Y cuando comenc<6E> a hablar, cay<61> el Esp<73>ritu Santo sobre ellos tambi<62>n, como sobre nosotros al principio.
16 Entonces me acord<72> de lo dicho por el Se<53>or, cuando dijo: Juan ciertamente bautiz<69> en agua, mas vosotros ser<65>is bautizados con el Esp<73>ritu Santo.
17 Si Dios, pues, les concedi<64> tambi<62>n el mismo don que a nosotros que hemos cre<72>do en el Se<53>or Jesucristo, <20>qui<75>n era yo que pudiese estorbar a Dios?
18 Entonces, o<>das estas cosas, callaron, y glorificaron a Dios, diciendo: <20>De manera que tambi<62>n a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida!
La iglesia en Antioqu<71>a
19 Ahora bien, los que hab<61>an sido esparcidos a causa de la persecuci<63>n que hubo con motivo de Esteban, pasaron hasta Fenicia, Chipre y Antioqu<71>a, no hablando a nadie la palabra, sino s<>lo a los jud<75>os.
20 Pero hab<61>a entre ellos unos varones de Chipre y de Cirene, los cuales, cuando entraron en Antioqu<71>a, hablaron tambi<62>n a los griegos, anunciando el evangelio del Se<53>or Jes<65>s.
21 Y la mano del Se<53>or estaba con ellos, y gran n<>mero crey<65> y se convirti<74> al Se<53>or.
22 Lleg<65> la noticia de estas cosas a o<>dos de la iglesia que estaba en Jerusal<61>n; y enviaron a Bernab<61> que fuese hasta Antioqu<71>a.
23 Este, cuando lleg<65>, y vio la gracia de Dios, se regocij<69>, y exhort<72> a todos a que con prop<6F>sito de coraz<61>n permaneciesen fieles al Se<53>or.
24 Porque era var<61>n bueno, y lleno del Esp<73>ritu Santo y de fe. Y una gran multitud fue agregada al Se<53>or.
25 Despu<70>s fue Bernab<61> a Tarso para buscar a Saulo; y hall<6C>ndole, le trajo a Antioqu<71>a.
26 Y se congregaron all<6C> todo un a<>o con la iglesia, y ense<73>aron a mucha gente; y a los disc<73>pulos se les llam<61> cristianos por primera vez en Antioqu<71>a.
27 En aquellos d<>as unos profetas descendieron de Jerusal<61>n a Antioqu<71>a.
28 Y levant<6E>ndose uno de ellos, llamado Agabo, daba a entender por el Esp<73>ritu, que vendr<64>a una gran hambre en toda la tierra habitada; la cual sucedi<64> en tiempo de Claudio.
29 Entonces los disc<73>pulos, cada uno conforme a lo que ten<65>a, determinaron enviar socorro a los hermanos que habitaban en Judea;
30 lo cual en efecto hicieron, envi<76>ndolo a los ancianos por mano de Bernab<61> y de Saulo.
Jacobo, muerto; Pedro, encarcelado
HECHOS 12
1 En aquel mismo tiempo el rey Herodes ech<63> mano a algunos de la iglesia para maltratarles.
2 Y mat<61> a espada a Jacobo, hermano de Juan.
3 Y viendo que esto hab<61>a agradado a los jud<75>os, procedi<64> a prender tambi<62>n a Pedro. Eran entonces los d<>as de los panes sin levadura.
4 Y habi<62>ndole tomado preso, le puso en la c<>rcel, entreg<65>ndole a cuatro grupos de cuatro soldados cada uno, para que le custodiasen; y se propon<6F>a sacarle al pueblo despu<70>s de la pascua.
5 As<41> que Pedro estaba custodiado en la c<>rcel; pero la iglesia hac<61>a sin cesar oraci<63>n a Dios por <20>l.
Pedro es librado de la c<>rcel
6 Y cuando Herodes le iba a sacar, aquella misma noche estaba Pedro durmiendo entre dos soldados, sujeto con dos cadenas, y los guardas delante de la puerta custodiaban la c<>rcel.
7 Y he aqu<71> que se present<6E> un <20>ngel del Se<53>or, y una luz resplandeci<63> en la c<>rcel; y tocando a Pedro en el costado, le despert<72>, diciendo: Lev<65>ntate pronto. Y las cadenas se le cayeron de las manos.
8 Le dijo el <20>ngel: C<><43>ete, y <20>tate las sandalias. Y lo hizo as<61>. Y le dijo: Envu<76>lvete en tu manto, y s<>gueme.
9 Y saliendo, le segu<67>a; pero no sab<61>a que era verdad lo que hac<61>a el <20>ngel, sino que pensaba que ve<76>a una visi<73>n.
10 Habiendo pasado la primera y la segunda guardia, llegaron a la puerta de hierro que daba a la ciudad, la cual se les abri<72> por s<> misma; y salidos, pasaron una calle, y luego el <20>ngel se apart<72> de <20>l.
11 Entonces Pedro, volviendo en s<>, dijo: Ahora entiendo verdaderamente que el Se<53>or ha enviado su <20>ngel, y me ha librado de la mano de Herodes, y de todo lo que el pueblo de los jud<75>os esperaba.
12 Y habiendo considerado esto, lleg<65> a casa de Mar<61>a la madre de Juan, el que ten<65>a por sobrenombre Marcos, donde muchos estaban reunidos orando.
13 Cuando llam<61> Pedro a la puerta del patio, sali<6C> a escuchar una muchacha llamada Rode,
14 la cual, cuando reconoci<63> la voz de Pedro, de gozo no abri<72> la puerta, sino que corriendo adentro, dio la nueva de que Pedro estaba a la puerta.
15 Y ellos le dijeron: Est<73>s loca. Pero ella aseguraba que as<61> era. Entonces ellos dec<65>an: <20>Es su <20>ngel!
16 Mas Pedro persist<73>a en llamar; y cuando abrieron y le vieron, se quedaron at<61>nitos.
17 Pero <20>l, haci<63>ndoles con la mano se<73>al de que callasen, les cont<6E> c<>mo el Se<53>or le hab<61>a sacado de la c<>rcel. Y dijo: Haced saber esto a Jacobo y a los hermanos. Y sali<6C>, y se fue a otro lugar.
18 Luego que fue de d<>a, hubo no poco alboroto entre los soldados sobre qu<71> hab<61>a sido de Pedro.
19 Mas Herodes, habi<62>ndole buscado sin hallarle, despu<70>s de interrogar a los guardas, orden<65> llevarlos a la muerte. Despu<70>s descendi<64> de Judea a Cesarea y se qued<65> all<6C>.
Muerte de Herodes
20 Y Herodes estaba enojado contra los de Tiro y de Sid<69>n; pero ellos vinieron de acuerdo ante <20>l, y sobornado Blasto, que era camarero mayor del rey, ped<65>an paz, porque su territorio era abastecido por el del rey.
21 Y un d<>a se<73>alado, Herodes, vestido de ropas reales, se sent<6E> en el tribunal y les areng<6E>.
22 Y el pueblo aclamaba gritando: <20>Voz de Dios, y no de hombre!
23 Al momento un <20>ngel del Se<53>or le hiri<72>, por cuanto no dio la gloria a Dios; y expir<69> comido de gusanos.
24 Pero la palabra del Se<53>or crec<65>a y se multiplicaba.
25 Y Bernab<61> y Saulo, cumplido su servicio, volvieron de Jerusal<61>n, llevando tambi<62>n consigo a Juan, el que ten<65>a por sobrenombre Marcos.
Bernab<EFBFBD> y Saulo comienzan su primer viaje misionero
HECHOS 13
1 Hab<61>a entonces en la iglesia que estaba en Antioqu<71>a, profetas y maestros: Bernab<61>, Sim<69>n el que se llamaba Niger, Lucio de Cirene, Mana<6E>n el que se hab<61>a criado junto con Herodes el tetrarca, y Saulo.
2 Ministrando <20>stos al Se<53>or, y ayunando, dijo el Esp<73>ritu Santo: Apartadme a Bernab<61> y a Saulo para la obra a que los he llamado.
3 Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron.
Los ap<61>stoles predican en Chipre
4 Ellos, entonces, enviados por el Esp<73>ritu Santo, descendieron a Seleucia, y de all<6C> navegaron a Chipre.
5 Y llegados a Salamina, anunciaban la palabra de Dios en las sinagogas de los jud<75>os. Ten<65>an tambi<62>n a Juan de ayudante.
6 Y habiendo atravesado toda la isla hasta Pafos, hallaron a cierto mago, falso profeta, jud<75>o, llamado Barjes<65>s,
7 que estaba con el proc<6F>nsul Sergio Paulo, var<61>n prudente. Este, llamando a Bernab<61> y a Saulo, deseaba o<>r la palabra de Dios.
8 Pero les resist<73>a Elimas, el mago (pues as<61> se traduce su nombre), procurando apartar de la fe al proc<6F>nsul.
9 Entonces Saulo, que tambi<62>n es Pablo, lleno del Esp<73>ritu Santo, fijando en <20>l los ojos,
10 dijo: <20>Oh, lleno de todo enga<67>o y de toda maldad, hijo del diablo, enemigo de toda justicia! <20>No cesar<61>s de trastornar los caminos rectos del Se<53>or?
11 Ahora, pues, he aqu<71> la mano del Se<53>or est<73> contra ti, y ser<65>s ciego, y no ver<65>s el sol por alg<6C>n tiempo. E inmediatamente cayeron sobre <20>l oscuridad y tinieblas; y andando alrededor, buscaba quien le condujese de la mano.
12 Entonces el proc<6F>nsul, viendo lo que hab<61>a sucedido, crey<65>, maravillado de la doctrina del Se<53>or.
Pablo y Bernab<61> en Antioqu<71>a de Pisidia
13 Habiendo zarpado de Pafos, Pablo y sus compa<70>eros arribaron a Perge de Panfilia; pero Juan, apart<72>ndose de ellos, volvi<76> a Jerusal<61>n.
14 Ellos, pasando de Perge, llegaron a Antioqu<71>a de Pisidia; y entraron en la sinagoga un d<>a de reposo y se sentaron.
15 Y despu<70>s de la lectura de la ley y de los profetas, los principales de la sinagoga mandaron a decirles: Varones hermanos, si ten<65>is alguna palabra de exhortaci<63>n para el pueblo, hablad.
16 Entonces Pablo, levant<6E>ndose, hecha se<73>al de silencio con la mano, dijo: Varones israelitas, y los que tem<65>is a Dios, o<>d:
17 El Dios de este pueblo de Israel escogi<67> a nuestros padres, y enalteci<63> al pueblo, siendo ellos extranjeros en tierra de Egipto, y con brazo levantado los sac<61> de ella.
18 Y por un tiempo como de cuarenta a<>os los soport<72> en el desierto;
19 y habiendo destruido siete naciones en la tierra de Cana<6E>n, les dio en herencia su territorio.
20 Despu<70>s, como por cuatrocientos cincuenta a<>os, les dio jueces hasta el profeta Samuel.
21 Luego pidieron rey, y Dios les dio a Sa<53>l hijo de Cis, var<61>n de la tribu de Benjam<61>n, por cuarenta a<>os.
22 Quitado <20>ste, les levant<6E> por rey a David, de quien dio tambi<62>n testimonio diciendo: He hallado a David hijo de Isa<73>, var<61>n conforme a mi coraz<61>n, quien har<61> todo lo que yo quiero.
23 De la descendencia de <20>ste, y conforme a la promesa, Dios levant<6E> a Jes<65>s por Salvador a Israel.
24 Antes de su venida, predic<69> Juan el bautismo de arrepentimiento a todo el pueblo de Israel.
25 Mas cuando Juan terminaba su carrera, dijo: <20>Qui<75>n pens<6E>is que soy? No soy yo <20>l; mas he aqu<71> viene tras m<> uno de quien no soy digno de desatar el calzado de los pies.
26 Varones hermanos, hijos del linaje de Abraham, y los que entre vosotros tem<65>is a Dios, a vosotros es enviada la palabra de esta salvaci<63>n.
27 Porque los habitantes de Jerusal<61>n y sus gobernantes, no conociendo a Jes<65>s, ni las palabras de los profetas que se leen todos los d<>as de reposo, las cumplieron al condenarle.
28 Y sin hallar en <20>l causa digna de muerte, pidieron a Pilato que se le matase.
29 Y habiendo cumplido todas las cosas que de <20>l estaban escritas, quit<69>ndolo del madero, lo pusieron en el sepulcro.
30 Mas Dios le levant<6E> de los muertos.
31 Y <20>l se apareci<63> durante muchos d<>as a los que hab<61>an subido juntamente con <20>l de Galilea a Jerusal<61>n, los cuales ahora son sus testigos ante el pueblo.
32 Y nosotros tambi<62>n os anunciamos el evangelio de aquella promesa hecha a nuestros padres,
33 la cual Dios ha cumplido a los hijos de ellos, a nosotros, resucitando a Jes<65>s; como est<73> escrito tambi<62>n en el salmo segundo: Mi hijo eres t<>, yo te he engendrado hoy.
34 Y en cuanto a que le levant<6E> de los muertos para nunca m<>s volver a corrupci<63>n, lo dijo as<61>: Os dar<61> las misericordias fieles de David.
35 Por eso dice tambi<62>n en otro salmo: No permitir<69>s que tu Santo vea corrupci<63>n.
36 Porque a la verdad David, habiendo servido a su propia generaci<63>n seg<65>n la voluntad de Dios, durmi<6D>, y fue reunido con sus padres, y vio corrupci<63>n.
37 Mas aquel a quien Dios levant<6E>, no vio corrupci<63>n.
38 Sabed, pues, esto, varones hermanos: que por medio de <20>l se os anuncia perd<72>n de pecados,
39 y que de todo aquello de que por la ley de Mois<69>s no pudisteis ser justificados, en <20>l es justificado todo aquel que cree.
40 Mirad, pues, que no venga sobre vosotros lo que est<73> dicho en los profetas:
41 Mirad, oh menospreciadores, y asombraos, y desapareced; Porque yo hago una obra en vuestros d<>as, Obra que no creer<65>is, si alguien os la contare.
42 Cuando salieron ellos de la sinagoga de los jud<75>os, los gentiles les rogaron que el siguiente d<>a de reposo les hablasen de estas cosas.
43 Y despedida la congregaci<63>n, muchos de los jud<75>os y de los pros<6F>litos piadosos siguieron a Pablo y a Bernab<61>, quienes habl<62>ndoles, les persuad<61>an a que perseverasen en la gracia de Dios.
44 El siguiente d<>a de reposo se junt<6E> casi toda la ciudad para o<>r la palabra de Dios.
45 Pero viendo los jud<75>os la muchedumbre, se llenaron de celos, y rebat<61>an lo que Pablo dec<65>a, contradiciendo y blasfemando.
46 Entonces Pablo y Bernab<61>, hablando con denuedo, dijeron: A vosotros a la verdad era necesario que se os hablase primero la palabra de Dios; mas puesto que la desech<63>is, y no os juzg<7A>is dignos de la vida eterna, he aqu<71>, nos volvemos a los gentiles.
47 Porque as<61> nos ha mandado el Se<53>or, diciendo: Te he puesto para luz de los gentiles, A fin de que seas para salvaci<63>n hasta lo <20>ltimo de la tierra.
48 Los gentiles, oyendo esto, se regocijaban y glorificaban la palabra del Se<53>or, y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna.
49 Y la palabra del Se<53>or se difund<6E>a por toda aquella provincia.
50 Pero los jud<75>os instigaron a mujeres piadosas y distinguidas, y a los principales de la ciudad, y levantaron persecuci<63>n contra Pablo y Bernab<61>, y los expulsaron de sus l<>mites.
51 Ellos entonces, sacudiendo contra ellos el polvo de sus pies, llegaron a Iconio.
52 Y los disc<73>pulos estaban llenos de gozo y del Esp<73>ritu Santo.
Pablo y Bernab<61> en Iconio
HECHOS 14
1 Aconteci<63> en Iconio que entraron juntos en la sinagoga de los jud<75>os, y hablaron de tal manera que crey<65> una gran multitud de jud<75>os, y asimismo de griegos.
2 Mas los jud<75>os que no cre<72>an excitaron y corrompieron los <20>nimos de los gentiles contra los hermanos.
3 Por tanto, se detuvieron all<6C> mucho tiempo, hablando con denuedo, confiados en el Se<53>or, el cual daba testimonio a la palabra de su gracia, concediendo que se hiciesen por las manos de ellos se<73>ales y prodigios.
4 Y la gente de la ciudad estaba dividida: unos estaban con los jud<75>os, y otros con los ap<61>stoles.
5 Pero cuando los jud<75>os y los gentiles, juntamente con sus gobernantes, se lanzaron a afrentarlos y apedrearlos,
6 habi<62>ndolo sabido, huyeron a Listra y Derbe, ciudades de Licaonia, y a toda la regi<67>n circunvecina,
7 y all<6C> predicaban el evangelio.
Pablo es apedreado en Listra
8 Y cierto hombre de Listra estaba sentado, imposibilitado de los pies, cojo de nacimiento, que jam<61>s hab<61>a andado.
9 Este oy<6F> hablar a Pablo, el cual, fijando en <20>l sus ojos, y viendo que ten<65>a fe para ser sanado,
10 dijo a gran voz: Lev<65>ntate derecho sobre tus pies. Y <20>l salt<6C>, y anduvo.
11 Entonces la gente, visto lo que Pablo hab<61>a hecho, alz<6C> la voz, diciendo en lengua lica<63>nica: Dioses bajo la semejanza de hombres han descendido a nosotros.
12 Y a Bernab<61> llamaban J<>piter, y a Pablo, Mercurio, porque <20>ste era el que llevaba la palabra.
13 Y el sacerdote de J<>piter, cuyo templo estaba frente a la ciudad, trajo toros y guirnaldas delante de las puertas, y juntamente con la muchedumbre quer<65>a ofrecer sacrificios.
14 Cuando lo oyeron los ap<61>stoles Bernab<61> y Pablo, rasgaron sus ropas, y se lanzaron entre la multitud, dando voces
15 y diciendo: Varones, <20>por qu<71> hac<61>is esto? Nosotros tambi<62>n somos hombres semejantes a vosotros, que os anunciamos que de estas vanidades os convirt<72>is al Dios vivo, que hizo el cielo y la tierra, el mar, y todo lo que en ellos hay.
16 En las edades pasadas <20>l ha dejado a todas las gentes andar en sus propios caminos;
17 si bien no se dej<65> a s<> mismo sin testimonio, haciendo bien, d<>ndonos lluvias del cielo y tiempos fruct<63>feros, llenando de sustento y de alegr<67>a nuestros corazones.
18 Y diciendo estas cosas, dif<69>cilmente lograron impedir que la multitud les ofreciese sacrificio.
19 Entonces vinieron unos jud<75>os de Antioqu<71>a y de Iconio, que persuadieron a la multitud, y habiendo apedreado a Pablo, le arrastraron fuera de la ciudad, pensando que estaba muerto.
20 Pero rode<64>ndole los disc<73>pulos, se levant<6E> y entr<74> en la ciudad; y al d<>a siguiente sali<6C> con Bernab<61> para Derbe.
21 Y despu<70>s de anunciar el evangelio a aquella ciudad y de hacer muchos disc<73>pulos, volvieron a Listra, a Iconio y a Antioqu<71>a,
22 confirmando los <20>nimos de los disc<73>pulos, exhort<72>ndoles a que permaneciesen en la fe, y dici<63>ndoles: Es necesario que a trav<61>s de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios.
23 Y constituyeron ancianos en cada iglesia, y habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Se<53>or en quien hab<61>an cre<72>do.
El regreso a Antioqu<71>a de Siria
24 Pasando luego por Pisidia, vinieron a Panfilia.
25 Y habiendo predicado la palabra en Perge, descendieron a Atalia.
26 De all<6C> navegaron a Antioqu<71>a, desde donde hab<61>an sido encomendados a la gracia de Dios para la obra que hab<61>an cumplido.
27 Y habiendo llegado, y reunido a la iglesia, refirieron cu<63>n grandes cosas hab<61>a hecho Dios con ellos, y c<>mo hab<61>a abierto la puerta de la fe a los gentiles.
28 Y se quedaron all<6C> mucho tiempo con los disc<73>pulos.
El concilio en Jerusal<61>n
HECHOS 15
1 Entonces algunos que ven<65>an de Judea ense<73>aban a los hermanos: Si no os circuncid<69>is conforme al rito de Mois<69>s, no pod<6F>is ser salvos.
2 Como Pablo y Bernab<61> tuviesen una discusi<73>n y contienda no peque<75>a con ellos, se dispuso que subiesen Pablo y Bernab<61> a Jerusal<61>n, y algunos otros de ellos, a los ap<61>stoles y a los ancianos, para tratar esta cuesti<74>n.
3 Ellos, pues, habiendo sido encaminados por la iglesia, pasaron por Fenicia y Samaria, contando la conversi<73>n de los gentiles; y causaban gran gozo a todos los hermanos.
4 Y llegados a Jerusal<61>n, fueron recibidos por la iglesia y los ap<61>stoles y los ancianos, y refirieron todas las cosas que Dios hab<61>a hecho con ellos.
5 Pero algunos de la secta de los fariseos, que hab<61>an cre<72>do, se levantaron diciendo: Es necesario circuncidarlos, y mandarles que guarden la ley de Mois<69>s.
6 Y se reunieron los ap<61>stoles y los ancianos para conocer de este asunto.
7 Y despu<70>s de mucha discusi<73>n, Pedro se levant<6E> y les dijo: Varones hermanos, vosotros sab<61>is c<>mo ya hace alg<6C>n tiempo que Dios escogi<67> que los gentiles oyesen por mi boca la palabra del evangelio y creyesen.
8 Y Dios, que conoce los corazones, les dio testimonio, d<>ndoles el Esp<73>ritu Santo lo mismo que a nosotros;
9 y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos, purificando por la fe sus corazones.
10 Ahora, pues, <20>por qu<71> tent<6E>is a Dios, poniendo sobre la cerviz de los disc<73>pulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar?
11 Antes creemos que por la gracia del Se<53>or Jes<65>s seremos salvos, de igual modo que ellos.
12 Entonces toda la multitud call<6C>, y oyeron a Bernab<61> y a Pablo, que contaban cu<63>n grandes se<73>ales y maravillas hab<61>a hecho Dios por medio de ellos entre los gentiles.
13 Y cuando ellos callaron, Jacobo respondi<64> diciendo: Varones hermanos, o<>dme.
14 Sim<69>n ha contado c<>mo Dios visit<69> por primera vez a los gentiles, para tomar de ellos pueblo para su nombre.
15 Y con esto concuerdan las palabras de los profetas, como est<73> escrito:
16 Despu<70>s de esto volver<65> Y reedificar<61> el tabern<72>culo de David, que est<73> ca<63>do; Y reparar<61> sus ruinas, Y lo volver<65> a levantar,
17 Para que el resto de los hombres busque al Se<53>or, Y todos los gentiles, sobre los cuales es invocado mi nombre,
18 Dice el Se<53>or, que hace conocer todo esto desde tiempos antiguos.
19 Por lo cual yo juzgo que no se inquiete a los gentiles que se convierten a Dios,
20 sino que se les escriba que se aparten de las contaminaciones de los <20>dolos, de fornicaci<63>n, de ahogado y de sangre.
21 Porque Mois<69>s desde tiempos antiguos tiene en cada ciudad quien lo predique en las sinagogas, donde es le<6C>do cada d<>a de reposo.
22 Entonces pareci<63> bien a los ap<61>stoles y a los ancianos, con toda la iglesia, elegir de entre ellos varones y enviarlos a Antioqu<71>a con Pablo y Bernab<61>: a Judas que ten<65>a por sobrenombre Barsab<61>s, y a Silas, varones principales entre los hermanos;
23 y escribir por conducto de ellos: Los ap<61>stoles y los ancianos y los hermanos, a los hermanos de entre los gentiles que est<73>n en Antioqu<71>a, en Siria y en Cilicia, salud.
24 Por cuanto hemos o<>do que algunos que han salido de nosotros, a los cuales no dimos orden, os han inquietado con palabras, perturbando vuestras almas, mandando circuncidaros y guardar la ley,
25 nos ha parecido bien, habiendo llegado a un acuerdo, elegir varones y enviarlos a vosotros con nuestros amados Bernab<61> y Pablo,
26 hombres que han expuesto su vida por el nombre de nuestro Se<53>or Jesucristo.
27 As<41> que enviamos a Judas y a Silas, los cuales tambi<62>n de palabra os har<61>n saber lo mismo.
28 Porque ha parecido bien al Esp<73>ritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga m<>s que estas cosas necesarias:
29 que os absteng<6E>is de lo sacrificado a <20>dolos, de sangre, de ahogado y de fornicaci<63>n; de las cuales cosas si os guardareis, bien har<61>is. Pasadlo bien.
30 As<41>, pues, los que fueron enviados descendieron a Antioqu<71>a, y reuniendo a la congregaci<63>n, entregaron la carta;
31 habiendo le<6C>do la cual, se regocijaron por la consolaci<63>n.
32 Y Judas y Silas, como ellos tambi<62>n eran profetas, consolaron y confirmaron a los hermanos con abundancia de palabras.
33 Y pasando alg<6C>n tiempo all<6C>, fueron despedidos en paz por los hermanos, para volver a aquellos que los hab<61>an enviado.
34 Mas a Silas le pareci<63> bien el quedarse all<6C>. 35 Y Pablo y Bernab<61> continuaron en Antioqu<71>a, ense<73>ando la palabra del Se<53>or y anunciando el evangelio con otros muchos.
Pablo se separa de Bernab<61>, y comienza su segundo viaje misionero
36 Despu<70>s de algunos d<>as, Pablo dijo a Bernab<61>: Volvamos a visitar a los hermanos en todas las ciudades en que hemos anunciado la palabra del Se<53>or, para ver c<>mo est<73>n.
37 Y Bernab<61> quer<65>a que llevasen consigo a Juan, el que ten<65>a por sobrenombre Marcos;
38 pero a Pablo no le parec<65>a bien llevar consigo al que se hab<61>a apartado de ellos desde Panfilia, y no hab<61>a ido con ellos a la obra.
39 Y hubo tal desacuerdo entre ellos, que se separaron el uno del otro; Bernab<61>, tomando a Marcos, naveg<65> a Chipre,
40 y Pablo, escogiendo a Silas, sali<6C> encomendado por los hermanos a la gracia del Se<53>or,
41 y pas<61> por Siria y Cilicia, confirmando a las iglesias.
Timoteo acompa<70>a a Pablo y a Silas
HECHOS 16
1 Despu<70>s lleg<65> a Derbe y a Listra; y he aqu<71>, hab<61>a all<6C> cierto disc<73>pulo llamado Timoteo, hijo de una mujer jud<75>a creyente, pero de padre griego;
2 y daban buen testimonio de <20>l los hermanos que estaban en Listra y en Iconio.
3 Quiso Pablo que <20>ste fuese con <20>l; y tom<6F>ndole, le circuncid<69> por causa de los jud<75>os que hab<61>a en aquellos lugares; porque todos sab<61>an que su padre era griego.
4 Y al pasar por las ciudades, les entregaban las ordenanzas que hab<61>an acordado los ap<61>stoles y los ancianos que estaban en Jerusal<61>n, para que las guardasen.
5 As<41> que las iglesias eran confirmadas en la fe, y aumentaban en n<>mero cada d<>a.
La visi<73>n del var<61>n macedonio
6 Y atravesando Frigia y la provincia de Galacia, les fue prohibido por el Esp<73>ritu Santo hablar la palabra en Asia;
7 y cuando llegaron a Misia, intentaron ir a Bitinia, pero el Esp<73>ritu no se lo permiti<74>.
8 Y pasando junto a Misia, descendieron a Troas.
9 Y se le mostr<74> a Pablo una visi<73>n de noche: un var<61>n macedonio estaba en pie, rog<6F>ndole y diciendo: Pasa a Macedonia y ay<61>danos.
10 Cuando vio la visi<73>n, en seguida procuramos partir para Macedonia, dando por cierto que Dios nos llamaba para que les anunci<63>semos el evangelio.
Encarcelados en Filipos
11 Zarpando, pues, de Troas, vinimos con rumbo directo a Samotracia, y el d<>a siguiente a Ne<4E>polis;
12 y de all<6C> a Filipos, que es la primera ciudad de la provincia de Macedonia, y una colonia; y estuvimos en aquella ciudad algunos d<>as.
13 Y un d<>a de reposo salimos fuera de la puerta, junto al r<>o, donde sol<6F>a hacerse la oraci<63>n; y sent<6E>ndonos, hablamos a las mujeres que se hab<61>an reunido.
14 Entonces una mujer llamada Lidia, vendedora de p<>rpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios, estaba oyendo; y el Se<53>or abri<72> el coraz<61>n de ella para que estuviese atenta a lo que Pablo dec<65>a.
15 Y cuando fue bautizada, y su familia, nos rog<6F> diciendo: Si hab<61>is juzgado que yo sea fiel al Se<53>or, entrad en mi casa, y posad. Y nos oblig<69> a quedarnos.
16 Aconteci<63> que mientras <20>bamos a la oraci<63>n, nos sali<6C> al encuentro una muchacha que ten<65>a esp<73>ritu de adivinaci<63>n, la cual daba gran ganancia a sus amos, adivinando.
17 Esta, siguiendo a Pablo y a nosotros, daba voces, diciendo: Estos hombres son siervos del Dios Alt<6C>simo, quienes os anuncian el camino de salvaci<63>n.
18 Y esto lo hac<61>a por muchos d<>as; mas desagradando a Pablo, <20>ste se volvi<76> y dijo al esp<73>ritu: Te mando en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella. Y sali<6C> en aquella misma hora.
19 Pero viendo sus amos que hab<61>a salido la esperanza de su ganancia, prendieron a Pablo y a Silas, y los trajeron al foro, ante las autoridades;
20 y present<6E>ndolos a los magistrados, dijeron: Estos hombres, siendo jud<75>os, alborotan nuestra ciudad,
21 y ense<73>an costumbres que no nos es l<>cito recibir ni hacer, pues somos romanos.
22 Y se agolp<6C> el pueblo contra ellos; y los magistrados, rasg<73>ndoles las ropas, ordenaron azotarles con varas.
23 Despu<70>s de haberles azotado mucho, los echaron en la c<>rcel, mandando al carcelero que los guardase con seguridad.
24 El cual, recibido este mandato, los meti<74> en el calabozo de m<>s adentro, y les asegur<75> los pies en el cepo.
25 Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los o<>an.
26 Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la c<>rcel se sacud<75>an; y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron.
27 Despertando el carcelero, y viendo abiertas las puertas de la c<>rcel, sac<61> la espada y se iba a matar, pensando que los presos hab<61>an huido.
28 Mas Pablo clam<61> a gran voz, diciendo: No te hagas ning<6E>n mal, pues todos estamos aqu<71>.
29 El entonces, pidiendo luz, se precipit<69> adentro, y temblando, se postr<74> a los pies de Pablo y de Silas; 30 y sac<61>ndolos, les dijo: Se<53>ores, <20>qu<71> debo hacer para ser salvo?
31 Ellos dijeron: Cree en el Se<53>or Jesucristo, y ser<65>s salvo, t<> y tu casa.
32 Y le hablaron la palabra del Se<53>or a <20>l y a todos los que estaban en su casa.
33 Y <20>l, tom<6F>ndolos en aquella misma hora de la noche, les lav<61> las heridas; y en seguida se bautiz<69> <20>l con todos los suyos.
34 Y llev<65>ndolos a su casa, les puso la mesa; y se regocij<69> con toda su casa de haber cre<72>do a Dios.
35 Cuando fue de d<>a, los magistrados enviaron alguaciles a decir: Suelta a aquellos hombres.
36 Y el carcelero hizo saber estas palabras a Pablo: Los magistrados han mandado a decir que se os suelte; as<61> que ahora salid, y marchaos en paz.
37 Pero Pablo les dijo: Despu<70>s de azotarnos p<>blicamente sin sentencia judicial, siendo ciudadanos romanos, nos echaron en la c<>rcel, <20>y ahora nos echan encubiertamente? No, por cierto, sino vengan ellos mismos a sacarnos.
38 Y los alguaciles hicieron saber estas palabras a los magistrados, los cuales tuvieron miedo al o<>r que eran romanos.
39 Y viniendo, les rogaron; y sac<61>ndolos, les pidieron que salieran de la ciudad. 40 Entonces, saliendo de la c<>rcel, entraron en casa de Lidia, y habiendo visto a los hermanos, los consolaron, y se fueron.
El alboroto en Tesal<61>nica
HECHOS 17
1 Pasando por Anf<6E>polis y Apolonia, llegaron a Tesal<61>nica, donde hab<61>a una sinagoga de los jud<75>os.
2 Y Pablo, como acostumbraba, fue a ellos, y por tres d<>as de reposo discuti<74> con ellos,
3 declarando y exponiendo por medio de las Escrituras, que era necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos; y que Jes<65>s, a quien yo os anuncio, dec<65>a <20>l, es el Cristo.
4 Y algunos de ellos creyeron, y se juntaron con Pablo y con Silas; y de los griegos piadosos gran n<>mero, y mujeres nobles no pocas.
5 Entonces los jud<75>os que no cre<72>an, teniendo celos, tomaron consigo a algunos ociosos, hombres malos, y juntando una turba, alborotaron la ciudad; y asaltando la casa de Jas<61>n, procuraban sacarlos al pueblo.
6 Pero no hall<6C>ndolos, trajeron a Jas<61>n y a algunos hermanos ante las autoridades de la ciudad, gritando: Estos que trastornan el mundo entero tambi<62>n han venido ac<61>;
7 a los cuales Jas<61>n ha recibido; y todos <20>stos contravienen los decretos de C<>sar, diciendo que hay otro rey, Jes<65>s.
8 Y alborotaron al pueblo y a las autoridades de la ciudad, oyendo estas cosas.
9 Pero obtenida fianza de Jas<61>n y de los dem<65>s, los soltaron.
Pablo y Silas en Berea
10 Inmediatamente, los hermanos enviaron de noche a Pablo y a Silas hasta Berea. Y ellos, habiendo llegado, entraron en la sinagoga de los jud<75>os.
11 Y <20>stos eran m<>s nobles que los que estaban en Tesal<61>nica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudri<72>ando cada d<>a las Escrituras para ver si estas cosas eran as<61>.
12 As<41> que creyeron muchos de ellos, y mujeres griegas de distinci<63>n, y no pocos hombres.
13 Cuando los jud<75>os de Tesal<61>nica supieron que tambi<62>n en Berea era anunciada la palabra de Dios por Pablo, fueron all<6C>, y tambi<62>n alborotaron a las multitudes.
14 Pero inmediatamente los hermanos enviaron a Pablo que fuese hacia el mar; y Silas y Timoteo se quedaron all<6C>.
15 Y los que se hab<61>an encargado de conducir a Pablo le llevaron a Atenas; y habiendo recibido orden para Silas y Timoteo, de que viniesen a <20>l lo m<>s pronto que pudiesen, salieron.
Pablo en Atenas
16 Mientras Pablo los esperaba en Atenas, su esp<73>ritu se enardec<65>a viendo la ciudad entregada a la idolatr<74>a.
17 As<41> que discut<75>a en la sinagoga con los jud<75>os y piadosos, y en la plaza cada d<>a con los que concurr<72>an.
18 Y algunos fil<69>sofos de los epic<69>reos y de los estoicos disputaban con <20>l; y unos dec<65>an: <20>Qu<51> querr<72> decir este palabrero? Y otros: Parece que es predicador de nuevos dioses; porque les predicaba el evangelio de Jes<65>s, y de la resurrecci<63>n.
19 Y tom<6F>ndole, le trajeron al Are<72>pago, diciendo: <20>Podremos saber qu<71> es esta nueva ense<73>anza de que hablas?
20 Pues traes a nuestros o<>dos cosas extra<72>as. Queremos, pues, saber qu<71> quiere decir esto.
21 (Porque todos los atenienses y los extranjeros residentes all<6C>, en ninguna otra cosa se interesaban sino en decir o en o<>r algo nuevo.)
22 Entonces Pablo, puesto en pie en medio del Are<72>pago, dijo: Varones atenienses, en todo observo que sois muy religiosos;
23 porque pasando y mirando vuestros santuarios, hall<6C> tambi<62>n un altar en el cual estaba esta inscripci<63>n: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros ador<6F>is, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio.
24 El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en <20>l hay, siendo Se<53>or del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas,
25 ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues <20>l es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas.
26 Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los l<>mites de su habitaci<63>n;
27 para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no est<73> lejos de cada uno de nosotros.
28 Porque en <20>l vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas tambi<62>n han dicho: Porque linaje suyo somos.
29 Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte y de imaginaci<63>n de hombres.
30 Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan;
31 por cuanto ha establecido un d<>a en el cual juzgar<61> al mundo con justicia, por aquel var<61>n a quien design<67>, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos.
32 Pero cuando oyeron lo de la resurrecci<63>n de los muertos, unos se burlaban, y otros dec<65>an: Ya te oiremos acerca de esto otra vez.
33 Y as<61> Pablo sali<6C> de en medio de ellos.
34 Mas algunos creyeron, junt<6E>ndose con <20>l; entre los cuales estaba Dionisio el areopagita, una mujer llamada D<>maris, y otros con ellos.
Pablo en Corinto
HECHOS 18
1 Despu<70>s de estas cosas, Pablo sali<6C> de Atenas y fue a Corinto.
2 Y hall<6C> a un jud<75>o llamado Aquila, natural del Ponto, reci<63>n venido de Italia con Priscila su mujer, por cuanto Claudio hab<61>a mandado que todos los jud<75>os saliesen de Roma. Fue a ellos,
3 y como era del mismo oficio, se qued<65> con ellos, y trabajaban juntos, pues el oficio de ellos era hacer tiendas.
4 Y discut<75>a en la sinagoga todos los d<>as de reposo, y persuad<61>a a jud<75>os y a griegos.
5 Y cuando Silas y Timoteo vinieron de Macedonia, Pablo estaba entregado por entero a la predicaci<63>n de la palabra, testificando a los jud<75>os que Jes<65>s era el Cristo.
6 Pero oponi<6E>ndose y blasfemando <20>stos, les dijo, sacudi<64>ndose los vestidos: Vuestra sangre sea sobre vuestra propia cabeza; yo, limpio; desde ahora me ir<69> a los gentiles.
7 Y saliendo de all<6C>, se fue a la casa de uno llamado Justo, temeroso de Dios, la cual estaba junto a la sinagoga.
8 Y Crispo, el principal de la sinagoga, crey<65> en el Se<53>or con toda su casa; y muchos de los corintios, oyendo, cre<72>an y eran bautizados.
9 Entonces el Se<53>or dijo a Pablo en visi<73>n de noche: No temas, sino habla, y no calles;
10 porque yo estoy contigo, y ninguno pondr<64> sobre ti la mano para hacerte mal, porque yo tengo mucho pueblo en esta ciudad.
11 Y se detuvo all<6C> un a<>o y seis meses, ense<73><65>ndoles la palabra de Dios.
12 Pero siendo Gali<6C>n proc<6F>nsul de Acaya, los jud<75>os se levantaron de com<6F>n acuerdo contra Pablo, y le llevaron al tribunal,
13 diciendo: Este persuade a los hombres a honrar a Dios contra la ley.
14 Y al comenzar Pablo a hablar, Gali<6C>n dijo a los jud<75>os: Si fuera alg<6C>n agravio o alg<6C>n crimen enorme, oh jud<75>os, conforme a derecho yo os tolerar<61>a.
15 Pero si son cuestiones de palabras, y de nombres, y de vuestra ley, vedlo vosotros; porque yo no quiero ser juez de estas cosas. 16 Y los ech<63> del tribunal.
17 Entonces todos los griegos, apoder<65>ndose de S<>stenes, principal de la sinagoga, le golpeaban delante del tribunal; pero a Gali<6C>n nada se le daba de ello.
18 Mas Pablo, habi<62>ndose detenido a<>n muchos d<>as all<6C>, despu<70>s se despidi<64> de los hermanos y naveg<65> a Siria, y con <20>l Priscila y Aquila, habi<62>ndose rapado la cabeza en Cencrea, porque ten<65>a hecho voto.
19 Y lleg<65> a Efeso, y los dej<65> all<6C>; y entrando en la sinagoga, discut<75>a con los jud<75>os,
20 los cuales le rogaban que se quedase con ellos por m<>s tiempo; mas no accedi<64>,
21 sino que se despidi<64> de ellos, diciendo: Es necesario que en todo caso yo guarde en Jerusal<61>n la fiesta que viene; pero otra vez volver<65> a vosotros, si Dios quiere. Y zarp<72> de Efeso.
Pablo regresa a Antioqu<71>a y comienza su tercer viaje misionero
22 Habiendo arribado a Cesarea, subi<62> para saludar a la iglesia, y luego descendi<64> a Antioqu<71>a.
23 Y despu<70>s de estar all<6C> alg<6C>n tiempo, sali<6C>, recorriendo por orden la regi<67>n de Galacia y de Frigia, confirmando a todos los disc<73>pulos.
Apolos predica en Efeso
24 Lleg<65> entonces a Efeso un jud<75>o llamado Apolos, natural de Alejandr<64>a, var<61>n elocuente, poderoso en las Escrituras.
25 Este hab<61>a sido instruido en el camino del Se<53>or; y siendo de esp<73>ritu fervoroso, hablaba y ense<73>aba diligentemente lo concerniente al Se<53>or, aunque solamente conoc<6F>a el bautismo de Juan.
26 Y comenz<6E> a hablar con denuedo en la sinagoga; pero cuando le oyeron Priscila y Aquila, le tomaron aparte y le expusieron m<>s exactamente el camino de Dios.
27 Y queriendo <20>l pasar a Acaya, los hermanos le animaron, y escribieron a los disc<73>pulos que le recibiesen; y llegado <20>l all<6C>, fue de gran provecho a los que por la gracia hab<61>an cre<72>do;
28 porque con gran vehemencia refutaba p<>blicamente a los jud<75>os, demostrando por las Escrituras que Jes<65>s era el Cristo.
Pablo en Efeso
HECHOS 19
1 Aconteci<63> que entre tanto que Apolos estaba en Corinto, Pablo, despu<70>s de recorrer las regiones superiores, vino a Efeso, y hallando a ciertos disc<73>pulos,
2 les dijo: <20>Recibisteis el Esp<73>ritu Santo cuando cre<72>steis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos o<>do si hay Esp<73>ritu Santo.
3 Entonces dijo: <20>En qu<71>, pues, fuisteis bautizados? Ellos dijeron: En el bautismo de Juan.
4 Dijo Pablo: Juan bautiz<69> con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendr<64>a despu<70>s de <20>l, esto es, en Jes<65>s el Cristo.
5 Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Se<53>or Jes<65>s.
6 Y habi<62>ndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Esp<73>ritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban.
7 Eran por todos unos doce hombres.
8 Y entrando Pablo en la sinagoga, habl<62> con denuedo por espacio de tres meses, discutiendo y persuadiendo acerca del reino de Dios.
9 Pero endureci<63>ndose algunos y no creyendo, maldiciendo el Camino delante de la multitud, se apart<72> Pablo de ellos y separ<61> a los disc<73>pulos, discutiendo cada d<>a en la escuela de uno llamado Tiranno.
10 As<41> continu<6E> por espacio de dos a<>os, de manera que todos los que habitaban en Asia, jud<75>os y griegos, oyeron la palabra del Se<53>or Jes<65>s.
11 Y hac<61>a Dios milagros extraordinarios por mano de Pablo,
12 de tal manera que aun se llevaban a los enfermos los pa<70>os o delantales de su cuerpo, y las enfermedades se iban de ellos, y los esp<73>ritus malos sal<61>an.
13 Pero algunos de los jud<75>os, exorcistas ambulantes, intentaron invocar el nombre del Se<53>or Jes<65>s sobre los que ten<65>an esp<73>ritus malos, diciendo: Os conjuro por Jes<65>s, el que predica Pablo.
14 Hab<61>a siete hijos de un tal Esceva, jud<75>o, jefe de los sacerdotes, que hac<61>an esto.
15 Pero respondiendo el esp<73>ritu malo, dijo: A Jes<65>s conozco, y s<> qui<75>n es Pablo; pero vosotros, <20>qui<75>nes sois?
16 Y el hombre en quien estaba el esp<73>ritu malo, saltando sobre ellos y domin<69>ndolos, pudo m<>s que ellos, de tal manera que huyeron de aquella casa desnudos y heridos.
17 Y esto fue notorio a todos los que habitaban en Efeso, as<61> jud<75>os como griegos; y tuvieron temor todos ellos, y era magnificado el nombre del Se<53>or Jes<65>s.
18 Y muchos de los que hab<61>an cre<72>do ven<65>an, confesando y dando cuenta de sus hechos.
19 Asimismo muchos de los que hab<61>an practicado la magia trajeron los libros y los quemaron delante de todos; y hecha la cuenta de su precio, hallaron que era cincuenta mil piezas de plata.
20 As<41> crec<65>a y prevalec<65>a poderosamente la palabra del Se<53>or.
21 Pasadas estas cosas, Pablo se propuso en esp<73>ritu ir a Jerusal<61>n, despu<70>s de recorrer Macedonia y Acaya, diciendo: Despu<70>s que haya estado all<6C>, me ser<65> necesario ver tambi<62>n a Roma.
22 Y enviando a Macedonia a dos de los que le ayudaban, Timoteo y Erasto, <20>l se qued<65> por alg<6C>n tiempo en Asia.
El alboroto en Efeso
23 Hubo por aquel tiempo un disturbio no peque<75>o acerca del Camino.
24 Porque un platero llamado Demetrio, que hac<61>a de plata templecillos de Diana, daba no poca ganancia a los art<72>fices;
25 a los cuales, reunidos con los obreros del mismo oficio, dijo: Varones, sab<61>is que de este oficio obtenemos nuestra riqueza;
26 pero veis y o<>s que este Pablo, no solamente en Efeso, sino en casi toda Asia, ha apartado a muchas gentes con persuasi<73>n, diciendo que no son dioses los que se hacen con las manos.
27 Y no solamente hay peligro de que este nuestro negocio venga a desacreditarse, sino tambi<62>n que el templo de la gran diosa Diana sea estimado en nada, y comience a ser destruida la majestad de aquella a quien venera toda Asia, y el mundo entero.
28 Cuando oyeron estas cosas, se llenaron de ira, y gritaron, diciendo: <20>Grande es Diana de los efesios!
29 Y la ciudad se llen<65> de confusi<73>n, y a una se lanzaron al teatro, arrebatando a Gayo y a Aristarco, macedonios, compa<70>eros de Pablo.
30 Y queriendo Pablo salir al pueblo, los disc<73>pulos no le dejaron. 31 Tambi<62>n algunas de las autoridades de Asia, que eran sus amigos, le enviaron recado, rog<6F>ndole que no se presentase en el teatro.
32 Unos, pues, gritaban una cosa, y otros otra; porque la concurrencia estaba confusa, y los m<>s no sab<61>an por qu<71> se hab<61>an reunido.
33 Y sacaron de entre la multitud a Alejandro, empuj<75>ndole los jud<75>os. Entonces Alejandro, pedido silencio con la mano, quer<65>a hablar en su defensa ante el pueblo.
34 Pero cuando le conocieron que era jud<75>o, todos a una voz gritaron casi por dos horas: <20>Grande es Diana de los efesios!
35 Entonces el escribano, cuando hab<61>a apaciguado a la multitud, dijo: Varones efesios, <20>y qui<75>n es el hombre que no sabe que la ciudad de los efesios es guardiana del templo de la gran diosa Diana, y de la imagen venida de J<>piter?
36 Puesto que esto no puede contradecirse, es necesario que os apacig<69><67>is, y que nada hag<61>is precipitadamente.
37 Porque hab<61>is tra<72>do a estos hombres, sin ser sacr<63>legos ni blasfemadores de vuestra diosa.
38 Que si Demetrio y los art<72>fices que est<73>n con <20>l tienen pleito contra alguno, audiencias se conceden, y proc<6F>nsules hay; ac<61>sense los unos a los otros.
39 Y si demand<6E>is alguna otra cosa, en leg<65>tima asamblea se puede decidir.
40 Porque peligro hay de que seamos acusados de sedici<63>n por esto de hoy, no habiendo ninguna causa por la cual podamos dar raz<61>n de este concurso.
41 Y habiendo dicho esto, despidi<64> la asamblea.
Viaje de Pablo a Macedonia y Grecia
HECHOS 20
1 Despu<70>s que ces<65> el alboroto, llam<61> Pablo a los disc<73>pulos, y habi<62>ndolos exhortado y abrazado, se despidi<64> y sali<6C> para ir a Macedonia.
2 Y despu<70>s de recorrer aquellas regiones, y de exhortarles con abundancia de palabras, lleg<65> a Grecia.
3 Despu<70>s de haber estado all<6C> tres meses, y si<73>ndole puestas asechanzas por los jud<75>os para cuando se embarcase para Siria, tom<6F> la decisi<73>n de volver por Macedonia.
4 Y le acompa<70>aron hasta Asia, S<>pater de Berea, Aristarco y Segundo de Tesal<61>nica, Gayo de Derbe, y Timoteo; y de Asia, T<>quico y Tr<54>fimo.
5 Estos, habi<62>ndose adelantado, nos esperaron en Troas.
6 Y nosotros, pasados los d<>as de los panes sin levadura, navegamos de Filipos, y en cinco d<>as nos reunimos con ellos en Troas, donde nos quedamos siete d<>as.
Visita de despedida de Pablo en Troas
7 El primer d<>a de la semana, reunidos los disc<73>pulos para partir el pan, Pablo les ense<73>aba, habiendo de salir al d<>a siguiente; y alarg<72> el discurso hasta la medianoche.
8 Y hab<61>a muchas l<>mparas en el aposento alto donde estaban reunidos;
9 y un joven llamado Eutico, que estaba sentado en la ventana, rendido de un sue<75>o profundo, por cuanto Pablo disertaba largamente, vencido del sue<75>o cay<61> del tercer piso abajo, y fue levantado muerto.
10 Entonces descendi<64> Pablo y se ech<63> sobre <20>l, y abraz<61>ndole, dijo: No os alarm<72>is, pues est<73> vivo.
11 Despu<70>s de haber subido, y partido el pan y comido, habl<62> largamente hasta el alba; y as<61> sali<6C>. 12 Y llevaron al joven vivo, y fueron grandemente consolados.
Viaje de Troas a Mileto
13 Nosotros, adelant<6E>ndonos a embarcarnos, navegamos a As<41>n para recoger all<6C> a Pablo, ya que as<61> lo hab<61>a determinado, queriendo <20>l ir por tierra.
14 Cuando se reuni<6E> con nosotros en As<41>n, tom<6F>ndole a bordo, vinimos a Mitilene.
15 Navegando de all<6C>, al d<>a siguiente llegamos delante de Qu<51>o, y al otro d<>a tomamos puerto en Samos; y habiendo hecho escala en Trogilio, al d<>a siguiente llegamos a Mileto.
16 Porque Pablo se hab<61>a propuesto pasar de largo a Efeso, para no detenerse en Asia, pues se apresuraba por estar el d<>a de Pentecost<73>s, si le fuese posible, en Jerusal<61>n.
Discurso de despedida de Pablo en Mileto
17 Enviando, pues, desde Mileto a Efeso, hizo llamar a los ancianos de la iglesia.
18 Cuando vinieron a <20>l, les dijo: Vosotros sab<61>is c<>mo me he comportado entre vosotros todo el tiempo, desde el primer d<>a que entr<74> en Asia,
19 sirviendo al Se<53>or con toda humildad, y con muchas l<>grimas, y pruebas que me han venido por las asechanzas de los jud<75>os;
20 y c<>mo nada que fuese <20>til he rehuido de anunciaros y ense<73>aros, p<>blicamente y por las casas,
21 testificando a jud<75>os y a gentiles acerca del arrepentimiento para con Dios, y de la fe en nuestro Se<53>or Jesucristo.
22 Ahora, he aqu<71>, ligado yo en esp<73>ritu, voy a Jerusal<61>n, sin saber lo que all<6C> me ha de acontecer;
23 salvo que el Esp<73>ritu Santo por todas las ciudades me da testimonio, diciendo que me esperan prisiones y tribulaciones.
24 Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para m<> mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recib<69> del Se<53>or Jes<65>s, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios.
25 Y ahora, he aqu<71>, yo s<> que ninguno de todos vosotros, entre quienes he pasado predicando el reino de Dios, ver<65> m<>s mi rostro.
26 Por tanto, yo os protesto en el d<>a de hoy, que estoy limpio de la sangre de todos;
27 porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios.
28 Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el reba<62>o en que el Esp<73>ritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Se<53>or, la cual <20>l gan<61> por su propia sangre.
29 Porque yo s<> que despu<70>s de mi partida entrar<61>n en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonar<61>n al reba<62>o.
30 Y de vosotros mismos se levantar<61>n hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras s<> a los disc<73>pulos.
31 Por tanto, velad, acord<72>ndoos que por tres a<>os, de noche y de d<>a, no he cesado de amonestar con l<>grimas a cada uno.
32 Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros y daros herencia con todos los santificados.
33 Ni plata ni oro ni vestido de nadie he codiciado.
34 Antes vosotros sab<61>is que para lo que me ha sido necesario a m<> y a los que est<73>n conmigo, estas manos me han servido.
35 En todo os he ense<73>ado que, trabajando as<61>, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Se<53>or Jes<65>s, que dijo: M<>s bienaventurado es dar que recibir.
36 Cuando hubo dicho estas cosas, se puso de rodillas, y or<6F> con todos ellos.
37 Entonces hubo gran llanto de todos; y ech<63>ndose al cuello de Pablo, le besaban,
38 doli<6C>ndose en gran manera por la palabra que dijo, de que no ver<65>an m<>s su rostro. Y le acompa<70>aron al barco.
Viaje de Pablo a Jerusal<61>n
HECHOS 21
1 Despu<70>s de separarnos de ellos, zarpamos y fuimos con rumbo directo a Cos, y al d<>a siguiente a Rodas, y de all<6C> a P<>tara.
2 Y hallando un barco que pasaba a Fenicia, nos embarcamos, y zarpamos.
3 Al avistar Chipre, dej<65>ndola a mano izquierda, navegamos a Siria, y arribamos a Tiro, porque el barco hab<61>a de descargar all<6C>.
4 Y hallados los disc<73>pulos, nos quedamos all<6C> siete d<>as; y ellos dec<65>an a Pablo por el Esp<73>ritu, que no subiese a Jerusal<61>n.
5 Cumplidos aquellos d<>as, salimos, acompa<70><61>ndonos todos, con sus mujeres e hijos, hasta fuera de la ciudad; y puestos de rodillas en la playa, oramos.
6 Y abraz<61>ndonos los unos a los otros, subimos al barco y ellos se volvieron a sus casas.
7 Y nosotros completamos la navegaci<63>n, saliendo de Tiro y arribando a Tolemaida; y habiendo saludado a los hermanos, nos quedamos con ellos un d<>a.
8 Al otro d<>a, saliendo Pablo y los que con <20>l est<73>bamos, fuimos a Cesarea; y entrando en casa de Felipe el evangelista, que era uno de los siete, posamos con <20>l.
9 Este ten<65>a cuatro hijas doncellas que profetizaban.
10 Y permaneciendo nosotros all<6C> algunos d<>as, descendi<64> de Judea un profeta llamado Agabo,
11 quien viniendo a vernos, tom<6F> el cinto de Pablo, y at<61>ndose los pies y las manos, dijo: Esto dice el Esp<73>ritu Santo: As<41> atar<61>n los jud<75>os en Jerusal<61>n al var<61>n de quien es este cinto, y le entregar<61>n en manos de los gentiles.
12 Al o<>r esto, le rogamos nosotros y los de aquel lugar, que no subiese a Jerusal<61>n.
13 Entonces Pablo respondi<64>: <20>Qu<51> hac<61>is llorando y quebrant<6E>ndome el coraz<61>n? Porque yo estoy dispuesto no s<>lo a ser atado, mas aun a morir en Jerusal<61>n por el nombre del Se<53>or Jes<65>s.
14 Y como no le pudimos persuadir, desistimos, diciendo: H<>gase la voluntad del Se<53>or.
15 Despu<70>s de esos d<>as, hechos ya los preparativos, subimos a Jerusal<61>n.
16 Y vinieron tambi<62>n con nosotros de Cesarea algunos de los disc<73>pulos, trayendo consigo a uno llamado Mnas<61>n, de Chipre, disc<73>pulo antiguo, con quien nos hospedar<61>amos.
Arresto de Pablo en el templo
17 Cuando llegamos a Jerusal<61>n, los hermanos nos recibieron con gozo.
18 Y al d<>a siguiente Pablo entr<74> con nosotros a ver a Jacobo, y se hallaban reunidos todos los ancianos;
19 a los cuales, despu<70>s de haberles saludado, les cont<6E> una por una las cosas que Dios hab<61>a hecho entre los gentiles por su ministerio.
20 Cuando ellos lo oyeron, glorificaron a Dios, y le dijeron: Ya ves, hermano, cu<63>ntos millares de jud<75>os hay que han cre<72>do; y todos son celosos por la ley.
21 Pero se les ha informado en cuanto a ti, que ense<73>as a todos los jud<75>os que est<73>n entre los gentiles a apostatar de Mois<69>s, dici<63>ndoles que no circunciden a sus hijos, ni observen las costumbres.
22 <20>Qu<51> hay, pues? La multitud se reunir<69> de cierto, porque oir<69>n que has venido.
23 Haz, pues, esto que te decimos: Hay entre nosotros cuatro hombres que tienen obligaci<63>n de cumplir voto.
24 T<>malos contigo, purif<69>cate con ellos, y paga sus gastos para que se rasuren la cabeza; y todos comprender<65>n que no hay nada de lo que se les inform<72> acerca de ti, sino que t<> tambi<62>n andas ordenadamente, guardando la ley.
25 Pero en cuanto a los gentiles que han cre<72>do, nosotros les hemos escrito determinando que no guarden nada de esto; solamente que se abstengan de lo sacrificado a los <20>dolos, de sangre, de ahogado y de fornicaci<63>n.
26 Entonces Pablo tom<6F> consigo a aquellos hombres, y al d<>a siguiente, habi<62>ndose purificado con ellos, entr<74> en el templo, para anunciar el cumplimiento de los d<>as de la purificaci<63>n, cuando hab<61>a de presentarse la ofrenda por cada uno de ellos.
27 Pero cuando estaban para cumplirse los siete d<>as, unos jud<75>os de Asia, al verle en el templo, alborotaron a toda la multitud y le echaron mano,
28 dando voces: <20>Varones israelitas, ayudad! Este es el hombre que por todas partes ense<73>a a todos contra el pueblo, la ley y este lugar; y adem<65>s de esto, ha metido a griegos en el templo, y ha profanado este santo lugar.
29 Porque antes hab<61>an visto con <20>l en la ciudad a Tr<54>fimo, de Efeso, a quien pensaban que Pablo hab<61>a metido en el templo.
30 As<41> que toda la ciudad se conmovi<76>, y se agolp<6C> el pueblo; y apoder<65>ndose de Pablo, le arrastraron fuera del templo, e inmediatamente cerraron las puertas.
31 Y procurando ellos matarle, se le avis<69> al tribuno de la compa<70><61>a, que toda la ciudad de Jerusal<61>n estaba alborotada.
32 Este, tomando luego soldados y centuriones, corri<72> a ellos. Y cuando ellos vieron al tribuno y a los soldados, dejaron de golpear a Pablo.
33 Entonces, llegando el tribuno, le prendi<64> y le mand<6E> atar con dos cadenas, y pregunt<6E> qui<75>n era y qu<71> hab<61>a hecho.
34 Pero entre la multitud, unos gritaban una cosa, y otros otra; y como no pod<6F>a entender nada de cierto a causa del alboroto, le mand<6E> llevar a la fortaleza.
35 Al llegar a las gradas, aconteci<63> que era llevado en peso por los soldados a causa de la violencia de la multitud;
36 porque la muchedumbre del pueblo ven<65>a detr<74>s, gritando: <20>Muera!
Defensa de Pablo ante el pueblo
37 Cuando comenzaron a meter a Pablo en la fortaleza, dijo al tribuno: <20>Se me permite decirte algo? Y <20>l dijo: <20>Sabes griego?
38 <20>No eres t<> aquel egipcio que levant<6E> una sedici<63>n antes de estos d<>as, y sac<61> al desierto los cuatro mil sicarios?
39 Entonces dijo Pablo: Yo de cierto soy hombre jud<75>o de Tarso, ciudadano de una ciudad no insignificante de Cilicia; pero te ruego que me permitas hablar al pueblo.
40 Y cuando <20>l se lo permiti<74>, Pablo, estando en pie en las gradas, hizo se<73>al con la mano al pueblo. Y hecho gran silencio, habl<62> en lengua hebrea, diciendo:
HECHOS 22
1 Varones hermanos y padres, o<>d ahora mi defensa ante vosotros.
2 Y al o<>r que les hablaba en lengua hebrea, guardaron m<>s silencio. Y <20>l les dijo:
3 Yo de cierto soy jud<75>o, nacido en Tarso de Cilicia, pero criado en esta ciudad, instruido a los pies de Gamaliel, estrictamente conforme a la ley de nuestros padres, celoso de Dios, como hoy lo sois todos vosotros.
4 Persegu<67>a yo este Camino hasta la muerte, prendiendo y entregando en c<>rceles a hombres y mujeres;
5 como el sumo sacerdote tambi<62>n me es testigo, y todos los ancianos, de quienes tambi<62>n recib<69> cartas para los hermanos, y fui a Damasco para traer presos a Jerusal<61>n tambi<62>n a los que estuviesen all<6C>, para que fuesen castigados.
Pablo relata su conversi<73>n
(Hch. 9.1-19; 26.12-18)
6 Pero aconteci<63> que yendo yo, al llegar cerca de Damasco, como a mediod<6F>a, de repente me rode<64> mucha luz del cielo;
7 y ca<63> al suelo, y o<> una voz que me dec<65>a: Saulo, Saulo, <20>por qu<71> me persigues?
8 Yo entonces respond<6E>: <20>Qui<75>n eres, Se<53>or? Y me dijo: Yo soy Jes<65>s de Nazaret, a quien t<> persigues.
9 Y los que estaban conmigo vieron a la verdad la luz, y se espantaron; pero no entendieron la voz del que hablaba conmigo.
10 Y dije: <20>Qu<51> har<61>, Se<53>or? Y el Se<53>or me dijo: Lev<65>ntate, y ve a Damasco, y all<6C> se te dir<69> todo lo que est<73> ordenado que hagas.
11 Y como yo no ve<76>a a causa de la gloria de la luz, llevado de la mano por los que estaban conmigo, llegu<67> a Damasco.
12 Entonces uno llamado Anan<61>as, var<61>n piadoso seg<65>n la ley, que ten<65>a buen testimonio de todos los jud<75>os que all<6C> moraban,
13 vino a m<>, y acerc<72>ndose, me dijo: Hermano Saulo, recibe la vista. Y yo en aquella misma hora recobr<62> la vista y lo mir<69>.
14 Y <20>l dijo: El Dios de nuestros padres te ha escogido para que conozcas su voluntad, y veas al Justo, y oigas la voz de su boca.
15 Porque ser<65>s testigo suyo a todos los hombres, de lo que has visto y o<>do.
16 Ahora, pues, <20>por qu<71> te detienes? Lev<65>ntate y baut<75>zate, y lava tus pecados, invocando su nombre.
Pablo es enviado a los gentiles
17 Y me aconteci<63>, vuelto a Jerusal<61>n, que orando en el templo me sobrevino un <20>xtasis.
18 Y le vi que me dec<65>a: Date prisa, y sal prontamente de Jerusal<61>n; porque no recibir<69>n tu testimonio acerca de m<>.
19 Yo dije: Se<53>or, ellos saben que yo encarcelaba y azotaba en todas las sinagogas a los que cre<72>an en ti;
20 y cuando se derramaba la sangre de Esteban tu testigo, yo mismo tambi<62>n estaba presente, y consent<6E>a en su muerte, y guardaba las ropas de los que le mataban.
21 Pero me dijo: Ve, porque yo te enviar<61> lejos a los gentiles.
Pablo en manos del tribuno
22 Y le oyeron hasta esta palabra; entonces alzaron la voz, diciendo: Quita de la tierra a tal hombre, porque no conviene que viva.
23 Y como ellos gritaban y arrojaban sus ropas y lanzaban polvo al aire,
24 mand<6E> el tribuno que le metiesen en la fortaleza, y orden<65> que fuese examinado con azotes, para saber por qu<71> causa clamaban as<61> contra <20>l.
25 Pero cuando le ataron con correas, Pablo dijo al centuri<72>n que estaba presente: <20>Os es l<>cito azotar a un ciudadano romano sin haber sido condenado?
26 Cuando el centuri<72>n oy<6F> esto, fue y dio aviso al tribuno, diciendo: <20>Qu<51> vas a hacer? Porque este hombre es ciudadano romano.
27 Vino el tribuno y le dijo: Dime, <20>eres t<> ciudadano romano? El dijo: S<>.
28 Respondi<64> el tribuno: Yo con una gran suma adquir<69> esta ciudadan<61>a. Entonces Pablo dijo: Pero yo lo soy de nacimiento.
29 As<41> que, luego se apartaron de <20>l los que le iban a dar tormento; y aun el tribuno, al saber que era ciudadano romano, tambi<62>n tuvo temor por haberle atado. Pablo ante el concilio
30 Al d<>a siguiente, queriendo saber de cierto la causa por la cual le acusaban los jud<75>os, le solt<6C> de las cadenas, y mand<6E> venir a los principales sacerdotes y a todo el concilio, y sacando a Pablo, le present<6E> ante ellos.
HECHOS 23
1 Entonces Pablo, mirando fijamente al concilio, dijo: Varones hermanos, yo con toda buena conciencia he vivido delante de Dios hasta el d<>a de hoy.
2 El sumo sacerdote Anan<61>as orden<65> entonces a los que estaban junto a <20>l, que le golpeasen en la boca.
3 Entonces Pablo le dijo: <20>Dios te golpear<61> a ti, pared blanqueada! <20>Est<73>s t<> sentado para juzgarme conforme a la ley, y quebrantando la ley me mandas golpear?
4 Los que estaban presentes dijeron: <20>Al sumo sacerdote de Dios injurias?
5 Pablo dijo: No sab<61>a, hermanos, que era el sumo sacerdote; pues escrito est<73>: No maldecir<69>s a un pr<70>ncipe de tu pueblo.
6 Entonces Pablo, notando que una parte era de saduceos y otra de fariseos, alz<6C> la voz en el concilio: Varones hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseo; acerca de la esperanza y de la resurrecci<63>n de los muertos se me juzga.
7 Cuando dijo esto, se produjo disensi<73>n entre los fariseos y los saduceos, y la asamblea se dividi<64>.
8 Porque los saduceos dicen que no hay resurrecci<63>n, ni <20>ngel, ni esp<73>ritu; pero los fariseos afirman estas cosas.
9 Y hubo un gran vocer<65>o; y levant<6E>ndose los escribas de la parte de los fariseos, contend<6E>an, diciendo: Ning<6E>n mal hallamos en este hombre; que si un esp<73>ritu le ha hablado, o un <20>ngel, no resistamos a Dios.
10 Y habiendo grande disensi<73>n, el tribuno, teniendo temor de que Pablo fuese despedazado por ellos, mand<6E> que bajasen soldados y le arrebatasen de en medio de ellos, y le llevasen a la fortaleza.
11 A la noche siguiente se le present<6E> el Se<53>or y le dijo: Ten <20>nimo, Pablo, pues como has testificado de m<> en Jerusal<61>n, as<61> es necesario que testifiques tambi<62>n en Roma.
Complot contra Pablo
12 Venido el d<>a, algunos de los jud<75>os tramaron un complot y se juramentaron bajo maldici<63>n, diciendo que no comer<65>an ni beber<65>an hasta que hubiesen dado muerte a Pablo.
13 Eran m<>s de cuarenta los que hab<61>an hecho esta conjuraci<63>n,
14 los cuales fueron a los principales sacerdotes y a los ancianos y dijeron: Nosotros nos hemos juramentado bajo maldici<63>n, a no gustar nada hasta que hayamos dado muerte a Pablo.
15 Ahora pues, vosotros, con el concilio, requerid al tribuno que le traiga ma<6D>ana ante vosotros, como que quer<65>is indagar alguna cosa m<>s cierta acerca de <20>l; y nosotros estaremos listos para matarle antes que llegue.
16 Mas el hijo de la hermana de Pablo, oyendo hablar de la celada, fue y entr<74> en la fortaleza, y dio aviso a Pablo.
17 Pablo, llamando a uno de los centuriones, dijo: Lleva a este joven ante el tribuno, porque tiene cierto aviso que darle.
18 El entonces tom<6F>ndole, le llev<65> al tribuno, y dijo: El preso Pablo me llam<61> y me rog<6F> que trajese ante ti a este joven, que tiene algo que hablarte.
19 El tribuno, tom<6F>ndole de la mano y retir<69>ndose aparte, le pregunt<6E>: <20>Qu<51> es lo que tienes que decirme?
20 El le dijo: Los jud<75>os han convenido en rogarte que ma<6D>ana lleves a Pablo ante el concilio, como que van a inquirir alguna cosa m<>s cierta acerca de <20>l.
21 Pero t<> no les creas; porque m<>s de cuarenta hombres de ellos le acechan, los cuales se han juramentado bajo maldici<63>n, a no comer ni beber hasta que le hayan dado muerte; y ahora est<73>n listos esperando tu promesa.
22 Entonces el tribuno despidi<64> al joven, mand<6E>ndole que a nadie dijese que le hab<61>a dado aviso de esto.
Pablo es enviado a F<>lix el gobernador
23 Y llamando a dos centuriones, mand<6E> que preparasen para la hora tercera de la noche doscientos soldados, setenta jinetes y doscientos lanceros, para que fuesen hasta Cesarea;
24 y que preparasen cabalgaduras en que poniendo a Pablo, le llevasen en salvo a F<>lix el gobernador.
25 Y escribi<62> una carta en estos t<>rminos:
26 Claudio Lisias al excelent<6E>simo gobernador F<>lix: Salud.
27 A este hombre, aprehendido por los jud<75>os, y que iban ellos a matar, lo libr<62> yo acudiendo con la tropa, habiendo sabido que era ciudadano romano.
28 Y queriendo saber la causa por qu<71> le acusaban, le llev<65> al concilio de ellos;
29 y hall<6C> que le acusaban por cuestiones de la ley de ellos, pero que ning<6E>n delito ten<65>a digno de muerte o de prisi<73>n.
30 Pero al ser avisado de asechanzas que los jud<75>os hab<61>an tendido contra este hombre, al punto le he enviado a ti, intimando tambi<62>n a los acusadores que traten delante de ti lo que tengan contra <20>l. P<>salo bien.
31 Y los soldados, tomando a Pablo como se les orden<65>, le llevaron de noche a Ant<6E>patris.
32 Y al d<>a siguiente, dejando a los jinetes que fuesen con <20>l, volvieron a la fortaleza.
33 Cuando aqu<71>llos llegaron a Cesarea, y dieron la carta al gobernador, presentaron tambi<62>n a Pablo delante de <20>l.
34 Y el gobernador, le<6C>da la carta, pregunt<6E> de qu<71> provincia era; y habiendo entendido que era de Cilicia,
35 le dijo: Te oir<69> cuando vengan tus acusadores. Y mand<6E> que le custodiasen en el pretorio de Herodes.
Defensa de Pablo ante F<>lix
HECHOS 24
1 Cinco d<>as despu<70>s, descendi<64> el sumo sacerdote Anan<61>as con algunos de los ancianos y un cierto orador llamado T<>rtulo, y comparecieron ante el gobernador contra Pablo.
2 Y cuando <20>ste fue llamado, T<>rtulo comenz<6E> a acusarle, diciendo: Como debido a ti gozamos de gran paz, y muchas cosas son bien gobernadas en el pueblo por tu prudencia,
3 oh excelent<6E>simo F<>lix, lo recibimos en todo tiempo y en todo lugar con toda gratitud.
4 Pero por no molestarte m<>s largamente, te ruego que nos oigas brevemente conforme a tu equidad.
5 Porque hemos hallado que este hombre es una plaga, y promotor de sediciones entre todos los jud<75>os por todo el mundo, y cabecilla de la secta de los nazarenos.
6 Intent<6E> tambi<62>n profanar el templo; y prendi<64>ndole, quisimos juzgarle conforme a nuestra ley.
7 Pero interviniendo el tribuno Lisias, con gran violencia le quit<69> de nuestras manos,
8 mandando a sus acusadores que viniesen a ti. T<> mismo, pues, al juzgarle, podr<64>s informarte de todas estas cosas de que le acusamos.
9 Los jud<75>os tambi<62>n confirmaban, diciendo ser as<61> todo.
10 Habi<62>ndole hecho se<73>al el gobernador a Pablo para que hablase, <20>ste respondi<64>: Porque s<> que desde hace muchos a<>os eres juez de esta naci<63>n, con buen <20>nimo har<61> mi defensa.
11 Como t<> puedes cerciorarte, no hace m<>s de doce d<>as que sub<75> a adorar a Jerusal<61>n;
12 y no me hallaron disputando con ninguno, ni amotinando a la multitud; ni en el templo, ni en las sinagogas ni en la ciudad;
13 ni te pueden probar las cosas de que ahora me acusan.
14 Pero esto te confieso, que seg<65>n el Camino que ellos llaman herej<65>a, as<61> sirvo al Dios de mis padres, creyendo todas las cosas que en la ley y en los profetas est<73>n escritas;
15 teniendo esperanza en Dios, la cual ellos tambi<62>n abrigan, de que ha de haber resurrecci<63>n de los muertos, as<61> de justos como de injustos.
16 Y por esto procuro tener siempre una conciencia sin ofensa ante Dios y ante los hombres.
17 Pero pasados algunos a<>os, vine a hacer limosnas a mi naci<63>n y presentar ofrendas.
18 Estaba en ello, cuando unos jud<75>os de Asia me hallaron purificado en el templo, no con multitud ni con alboroto.
19 Ellos debieran comparecer ante ti y acusarme, si contra m<> tienen algo.
20 O digan <20>stos mismos si hallaron en m<> alguna cosa mal hecha, cuando comparec<65> ante el concilio,
21 a no ser que estando entre ellos prorrump<6D> en alta voz: Acerca de la resurrecci<63>n de los muertos soy juzgado hoy por vosotros.
22 Entonces F<>lix, o<>das estas cosas, estando bien informado de este Camino, les aplaz<61>, diciendo: Cuando descendiere el tribuno Lisias, acabar<61> de conocer de vuestro asunto.
23 Y mand<6E> al centuri<72>n que se custodiase a Pablo, pero que se le concediese alguna libertad, y que no impidiese a ninguno de los suyos servirle o venir a <20>l.
24 Algunos d<>as despu<70>s, viniendo F<>lix con Drusila su mujer, que era jud<75>a, llam<61> a Pablo, y le oy<6F> acerca de la fe en Jesucristo.
25 Pero al disertar Pablo acerca de la justicia, del dominio propio y del juicio venidero, F<>lix se espant<6E>, y dijo: Ahora vete; pero cuando tenga oportunidad te llamar<61>.
26 Esperaba tambi<62>n con esto, que Pablo le diera dinero para que le soltase; por lo cual muchas veces lo hac<61>a venir y hablaba con <20>l.
27 Pero al cabo de dos a<>os recibi<62> F<>lix por sucesor a Porcio Festo; y queriendo F<>lix congraciarse con los jud<75>os, dej<65> preso a Pablo.
Pablo apela a C<>sar
HECHOS 25
1 Llegado, pues, Festo a la provincia, subi<62> de Cesarea a Jerusal<61>n tres d<>as despu<70>s.
2 Y los principales sacerdotes y los m<>s influyentes de los jud<75>os se presentaron ante <20>l contra Pablo, y le rogaron,
3 pidiendo contra <20>l, como gracia, que le hiciese traer a Jerusal<61>n; preparando ellos una celada para matarle en el camino.
4 Pero Festo respondi<64> que Pablo estaba custodiado en Cesarea, adonde <20>l mismo partir<69>a en breve.
5 Los que de vosotros puedan, dijo, desciendan conmigo, y si hay alg<6C>n crimen en este hombre, ac<61>senle.
6 Y deteni<6E>ndose entre ellos no m<>s de ocho o diez d<>as, venido a Cesarea, al siguiente d<>a se sent<6E> en el tribunal, y mand<6E> que fuese tra<72>do Pablo.
7 Cuando <20>ste lleg<65>, lo rodearon los jud<75>os que hab<61>an venido de Jerusal<61>n, presentando contra <20>l muchas y graves acusaciones, las cuales no pod<6F>an probar;
8 alegando Pablo en su defensa: Ni contra la ley de los jud<75>os, ni contra el templo, ni contra C<>sar he pecado en nada.
9 Pero Festo, queriendo congraciarse con los jud<75>os, respondiendo a Pablo dijo: <20>Quieres subir a Jerusal<61>n, y all<6C> ser juzgado de estas cosas delante de m<>?
10 Pablo dijo: Ante el tribunal de C<>sar estoy, donde debo ser juzgado. A los jud<75>os no les he hecho ning<6E>n agravio, como t<> sabes muy bien.
11 Porque si alg<6C>n agravio, o cosa alguna digna de muerte he hecho, no reh<65>so morir; pero si nada hay de las cosas de que <20>stos me acusan, nadie puede entregarme a ellos. A C<>sar apelo.
12 Entonces Festo, habiendo hablado con el consejo, respondi<64>: A C<>sar has apelado; a C<>sar ir<69>s.
Pablo ante Agripa y Berenice
13 Pasados algunos d<>as, el rey Agripa y Berenice vinieron a Cesarea para saludar a Festo.
14 Y como estuvieron all<6C> muchos d<>as, Festo expuso al rey la causa de Pablo, diciendo: Un hombre ha sido dejado preso por F<>lix,
15 respecto al cual, cuando fui a Jerusal<61>n, se me presentaron los principales sacerdotes y los ancianos de los jud<75>os, pidiendo condenaci<63>n contra <20>l.
16 A <20>stos respond<6E> que no es costumbre de los romanos entregar alguno a la muerte antes que el acusado tenga delante a sus acusadores, y pueda defenderse de la acusaci<63>n.
17 As<41> que, habiendo venido ellos juntos ac<61>, sin ninguna dilaci<63>n, al d<>a siguiente, sentado en el tribunal, mand<6E> traer al hombre.
18 Y estando presentes los acusadores, ning<6E>n cargo presentaron de los que yo sospechaba,
19 sino que ten<65>an contra <20>l ciertas cuestiones acerca de su religi<67>n, y de un cierto Jes<65>s, ya muerto, el que Pablo afirmaba estar vivo.
20 Yo, dudando en cuesti<74>n semejante, le pregunt<6E> si quer<65>a ir a Jerusal<61>n y all<6C> ser juzgado de estas cosas.
21 Mas como Pablo apel<65> para que se le reservase para el conocimiento de Augusto, mand<6E> que le custodiasen hasta que le enviara yo a C<>sar.
22 Entonces Agripa dijo a Festo: Yo tambi<62>n quisiera o<>r a ese hombre. Y <20>l le dijo: Ma<4D>ana le oir<69>s.
23 Al otro d<>a, viniendo Agripa y Berenice con mucha pompa, y entrando en la audiencia con los tribunos y principales hombres de la ciudad, por mandato de Festo fue tra<72>do Pablo.
24 Entonces Festo dijo: Rey Agripa, y todos los varones que est<73>is aqu<71> juntos con nosotros, aqu<71> ten<65>is a este hombre, respecto del cual toda la multitud de los jud<75>os me ha demandado en Jerusal<61>n y aqu<71>, dando voces que no debe vivir m<>s.
25 Pero yo, hallando que ninguna cosa digna de muerte ha hecho, y como <20>l mismo apel<65> a Augusto, he determinado enviarle a <20>l.
26 Como no tengo cosa cierta que escribir a mi se<73>or, le he tra<72>do ante vosotros, y mayormente ante ti, oh rey Agripa, para que despu<70>s de examinarle, tenga yo qu<71> escribir.
27 Porque me parece fuera de raz<61>n enviar un preso, y no informar de los cargos que haya en su contra.
Defensa de Pablo ante Agripa
HECHOS 26
1 Entonces Agripa dijo a Pablo: Se te permite hablar por ti mismo. Pablo entonces, extendiendo la mano, comenz<6E> as<61> su defensa:
2 Me tengo por dichoso, oh rey Agripa, de que haya de defenderme hoy delante de ti de todas las cosas de que soy acusado por los jud<75>os.
3 Mayormente porque t<> conoces todas las costumbres y cuestiones que hay entre los jud<75>os; por lo cual te ruego que me oigas con paciencia.
Vida anterior de Pablo
4 Mi vida, pues, desde mi juventud, la cual desde el principio pas<61> en mi naci<63>n, en Jerusal<61>n, la conocen todos los jud<75>os;
5 los cuales tambi<62>n saben que yo desde el principio, si quieren testificarlo, conforme a la m<>s rigurosa secta de nuestra religi<67>n, viv<69> fariseo.
6 Y ahora, por la esperanza de la promesa que hizo Dios a nuestros padres soy llamado a juicio;
7 promesa cuyo cumplimiento esperan que han de alcanzar nuestras doce tribus, sirviendo constantemente a Dios de d<>a y de noche. Por esta esperanza, oh rey Agripa, soy acusado por los jud<75>os.
8 <20>Qu<51>! <20>Se juzga entre vosotros cosa incre<72>ble que Dios resucite a los muertos?
Pablo el perseguidor
9 Yo ciertamente hab<61>a cre<72>do mi deber hacer muchas cosas contra el nombre de Jes<65>s de Nazaret;
10 lo cual tambi<62>n hice en Jerusal<61>n. Yo encerr<72> en c<>rceles a muchos de los santos, habiendo recibido poderes de los principales sacerdotes; y cuando los mataron, yo di mi voto.
11 Y muchas veces, castig<69>ndolos en todas las sinagogas, los forc<72> a blasfemar; y enfurecido sobremanera contra ellos, los persegu<67> hasta en las ciudades extranjeras.
Pablo relata su conversi<73>n
(Hch. 9.1-19; 22.6-16)
12 Ocupado en esto, iba yo a Damasco con poderes y en comisi<73>n de los principales sacerdotes,
13 cuando a mediod<6F>a, oh rey, yendo por el camino, vi una luz del cielo que sobrepasaba el resplandor del sol, la cual me rode<64> a m<> y a los que iban conmigo.
14 Y habiendo ca<63>do todos nosotros en tierra, o<> una voz que me hablaba, y dec<65>a en lengua hebrea: Saulo, Saulo, <20>por qu<71> me persigues? Dura cosa te es dar coces contra el aguij<69>n.
15 Yo entonces dije: <20>Qui<75>n eres, Se<53>or? Y el Se<53>or dijo: Yo soy Jes<65>s, a quien t<> persigues.
16 Pero lev<65>ntate, y ponte sobre tus pies; porque para esto he aparecido a ti, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto, y de aquellas en que me aparecer<65> a ti,
17 libr<62>ndote de tu pueblo, y de los gentiles, a quienes ahora te env<6E>o,
18 para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satan<61>s a Dios; para que reciban, por la fe que es en m<>, perd<72>n de pecados y herencia entre los santificados.
Pablo obedece a la visi<73>n
19 Por lo cual, oh rey Agripa, no fui rebelde a la visi<73>n celestial,
20 sino que anunci<63> primeramente a los que est<73>n en Damasco, y Jerusal<61>n, y por toda la tierra de Judea, y a los gentiles, que se arrepintiesen y se convirtiesen a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento.
21 Por causa de esto los jud<75>os, prendi<64>ndome en el templo, intentaron matarme.
22 Pero habiendo obtenido auxilio de Dios, persevero hasta el d<>a de hoy, dando testimonio a peque<75>os y a grandes, no diciendo nada fuera de las cosas que los profetas y Mois<69>s dijeron que hab<61>an de suceder:
23 Que el Cristo hab<61>a de padecer, y ser el primero de la resurrecci<63>n de los muertos, para anunciar luz al pueblo y a los gentiles.
Pablo insta a Agripa a que crea
24 Diciendo <20>l estas cosas en su defensa, Festo a gran voz dijo: Est<73>s loco, Pablo; las muchas letras te vuelven loco.
25 Mas <20>l dijo: No estoy loco, excelent<6E>simo Festo, sino que hablo palabras de verdad y de cordura.
26 Pues el rey sabe estas cosas, delante de quien tambi<62>n hablo con toda confianza. Porque no pienso que ignora nada de esto; pues no se ha hecho esto en alg<6C>n rinc<6E>n.
27 <20>Crees, oh rey Agripa, a los profetas? Yo s<> que crees.
28 Entonces Agripa dijo a Pablo: Por poco me persuades a ser cristiano.
29 Y Pablo dijo: <20>Quisiera Dios que por poco o por mucho, no solamente t<>, sino tambi<62>n todos los que hoy me oyen, fueseis hechos tales cual yo soy, excepto estas cadenas!
30 Cuando hab<61>a dicho estas cosas, se levant<6E> el rey, y el gobernador, y Berenice, y los que se hab<61>an sentado con ellos;
31 y cuando se retiraron aparte, hablaban entre s<>, diciendo: Ninguna cosa digna ni de muerte ni de prisi<73>n ha hecho este hombre.
32 Y Agripa dijo a Festo: Pod<6F>a este hombre ser puesto en libertad, si no hubiera apelado a C<>sar.
Pablo es enviado a Roma
HECHOS 27
1 Cuando se decidi<64> que hab<61>amos de navegar para Italia, entregaron a Pablo y a algunos otros presos a un centuri<72>n llamado Julio, de la compa<70><61>a Augusta.
2 Y embarc<72>ndonos en una nave adramitena que iba a tocar los puertos de Asia, zarpamos, estando con nosotros Aristarco, macedonio de Tesal<61>nica.
3 Al otro d<>a llegamos a Sid<69>n; y Julio, tratando humanamente a Pablo, le permiti<74> que fuese a los amigos, para ser atendido por ellos.
4 Y haci<63>ndonos a la vela desde all<6C>, navegamos a sotavento de Chipre, porque los vientos eran contrarios.
5 Habiendo atravesado el mar frente a Cilicia y Panfilia, arribamos a Mira, ciudad de Licia. 6 Y hallando all<6C> el centuri<72>n una nave alejandrina que zarpaba para Italia, nos embarc<72> en ella.
7 Navegando muchos d<>as despacio, y llegando a duras penas frente a Gnido, porque nos imped<65>a el viento, navegamos a sotavento de Creta, frente a Salm<6C>n.
8 Y coste<74>ndola con dificultad, llegamos a un lugar que llaman Buenos Puertos, cerca del cual estaba la ciudad de Lasea.
9 Y habiendo pasado mucho tiempo, y siendo ya peligrosa la navegaci<63>n, por haber pasado ya el ayuno, Pablo les amonestaba,
10 dici<63>ndoles: Varones, veo que la navegaci<63>n va a ser con perjuicio y mucha p<>rdida, no s<>lo del cargamento y de la nave, sino tambi<62>n de nuestras personas.
11 Pero el centuri<72>n daba m<>s cr<63>dito al piloto y al patr<74>n de la nave, que a lo que Pablo dec<65>a.
12 Y siendo inc<6E>modo el puerto para invernar, la mayor<6F>a acord<72> zarpar tambi<62>n de all<6C>, por si pudiesen arribar a Fenice, puerto de Creta que mira al nordeste y sudeste, e invernar all<6C>.
La tempestad en el mar
13 Y soplando una brisa del sur, pareci<63>ndoles que ya ten<65>an lo que deseaban, levaron anclas e iban costeando Creta.
14 Pero no mucho despu<70>s dio contra la nave un viento huracanado llamado Euroclid<69>n.
15 Y siendo arrebatada la nave, y no pudiendo poner proa al viento, nos abandonamos a <20>l y nos dejamos llevar.
16 Y habiendo corrido a sotavento de una peque<75>a isla llamada Clauda, con dificultad pudimos recoger el esquife.
17 Y una vez subido a bordo, usaron de refuerzos para ce<63>ir la nave; y teniendo temor de dar en la Sirte, arriaron las velas y quedaron a la deriva.
18 Pero siendo combatidos por una furiosa tempestad, al siguiente d<>a empezaron a alijar,
19 y al tercer d<>a con nuestras propias manos arrojamos los aparejos de la nave.
20 Y no apareciendo ni sol ni estrellas por muchos d<>as, y acosados por una tempestad no peque<75>a, ya hab<61>amos perdido toda esperanza de salvarnos.
21 Entonces Pablo, como hac<61>a ya mucho que no com<6F>amos, puesto en pie en medio de ellos, dijo: Habr<62>a sido por cierto conveniente, oh varones, haberme o<>do, y no zarpar de Creta tan s<>lo para recibir este perjuicio y p<>rdida.
22 Pero ahora os exhorto a tener buen <20>nimo, pues no habr<62> ninguna p<>rdida de vida entre vosotros, sino solamente de la nave.
23 Porque esta noche ha estado conmigo el <20>ngel del Dios de quien soy y a quien sirvo,
24 diciendo: Pablo, no temas; es necesario que comparezcas ante C<>sar; y he aqu<71>, Dios te ha concedido todos los que navegan contigo.
25 Por tanto, oh varones, tened buen <20>nimo; porque yo conf<6E>o en Dios que ser<65> as<61> como se me ha dicho.
26 Con todo, es necesario que demos en alguna isla.
27 Venida la decimacuarta noche, y siendo llevados a trav<61>s del mar Adri<72>tico, a la medianoche los marineros sospecharon que estaban cerca de tierra;
28 y echando la sonda, hallaron veinte brazas; y pasando un poco m<>s adelante, volviendo a echar la sonda, hallaron quince brazas.
29 Y temiendo dar en escollos, echaron cuatro anclas por la popa, y ansiaban que se hiciese de d<>a.
30 Entonces los marineros procuraron huir de la nave, y echando el esquife al mar, aparentaban como que quer<65>an largar las anclas de proa.
31 Pero Pablo dijo al centuri<72>n y a los soldados: Si <20>stos no permanecen en la nave, vosotros no pod<6F>is salvaros. 32 Entonces los soldados cortaron las amarras del esquife y lo dejaron perderse.
33 Cuando comenz<6E> a amanecer, Pablo exhortaba a todos que comiesen, diciendo: Este es el decimocuarto d<>a que vel<65>is y permanec<65>is en ayunas, sin comer nada.
34 Por tanto, os ruego que com<6F>is por vuestra salud; pues ni aun un cabello de la cabeza de ninguno de vosotros perecer<65>.
35 Y habiendo dicho esto, tom<6F> el pan y dio gracias a Dios en presencia de todos, y parti<74>ndolo, comenz<6E> a comer.
36 Entonces todos, teniendo ya mejor <20>nimo, comieron tambi<62>n. 37 Y <20>ramos todas las personas en la nave doscientas setenta y seis.
38 Y ya satisfechos, aligeraron la nave, echando el trigo al mar.
El naufragio
39 Cuando se hizo de d<>a, no reconoc<6F>an la tierra, pero ve<76>an una ensenada que ten<65>a playa, en la cual acordaron varar, si pudiesen, la nave.
40 Cortando, pues, las anclas, las dejaron en el mar, largando tambi<62>n las amarras del tim<69>n; e izada al viento la vela de proa, enfilaron hacia la playa.
41 Pero dando en un lugar de dos aguas, hicieron encallar la nave; y la proa, hincada, qued<65> inm<6E>vil, y la popa se abr<62>a con la violencia del mar.
42 Entonces los soldados acordaron matar a los presos, para que ninguno se fugase nadando.
43 Pero el centuri<72>n, queriendo salvar a Pablo, les impidi<64> este intento, y mand<6E> que los que pudiesen nadar se echasen los primeros, y saliesen a tierra;
44 y los dem<65>s, parte en tablas, parte en cosas de la nave. Y as<61> aconteci<63> que todos se salvaron saliendo a tierra.
Pablo en la isla de Malta
HECHOS 28
1 Estando ya a salvo, supimos que la isla se llamaba Malta.
2 Y los naturales nos trataron con no poca humanidad; porque encendiendo un fuego, nos recibieron a todos, a causa de la lluvia que ca<63>a, y del fr<66>o.
3 Entonces, habiendo recogido Pablo algunas ramas secas, las ech<63> al fuego; y una v<>bora, huyendo del calor, se le prendi<64> en la mano.
4 Cuando los naturales vieron la v<>bora colgando de su mano, se dec<65>an unos a otros: Ciertamente este hombre es homicida, a quien, escapado del mar, la justicia no deja vivir.
5 Pero <20>l, sacudiendo la v<>bora en el fuego, ning<6E>n da<64>o padeci<63>.
6 Ellos estaban esperando que <20>l se hinchase, o cayese muerto de repente; mas habiendo esperado mucho, y viendo que ning<6E>n mal le ven<65>a, cambiaron de parecer y dijeron que era un dios.
7 En aquellos lugares hab<61>a propiedades del hombre principal de la isla, llamado Publio, quien nos recibi<62> y hosped<65> sol<6F>citamente tres d<>as.
8 Y aconteci<63> que el padre de Publio estaba en cama, enfermo de fiebre y de disenter<65>a; y entr<74> Pablo a verle, y despu<70>s de haber orado, le impuso las manos, y le san<61>.
9 Hecho esto, tambi<62>n los otros que en la isla ten<65>an enfermedades, ven<65>an, y eran sanados;
10 los cuales tambi<62>n nos honraron con muchas atenciones; y cuando zarpamos, nos cargaron de las cosas necesarias.
Pablo llega a Roma
11 Pasados tres meses, nos hicimos a la vela en una nave alejandrina que hab<61>a invernado en la isla, la cual ten<65>a por ense<73>a a C<>stor y P<>lux.
12 Y llegados a Siracusa, estuvimos all<6C> tres d<>as.
13 De all<6C>, costeando alrededor, llegamos a Regio; y otro d<>a despu<70>s, soplando el viento sur, llegamos al segundo d<>a a Puteoli,
14 donde habiendo hallado hermanos, nos rogaron que nos qued<65>semos con ellos siete d<>as; y luego fuimos a Roma,
15 de donde, oyendo de nosotros los hermanos, salieron a recibirnos hasta el Foro de Apio y las Tres Tabernas; y al verlos, Pablo dio gracias a Dios y cobr<62> aliento.
16 Cuando llegamos a Roma, el centuri<72>n entreg<65> los presos al prefecto militar, pero a Pablo se le permiti<74> vivir aparte, con un soldado que le custodiase.
Pablo predica en Roma
17 Aconteci<63> que tres d<>as despu<70>s, Pablo convoc<6F> a los principales de los jud<75>os, a los cuales, luego que estuvieron reunidos, les dijo: Yo, varones hermanos, no habiendo hecho nada contra el pueblo, ni contra las costumbres de nuestros padres, he sido entregado preso desde Jerusal<61>n en manos de los romanos;
18 los cuales, habi<62>ndome examinado, me quer<65>an soltar, por no haber en m<> ninguna causa de muerte.
19 Pero oponi<6E>ndose los jud<75>os, me vi obligado a apelar a C<>sar; no porque tenga de qu<71> acusar a mi naci<63>n.
20 As<41> que por esta causa os he llamado para veros y hablaros; porque por la esperanza de Israel estoy sujeto con esta cadena.
21 Entonces ellos le dijeron: Nosotros ni hemos recibido de Judea cartas acerca de ti, ni ha venido alguno de los hermanos que haya denunciado o hablado alg<6C>n mal de ti.
22 Pero querr<72>amos o<>r de ti lo que piensas; porque de esta secta nos es notorio que en todas partes se habla contra ella.
23 Y habi<62>ndole se<73>alado un d<>a, vinieron a <20>l muchos a la posada, a los cuales les declaraba y les testificaba el reino de Dios desde la ma<6D>ana hasta la tarde, persuadi<64>ndoles acerca de Jes<65>s, tanto por la ley de Mois<69>s como por los profetas.
24 Y algunos asent<6E>an a lo que se dec<65>a, pero otros no cre<72>an.
25 Y como no estuviesen de acuerdo entre s<>, al retirarse, les dijo Pablo esta palabra: Bien habl<62> el Esp<73>ritu Santo por medio del profeta Isa<73>as a nuestros padres, diciendo:
26 Ve a este pueblo, y diles: De o<>do oir<69>is, y no entender<65>is; Y viendo ver<65>is, y no percibir<69>is;
27 Porque el coraz<61>n de este pueblo se ha engrosado, Y con los o<>dos oyeron pesadamente, Y sus ojos han cerrado, Para que no vean con los ojos, Y oigan con los o<>dos, Y entiendan de coraz<61>n, Y se conviertan, Y yo los sane.
28 Sabed, pues, que a los gentiles es enviada esta salvaci<63>n de Dios; y ellos oir<69>n.
29 Y cuando hubo dicho esto, los jud<75>os se fueron, teniendo gran discusi<73>n entre s<>.
30 Y Pablo permaneci<63> dos a<>os enteros en una casa alquilada, y recib<69>a a todos los que a <20>l ven<65>an,
31 predicando el reino de Dios y ense<73>ando acerca del Se<53>or Jesucristo, abiertamente y sin impedimento.
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EL APOCALIPSIS De San Juan
La revelaci<63>n de Jesucristo
APOCALIPSIS 1
1 La revelaci<63>n de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declar<61> envi<76>ndola por medio de su <20>ngel a su siervo Juan,
2 que ha dado testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todas las cosas que ha visto.
3 Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profec<65>a, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo est<73> cerca.
Salutaciones a las siete iglesias
4 Juan, a las siete iglesias que est<73>n en Asia: Gracia y paz a vosotros, del que es y que era y que ha de venir, y de los siete esp<73>ritus que est<73>n delante de su trono;
5 y de Jesucristo el testigo fiel, el primog<6F>nito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos am<61>, y nos lav<61> de nuestros pecados con su sangre,
6 y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a <20>l sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Am<41>n.
7 He aqu<71> que viene con las nubes, y todo ojo le ver<65>, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra har<61>n lamentaci<63>n por <20>l. S<>, am<61>n.
8 Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Se<53>or, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.
Una visi<73>n del Hijo del Hombre
9 Yo Juan, vuestro hermano, y copart<72>cipe vuestro en la tribulaci<63>n, en el reino y en la paciencia de Jesucristo, estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo.
10 Yo estaba en el Esp<73>ritu en el d<>a del Se<53>or, y o<> detr<74>s de m<> una gran voz como de trompeta,
11 que dec<65>a: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el <20>ltimo. Escribe en un libro lo que ves, y env<6E>alo a las siete iglesias que est<73>n en Asia: a Efeso, Esmirna, P<>rgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea.
12 Y me volv<6C> para ver la voz que hablaba conmigo; y vuelto, vi siete candeleros de oro,
13 y en medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ce<63>ido por el pecho con un cinto de oro.
14 Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve; sus ojos como llama de fuego;
15 y sus pies semejantes al bronce bru<72>ido, refulgente como en un horno; y su voz como estruendo de muchas aguas.
16 Ten<65>a en su diestra siete estrellas; de su boca sal<61>a una espada aguda de dos filos; y su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza.
17 Cuando le vi, ca<63> como muerto a sus pies. Y <20>l puso su diestra sobre m<>, dici<63>ndome: No temas; yo soy el primero y el <20>ltimo;
18 y el que vivo, y estuve muerto; mas he aqu<71> que vivo por los siglos de los siglos, am<61>n. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades.
19 Escribe las cosas que has visto, y las que son, y las que han de ser despu<70>s de estas.
20 El misterio de las siete estrellas que has visto en mi diestra, y de los siete candeleros de oro: las siete estrellas son los <20>ngeles de las siete iglesias, y los siete candeleros que has visto, son las siete iglesias.
Mensajes a las siete iglesias: El mensaje a Efeso
APOCALIPSIS 2
1 Escribe al <20>ngel de la iglesia en Efeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro, dice esto:
2 Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser ap<61>stoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos;
3 y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado.
4 Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor.
5 Recuerda, por tanto, de d<>nde has ca<63>do, y arrepi<70>ntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendr<64> pronto a ti, y quitar<61> tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido.
6 Pero tienes esto, que aborreces las obras de los nicola<6C>tas, las cuales yo tambi<62>n aborrezco.
7 El que tiene o<>do, oiga lo que el Esp<73>ritu dice a las iglesias. Al que venciere, le dar<61> a comer del <20>rbol de la vida, el cual est<73> en medio del para<72>so de Dios.
El mensaje a Esmirna
8 Y escribe al <20>ngel de la iglesia en Esmirna: El primero y el postrero, el que estuvo muerto y vivi<76>, dice esto:
9 Yo conozco tus obras, y tu tribulaci<63>n, y tu pobreza (pero t<> eres rico), y la blasfemia de los que se dicen ser jud<75>os, y no lo son, sino sinagoga de Satan<61>s.
10 No temas en nada lo que vas a padecer. He aqu<71>, el diablo echar<61> a algunos de vosotros en la c<>rcel, para que se<73>is probados, y tendr<64>is tribulaci<63>n por diez d<>as. S<> fiel hasta la muerte, y yo te dar<61> la corona de la vida.
11 El que tiene o<>do, oiga lo que el Esp<73>ritu dice a las iglesias. El que venciere, no sufrir<69> da<64>o de la segunda muerte.
El mensaje a P<>rgamo
12 Y escribe al <20>ngel de la iglesia en P<>rgamo: El que tiene la espada aguda de dos filos dice esto:
13 Yo conozco tus obras, y d<>nde moras, donde est<73> el trono de Satan<61>s; pero retienes mi nombre, y no has negado mi fe, ni aun en los d<>as en que Antipas mi testigo fiel fue muerto entre vosotros, donde mora Satan<61>s.
14 Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que tienes ah<61> a los que retienen la doctrina de Balaam, que ense<73>aba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a los <20>dolos, y a cometer fornicaci<63>n.
15 Y tambi<62>n tienes a los que retienen la doctrina de los nicola<6C>tas, la que yo aborrezco.
16 Por tanto, arrepi<70>ntete; pues si no, vendr<64> a ti pronto, y pelear<61> contra ellos con la espada de mi boca.
17 El que tiene o<>do, oiga lo que el Esp<73>ritu dice a las iglesias. Al que venciere, dar<61> a comer del man<61> escondido, y le dar<61> una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe.
El mensaje a Tiatira
18 Y escribe al <20>ngel de la iglesia en Tiatira: El Hijo de Dios, el que tiene ojos como llama de fuego, y pies semejantes al bronce bru<72>ido, dice esto:
19 Yo conozco tus obras, y amor, y fe, y servicio, y tu paciencia, y que tus obras postreras son m<>s que las primeras.
20 Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, ense<73>e y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los <20>dolos.
21 Y le he dado tiempo para que se arrepienta, pero no quiere arrepentirse de su fornicaci<63>n.
22 He aqu<71>, yo la arrojo en cama, y en gran tribulaci<63>n a los que con ella adulteran, si no se arrepienten de las obras de ella.
23 Y a sus hijos herir<69> de muerte, y todas las iglesias sabr<62>n que yo soy el que escudri<72>a la mente y el coraz<61>n; y os dar<61> a cada uno seg<65>n vuestras obras.
24 Pero a vosotros y a los dem<65>s que est<73>n en Tiatira, a cuantos no tienen esa doctrina, y no han conocido lo que ellos llaman las profundidades de Satan<61>s, yo os digo: No os impondr<64> otra carga;
25 pero lo que ten<65>is, retenedlo hasta que yo venga.
26 Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le dar<61> autoridad sobre las naciones,
27 y las regir<69> con vara de hierro, y ser<65>n quebradas como vaso de alfarero; como yo tambi<62>n la he recibido de mi Padre;
28 y le dar<61> la estrella de la ma<6D>ana. 29 El que tiene o<>do, oiga lo que el Esp<73>ritu dice a las iglesias.
El mensaje a Sardis
APOCALIPSIS 3
1 Escribe al <20>ngel de la iglesia en Sardis: El que tiene los siete esp<73>ritus de Dios, y las siete estrellas, dice esto:Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y est<73>s muerto.
2 S<> vigilante, y afirma las otras cosas que est<73>n para morir; porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios.
3 Acu<63>rdate, pues, de lo que has recibido y o<>do; y gu<67>rdalo, y arrepi<70>ntete. Pues si no velas, vendr<64> sobre ti como ladr<64>n, y no sabr<62>s a qu<71> hora vendr<64> sobre ti.
4 Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y andar<61>n conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas.
5 El que venciere ser<65> vestido de vestiduras blancas; y no borrar<61> su nombre del libro de la vida, y confesar<61> su nombre delante de mi Padre, y delante de sus <20>ngeles.
6 El que tiene o<>do, oiga lo que el Esp<73>ritu dice a las iglesias.
El mensaje a Filadelfia
7 Escribe al <20>ngel de la iglesia en Filadelfia: Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre:
8 Yo conozco tus obras; he aqu<71>, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre.
9 He aqu<71>, yo entrego de la sinagoga de Satan<61>s a los que se dicen ser jud<75>os y no lo son, sino que mienten; he aqu<71>, yo har<61> que vengan y se postren a tus pies, y reconozcan que yo te he amado.
10 Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo tambi<62>n te guardar<61> de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra.
11 He aqu<71>, yo vengo pronto; ret<65>n lo que tienes, para que ninguno tome tu corona.
12 Al que venciere, yo lo har<61> columna en el templo de mi Dios, y nunca m<>s saldr<64> de all<6C>; y escribir<69> sobre <20>l el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusal<61>n, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo.
13 El que tiene o<>do, oiga lo que el Esp<73>ritu dice a las iglesias.
El mensaje a Laodicea
14 Y escribe al <20>ngel de la iglesia en Laodicea: He aqu<71> el Am<41>n, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creaci<63>n de Dios, dice esto:
15 Yo conozco tus obras, que ni eres fr<66>o ni caliente. <20>Ojal<61> fueses fr<66>o o caliente!
16 Pero por cuanto eres tibio, y no fr<66>o ni caliente, te vomitar<61> de mi boca.
17 Porque t<> dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que t<> eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.
18 Por tanto, yo te aconsejo que de m<> compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la verg<72>enza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas.
19 Yo reprendo y castigo a todos los que amo; s<>, pues, celoso, y arrepi<70>ntete.
20 He aqu<71>, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entrar<61> a <20>l, y cenar<61> con <20>l, y <20>l conmigo.
21 Al que venciere, le dar<61> que se siente conmigo en mi trono, as<61> como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.
22 El que tiene o<>do, oiga lo que el Esp<73>ritu dice a las iglesias.
La adoraci<63>n celestial
APOCALIPSIS 4
1 Despu<70>s de esto mir<69>, y he aqu<71> una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que o<>, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube ac<61>, y yo te mostrar<61> las cosas que suceder<65>n despu<70>s de estas.
2 Y al instante yo estaba en el Esp<73>ritu; y he aqu<71>, un trono establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado.
3 Y el aspecto del que estaba sentado era semejante a piedra de jaspe y de cornalina; y hab<61>a alrededor del trono un arco iris, semejante en aspecto a la esmeralda.
4 Y alrededor del trono hab<61>a veinticuatro tronos; y vi sentados en los tronos a veinticuatro ancianos, vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en sus cabezas.
5 Y del trono sal<61>an rel<65>mpagos y truenos y voces; y delante del trono ard<72>an siete l<>mparas de fuego, las cuales son los siete esp<73>ritus de Dios.
6 Y delante del trono hab<61>a como un mar de vidrio semejante al cristal; y junto al trono, y alrededor del trono, cuatro seres vivientes llenos de ojos delante y detr<74>s.
7 El primer ser viviente era semejante a un le<6C>n; el segundo era semejante a un becerro; el tercero ten<65>a rostro como de hombre; y el cuarto era semejante a un <20>guila volando.
8 Y los cuatro seres vivientes ten<65>an cada uno seis alas, y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos; y no cesaban d<>a y noche de decir: Santo, santo, santo es el Se<53>or Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir.
9 Y siempre que aquellos seres vivientes dan gloria y honra y acci<63>n de gracias al que est<73> sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos,
10 los veinticuatro ancianos se postran delante del que est<73> sentado en el trono, y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono, diciendo:
11 Se<53>or, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque t<> creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas.
El rollo y el Cordero
APOCALIPSIS 5
1 Y vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos.
2 Y vi a un <20>ngel fuerte que pregonaba a gran voz: <20>Qui<75>n es digno de abrir el libro y desatar sus sellos?
3 Y ninguno, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, pod<6F>a abrir el libro, ni aun mirarlo.
4 Y lloraba yo mucho, porque no se hab<61>a hallado a ninguno digno de abrir el libro, ni de leerlo, ni de mirarlo.
5 Y uno de los ancianos me dijo: No llores. He aqu<71> que el Le<4C>n de la tribu de Jud<75>, la ra<72>z de David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos.
6 Y mir<69>, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero como inmolado, que ten<65>a siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete esp<73>ritus de Dios enviados por toda la tierra.
7 Y vino, y tom<6F> el libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono.
8 Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos ten<65>an arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos;
9 y cantaban un nuevo c<>ntico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque t<> fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y naci<63>n;
10 y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.
11 Y mir<69>, y o<> la voz de muchos <20>ngeles alrededor del trono, y de los seres vivientes, y de los ancianos; y su n<>mero era millones de millones,
12 que dec<65>an a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabidur<75>a, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza.
13 Y a todo lo creado que est<73> en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, o<> decir: Al que est<73> sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos.
14 Los cuatro seres vivientes dec<65>an: Am<41>n; y los veinticuatro ancianos se postraron sobre sus rostros y adoraron al que vive por los siglos de los siglos.
Los sellos
APOCALIPSIS 6
1 Vi cuando el Cordero abri<72> uno de los sellos, y o<> a uno de los cuatro seres vivientes decir como con voz de trueno: Ven y mira.
2 Y mir<69>, y he aqu<71> un caballo blanco; y el que lo montaba ten<65>a un arco; y le fue dada una corona, y sali<6C> venciendo, y para vencer.
3 Cuando abri<72> el segundo sello, o<> al segundo ser viviente, que dec<65>a: Ven y mira.
4 Y sali<6C> otro caballo, bermejo; y al que lo montaba le fue dado poder de quitar de la tierra la paz, y que se matasen unos a otros; y se le dio una gran espada.
5 Cuando abri<72> el tercer sello, o<> al tercer ser viviente, que dec<65>a: Ven y mira. Y mir<69>, y he aqu<71> un caballo negro; y el que lo montaba ten<65>a una balanza en la mano.
6 Y o<> una voz de en medio de los cuatro seres vivientes, que dec<65>a: Dos libras de trigo por un denario, y seis libras de cebada por un denario; pero no da<64>es el aceite ni el vino.
7 Cuando abri<72> el cuarto sello, o<> la voz del cuarto ser viviente, que dec<65>a: Ven y mira.
8 Mir<69>, y he aqu<71> un caballo amarillo, y el que lo montaba ten<65>a por nombre Muerte, y el Hades le segu<67>a; y le fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad, y con las fieras de la tierra.
9 Cuando abri<72> el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que hab<61>an sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que ten<65>an.
10 Y clamaban a gran voz, diciendo: <20>Hasta cu<63>ndo, Se<53>or, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra?
11 Y se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo que descansasen todav<61>a un poco de tiempo, hasta que se completara el n<>mero de sus consiervos y sus hermanos, que tambi<62>n hab<61>an de ser muertos como ellos.
12 Mir<69> cuando abri<72> el sexto sello, y he aqu<71> hubo un gran terremoto; y el sol se puso negro como tela de cilicio, y la luna se volvi<76> toda como sangre;
13 y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte viento.
14 Y el cielo se desvaneci<63> como un pergamino que se enrolla; y todo monte y toda isla se removi<76> de su lugar.
15 Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las pe<70>as de los montes;
16 y dec<65>an a los montes y a las pe<70>as: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que est<73> sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero;
17 porque el gran d<>a de su ira ha llegado; <20>y qui<75>n podr<64> sostenerse en pie?
Los 144 mil sellados
APOCALIPSIS 7
1 Despu<70>s de esto vi a cuatro <20>ngeles en pie sobre los cuatro <20>ngulos de la tierra, que deten<65>an los cuatro vientos de la tierra, para que no soplase viento alguno sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre ning<6E>n <20>rbol.
2 Vi tambi<62>n a otro <20>ngel que sub<75>a de donde sale el sol, y ten<65>a el sello del Dios vivo; y clam<61> a gran voz a los cuatro <20>ngeles, a quienes se les hab<61>a dado el poder de hacer da<64>o a la tierra y al mar,
3 diciendo: No hag<61>is da<64>o a la tierra, ni al mar, ni a los <20>rboles, hasta que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nuestro Dios.
4 Y o<> el n<>mero de los sellados: ciento cuarenta y cuatro mil sellados de todas las tribus de los hijos de Israel.
5 De la tribu de Jud<75>, doce mil sellados. De la tribu de Rub<75>n, doce mil sellados. De la tribu de Gad, doce mil sellados.
6 De la tribu de Aser, doce mil sellados. De la tribu de Neftal<61>, doce mil sellados. De la tribu de Manas<61>s, doce mil sellados.
7 De la tribu de Sime<6D>n, doce mil sellados. De la tribu de Lev<65>, doce mil sellados. De la tribu de Isacar, doce mil sellados.
8 De la tribu de Zabul<75>n, doce mil sellados. De la tribu de Jos<6F>, doce mil sellados. De la tribu de Benjam<61>n, doce mil sellados.
La multitud vestida de ropas blancas
9 Despu<70>s de esto mir<69>, y he aqu<71> una gran multitud, la cual nadie pod<6F>a contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos;
10 y clamaban a gran voz, diciendo: La salvaci<63>n pertenece a nuestro Dios que est<73> sentado en el trono, y al Cordero.
11 Y todos los <20>ngeles estaban en pie alrededor del trono, y de los ancianos y de los cuatro seres vivientes; y se postraron sobre sus rostros delante del trono, y adoraron a Dios,
12 diciendo: Am<41>n. La bendici<63>n y la gloria y la sabidur<75>a y la acci<63>n de gracias y la honra y el poder y la fortaleza, sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Am<41>n.
13 Entonces uno de los ancianos habl<62>, dici<63>ndome: Estos que est<73>n vestidos de ropas blancas, <20>qui<75>nes son, y de d<>nde han venido?
14 Yo le dije: Se<53>or, t<> lo sabes. Y <20>l me dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulaci<63>n, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero.
15 Por esto est<73>n delante del trono de Dios, y le sirven d<>a y noche en su templo; y el que est<73> sentado sobre el trono extender<65> su tabern<72>culo sobre ellos.
16 Ya no tendr<64>n hambre ni sed, y el sol no caer<65> m<>s sobre ellos, ni calor alguno;
17 porque el Cordero que est<73> en medio del trono los pastorear<61>, y los guiar<61> a fuentes de aguas de vida; y Dios enjugar<61> toda l<>grima de los ojos de ellos.
El s<>ptimo sello
APOCALIPSIS 8
1 Cuando abri<72> el s<>ptimo sello, se hizo silencio en el cielo como por media hora.
2 Y vi a los siete <20>ngeles que estaban en pie ante Dios; y se les dieron siete trompetas.
3 Otro <20>ngel vino entonces y se par<61> ante el altar, con un incensario de oro; y se le dio mucho incienso para a<>adirlo a las oraciones de todos los santos, sobre el altar de oro que estaba delante del trono.
4 Y de la mano del <20>ngel subi<62> a la presencia de Dios el humo del incienso con las oraciones de los santos.
5 Y el <20>ngel tom<6F> el incensario, y lo llen<65> del fuego del altar, y lo arroj<6F> a la tierra; y hubo truenos, y voces, y rel<65>mpagos, y un terremoto.
Las trompetas
6 Y los siete <20>ngeles que ten<65>an las siete trompetas se dispusieron a tocarlas.
7 El primer <20>ngel toc<6F> la trompeta, y hubo granizo y fuego mezclados con sangre, que fueron lanzados sobre la tierra; y la tercera parte de los <20>rboles se quem<65>, y se quem<65> toda la hierba verde.
8 El segundo <20>ngel toc<6F> la trompeta, y como una gran monta<74>a ardiendo en fuego fue precipitada en el mar; y la tercera parte del mar se convirti<74> en sangre.
9 Y muri<72> la tercera parte de los seres vivientes que estaban en el mar, y la tercera parte de las naves fue destruida.
10 El tercer <20>ngel toc<6F> la trompeta, y cay<61> del cielo una gran estrella, ardiendo como una antorcha, y cay<61> sobre la tercera parte de los r<>os, y sobre las fuentes de las aguas.
11 Y el nombre de la estrella es Ajenjo. Y la tercera parte de las aguas se convirti<74> en ajenjo; y muchos hombres murieron a causa de esas aguas, porque se hicieron amargas.
12 El cuarto <20>ngel toc<6F> la trompeta, y fue herida la tercera parte del sol, y la tercera parte de la luna, y la tercera parte de las estrellas, para que se oscureciese la tercera parte de ellos, y no hubiese luz en la tercera parte del d<>a, y asimismo de la noche.
13 Y mir<69>, y o<> a un <20>ngel volar por en medio del cielo, diciendo a gran voz: <20>Ay, ay, ay, de los que moran en la tierra, a causa de los otros toques de trompeta que est<73>n para sonar los tres <20>ngeles!
APOCALIPSIS 9
1 El quinto <20>ngel toc<6F> la trompeta, y vi una estrella que cay<61> del cielo a la tierra; y se le dio la llave del pozo del abismo.
2 Y abri<72> el pozo del abismo, y subi<62> humo del pozo como humo de un gran horno; y se oscureci<63> el sol y el aire por el humo del pozo.
3 Y del humo salieron langostas sobre la tierra; y se les dio poder, como tienen poder los escorpiones de la tierra.
4 Y se les mand<6E> que no da<64>asen a la hierba de la tierra, ni a cosa verde alguna, ni a ning<6E>n <20>rbol, sino solamente a los hombres que no tuviesen el sello de Dios en sus frentes.
5 Y les fue dado, no que los matasen, sino que los atormentasen cinco meses; y su tormento era como tormento de escorpi<70>n cuando hiere al hombre.
6 Y en aquellos d<>as los hombres buscar<61>n la muerte, pero no la hallar<61>n; y ansiar<61>n morir, pero la muerte huir<69> de ellos.
7 El aspecto de las langostas era semejante a caballos preparados para la guerra; en las cabezas ten<65>an como coronas de oro; sus caras eran como caras humanas;
8 ten<65>an cabello como cabello de mujer; sus dientes eran como de leones;
9 ten<65>an corazas como corazas de hierro; el ruido de sus alas era como el estruendo de muchos carros de caballos corriendo a la batalla;
10 ten<65>an colas como de escorpiones, y tambi<62>n aguijones; y en sus colas ten<65>an poder para da<64>ar a los hombres durante cinco meses.
11 Y tienen por rey sobre ellos al <20>ngel del abismo, cuyo nombre en hebreo es Abad<61>n, y en griego, Apoli<6C>n.
12 El primer ay pas<61>; he aqu<71>, vienen a<>n dos ayes despu<70>s de esto.
13 El sexto <20>ngel toc<6F> la trompeta, y o<> una voz de entre los cuatro cuernos del altar de oro que estaba delante de Dios,
14 diciendo al sexto <20>ngel que ten<65>a la trompeta: Desata a los cuatro <20>ngeles que est<73>n atados junto al gran r<>o Eufrates.
15 Y fueron desatados los cuatro <20>ngeles que estaban preparados para la hora, d<>a, mes y a<>o, a fin de matar a la tercera parte de los hombres.
16 Y el n<>mero de los ej<65>rcitos de los jinetes era doscientos millones. Yo o<> su n<>mero.
17 As<41> vi en visi<73>n los caballos y a sus jinetes, los cuales ten<65>an corazas de fuego, de zafiro y de azufre. Y las cabezas de los caballos eran como cabezas de leones; y de su boca sal<61>an fuego, humo y azufre.
18 Por estas tres plagas fue muerta la tercera parte de los hombres; por el fuego, el humo y el azufre que sal<61>an de su boca.
19 Pues el poder de los caballos estaba en su boca y en sus colas; porque sus colas, semejantes a serpientes, ten<65>an cabezas, y con ellas da<64>aban.
20 Y los otros hombres que no fueron muertos con estas plagas, ni aun as<61> se arrepintieron de las obras de sus manos, ni dejaron de adorar a los demonios, y a las im<69>genes de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, las cuales no pueden ver, ni o<>r, ni andar;
21 y no se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicer<65>as, ni de su fornicaci<63>n, ni de sus hurtos.
El <20>ngel con el librito
APOCALIPSIS 10
1 Vi descender del cielo a otro <20>ngel fuerte, envuelto en una nube, con el arco iris sobre su cabeza; y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego.
2 Ten<65>a en su mano un librito abierto; y puso su pie derecho sobre el mar, y el izquierdo sobre la tierra;
3 y clam<61> a gran voz, como ruge un le<6C>n; y cuando hubo clamado, siete truenos emitieron sus voces.
4 Cuando los siete truenos hubieron emitido sus voces, yo iba a escribir; pero o<> una voz del cielo que me dec<65>a: Sella las cosas que los siete truenos han dicho, y no las escribas.
5 Y el <20>ngel que vi en pie sobre el mar y sobre la tierra, levant<6E> su mano al cielo,
6 y jur<75> por el que vive por los siglos de los siglos, que cre<72> el cielo y las cosas que est<73>n en <20>l, y la tierra y las cosas que est<73>n en ella, y el mar y las cosas que est<73>n en <20>l, que el tiempo no ser<65>a m<>s,
7 sino que en los d<>as de la voz del s<>ptimo <20>ngel, cuando <20>l comience a tocar la trompeta, el misterio de Dios se consumar<61>, como <20>l lo anunci<63> a sus siervos los profetas.
8 La voz que o<> del cielo habl<62> otra vez conmigo, y dijo: Ve y toma el librito que est<73> abierto en la mano del <20>ngel que est<73> en pie sobre el mar y sobre la tierra.
9 Y fui al <20>ngel, dici<63>ndole que me diese el librito. Y <20>l me dijo: Toma, y c<>melo; y te amargar<61> el vientre, pero en tu boca ser<65> dulce como la miel.
10 Entonces tom<6F> el librito de la mano del <20>ngel, y lo com<6F>; y era dulce en mi boca como la miel, pero cuando lo hube comido, amarg<72> mi vientre.
11 Y <20>l me dijo: Es necesario que profetices otra vez sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes.
Los dos testigos
APOCALIPSIS 11
1 Entonces me fue dada una ca<63>a semejante a una vara de medir, y se me dijo: Lev<65>ntate, y mide el templo de Dios, y el altar, y a los que adoran en <20>l.
2 Pero el patio que est<73> fuera del templo d<>jalo aparte, y no lo midas, porque ha sido entregado a los gentiles; y ellos hollar<61>n la ciudad santa cuarenta y dos meses.
3 Y dar<61> a mis dos testigos que profeticen por mil doscientos sesenta d<>as, vestidos de cilicio.
4 Estos testigos son los dos olivos, y los dos candeleros que est<73>n en pie delante del Dios de la tierra.
5 Si alguno quiere da<64>arlos, sale fuego de la boca de ellos, y devora a sus enemigos; y si alguno quiere hacerles da<64>o, debe morir <20>l de la misma manera.
6 Estos tienen poder para cerrar el cielo, a fin de que no llueva en los d<>as de su profec<65>a; y tienen poder sobre las aguas para convertirlas en sangre, y para herir la tierra con toda plaga, cuantas veces quieran.
7 Cuando hayan acabado su testimonio, la bestia que sube del abismo har<61> guerra contra ellos, y los vencer<65> y los matar<61>.
8 Y sus cad<61>veres estar<61>n en la plaza de la grande ciudad que en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto, donde tambi<62>n nuestro Se<53>or fue crucificado.
9 Y los de los pueblos, tribus, lenguas y naciones ver<65>n sus cad<61>veres por tres d<>as y medio, y no permitir<69>n que sean sepultados.
10 Y los moradores de la tierra se regocijar<61>n sobre ellos y se alegrar<61>n, y se enviar<61>n regalos unos a otros; porque estos dos profetas hab<61>an atormentado a los moradores de la tierra.
11 Pero despu<70>s de tres d<>as y medio entr<74> en ellos el esp<73>ritu de vida enviado por Dios, y se levantaron sobre sus pies, y cay<61> gran temor sobre los que los vieron.
12 Y oyeron una gran voz del cielo, que les dec<65>a: Subid ac<61>. Y subieron al cielo en una nube; y sus enemigos los vieron.
13 En aquella hora hubo un gran terremoto, y la d<>cima parte de la ciudad se derrumb<6D>, y por el terremoto murieron en n<>mero de siete mil hombres; y los dem<65>s se aterrorizaron, y dieron gloria al Dios del cielo.
14 El segundo ay pas<61>; he aqu<71>, el tercer ay viene pronto.
La s<>ptima trompeta
15 El s<>ptimo <20>ngel toc<6F> la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que dec<65>an: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Se<53>or y de su Cristo; y <20>l reinar<61> por los siglos de los siglos.
16 Y los veinticuatro ancianos que estaban sentados delante de Dios en sus tronos, se postraron sobre sus rostros, y adoraron a Dios,
17 diciendo: Te damos gracias, Se<53>or Dios Todopoderoso, el que eres y que eras y que has de venir, porque has tomado tu gran poder, y has reinado.
18 Y se airaron las naciones, y tu ira ha venido, y el tiempo de juzgar a los muertos, y de dar el galard<72>n a tus siervos los profetas, a los santos, y a los que temen tu nombre, a los peque<75>os y a los grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra.
19 Y el templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su pacto se ve<76>a en el templo. Y hubo rel<65>mpagos, voces, truenos, un terremoto y grande granizo.
La mujer y el drag<61>n
APOCALIPSIS 12
1 Apareci<63> en el cielo una gran se<73>al: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas.
2 Y estando encinta, clamaba con dolores de parto, en la angustia del alumbramiento. 3 Tambi<62>n apareci<63> otra se<73>al en el cielo: he aqu<71> un gran drag<61>n escarlata, que ten<65>a siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas;
4 y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arroj<6F> sobre la tierra. Y el drag<61>n se par<61> frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciese.
5 Y ella dio a luz un hijo var<61>n, que regir<69> con vara de hierro a todas las naciones; y su hijo fue arrebatado para Dios y para su trono.
6 Y la mujer huy<75> al desierto, donde tiene lugar preparado por Dios, para que all<6C> la sustenten por mil doscientos sesenta d<>as.
7 Despu<70>s hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus <20>ngeles luchaban contra el drag<61>n; y luchaban el drag<61>n y sus <20>ngeles;
8 pero no prevalecieron, ni se hall<6C> ya lugar para ellos en el cielo.
9 Y fue lanzado fuera el gran drag<61>n, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satan<61>s, el cual enga<67>a al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus <20>ngeles fueron arrojados con <20>l.
10 Entonces o<> una gran voz en el cielo, que dec<65>a: Ahora ha venido la salvaci<63>n, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios d<>a y noche.
11 Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte.
12 Por lo cual alegraos, cielos, y los que mor<6F>is en ellos. <20>Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo.
13 Y cuando vio el drag<61>n que hab<61>a sido arrojado a la tierra, persigui<75> a la mujer que hab<61>a dado a luz al hijo var<61>n.
14 Y se le dieron a la mujer las dos alas de la gran <20>guila, para que volase de delante de la serpiente al desierto, a su lugar, donde es sustentada por un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo.
15 Y la serpiente arroj<6F> de su boca, tras la mujer, agua como un r<>o, para que fuese arrastrada por el r<>o.
16 Pero la tierra ayud<75> a la mujer, pues la tierra abri<72> su boca y trag<61> el r<>o que el drag<61>n hab<61>a echado de su boca.
17 Entonces el drag<61>n se llen<65> de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo.
Las dos bestias
APOCALIPSIS 13
1 Me par<61> sobre la arena del mar, y vi subir del mar una bestia que ten<65>a siete cabezas y diez cuernos; y en sus cuernos diez diademas; y sobre sus cabezas, un nombre blasfemo.
2 Y la bestia que vi era semejante a un leopardo, y sus pies como de oso, y su boca como boca de le<6C>n. Y el drag<61>n le dio su poder y su trono, y grande autoridad.
3 Vi una de sus cabezas como herida de muerte, pero su herida mortal fue sanada; y se maravill<6C> toda la tierra en pos de la bestia,
4 y adoraron al drag<61>n que hab<61>a dado autoridad a la bestia, y adoraron a la bestia, diciendo: <20>Qui<75>n como la bestia, y qui<75>n podr<64> luchar contra ella?
5 Tambi<62>n se le dio boca que hablaba grandes cosas y blasfemias; y se le dio autoridad para actuar cuarenta y dos meses.
6 Y abri<72> su boca en blasfemias contra Dios, para blasfemar de su nombre, de su tabern<72>culo, y de los que moran en el cielo.
7 Y se le permiti<74> hacer guerra contra los santos, y vencerlos. Tambi<62>n se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y naci<63>n.
8 Y la adoraron todos los moradores de la tierra cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo.
9 Si alguno tiene o<>do, oiga.
10 Si alguno lleva en cautividad, va en cautividad; si alguno mata a espada, a espada debe ser muerto. Aqu<71> est<73> la paciencia y la fe de los santos.
11 Despu<70>s vi otra bestia que sub<75>a de la tierra; y ten<65>a dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero hablaba como drag<61>n.
12 Y ejerce toda la autoridad de la primera bestia en presencia de ella, y hace que la tierra y los moradores de ella adoren a la primera bestia, cuya herida mortal fue sanada.
13 Tambi<62>n hace grandes se<73>ales, de tal manera que aun hace descender fuego del cielo a la tierra delante de los hombres.
14 Y enga<67>a a los moradores de la tierra con las se<73>ales que se le ha permitido hacer en presencia de la bestia, mandando a los moradores de la tierra que le hagan imagen a la bestia que tiene la herida de espada, y vivi<76>.
15 Y se le permiti<74> infundir aliento a la imagen de la bestia, para que la imagen hablase e hiciese matar a todo el que no la adorase.
16 Y hac<61>a que a todos, peque<75>os y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente;
17 y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el n<>mero de su nombre.
18 Aqu<71> hay sabidur<75>a. El que tiene entendimiento, cuente el n<>mero de la bestia, pues es n<>mero de hombre. Y su n<>mero es seiscientos sesenta y seis.
El c<>ntico de los 144 mil
APOCALIPSIS 14
1 Despu<70>s mir<69>, y he aqu<71> el Cordero estaba en pie sobre el monte de Sion, y con <20>l ciento cuarenta y cuatro mil, que ten<65>an el nombre de <20>l y el de su Padre escrito en la frente.
2 Y o<> una voz del cielo como estruendo de muchas aguas, y como sonido de un gran trueno; y la voz que o<> era como de arpistas que tocaban sus arpas.
3 Y cantaban un c<>ntico nuevo delante del trono, y delante de los cuatro seres vivientes, y de los ancianos; y nadie pod<6F>a aprender el c<>ntico sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil que fueron redimidos de entre los de la tierra.
4 Estos son los que no se contaminaron con mujeres, pues son v<>rgenes. Estos son los que siguen al Cordero por dondequiera que va. Estos fueron redimidos de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero;
5 y en sus bocas no fue hallada mentira, pues son sin mancha delante del trono de Dios.
El mensaje de los tres <20>ngeles
6 Vi volar por en medio del cielo a otro <20>ngel, que ten<65>a el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda naci<63>n, tribu, lengua y pueblo,
7 diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas.
8 Otro <20>ngel le sigui<75>, diciendo: Ha ca<63>do, ha ca<63>do Babilonia, la gran ciudad, porque ha hecho beber a todas las naciones del vino del furor de su fornicaci<63>n.
9 Y el tercer <20>ngel los sigui<75>, diciendo a gran voz: Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe la marca en su frente o en su mano,
10 <20>l tambi<62>n beber<65> del vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el c<>liz de su ira; y ser<65> atormentado con fuego y azufre delante de los santos <20>ngeles y del Cordero;
11 y el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos. Y no tienen reposo de d<>a ni de noche los que adoran a la bestia y a su imagen, ni nadie que reciba la marca de su nombre.
12 Aqu<71> est<73> la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jes<65>s.
13 O<> una voz que desde el cielo me dec<65>a: Escribe: Bienaventurados de aqu<71> en adelante los muertos que mueren en el Se<53>or. S<>, dice el Esp<73>ritu, descansar<61>n de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen.
La tierra es segada
14 Mir<69>, y he aqu<71> una nube blanca; y sobre la nube uno sentado semejante al Hijo del Hombre, que ten<65>a en la cabeza una corona de oro, y en la mano una hoz aguda.
15 Y del templo sali<6C> otro <20>ngel, clamando a gran voz al que estaba sentado sobre la nube: Mete tu hoz, y siega; porque la hora de segar ha llegado, pues la mies de la tierra est<73> madura.
16 Y el que estaba sentado sobre la nube meti<74> su hoz en la tierra, y la tierra fue segada.
17 Sali<6C> otro <20>ngel del templo que est<73> en el cielo, teniendo tambi<62>n una hoz aguda.
18 Y sali<6C> del altar otro <20>ngel, que ten<65>a poder sobre el fuego, y llam<61> a gran voz al que ten<65>a la hoz aguda, diciendo: Mete tu hoz aguda, y vendimia los racimos de la tierra, porque sus uvas est<73>n maduras.
19 Y el <20>ngel arroj<6F> su hoz en la tierra, y vendimi<6D> la vi<76>a de la tierra, y ech<63> las uvas en el gran lagar de la ira de Dios.
20 Y fue pisado el lagar fuera de la ciudad, y del lagar sali<6C> sangre hasta los frenos de los caballos, por mil seiscientos estadios.
Los <20>ngeles con las siete postreras plagas
APOCALIPSIS 15
1 Vi en el cielo otra se<73>al, grande y admirable: siete <20>ngeles que ten<65>an las siete plagas postreras; porque en ellas se consumaba la ira de Dios.
2 Vi tambi<62>n como un mar de vidrio mezclado con fuego; y a los que hab<61>an alcanzado la victoria sobre la bestia y su imagen, y su marca y el n<>mero de su nombre, en pie sobre el mar de vidrio, con las arpas de Dios.
3 Y cantan el c<>ntico de Mois<69>s siervo de Dios, y el c<>ntico del Cordero, diciendo: Grandes y maravillosas son tus obras, Se<53>or Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos.
4 <20>Qui<75>n no te temer<65>, oh Se<53>or, y glorificar<61> tu nombre? pues s<>lo t<> eres santo; por lo cual todas las naciones vendr<64>n y te adorar<61>n, porque tus juicios se han manifestado.
5 Despu<70>s de estas cosas mir<69>, y he aqu<71> fue abierto en el cielo el templo del tabern<72>culo del testimonio;
6 y del templo salieron los siete <20>ngeles que ten<65>an las siete plagas, vestidos de lino limpio y resplandeciente, y ce<63>idos alrededor del pecho con cintos de oro.
7 Y uno de los cuatro seres vivientes dio a los siete <20>ngeles siete copas de oro, llenas de la ira de Dios, que vive por los siglos de los siglos.
8 Y el templo se llen<65> de humo por la gloria de Dios, y por su poder; y nadie pod<6F>a entrar en el templo hasta que se hubiesen cumplido las siete plagas de los siete <20>ngeles.
Las copas de ira
APOCALIPSIS 16
1 O<> una gran voz que dec<65>a desde el templo a los siete <20>ngeles: Id y derramad sobre la tierra las siete copas de la ira de Dios.
2 Fue el primero, y derram<61> su copa sobre la tierra, y vino una <20>lcera maligna y pestilente sobre los hombres que ten<65>an la marca de la bestia, y que adoraban su imagen.
3 El segundo <20>ngel derram<61> su copa sobre el mar, y <20>ste se convirti<74> en sangre como de muerto; y muri<72> todo ser vivo que hab<61>a en el mar.
4 El tercer <20>ngel derram<61> su copa sobre los r<>os, y sobre las fuentes de las aguas, y se convirtieron en sangre.
5 Y o<> al <20>ngel de las aguas, que dec<65>a: Justo eres t<>, oh Se<53>or, el que eres y que eras, el Santo, porque has juzgado estas cosas.
6 Por cuanto derramaron la sangre de los santos y de los profetas, tambi<62>n t<> les has dado a beber sangre; pues lo merecen.
7 Tambi<62>n o<> a otro, que desde el altar dec<65>a: Ciertamente, Se<53>or Dios Todopoderoso, tus juicios son verdaderos y justos.
8 El cuarto <20>ngel derram<61> su copa sobre el sol, al cual fue dado quemar a los hombres con fuego.
9 Y los hombres se quemaron con el gran calor, y blasfemaron el nombre de Dios, que tiene poder sobre estas plagas, y no se arrepintieron para darle gloria.
10 El quinto <20>ngel derram<61> su copa sobre el trono de la bestia; y su reino se cubri<72> de tinieblas, y mord<72>an de dolor sus lenguas,
11 y blasfemaron contra el Dios del cielo por sus dolores y por sus <20>lceras, y no se arrepintieron de sus obras.
12 El sexto <20>ngel derram<61> su copa sobre el gran r<>o Eufrates; y el agua de <20>ste se sec<65>, para que estuviese preparado el camino a los reyes del oriente.
13 Y vi salir de la boca del drag<61>n, y de la boca de la bestia, y de la boca del falso profeta, tres esp<73>ritus inmundos a manera de ranas;
14 pues son esp<73>ritus de demonios, que hacen se<73>ales, y van a los reyes de la tierra en todo el mundo, para reunirlos a la batalla de aquel gran d<>a del Dios Todopoderoso.
15 He aqu<71>, yo vengo como ladr<64>n. Bienaventurado el que vela, y guarda sus ropas, para que no ande desnudo, y vean su verg<72>enza.
16 Y los reuni<6E> en el lugar que en hebreo se llama Armaged<65>n.
17 El s<>ptimo <20>ngel derram<61> su copa por el aire; y sali<6C> una gran voz del templo del cielo, del trono, diciendo: Hecho est<73>.
18 Entonces hubo rel<65>mpagos y voces y truenos, y un gran temblor de tierra, un terremoto tan grande, cual no lo hubo jam<61>s desde que los hombres han estado sobre la tierra.
19 Y la gran ciudad fue dividida en tres partes, y las ciudades de las naciones cayeron; y la gran Babilonia vino en memoria delante de Dios, para darle el c<>liz del vino del ardor de su ira.
20 Y toda isla huy<75>, y los montes no fueron hallados.
21 Y cay<61> del cielo sobre los hombres un enorme granizo como del peso de un talento; y los hombres blasfemaron contra Dios por la plaga del granizo; porque su plaga fue sobremanera grande.
Condenaci<EFBFBD>n de la gran ramera
APOCALIPSIS 17
1 Vino entonces uno de los siete <20>ngeles que ten<65>an las siete copas, y habl<62> conmigo dici<63>ndome: Ven ac<61>, y te mostrar<61> la sentencia contra la gran ramera, la que est<73> sentada sobre muchas aguas;
2 con la cual han fornicado los reyes de la tierra, y los moradores de la tierra se han embriagado con el vino de su fornicaci<63>n.
3 Y me llev<65> en el Esp<73>ritu al desierto; y vi a una mujer sentada sobre una bestia escarlata llena de nombres de blasfemia, que ten<65>a siete cabezas y diez cuernos.
4 Y la mujer estaba vestida de p<>rpura y escarlata, y adornada de oro de piedras preciosas y de perlas, y ten<65>a en la mano un c<>liz de oro lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicaci<63>n;
5 y en su frente un nombre escrito, un misterio: BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA.
6 Vi a la mujer ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los m<>rtires de Jes<65>s; y cuando la vi, qued<65> asombrado con gran asombro.
7 Y el <20>ngel me dijo: <20>Por qu<71> te asombras? Yo te dir<69> el misterio de la mujer, y de la bestia que la trae, la cual tiene las siete cabezas y los diez cuernos.
8 La bestia que has visto, era, y no es; y est<73> para subir del abismo e ir a perdici<63>n; y los moradores de la tierra, aquellos cuyos nombres no est<73>n escritos desde la fundaci<63>n del mundo en el libro de la vida, se asombrar<61>n viendo la bestia que era y no es, y ser<65>.
9 Esto, para la mente que tenga sabidur<75>a: Las siete cabezas son siete montes, sobre los cuales se sienta la mujer,
10 y son siete reyes. Cinco de ellos han ca<63>do; uno es, y el otro a<>n no ha venido; y cuando venga, es necesario que dure breve tiempo.
11 La bestia que era, y no es, es tambi<62>n el octavo; y es de entre los siete, y va a la perdici<63>n.
12 Y los diez cuernos que has visto, son diez reyes, que a<>n no han recibido reino; pero por una hora recibir<69>n autoridad como reyes juntamente con la bestia.
13 Estos tienen un mismo prop<6F>sito, y entregar<61>n su poder y su autoridad a la bestia.
14 Pelear<61>n contra el Cordero, y el Cordero los vencer<65>, porque <20>l es Se<53>or de se<73>ores y Rey de reyes; y los que est<73>n con <20>l son llamados y elegidos y fieles.
15 Me dijo tambi<62>n: Las aguas que has visto donde la ramera se sienta, son pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas.
16 Y los diez cuernos que viste en la bestia, <20>stos aborrecer<65>n a la ramera, y la dejar<61>n desolada y desnuda; y devorar<61>n sus carnes, y la quemar<61>n con fuego;
17 porque Dios ha puesto en sus corazones el ejecutar lo que <20>l quiso: ponerse de acuerdo, y dar su reino a la bestia, hasta que se cumplan las palabras de Dios.
18 Y la mujer que has visto es la gran ciudad que reina sobre los reyes de la tierra.
La ca<63>da de Babilonia
APOCALIPSIS 18
1 Despu<70>s de esto vi a otro <20>ngel descender del cielo con gran poder; y la tierra fue alumbrada con su gloria.
2 Y clam<61> con voz potente, diciendo: Ha ca<63>do, ha ca<63>do la gran Babilonia, y se ha hecho habitaci<63>n de demonios y guarida de todo esp<73>ritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y aborrecible.
3 Porque todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicaci<63>n; y los reyes de la tierra han fornicado con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido de la potencia de sus deleites.
4 Y o<> otra voz del cielo, que dec<65>a: Salid de ella, pueblo m<>o, para que no se<73>is part<72>cipes de sus pecados, ni recib<69>is parte de sus plagas;
5 porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades.
6 Dadle a ella como ella os ha dado, y pagadle doble seg<65>n sus obras; en el c<>liz en que ella prepar<61> bebida, preparadle a ella el doble.
7 Cuanto ella se ha glorificado y ha vivido en deleites, tanto dadle de tormento y llanto; porque dice en su coraz<61>n: Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda, y no ver<65> llanto;
8 por lo cual en un solo d<>a vendr<64>n sus plagas; muerte, llanto y hambre, y ser<65> quemada con fuego; porque poderoso es Dios el Se<53>or, que la juzga.
9 Y los reyes de la tierra que han fornicado con ella, y con ella han vivido en deleites, llorar<61>n y har<61>n lamentaci<63>n sobre ella, cuando vean el humo de su incendio,
10 par<61>ndose lejos por el temor de su tormento, diciendo: <20>Ay, ay, de la gran ciudad de Babilonia, la ciudad fuerte; porque en una hora vino tu juicio!
11 Y los mercaderes de la tierra lloran y hacen lamentaci<63>n sobre ella, porque ninguno compra m<>s sus mercader<65>as;
12 mercader<65>a de oro, de plata, de piedras preciosas, de perlas, de lino fino, de p<>rpura, de seda, de escarlata, de toda madera olorosa, de todo objeto de marfil, de todo objeto de madera preciosa, de cobre, de hierro y de m<>rmol;
13 y canela, especias arom<6F>ticas, incienso, mirra, ol<6F>bano, vino, aceite, flor de harina, trigo, bestias, ovejas, caballos y carros, y esclavos, almas de hombres.
14 Los frutos codiciados por tu alma se apartaron de ti, y todas las cosas exquisitas y espl<70>ndidas te han faltado, y nunca m<>s las hallar<61>s.
15 Los mercaderes de estas cosas, que se han enriquecido a costa de ella, se parar<61>n lejos por el temor de su tormento, llorando y lamentando,
16 y diciendo: <20>Ay, ay, de la gran ciudad, que estaba vestida de lino fino, de p<>rpura y de escarlata, y estaba adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas!
17 Porque en una hora han sido consumidas tantas riquezas. Y todo piloto, y todos los que viajan en naves, y marineros, y todos los que trabajan en el mar, se pararon lejos;
18 y viendo el humo de su incendio, dieron voces, diciendo: <20>Qu<51> ciudad era semejante a esta gran ciudad?
19 Y echaron polvo sobre sus cabezas, y dieron voces, llorando y lamentando, diciendo: <20>Ay, ay de la gran ciudad, en la cual todos los que ten<65>an naves en el mar se hab<61>an enriquecido de sus riquezas; pues en una hora ha sido desolada!
20 Al<41>grate sobre ella, cielo, y vosotros, santos, ap<61>stoles y profetas; porque Dios os ha hecho justicia en ella.
21 Y un <20>ngel poderoso tom<6F> una piedra, como una gran piedra de molino, y la arroj<6F> en el mar, diciendo: Con el mismo <20>mpetu ser<65> derribada Babilonia, la gran ciudad, y nunca m<>s ser<65> hallada.
22 Y voz de arpistas, de m<>sicos, de flautistas y de trompeteros no se oir<69> m<>s en ti; y ning<6E>n art<72>fice de oficio alguno se hallar<61> m<>s en ti, ni ruido de molino se oir<69> m<>s en ti.
23 Luz de l<>mpara no alumbrar<61> m<>s en ti, ni voz de esposo y de esposa se oir<69> m<>s en ti; porque tus mercaderes eran los grandes de la tierra; pues por tus hechicer<65>as fueron enga<67>adas todas las naciones.
24 Y en ella se hall<6C> la sangre de los profetas y de los santos, y de todos los que han sido muertos en la tierra.
Alabanzas en el cielo
APOCALIPSIS 19
1 Despu<70>s de esto o<> una gran voz de gran multitud en el cielo, que dec<65>a: <20>Aleluya! Salvaci<63>n y honra y gloria y poder son del Se<53>or Dios nuestro;
2 porque sus juicios son verdaderos y justos; pues ha juzgado a la gran ramera que ha corrompido a la tierra con su fornicaci<63>n, y ha vengado la sangre de sus siervos de la mano de ella.
3 Otra vez dijeron: <20>Aleluya! Y el humo de ella sube por los siglos de los siglos.
4 Y los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes se postraron en tierra y adoraron a Dios, que estaba sentado en el trono, y dec<65>an: <20>Am<41>n! <20>Aleluya!
5 Y sali<6C> del trono una voz que dec<65>a: Alabad a nuestro Dios todos sus siervos, y los que le tem<65>is, as<61> peque<75>os como grandes.
6 Y o<> como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que dec<65>a: <20>Aleluya, porque el Se<53>or nuestro Dios Todopoderoso reina!
7 Goc<6F>monos y alegr<67>monos y d<>mosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado.
8 Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos.
La cena de las bodas del Cordero
9 Y el <20>ngel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios.
10 Yo me postr<74> a sus pies para adorarle. Y <20>l me dijo: Mira, no lo hagas; yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos que retienen el testimonio de Jes<65>s. Adora a Dios; porque el testimonio de Jes<65>s es el esp<73>ritu de la profec<65>a.
El jinete del caballo blanco
11 Entonces vi el cielo abierto; y he aqu<71> un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea.
12 Sus ojos eran como llama de fuego, y hab<61>a en su cabeza muchas diademas; y ten<65>a un nombre escrito que ninguno conoc<6F>a sino <20>l mismo.
13 Estaba vestido de una ropa te<74>ida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS.
14 Y los ej<65>rcitos celestiales, vestidos de lino fin<69>simo, blanco y limpio, le segu<67>an en caballos blancos.
15 De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y <20>l las regir<69> con vara de hierro; y <20>l pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso.
16 Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SE<53>OR DE SE<53>ORES.
17 Y vi a un <20>ngel que estaba en pie en el sol, y clam<61> a gran voz, diciendo a todas las aves que vuelan en medio del cielo: Venid, y congregaos a la gran cena de Dios,
18 para que com<6F>is carnes de reyes y de capitanes, y carnes de fuertes, carnes de caballos y de sus jinetes, y carnes de todos, libres y esclavos, peque<75>os y grandes.
19 Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ej<65>rcitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ej<65>rcito.
20 Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que hab<61>a hecho delante de ella las se<73>ales con las cuales hab<61>a enga<67>ado a los que recibieron la marca de la bestia, y hab<61>an adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre.
21 Y los dem<65>s fueron muertos con la espada que sal<61>a de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos.
Los mil a<>os
APOCALIPSIS 20
1 Vi a un <20>ngel que descend<6E>a del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano.
2 Y prendi<64> al drag<61>n, la serpiente antigua, que es el diablo y Satan<61>s, y lo at<61> por mil a<>os;
3 y lo arroj<6F> al abismo, y lo encerr<72>, y puso su sello sobre <20>l, para que no enga<67>ase m<>s a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil a<>os; y despu<70>s de esto debe ser desatado por un poco de tiempo.
4 Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jes<65>s y por la palabra de Dios, los que no hab<61>an adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil a<>os.
5 Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil a<>os. Esta es la primera resurrecci<63>n.
6 Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrecci<63>n; la segunda muerte no tiene potestad sobre <20>stos, sino que ser<65>n sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinar<61>n con <20>l mil a<>os.
7 Cuando los mil a<>os se cumplan, Satan<61>s ser<65> suelto de su prisi<73>n,
8 y saldr<64> a enga<67>ar a las naciones que est<73>n en los cuatro <20>ngulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el n<>mero de los cuales es como la arena del mar.
9 Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; y de Dios descendi<64> fuego del cielo, y los consumi<6D>.
10 Y el diablo que los enga<67>aba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y ser<65>n atormentados d<>a y noche por los siglos de los siglos.
El juicio ante el gran trono blanco
11 Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en <20>l, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ning<6E>n lugar se encontr<74> para ellos.
12 Y vi a los muertos, grandes y peque<75>os, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, seg<65>n sus obras.
13 Y el mar entreg<65> los muertos que hab<61>a en <20>l; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que hab<61>a en ellos; y fueron juzgados cada uno seg<65>n sus obras.
14 Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda.
15 Y el que no se hall<6C> inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.
Cielo nuevo y tierra nueva
APOCALIPSIS 21
1 Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no exist<73>a m<>s.
2 Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusal<61>n, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido.
3 Y o<> una gran voz del cielo que dec<65>a: He aqu<71> el tabern<72>culo de Dios con los hombres, y <20>l morar<61> con ellos; y ellos ser<65>n su pueblo, y Dios mismo estar<61> con ellos como su Dios.
4 Enjugar<61> Dios toda l<>grima de los ojos de ellos; y ya no habr<62> muerte, ni habr<62> m<>s llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.
5 Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aqu<71>, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.
6 Y me dijo: Hecho est<73>. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le dar<61> gratuitamente de la fuente del agua de la vida.
7 El que venciere heredar<61> todas las cosas, y yo ser<65> su Dios, y <20>l ser<65> mi hijo.
8 Pero los cobardes e incr<63>dulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los id<69>latras y todos los mentirosos tendr<64>n su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.
La nueva Jerusal<61>n
9 Vino entonces a m<> uno de los siete <20>ngeles que ten<65>an las siete copas llenas de las siete plagas postreras, y habl<62> conmigo, diciendo: Ven ac<61>, yo te mostrar<61> la desposada, la esposa del Cordero.
10 Y me llev<65> en el Esp<73>ritu a un monte grande y alto, y me mostr<74> la gran ciudad santa de Jerusal<61>n, que descend<6E>a del cielo, de Dios,
11 teniendo la gloria de Dios. Y su fulgor era semejante al de una piedra precios<6F>sima, como piedra de jaspe, di<64>fana como el cristal.
12 Ten<65>a un muro grande y alto con doce puertas; y en las puertas, doce <20>ngeles, y nombres inscritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel;
13 al oriente tres puertas; al norte tres puertas; al sur tres puertas; al occidente tres puertas.
14 Y el muro de la ciudad ten<65>a doce cimientos, y sobre ellos los doce nombres de los doce ap<61>stoles del Cordero.
15 El que hablaba conmigo ten<65>a una ca<63>a de medir, de oro, para medir la ciudad, sus puertas y su muro.
16 La ciudad se halla establecida en cuadro, y su longitud es igual a su anchura; y <20>l midi<64> la ciudad con la ca<63>a, doce mil estadios; la longitud, la altura y la anchura de ella son iguales.
17 Y midi<64> su muro, ciento cuarenta y cuatro codos, de medida de hombre, la cual es de <20>ngel.
18 El material de su muro era de jaspe; pero la ciudad era de oro puro, semejante al vidrio limpio;
19 y los cimientos del muro de la ciudad estaban adornados con toda piedra preciosa. El primer cimiento era jaspe; el segundo, zafiro; el tercero, <20>gata; el cuarto, esmeralda;
20 el quinto, <20>nice; el sexto, cornalina; el s<>ptimo, cris<69>lito; el octavo, berilo; el noveno, topacio; el d<>cimo, crisopraso; el und<6E>cimo, jacinto; el duod<6F>cimo, amatista.
21 Las doce puertas eran doce perlas; cada una de las puertas era una perla. Y la calle de la ciudad era de oro puro, transparente como vidrio.
22 Y no vi en ella templo; porque el Se<53>or Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero.
23 La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera.
24 Y las naciones que hubieren sido salvas andar<61>n a la luz de ella; y los reyes de la tierra traer<65>n su gloria y honor a ella.
25 Sus puertas nunca ser<65>n cerradas de d<>a, pues all<6C> no habr<62> noche.
26 Y llevar<61>n la gloria y la honra de las naciones a ella.
27 No entrar<61> en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominaci<63>n y mentira, sino solamente los que est<73>n inscritos en el libro de la vida del Cordero.
APOCALIPSIS 22
1 Despu<70>s me mostr<74> un r<>o limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que sal<61>a del trono de Dios y del Cordero.
2 En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del r<>o, estaba el <20>rbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del <20>rbol eran para la sanidad de las naciones.
3 Y no habr<62> m<>s maldici<63>n; y el trono de Dios y del Cordero estar<61> en ella, y sus siervos le servir<69>n,
4 y ver<65>n su rostro, y su nombre estar<61> en sus frentes.
5 No habr<62> all<6C> m<>s noche; y no tienen necesidad de luz de l<>mpara, ni de luz del sol, porque Dios el Se<53>or los iluminar<61>; y reinar<61>n por los siglos de los siglos.
La venida de Cristo est<73> cerca
6 Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Se<53>or, el Dios de los esp<73>ritus de los profetas, ha enviado su <20>ngel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto.
7 <20>He aqu<71>, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profec<65>a de este libro.
8 Yo Juan soy el que oy<6F> y vio estas cosas. Y despu<70>s que las hube o<>do y visto, me postr<74> para adorar a los pies del <20>ngel que me mostraba estas cosas.
9 Pero <20>l me dijo: Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios.
10 Y me dijo: No selles las palabras de la profec<65>a de este libro, porque el tiempo est<73> cerca.
11 El que es injusto, sea injusto todav<61>a; y el que es inmundo, sea inmundo todav<61>a; y el que es justo, practique la justicia todav<61>a; y el que es santo, santif<69>quese todav<61>a.
12 He aqu<71> yo vengo pronto, y mi galard<72>n conmigo, para recompensar a cada uno seg<65>n sea su obra.
13 Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el <20>ltimo.
14 Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al <20>rbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad.
15 Mas los perros estar<61>n fuera, y los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los id<69>latras, y todo aquel que ama y hace mentira.
16 Yo Jes<65>s he enviado mi <20>ngel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la ra<72>z y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la ma<6D>ana.
17 Y el Esp<73>ritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.
18 Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profec<65>a de este libro: Si alguno a<>adiere a estas cosas, Dios traer<65> sobre <20>l las plagas que est<73>n escritas en este libro.
19 Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profec<65>a, Dios quitar<61> su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que est<73>n escritas en este libro.
20 El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Am<41>n; s<>, ven, Se<53>or Jes<65>s.
2016-10-16 14:16:03 -03:00
21 La gracia de nuestro Se<53>or Jesucristo sea con todos vosotros. Am<41>n.